Partida Rol por web

Con la misma disposición en la que estoy, amoldada y arrellenada en el asiento, contesto cáustica a Rachel.

-Coño, pues un libro- Y me sonrío.

-Y me imagino que no se tratará ni de poesía ni de teatro... Que teatro bastante tenemos hasta el momento- Y ladeo mi cabeza -que estaba examinando el mapa-, dirigiéndola hacia ellos. -Quizá algún tipo de documento macabro acerca de nuestro pasado- Añado, abriendo los ojos como platos, chanceándome del tema -No sería raro,porque es un hecho que el doctor nos ha estado investigando. O quizá sea cualquier otra cosa. ¿No había comentado algo al respecto durante la llamada?-

Devuelvo el esbozo de mapa a Cole y aguardo.

Los pasos resuenan en el humedo sotano atenuados por el sonido de la televisión, una musica pastelosa de presentación de una serie infantil conocida como "los osos que se preocupan". Quien se acercaba solo podia sonreir cinicamente al ver a la figura tan enorme y grotesca iluminada por el brillo mortecino del televisor, era la misma que podia ver una serie tan ñoña, a la vez que estaba devorando algo que hace unos minutos habia sido una chiquilla que se había perdido en el pequeño pueblo.  La figura inmensa sentada como un chiquillo, empieza a tararear la canción mientrás que  con una mano enorme agarra una parte del pie de la chica y lo estira hasta arrancarlo y meterlo en su boca, masticando fuertemente, riendo sordamente cuando uno de los osos cae en una de las nubes, haciendo que partes de carne caigan en el televisor y bajen chorreando.

El extraño que se acerca, pone una mano sobre la espalda de la figura y dice:- Deberias comer más despacio, masticar bien los alimentos es algo que hara que vivas más...- Todavia se podia permitir ser cínico, ni siquiera eso que estaba enfrente suya podia quitarselo... Al menos eso quería creer. Se fija un momento en el televisor sin perturbarse ante el cadaver de la niña que le mira con ojos vacios. El hombre que va bastante bien vestido y trajeado se arregla la corbata mientrás empieza a quejarse- He venido lo antes que he podido. No deberias llamarme en medio de...- Pero la figura mueve su rostro tan saturado de carne y mugre que apenas se puede ver excepto unos ojos de color verde intenso, la sangre empieza a brotar de los oidos del hombre que calla de inmediato para cambiar a una actitud sumisa, la mole tenia un caracter tan cambiante como las mareas, pero no lo mataria... lo necesitaba- Podrian descubrirnos, solo digo eso...- Se queda un rato mirando la televisión y trás un momento dice:-No se como aguantas esa serie...-

La figura gruñe un momento y deja de comer:- Todos tenemos nuestros vicios inconfesables... es algo que no comprende el doctor Muñoz... Además esos osos me recuerdan a él... Siempre preocupado por los demás- La figura es tan obesa que cada frase tiene que coger aire,  aunque parece estar saboreandolo como si fuera otro bocado que llega a su paladar- Les he dado tres dias de tiempo... Habra que hacer que se sientan... como en casa, al fin al cabo estan de terapia-El hombre solo asiente, pero en su subsconciente sabe que eso que se sienta en el sillón como un niño trás el colegio viendo la televisión no les dara tregua, tanto como no se la a él, y casi siente pena por los recien llegados, pero  es un pequeño precio... un precio que pagaria todas las veces que hiciera falta.

Afirmo con la cabeza ante el comentario que el latino, Cole, me hace, algo apartados del resto, saliendo con él, y mi mapa en la mano, para que me diera la linterna. Enarco una ceja levemente y sonrío levemente.

-No se preocupe, míster, un gran poder conlleva una gran responsabilidad- respondo, intentando poner un tono serio. Por supuesto que he entendido que esa linterna sirve para algo más que iluminar, el camino en plena oscuridad, si le arreas una ostia a alguien con eso, mínimo lo descalabras. No es de esas que se pueden comprar en un supermercado precisamente...

"Sí, definitivamente este tipo es madero, he de andarme con cuidado. Aunque, también es el más útil aquí para salvarnos el culo, pa que engañarnos!", pienso para mis adentros "Mientras no se meta en mis cosas, yo no me meteré en las suyas". De hecho, por ese mismo sentido conspiranoide había prescindido, hacía apenas unos minutos, de responder a su intento de sonsacarnos información acerca de fenómenos "paranormales", cuando estábamos en el comedor.

-Haré buen uso de ella- reafirmo mis palabras cogiendo la linterna con firmeza y sonriendo de nuevo.Le ofrecería alguno de mis juguetitos que llevo en el maletero y demás pero dudo que sea el tipo de persona que va desarmada y menos siendo de la pasma. Así que no creo que necesite nada de lo que tengo, no es necesario que desvele quien soy o a qué me dedico. Al menos todavía.

-Aunque no dejo de preguntarme qué hace un madero aquí. Porque eres madero o algo así no?- le pregunto, aunque realmente no espero que me responda directamente. Ningúun madero en su sano juicio lo haría.

-Si necesitáis ayuda, ya sabes, gritad! Iremos volando. Parece que han hecho el pueblo para eso, para que gritemos...- mantengo mi sonrisa, a pesar de estar cagándome en to'dios.

Tras la pequeña charla, me dirijo con la linterna y el mapa hacia mi coche, donde probablemente la ejecutiva y macizorra 1 me están esperando. Por las miradas de asquillo que pone la ejecutiva ya veo que no le gusta mucho mi coche y eso que lo lave ayer y le puse uno de esos ambientadores de pino del supermercado...

-Mi coche es fiable, ma'am, no se preocupe. Además, tiene extras. Nos irá bien en la playa- hago un gesto con la mano, de despreocupación.

-Viene Srta. Kim?- le pregunto a macizorra 1, antes de abrir la puerta del asiento de atrás para que entre y luego abro la mía, la del co-piloto. Saco las llaves del coche del bolsillo de mi chaqueta y pongo en marcha el motor.

-Ma'am, usted es la más lista- le doy el mapa -Usted guía.

Sí, claro - dije con cierto tono bajo; no quería levantar mi voz, tal vez no podía.

Me monto en el auto, con mucho cuidado. Piernas juntas y manos cruzadas sobre ellas. La puerta del auto jamás se cierra y me doy cuenta de que Jamal se estaba montando ya en el auto "Supongo que no la cerrará" pensé, con un dejo de tristeza y conformidad en mis ojos; supongo que Cole es el caballero del grupo. Cerré la puerta del auto y volvía poner mis manos sobre mis piernas, esperando a que nos llevaran a la playa.

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Sonrio con toda la alegría que puedo acumular en esta situación. Y, por unos instantes, acaricio la idea de dejarle con la duda. Pero esa vocecilla responsable que siempre utiliza el tono de Sara me recuerda que posiblemente dependere de su confianza antes de que acabe esto.

-Trabajo. Trabaje, en Seguridad. Pero a nivel privado... Digamos... -Dudo intentando enfrentarme a la incomodidad que me supone hablar del tema.

-Digamos que soy un...
operador privado internacional... Pero no te preocupes -Añado apresuradamente. -Lo mas parecido a un arma que me vas a encontrar lo tienes entre las manos.

Concluyo inexplicablemente ruborizado mientras me apresuro a subir a la Camioneta para disimular mi turbación.

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Contengo el impulso de arrancarle el arma de entre las manos de un manotazo al verla manejarla de forma tan descuidada. Cuento mentalmente hasta diez y comienzo ha hablar siendo consciente de que mi voz es demasiado gélida.
-Recuerda que llevar armas en la vía publica es ilegal en California.
No te digo que no la lleves. Pero tras Columbine la mayoría de los edificios públicos tienen arcos detectores. Compruébalo antes de entrar a la biblioteca...
Por favor.

Concluyo antes de girarme en el asiento para dar marcha atrás y casi estampar mi cara contra la de Rachel.

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El embarazoso casi encontronazo me impide atajar a la vagabunda motera.

-Objetivo, Oposición, entorno -Comento entre dientes. - Yo diría que debemos buscar cualquier referencia a nosotros... -Aunque seria mas fácil si la gente se hubiese sincerado al doctor, o a la historia del lugar. Digamos desde el 80 hasta ahora para empezar.
Rachel si tu te peleas con los registros, creo que Alice y yo nos apañaremos con la hemeroteca...

Si os parece bien Concluyo casi preguntando directamente a Alice ansioso por suavizar mi salida de tono.

Aquella....rubia me ponía de los nervios. ¿Qué le he hecho yo para que sea así de borde? Alzo una ceja y me contengo soltarle cuatro verdades, a sabiendas que terminaríamos a palos...y que ella ganaba, pues tenía un cargador con balas.

- Muchas gracias por la aclaración...Alicia... Digo en un tono cínico. Luego sonrío levemente cuando Cole responde. Eso es precisamente la respuesta que quería escuchar, o bueno, al menos el tipo de respuesta. - Pues perfecto, me pondré a ello...aunque la verdad, no tengo ni idea de dónde se puede buscar algo así...Podría preguntar a los bibliotecarios por una zona de libros locales o algo así sobre el pueblo o...no se, ya se me ocurrirá algo.

Puede que, al preguntar a los bibliotecarios...ellos supiesen algo, no se, las personas hablan cuando quieren decir algo y sus caras lo dicen todo cuando quieren mantener silencio...por h o por b, podría obtener información...

Fin del Prologo... Ahora comienza vuestra "sanación".