Partida Rol por web

El agudo dolor me permite permanecer consciente. Pero el arma se escurre de mis manos antes de poder reaccionar. Desesperado, o quizás simplemente victima de la subida de adrenalina, intento usar la recia culata de madera del fusil para liberar mi pierna haciendo palanca.

Tras unos minutos que se hicieron interminables, el viejo montruo, invocado del pasado de Rachel pudo ser derrotado. Pero era pronto para cantar victoria. El doctor en los huesos y su reflejo enorme y purulento continuaban enredados en una pelea que parecía no tener fin y sin embargo daba la impresión de que acabaría en cualquier momento.

Pensaba utilizar el talismán contra aquella aberración, cuando el suelo comenzó a agrietarse y la pierna de Cole quedó atrapada en medio de la hendidura. -Resiste Cole!- intenté darle ánimos mientras llegaba hasta él para intentar liberarlo, aunque aquel hombre incansable parecía no necesitarlos. Aún siendo presa del dolor, intentaba acabar con aquella criatura a como diera lugar. Llegué hasta él y me posicioné de manera tal que pudiera ayudarle a hacer fuerza con el fusil. Entre los do tendríamos que poder liberarlo.

A pesar del intento bastante desastroso de ayudar a Cole, finalmente este saca la pierna cuando el suelo se cierra sobre ella. En tanto el combate sigue encarnizado, el monstruoso doctor esta sudando mientras que el flaco parece ganar terreno al haber desterrado a vuestros monstruos. El suelo se resquebraja, las paredes hechas de tierra se comban como si fueran cartón, con un chillido final, la enorme criatura termina siendo destrozada por decenas de cables que salen de las paredes. Su carne muerta se escurre por el suelo para llegar donde está el doctor triunfante, ahora vuelve a ser como lo recordáis en vuestros sueños. Se gira hacía vosotros, esta resplandeciente como si fuera un ángel y con voz melosa dice:- Ya esta hecho, mi mitad oscura ha sido supeditada a mi... ¿Queréis vuestra recompensa u os la doy más adelante? Debéis decírmelo ya, porque sin la influencia de él este pueblo terminara destruyéndose.-

-Salva al chico y a su madre. -Respondo apresuradamente.

-Y a nosotros, si nos es mucho pedir. -Añado con media sonrisa.

Por fin todo había terminado. Agotada, aunque poco había podido hacer por la pierna de Cole, me dejé caer al piso y me quedé sentada mirando al resplandeciente doctor, con la mirada vacía.

-Recompensa? de que habla?- murmuré para mí, pero antes de que pudiera siquiera considerarlo, el ex-soldado o lo que fuera, habló por todos. -Sí... saca a Rosa y a su niño y a nosotros de aquí... no quiero permanecer un minuto más en este lugar de muerte.

Muchas dudas invadieron mi mente, pero aquel no era el momento para preguntar. Seguramente para mi cordura sería mejor no saber nunca qué era lo que realmente nos había ocurrido. Suspirando busqué a Rachel con la mirada y le sonreí. Por fin éramos libres.

Respira agitádamente sin asumir aun que ha vencido a uno de sus temores, a ese monstruoso viejo de dientes metálicos que la acosaba desde pequeña. Y tras eso, solo queda ese monstruo gordo y deforme que come carne humana, pero con el doctor parece que sus fuerzas se debilitan y consiguen también vencerlo.

-Creo que lo gusto... sería sacar a todas las personas normales de ese lugar, a Rosa y a su hijo y a nosotros... no? No creo que todos los habitantes de este pueblo sean monstruos o los turistas que han venido aquí.

Se acerca a Cole para comprobar como está su pierna, aun con el bisturí en mano.

El doctor sonriente dice:- Vosotros y ellos estáis salvados por no haber comido ningún alimento del lugar, aunque no me quedaría en ningún edificio cuando termine de desaparecer la esencia de mi yo oscuro... Vuestra recompensa es otra, creo que me dijisteis que queríais alejaros de vuestros pasados y enfermedades... Asi lo hare.- Entonces empieza el dolor, un dolor horroroso en vuestros cuerpos, cuando pensáis que ese hombre al final va a mataros, el dolor remite, pero frente a vosotros veis a unas replicas iguales a vosotros, aunque sus sonrisas tienen algo de inquietante, y parecen tener deformaciones que ocultan debajo de sus ropas similares a las vuestras, el doctor proclama, como si estuviese leyendo un cuento:- Y entonces el monstruo se convirtió en dos para poder encontrar su nombre, uno se quedo con la niña en la cueva, mientras que el otro se marcho para encontrarlo... Os doy la oportunidad de encontrar vuestro nombre, dejar vuestras taras en busca de algo mejor, aunque al final tendréis que enfrentaros a ellos, como me ha tocado a mi...- Entonces la imagen del doctor se difumina, hasta terminar desapareciendo, vuestros dobles os miran con curiosidad, al final el de Rachel dice:- Dios, asi me veo, normal que me consideren una furcia... Bueno chica, nos veremos dentro de un tiempo...- El de Cole solo gruñe como si fuera una bestia, en tanto que el de Tiffany no parece que vaya a hablar, solo mira a todos lados con extrañeza. De repente la cueva empieza a vibrar, parece que lo que dijo el doctor de que los edificios se desplomarían sobre vuestras cabezas es verdad...

La sorprendente disociación me produce alivio. Pero también una angustiosa sensación de perdida.

-Esto no es lo que yo quería. -Considero, con gran renuencia, levantar mi arma y acabar con la amenaza intuyo frente a mi. Pero no siento capaz de ejercer mas violencia. Al menos no ahora.

-Intentemos dejarlo entre nosotros cuando llegue el momento. ¿De acuerdo?. -Pregunto a mi gemelo. Por un segundo creo que va a responder pero el temblor me impide escucharlo.

-Vamonos chicas. -Apremio firme pero extrañamente calmado.

Dolió y dolió y dolió, casi tanto que habría abrazado la muerte con placer. Pero tras ese dolor, una extraña paz llenó el vacío dejado por el dolor y me encontré frente a una réplica de mi, que miraba hacia todos lados, extraviada. -Qué es esto? seremos como ese doctor?- murmuré para mí.

Sacudí la cabeza para ver si aquella gemela desaparecía, pero al volver a mirarla, seguía allí, perdida en un mundo que no era para ella. Un poco de pena tocó mi corazón. Esa era yo, o una de mis "yo" y la pobre se estaba llevando la peor parte.

Escuché la declaración del doctor y sus palabras se grabaron a fuego en mi memoria. En algún momento tendría que enfrentar a mi propio demonio y ahora que sabía como lucía, era consciente de lo que me iba a costar derrotarlo.

El suelo comenzó a temblar. Cole dio una orden y yo lo seguí. No quería permanecer un segundo más atrapada en ese lugar. Miré a mi doble por última vez y comencé a desandar mis pasos sin volver la vista atrás.

Las 3 réplicas parecen disolverse en tanto que las paredes retumban contrayendose. Como respuestas a vuestras preguntas solo veis sus sonrisas burlonas antes de que desaparezcan. Pero ahora tenéis otras cosas que pensar, los cascotes empiezan a caer sobre vuestras cabezas, solo os da tiempo de salir antes de que el extraño sótano desaparezca y os encontréis en la fabrica, donde docenas de cadáveres están caídos por el suelo, tiroteados o destrozados por la granizada metálica de las bombas.

Pero lo peor llega al salir por la puerta, las casas del pueblo han caído como unos naipes, en las calles decenas de cadáveres se pudren, por todos lados como si la muerte hubiera estado segando por todo el pueblo, como así parece hasta que llegáis al hostal que es la única casa que se mantiene en pie, pero no hay nadie dentro, solo queda un par de coches solitarios, al accionarlos no sucede nada raro y poco después os marcháis del pueblo, que solo es un borrón de montones de ladrillos, maderos y desolación... 

Nunca sabréis la historia completa, pero el doctor ha dejado un legado de desolación y vuestros dobles oscuros seguramente dejen otro tanto. Pero eso ya es otra historia, otra cosa será ¿A quien mandareis a vuestros respectivos Pleasentville.?