EL FINAL

Los Perros de Trafford, liderados por Big Hadrian, visitan cada celda para volver a sacar a los participantes, y guiarlos de nuevo hasta el centro de la Jaula. No hay muertos, ni Traidores extra, así que este pareciese el final...
 - Muy bien, muy bien... ahora calladitos, porque van a entrar los señores Travis Pelier y Maybel Hooks - Anuncia - Vuestros abogados, por cierto, nos están jodiendo a llamadas, creo que la visita de ese nipón no nos ha beneficiado en nada... jodido Joker.

Y no hay mucho tiempo para acomodarse, pues para entonces se escucha a alguien aplaudiendo lenta y jocosamente, le acompaña un gran pitido de megafonía que pide que abran las puertas, y parece bajar las escaleras que llevan hasta la Jaula no siendo otro que el ya prometido Travis Pelier, que regresa para ojear a los participantes "ganadores" mientras destila puro y duro hijoputismo. Viene acompañado por Maybel Hooks, la gata de Trafford, y ambos llegan dispuestos a entrar en el recinto para compartir espacio con los nueve reclusos, de "tú a tú".

Juan Ricinto

 

- Señor Juan Ricinto... - Entra Maybel Hooks, lo hace con los brazos cruzados y dirigiéndose primero hacia el recluso con sobrepeso, el Garbanzo - Dentro de los beneficios que el influyente Alcaide puede ofrecer, siempre según, por y para el caso que tiene usted entre manos (una acusación y condena realmente injusta) apenas le queda a un mes de reclusión en Santa Crystal - dice - A partir de aquí, yo procederé a ser su nueva representante jurídica legal y tomaré el caso para limpiar su nombre de manera eficiente y personal - la mujer apenas parpadea - Espero que le parezca bien, porque solo necesito su firma. El incompetente señor Preston Carver no mejorará su situación, y tampoco pondrá contra las cuerdas a la muchacha que le metió en esta institución - Y una respuesta negativa podría ser peligrosa, pero bien cabría dentro de la suspicacia del garbanzo... - Se lo aseguro.

La mujer mira al techo por un segundo, y entonces vuelve su mirada hacia el recluso, elevando las cejas.

 

Hooligan

^{_{Preston Carver}}

Travis Fraser

 

- Señor Travis Fraser, vaya... - El inspector de policia, Travis Pelier, frena a un par de pasos de su tocayo y le hace una pequeña reverencia más cercana a una burla que a cualquier otra cosa - Un autentico tocapelotas, de pura profesión, sobretodo para las autoridades locales de quién sabe qué ciudad de Carolina del Norte... ¿22 detenciones? ...reincidente con renombre y condena desmedida para un greñudo defendido por un verdadero yunke para nuestro amo y señor de Santa Crystal. Ejem... - El inspector se enciende un cigarro, y suelta un hilo de humo por la comisura derecha de sus labios.

- Señor Fraser, terminó usted en el trullo por meterse en un escenario demasiado lujoso para su propio estatus criminal ¿Ladrón de coches de lujo?, pero tiene suerte de que, para nosotros, esto no sea más que un juego de niños - ladea una sonrisa cargada de maldad... - Puedo anticiparle que pronto, muy pronto, gozará de cinco años de libertad vigilada. No está mal depender de una firma semanal... eh?-

 

Simpatizante

^{_{Aaron McWalls}}

Tiffany di Benedetto

 

El inspector se fija en la hija de un difunto capó con mucha controversia revoloteando en prensa, radios, redes y telediarios, sobre su caso, que es la que está más cerca.

- La princesa de Jersey City, de Santa Crystal, de su módulo, la Jaula, e incluso de la Celda 4. Potencial femme fatale dentro de un portento de hermosura y malas intenciones amparadas en la más bella justicia divina. Vaya con usted... señora di Benedetto - Travis se deja el cigarro colgando entre los labios por un instante, y sonrrie.

 - Me parece patético que le hiciesen viuda vestida de blanco, pero le doy gracias personalmente por el buen favor, labor de limpieza y para nada correspondido que le hizo a la humanidad. Esa humanidad a la que ninguno de los que estamos dentro de este recinto pertenecemos... - Eleva una ceja - Se podrá remover su condena hasta un controversial tercer grado con permisos semanales. Reabriremos su caso en breves y para entonces veremos hasta dónde llega nuestra mano negra.

- New Jersey le espera...

 

Matona

^{_{Tanah Sánchez}} 

Ashley C. Black

 

La abogada del diablo sigue caminando a pasos cortos, topándose con Ashley, una tía dura.

- Señorita Black. En su caso podríamos resumirla como un jarrón de pura autenticidad para el proyecto. Llegó a Santa Crystal por una carrera de delitos que terminaron en, simple y llanamente, arrebatarle la vida a una muchacha que trataba de imitar su actitud, o en otras palabras, ponerse a su propia altura.

- Según dicen todos los informes, en San Luis, Misuri, desplantó a la ley el día de su juicio, a palabras del propio Juez "para ser ingresada en la primera prisión penitenciaria que doblase el Arco Gateway" y según las suyas propias, muy afines a: "Lo volvería a hacer".

- Creo que no será fácil lograr su libertad condicional, pero Trafford se encargará de las fianzas en B, lo cual nos dejará empezar.

 

Reclusa corriente

^{_{Tanah Sánchez}}

Profesor Daniel Heisenberg

 

Travis camina hacia ese señor tan bajito, que no hace mucho era Profesor de universidad.

- Señor Daniel Heisenberg, eh? - Tsk... - Una pequeña hebra de broza de medio metro capaz de matar a una clase casi entera de estudiantes solo para saciar y/o emular su curiosidad. Pura imprudencia. Joder, grandioso para su tamaño, y aún así, más miedoso que una larva humana tocando el desconocido césped con sus pies desnudos. Se ve que su caso le ha dejado una buena cicatriz moral entre los testiculos - Travis habla y gesticula con el humeante cigarro entre sus dedos.

- Todo se reducirá a seis años en tercer grado, de los que posiblemente cumpla dos, y no gracias a su abogada tan rubia e hispana. Trafford facturará sus próximos pasos, recuerdelo bien - le dice, mirando al pequeño hombre por encima del hombro, lo cual no es difícil.

- Sería interesante tenerlo en nómina ¿No cree, señorita Maybel?... - dice por último.

 

Recluso corriente

^{_{Tanah Sánchez}}

Michael Nichols

 

Maybel no suele dar pie a las salidas de tono de Travis Pelier, pues es más sutil en sus detalles, y esta vez se dirige hacia un secuestrador que se comió todos los santos cargos de su caso.

- Michael Nichols. Un líder totalmente desperdiciado, o eso creemos fervientemente. Su reputación no le precede y proviene de una organización criminal desconocida de Pensylvania, porque todo se reduce a dos muertos y su ficha policial. Es sabido que los testimonios del particular caso tienen largas contradicciones y la clara inversión de una mano politica tras de sí. El secuestro y tortura de un alto cargo público ha sido quién le ha encerrado en Ohio, señor Nichols, y un alto cargo que ni usted ni yo podemos imaginarnos, será quien le libere una vez sea trasladado a su estado de origen, porque vamos a reabrir su caso - Y no lo dice, pero Maybel deja caer una posible revisión que le saque de su larga condena.

- Recuerde el camino.

 

Simpatizante

^{_{Tanah Sánchez}}

Pequeño Tom

 

El inspector Pelier toma sus primeros pasos hacia el gigante del proyecto, el cual se ve desde casi todas las perspectivas.

- "Pequeño Tom", todo un portero de Disc con la aparente e innata capacidad de estrujar cráneos con una sola mano. Buena inversión, sabiamos que existia potencial en el regimen abierto de Santa Crystal, pero es curioso que su actitud se base más bien en mantener el control que en perderlo, y que, con su cara de absoluto deficiente mental haya sido capaz de manejar parte de esta victoria - Je... - Señor Ediberto Ramirez, olvide las causas económicas pendientes y dado su sencillo caso será usted devuelto al estado de Florida y puesto en Libertad en aproximadamente dos semanas. 

- Vaya usted preparando las maletas e informando a su abogado que ya no precisa de sus tediosos servicios ilegales, porque los nuestros son mucho mejores.

 

Preso de apoyo

^{_{Preston Carver}}

Bernard James

 

Apenas tras quitar la mirada de uno, la de Travis Pellier se clava en otro.

- Y espera, espera, porque aquí tenemos al señor James - Travis se voltea hacia este - Largas dosis de elegancia con abundantes pizcas de saber estar, y una buena cucharada de aptitudes. Nadie diría que usted es uno de los ladrones más buscados de EEUU, ni tan siquiera los Federales, pero lo creemos. Y por ello, no me he de extrañar de que disponga de los servicios de, si cabe, el mejor de los letrados  - Big Hadrian asiente respecto al abogado asiático mientras el inspector prosigue hablándole a James - Tuvo a las autoridades mucho tiempo tras usted, sin saber que era usted por aquel entonces, y realmente, sin saberlo todavía. Pero créame, su mirada me dice cuanto se ha beneficiado de los valores de esta sociedad, así que señor James, usted es de los nuestros, ja,ja,ja...

- Apenas le quedan seis meses de reclusión en los que podrá gozar de dos permisos mensuales, siempre que logre "convencer" a su representante jurídico de que estos cuatro días jamás han existido.  

 

Joker

^{_{Sown Honda}}

Cadence Roberts

 

Después y por último Maybel Hooks se fija en la experimentada cincuentona del proyecto.

- Señora Roberts, notamos que sigue en sus treinta, pero sabiamos que la experiencia sería un grado. Eliminó usted hasta siete de sus allegados por una broma que consideró una falta grave de ética y respeto para con su autoestima, y/o apariencia el día de su cumpleaños. O al menos, alguna de las dos señoras Candy que parece guardarse dentro... - asiente, como asintiendose a sí misma.

- Desde la cúpula directiva le informamos que tras las pertinentes burocracias será trasladada a un psiquiátrico abierto de Detroit, Michigan. Tendrá una orden de alejamiento de sus familiares, pero estoy totalmente segura de que será capaz de cumplirla - una mentira muy protocolaria. 

 

Reclusa corriente

^{_{Preston Carver}}

Y... ¿entonces?

Nunca sabremos qué es lo que pasó exactamente a continuación. Si Juan Ricinto aceptó la propuesta de Maybel Hooks o la mandó al carajo, o mismo si su compañero de celda, el Profesor Daniel Heisenberg, se escondió tras él con las palabras que le ofrecía Travis Pelier. No podremos saber si el señor Bernard James siguió sosteniendo su temple con el perro de Trafford, Big Hadrian, un caso de contención extremamente parecido al de Michael Nichols, y tampoco si la señora Candy Roberts siguió hablando con su espejo tras la llegada de este par de demonios de la corrupción. Desconoceremos si Ashley C. Black terminó por darse el gustazo de reventar un par de cámaras de seguridad antes de abandonar el recinto, y lo mismo pasa con el Pequeño Tom... ¿qué carajo haría el Pequeño gran Tom en esta tesitura? Jamás llegaremos a saberlo, como tampoco si Travis Fraser repitió aquel simil de "estoy hasta los huevos de que me tengan encerrado, ya estando encerrado", o si su apegada compañera de celda, la italo-americana Tiffany di Benedetto se permitió desnucar a alguno de los funcionarios antes de salir... ¿Y la pequeña Morgan Greaser? Joder... ¿Se la habrán llevado cual Hannibal Lecter?

No lo sabemos.

No sabremos, por tanto, si los reclusos se dejaron abrazar por la corrupción de Santa Crystal, con todos los beneficios del proyecto, o si rehusaron de ella para enfrentarla con sus propios medios. Tampoco sabemos si esto fue una victoria de John Trafford, o el principio de su fin, pero sí sabemos una cosa, y es que si pensamos mal, probablemente acertaremos en todas las cuestiones...

FIN