Cuando regresó a su celda, Bernard se recargó en una pared y dejó salir toda esa frustración liberando un golpe sonoro con su puño, magullándolo y abriendo unas pocas heridas. Lo había conseguido, había podido salir de ese señalamiento que estuvo a punto de cobrarse su vida. Fue por un solo voto que no llegó al empate y aunque su llamada con el abogado podría considerarse un desperdicio, para él no lo fue por varias razones: comprobó que estaba vivo y aquél corte de llamada fue por otra cosa, no era el abogado que se corrompió al inicio de este maldito experimento y que su habilidad de Joker funcionaba.
A ojos de terceros su movimiento no significó nada, pero para el hombre revelaba muchas cosas... y que el sistema del Alcaide y sus allegados no era irrompible. Decidido, se hizo una promesa con aquella poca sangre que le daba un poco de color a aquellas paredes grises: se prepararía lo suficiente para asaltar la casa de los involucrados principales. John Trafford, Maybel Hooks y Travis Pelier. Era mucho riesgo y había prometido retirarse, pero Bernard James debía dar un último golpe. Si cuidaba sus pasos no cometería ningún error y no habría manera de que supiesen que él fue.
Y así, comenzó a revisar su mano a la espera de lo que llegase. No sabía qué le esperaría en el mañana y era mejor ser pacientes, tal y como lo había sido toda su vida.
Mientras Bernard divaga, Big Hadrian vuelve a aparecer, una noche más, para mostrar la ejecución de El Blanco en su tablet de empresa.
- Eh, montoncillo de mierda, mira esto...
Secuencia Puerta 1 - Miguel Ángel Ballesteros (EL Blanco)
La primera toma de secuencias muestra como los cinco guardas se llevan al peligroso recluso por un pasillo, quién parece estar buscando alguna camara con la mirada. La siguiente toma, con la cámara girando lentamente hacia la derecha, ya muestra al Psicólogo del centro (Thiery Pierre) ordenando algunos archivadores, y tan solo girándose cuando proceden a meter de dos empujones al señor Blanco en la sala, quien llega con el ceño fruncido. Para entonces se da la orden de que aten al ex-corrupto en la camilla, y las cámaras captan un instante en el que ambos, psicólogo y víctima, se miran a los ojos desde muy cerca. Momento en el que el Blanco asesta un cabezazo que tumba al funcionario mientras se echa las manos a la cara, porque le acaba de partir el tabique nasal, y momento en el cual El Blanco capta una de las cámaras de la sala, clavando su mirada en ella con dos o tres palabras entre dientes.
Acto seguido los guardas se abalanzan sobre él, para hostiarlo y reducirlo con tasers, además de obligarlo a tumbarse mientras las enfermeras presentes se disponen a ajustarle los cinturones. Para entonces también le ponen esa especie de casco que tapa sus ojos. Y aquí, pues, es donde comienza un show de convulsiones, apuntes por parte del personal que dura unas cinco o seis tomas de elevados electrocutazos cerebrales con una duración de entre 5 y 11 segundos, tan fuertes, crueles y desmedidos, que para cuando terminan la sesión El Blanco jamás volverá a pensar por sí mismo...
- Las versiones oficiales dirán que este hijo de la gran puta pasó por alto un fallo del montacargas mientras operaba en la Lavandería, lo cual hizo que se golpease fuertemente la parte superior del cráneo por el desprendimiento de un sistema de ventilación que había sobre él - añade el grandisimo cerdo - De hecho, se desprendió la semana pasada. El Doc y Travis Pelier se ocuparán de todo.