Partida Rol por web

El padre Vincenzo Bellini y Patrick se despiden del sujeto que se ha mostrado muy amable y abierto a la conversación durante toda la cena, y vuelven a la mesa con el resto del grupo.

Ambos os ponen al tanto de todo lo comentado, nombres, descubrimientos, vampiros... Bellini siempre se muestra escéptico en estos asuntos, pero parece saber de qué va el tema muy bien.

Kevin MacDougall se levanta instantes después de su mesa y alza la mano a modo de despido. Al parecer la cena terminó para él y vuelve a su habitación, que Patrick y el padre recuerdan como la número 106.

- Ese hombre inspira confianza, no sé porqué, pero aún me estoy preguntando porqué, si fue mordido por la tal Urchudan, no se ha convertido en uno de ellos, como mi propio hermano. - comenta Bellini.

- Ejem...

He intentado manterme sobrio y atento a las conversaciones de nuestros compañeros y Bellini, sin embargo, hace rato que dejé de intentar comprender lo que está ocurriendo. Cruzo los dedos y me paso la lengua por los labios.

- Urchudan es un Vampiro. Vampiresa. Loquesea... Convirtió al muchacho hace unos años, luego, a Bellini, luego a Gallagher. ¿O fue Bellini el que convirtió a Gallagher? En fin, que tenemos un grupo de vampiros sueltos por Inglaterra, ¿Correcto? Y unos quieren matar a Urchudan, y otros... - Miro fugazmente a Patrick - ...otros no sabemos exactamente que se pretende de nosotros. Y todo parece centrarse aquí o los alrededores, ¿correcto?

Bebo. Agua. Hace rato que mi cerebro pide vodka, pero sé que si cedo ahora, me voy a arrepentir mucho...

¡Vampiros están diciendo! No puede ser cierto, esas cosas solo están escritas en los libros de ficción. ¡No creo!

Miré fijamente al padre Bellini y me quité las gafas y las limpié

- Padre, ¿está seguro de lo que nos está diciendo? - sin esperar contestación me coloqué las gafas y saqué la libreta del bolsillo interior de la gabardina. Y escribí...

Era la idea que estaba buscando; vampiros, conversiones, una verdadera historia de ficción... solo que esta vez no parecía ser ficción.

Tras escribir una lineas en la libreta volví a levantar la cabeza, esta vez hacia Patrick.

- ¿No irás a decirme que vamos a creernos que estamos buscando a una panda de vampiros que van por ahí mordiendo en el cuello a las personas para hacerlas de su bando? Sincermente, suena a una de las historias que mi padre me contaba cuando era niño.

Sinceramente Ignacio. Me importa una mierda si estamos tratando con vampiros o con fanáticos sectarios que se creen que lo son. Patrick devuelve una mirada sombría a Martín. Para mí sólo cuenta que son responsables de la muerte de mi hermano y que van a pagar por ello.

Tengo la firme intención de encontrar a Morag Urchudan y sacarle la verdad como sea...

Y ahora padre. Dice dirigiéndose a Bellini. Me va a decir usted cómo se supone que nos podemos enfrentar a esos seres.

- Cálmense caballeros - apacigua el padre - Es normal y perfectamente lógico que no crea Ignacio, pero sopese esa posibilidad... por su propio bien. - su tono no es amenazante, si no misericordioso.

- La mayoría de estos vampiros son simples sanguijuelas, seres inferiores que sirven a un señor de estirpe. Matarlos no resulta fácil, pero tampoco imposible. - de ven en cuando mira a todo el grupo buscando vuestra reacción ante todo lo que habla, Bellini se da de hombre de razón y no quisiera que le tomárais por un loco - La típica estaca en el corazón sería suficiente, arrojarles agua bendita le sherirá y la luz del sol les es mortal, pero siempre podréis pegarles un tiro en la cabeza y todo acabará rápidamente. No se les puede expiar, por desgracia... -

Al oir lo del tiro en la cabeza, Patrick esboza una sonrisa torcida. Era todo lo que necesitaba saber...

Mi cara se tornó en sorpresa cuando oí las palabras del padre.

- Asi que todas las historias clásicas de vampiros, ¿son ciertas? Yo las tenía por historias para asustar a los niños -  emití una ligera sonrisa.

Miré a Patrick cuando el padre habló del tiro en la cabeza. La cara se le iluminó como si le hubieran dado la clave que revela todo el misterio. Por desgracia solo era una pistola y no creí que la misma nos resolviera más problemas que el de los vampiros.

Guardé la libreta y cambié mi gesto. Agresivo.

- ¡Bien! En ese caso habrá que equiparse.

Lentamente. Muy lentamente.

- ¿Es que nos hemos vuelto todos gilipollas de repente?

Hala, ya lo he dicho.

Me retiro levemente de la mesa, mirando a los que me rodean como si fueran una manada de extraterrestres recién llegados a Glasgow que preguntasen por el Primer Ministro de Inglaterra.

- Padre... lo siento. De verdad, lo siento pero... no me lo creo. No sé lo que pasa, sólo sé que hay al menos un asesino suelto y un tipo desquiciado que se crée Renfield, aparte de nuestro amigo, que ha leido demasiadas novelas de Anne Rice. ¿Realmente... realmente crée que hay una reunión de Vampiros en marcha, en este momento, aquí?

Miro alrededor, buscando alguien que me heche un cabo antes de tener que lanzarme de cabeza a la locura que supone aceptar lo que me grita una parte de mi mente desde que me crucé con Gallagher en el tejado. Una parte de mi mente que crée ciegamente en las palabras del joven y de Bellini.

Una parte de mi mente que está deseando creer con todas sus fuerzas en lo que le están contando en este momento.

Mire a Martin un momento. En un principio yo también pensaba como él pero luego apareció Gallagher y ... sinceramente mis opiniones sobre la realidad cambiaron mucho.

- Cálmate Martin. Hace unos días yo hubiera reaccionado igual que tú pero, ¿recuerdas lo del manicomio? ¿y el tejado? Ambas cosas tienen un nexo común: la noche - me estremecí.

- Realmente a mi también me cuesta creer Martin, pero, visto lo visto, voy a regalarme el beneficio de la duda... esta vez. Deberías hacer lo mismo amigo. Si ocurre lo que dice el padre Bellini, la sorpresa será mayor si no vas preparado.

El padre Bellini toma un último sorbo de su café muy tranquilamente mientras os escucha. No parece sentirse muy cómodo hablando de todo el asunto, aunque se nota que los años de experiencia han hecho mella en su forma de referirse al tema.

Tras levantarse, alarga su mano hacia Patrick y os hace un ademán en gesto de despedida.

- Ha sido un placer caballeros, pero el descanso me reclama. - Patrick le comentó entre el debate sobre el entierro de mañana de Brian. - Mañana me presentaré en el cementerio de Edimburgo Patrick, que descansen.

Vincenzo Bellini desaparece entre un tumulto de gente que se va levantando de sus mesas y saliendo por la puerta principal del restaurante.

Ignacio tiene razón, Martín. Dice Patrick en cuanto el sacerdote se va de la mesa. Es mejor que estemos preparados. Puede que las explicaciones de Van Helsing – dice refiriendose a Bellini – no te convenzan, pero lo que no hay duda es que este es un asunto peligroso. Demasiados han muerto ya, y no tengo ganas de unirme a ese club.

Debemos mantener la cabeza fría en todo momento y actuar en consecuencia. No se para vosotros, para mí esto es un caso de homicidio: Se buscan pistas, se interrogan sospechosos y se reunen pruebas... aunque lo haga todo de manera extraoficial.

Patrick encarga otro café con un gesto al camarero. De momento no pienso perder de vista a Bellini y MacDouglas. Estos dos nos pueden llevar hasta el origen de esta cadena de muertes.

Suspiro.

- De acuerdo. Es que... maldita sea, es que no puede ser que esto esté pasando. Esto no tiene sentido.

Bebo otro sorbo de agua.

- ¿Alguien puede resumir de forma coherente lo que sabemos hasta ahora, por favor?

Gary tras escuchar la explicacion por parte tanto de Patrick como de aquel hombre de dios, bufo burlon y se acomodo en el asiento mirandolos con las manos detras de su nuca, olvidando todo tipo de etiqueta.
"Esto parece Jovenes Ocultos... Una buena pelicula, si, pero una pelicula despues de todo".

-Bien si me disculpan voy al baño, ya que mi acusado parece ser inocente mi vejiga ahora tiene prioridad absoluta.-Dicho esto dejo la servilleta, que descansaba en sus piernas, encima de la mesa y marcho del comedor dejando el ruido de sus botas resonando entre las palabras del gentio. Sin llegar a escuchar a nadie mas que un incredulo Ignacio que aun no sabia si creerselo.
"Al menos alguien no a perdido la cabeza del todo como el pobre Patrick, espero que Martin este con nosotros"

Ya de vuelta, se topo en la misma entrada con el hermano Bellini.
-¿Vaya ya se retira sin esperar a mis condolencias?-Dijo al recordar que su hermano tambien estaba muerto.-Espero que este por aqui y nos avise de su partida si es que llega el caso. Por cierto, ¿Recuerda a un hombre ajado, acompañado de una hermosa mujer, en el comedor? Creo recordar que se llamaban... Christopher Wolf, de su hija no tengo idea.
¿Usted sabe algo respecto a esa persona? La verdad no estoy acostumbrado a ver guardaespaldas y ese hombre tiene un par de armarios. ¿Le suena de algo?-Quedo cerrandole el paso esperando una respuesta.
"Rico en informacion, rico en sapiencia, jeje"

Vincenzo Bellini te asiente aceptando tus condolencias con aspecto serio. Cuando le comentas sobre el tal Wolf, su rostro incrédulo te demuestra que no parece tener ninguna información al respecto.

- Uhmm, la verdad es que no me suena de nada, Gabriel. Tal vez se trate de una figura importante... Por supuesto - dice en respuesta a tu primera cuestión - mañana nos veremos en el entierro del hermano de Patrick, si descubre alguna cosa sobre el tal Wolf... espero me informe al respecto. - tras ello te lanza un guiño y se despide con gesto cansado.

El arqueologo dejo pasar a aquel eclesiastico alzando la mano derecha a modo de despedida.-De lo por echo "santidad".-Bromeo.
"Perfecto, era de esperar que nadie pueda decirme algo de esa pareja, che..."

Volvio a la mesa, advirtiendo de su llegada con el fuerte pisar de sus botas, al igual que habia echo al salir, no le gustaba ser el centro de atencion pero evidentemente a su calzado, no deportivo, si.
-Bueno, vaciado el deposito y con las manos limpias, parece que el Señor cura ya se ha marchado, a mencionado algo mas de rigor que deba saber ¿O seguis intentando demostrar la existencia de los vampiros con una hoja de papel y un baso de agua?-Miro con una sonrisa a Martin.
Sabia que no era momento para bromas y mas si habia alguno que realmente se tomaba en serio los desvarios de un chaval con pitas de cocainomano y un viejo religioso, pero estaba en su naturaleza, no podia evitarlo.
"Cuantas caras descontentas, otra vez e debido de pasarme, Dios que buena esta es mujer, mmmmmm... Mejor no mentarlo en vano je."

- A mi no me mires, Gabo... pero todo esto... joder, yo vi a Gallagher en la azotea. Y no sé que pensar.