Partida Rol por web

En el silencio que sigue a la lucha y al tiroteo, los latidos del corazón de Patrick resuenan en su cabeza como un tamborileo incesante. Recarga con varios cartuchos la humeante Remington mientras sale del pasillo de los servicios tratando de evitar los cuerpos que se amontonan en el suelo y la sangre que amenaza con hacerle resbalar.

Ann Wolf ha desaparecido, pero la aparición de la antinatural criatura hace que el expolicía esté convencido que ambas son el mismo ser... Wolf, Lobo. Es todo tan obvio que le dan ganas de estallar en carcajadas.
Pero esto no es ningún chiste.
Lo que hagan en las próximas horas determinará si sobreviven a esta noche.

Extrae su Beretta de la bolsa de deportes y la coloca en su pistolera tras comprobar el cargador. Después se guarda por los bolsillos de su abrigo largo toda los cartuchos y cargadores que le quedan, y sujeta con fuerza la escopeta con ambas manos mientras se dirige a McDougall.

Sarah ha dado su primer golpe. Anuncia. No me pienso quedar escondido en el pueblo a que nos vuelva a mandar a sus criaturas. Vamos a contraatacar. Vamos a matarla. Y tiene que ser ahora.

Se vuelve hacia los habitantes del pueblo que quedan vivos después de la matanza de la taberna.

Y si alguno de vosotros quiere tener alguna posibilidad de que él, o su familia, puedan tener algún futuro aquí, harían bien en acompañarnos...

En medio de todo aquel caos nadie esperaba ninguna carcajada, pero Kevin sonríe con el comentario del bueno de Bruce.
- La arrastraré conmigo al mismo infierno si hace falta para acabar con ella, pero ambos sabemos que esa daga no se encuentra en Londres, verdad Douglas ?

Todo había ocurrido muy deprisa. Varios zombies entraban en la taberna y todo el mundo empezaba a disparar a diestro y siniestro. Palpé mis bolsillos y pronto me di cuenta de que yo no era uno de esos pistoleros americanos que iban a la ducha con una nueve milimetros en los calzoncillos.

Gary había saltado tras la barra y estuve a punto de hacerlo yo también pero Patrick tuvo una brillante idea. Ma agazapé detrás de la mesa que había tumbado el policía de una patada y volví a asomar la cabeza cuando todo estaba más tranquilo.

Pero la tranquilidad no era un buen síntoma. Asomé la cabeza detrás de la mesa y me encontré cara a cara con el animal. Nunca había visto nada igual, era gigante y yo me sentía pequeño, muy pequeño e indefenso de la furia de la loba.

- Salvado por la campana - pensé cuando la loba salío de la taberna.

Suspiré intentando relajarme cuando me di cuenta del espectaculo dantesco. Decenas de cadaveres habitaban el suelo de la taberna. Todo había sido muy rápido...

Asentí a las palabras de Patrick y volví a palparme los bolsillos. Yo no tenía esas armas que habían resonado esta noche, pero no iba a quedarme aquí.

- Claro que no - respondí encoraginado a Kevin mirando la cazadora de Bruce.

- Vamonos de aquí de una santa vez. Todo esto está empezando a ponerme muy nervioso. ACABEMOS CON ESTO DE UNA VEZ - gritaba.

Pero no gritaba de valor...

Una lágrima fruto de la impotencia empezó a recorrer mi mejilla. Pero esta vez fui fuerte. Sequé la lagrima y me dirigí a la puerta.

- No es momento de pendanterias. Acabemos con esta pesadilla.

Bruce abre su cazadora y mira la daga, con calma y paciencia. Ha dejado de brillar. Quizás MacDougall no sea tampoco de los malos. No obstante mira con desconfianza al bravo montañés.

Muy perspicaz, señor MacDougall. Se la prestaré en el castillo, y no antes.

Y volviéndose al grupo, ve que todos están bien. Martin muy callado, sumido en una extraña depresión, pero por lo demás todos bien.

No digamos nada a Ms. Wolf y dejémosla aquí, en el servicio. Puede ser un estorbo mas que otra cosa. ¿Bien, nos vamos? dice Bruce sin saber nada sobre la desaparición de la loba y guardándose su automática en la sobaquera.

lo has explicado bien. bruce no se ha enterado de su desaparicion.

Gary, dejandose llevar por la extraña situacion no dejo ni un momento de disparar, incluso cuando se hubiera quedado sin balas. En cambio la botella aun estaba medio llena pues la habia dejado en un segundo plano. Cuando se dio cuenta que todo parecía acabarse y quiso dar un trago, por un trabajo bien echo, la visceral imagen de aquel suelo agolpado de muertos lo obligo a reprimir una arcada con la mano en su boca, una arcada que terminaria tragando al ver aquel lobo de enormes dimensiones observándoles.
"¡Perfecto! ¡Si existen los vampiros porque no los hombres lobos! Nunca me gustaron los perros, esa mirada vacia... si aun tuviera balas..."

Antes de que pudiera alzar su arma alguien se le adelanto y como vino aquella bestia, se marcho. Gabriel no tardo en reunirse con sus compañeros que estaban hablando con el inmortal.
-Oki Doki.-respondio sonriente al escritor mientras daba el ultimo trago de victoria y pasaba el testigo al resto de los presentes.
"Me siento como Erik el Rojo, tras ganar una batalla repartia la victoria con el resto de sus compañeros, pero supongo que ellos no sabran quien es Erik"