Partida Rol por web

-¡Skoll ten cuidado!- de verdad temía por la integridad del espíritu del colgante al que ya había puesto nombre en alguno de los descansos mentales al ver como Yuriko arrasaba con gran parte del cuarto. Casi no hizo falta que Yuriko le avisase de usar el cristal. Desde la noche en que había dormido como si estuviese dentro de una caja como una inmigrante ilegal intentando pasar la frontera Brona había dejado bajo la almohada el cristal para usarlo de forma inmediata si volvía a tener algún asalto nocturno.

Era raro sentir un filo tan pequeño, acostumbrada como estaba a armas aparatosas y más pesadas pese a ser de entrenamiento.

¿Eso es un naga?, por algún motivo no se imaginaba a los nagas como sombras malrolleras aunque ese aspecto cumplía con la función siniestra de su naturaleza.

Se agazapó sobre la cama y saltó contra la sombra.

Brona no lo dudó y se avalanzó contra esa sombría forma del Naga mientras Skoll mantenía la presa. En el instante en que Brona lo nombró como Skoll, el animal se hizo más sólido, más fuerte y continuó en la lucha. La niña se sorprendió al notar como el cristal se clavaba en algo sólido, completamente diferente a lo que había ocurrido con el ataque de Yuriko, y el Naga gritó como solo puede gritar una criatura herida de gravedad.

De la herida se extendió un hielo oscuro, pero eso no era todo. Parte de la esencia del naga, parte de su forma etérea parecía estar siendo absorbida por el cristal, como si fuera humo escapándose por una rendija de una habitación. El ser gritó de nuevo e intentó zafarse de ese cristal; pero no consiguió más que esa congelación avanzara con más velocidad.

En cuanto tuvo una forma algo más sólida, Yuriko soltó un golpe atroz que convirtió ese ser en un montón de esquirlas cristalinas en el suelo de la pequeña, que al poco desapareció de forma tan repentina como había aparecido.

Skoll se mantenía al lado de Brona, observando todo, mientras que Yuriko respiraba de forma pesada; pero con una sonrisa de satisfacción en el rostro más que visible.

-¿Todo controlado? -preguntó Jason, armado con una espada y un escudo, ambos dorados. Vestía un pantalón corto, como Yuriko; pero iba a torso desnudo y descalzo, mostrando la velocidad que había tenido para acudir en ayuda de la pequeña.

-Sí, Brona ha conseguido que se materializara -dijo sin más Yuriko- lo malo es que mañana nos tocará redecorar el cuarto. Lo siento, se que me pierdo cuando entro en combate -puso un gesto triste, pues había ido a comprar esas cosas con Brona y se sentía mal por haber roto algunas.

-Xenres me dijo que aquí no había fantasmas- dijo con tono acusatorio rodeando en parte el enorme cuello del lobo y aferrándose al pelaje con cuidado de no herirle con el cristal-mentira podrida- desde la posición lanzó una mirada hacia la entrada y sintió mucho corte.

¿PERO ES QUE VA POR AHI EN CUEROS?

Hundió la cara en el cuerpo del animal y refunfuñó algo ininteligible aunque sacudió la cabeza quitándole importancia a las cosas rotas que estaban desperdigadas por el suelo.

-Más sitio para que Skoll se mueva-miró al lobo y soltó el abrazo para poder sujetar bien el cristal pero la otra mano seguía anclada en su pelaje-ha funcionado- dijo a Jason agitando el cristal en el aire- te lo has perdido.

Se subió a la cama y se sentó frotándose un ojo.

-Ya no tengo sueño- dijo molesta.

Skoll se dejaba abrazar y cuando se subió a la cama, el lobo se subió con ella y se hizo un ovillo al lado de la niña, pareciendo más tranquilo y manso de lo que su aspecto podría aparentar.

-No me lo he perdido, lo he visto desde fuera -dijo Jason- no he entrado porque estaba cubriendo el otro punto de fuga, ¿no has visto que Yuriko y Skoll cubrían la ventana -dijo ligeramente dolido, pues en realidad sí había visto todo, y que dudara de eso le dolía y mucho.

-Aparta, que tengo que cambiarme -dijo Yuriko empujando ligeramente a Jason para salir de la habitación. Tardó un par de minutos en volver con una camiseta de tirantes puesta y se sentó en la cama junto a Brona, dejando la enorme espada a un lado.

-No es un fantasma, es un Naga. Los Nagas son seres hechos de Anatema, la no existencia, un vacío en la realidad de nuestro mundo, y este para ser más concretos era un "Yagul", un explorador o espía. Son muy difíciles de ver, y tu lo has visto en tres ocasiones. Puede que se sintieran atraídos por tu Icor; pero me sorprende porque o tenemos Nagas infiltrados en la ciudad o te detectó desde muy lejos, lo que implicaría que tienes un gran poder.

-Yo me encargo de poner a la guardia en alerta, ahora vuelvo -dijo Jason y salió por la puerta sin añadir más; pero la cara de cabreo que llevaba indicaba que los gritos de Yuriko a los aprendices no tendría nada que ver con lo que iba a soltar Jason por la boca.

-¿Se ha enfadado tanto porque no le he visto?- preguntó a Yuriko mientras le hacía hueco a la guerrera-Si se enteran de que hay un espía... ¿no vendrán más preparados la próxima vez?-ladeó la cabeza- es decir... si el espía sabe que lo sabemos será más difícil de encontrar.

-No se ha enfadado por eso, sino porque lleva dando avisos desde el primer día que viste la sombra. El problema es que como no tenemos una casa que nos apoye, por mucho que seamos los protectores de la ciudad, pues no nos hacen mucho caso, ya sabes, como no les pasa a ellos les da igual, y a los que no suelen hacer poco.

Suspiró profundamente y apretó los dientes- Bueno, si ven que no vuelve sabrán que tenemos medios para detenerlo o para destruirlo, y eso hará que tomen muchas más precauciones. Creo que estaban interesados en tu Icor, es solo una idea.

Se quedó un rato callada, mientras parecía intentar tranquilizarse.

-Hay veces que pienso que tendríamos que reunir el suficiente poder para fundar una casa propia que solo se preocupara de sus problemas y de la ciudad, y con el poder suficiente como para largar a alguna de las casas que no aceptara nuestras normas -negó con la cabeza- son todos unos imbéciles egocéntricos; pero no me hagas caso, solo estoy cabreada.

-A mí me gustaría-reconoció Brona pensando en tener una casa propia- una casa donde tener a los que no quieren tener casa que les manejen con secretos y cosas de esas.

Sonrió a Yuriko y se encogió de hombros, sin mencionar que ellos habían sabido todo el tiempo lo que ella había visto y no se lo habían mencionado para nada.

-Es una buena idea. Seríamos los protectores definitivos.

-Me alegra de que te guste la idea, pero tienes que saber que es casi imposible. Habría que hacer grandísimos cambios, y los que tienen poder no les gustan lso cambios, bueno, salvo a Xenres, que todo lo que sea movimiento y evitar estar estancado le encanta -dijo la chica más como si estuviera pensando para sí misma

Después de esa noche, el resto fueron más o menos normales. Los meses dieron paso a los años, y Brona seguía con ese entrenamiento feroz que le imponían Yuriko y Jason, el cual iba siendo más exigente con cada mes que pasaba, siempre a más. Si Brona no salía machacada y cansada, al día siguiente aumentaban el nivel de entrenamiento hasta que Yuriko y Jason entrenaban con ella a la par, sin ningún tipo de problema y, así, podían pasar más tiempo hablando de su "futura casa neutral" y poniendo a parir a todos los demás.

Mientras pasaba este tiempo, Brona se daba cuenta de todo lo que le decían Yuriko y Jason. Las casas desconfiaban unas de otras, no había ningún sentimiento de unidad y, para colmo, en cuanto había algún problema, en lugar de hablarlo y ponerle solución lo único que hacían era increparse unos a otros culpas de generaciones pasadas.

Algo muy triste.

Brona fue siendo conocida en esa ciudad. Una chica sin casa que era acompañada por un lobo que crecía casi a la par que ella. Los comercios a los que solía ir la trataban como si fuera hija de los dueños, pues la conocían desde que llegó, y sabiendo que ella era uan sin casa, una Guardiana de la Ciudad pero con habilidad de los "nobles", pues la respetaban más aún.