Partida Rol por web

Te quedas en la cabina solo con Madrian que teclea ausentemente en el computador mientras prepara un canal para hablar con todos vuestros maestros.

Tirada total: 11

Así que si era eso. Tan simple como lograr un vínculo con el cristal adecuado y por fín podría terminarlo. Ahora si sonrío, realmente complacida por las palabras de Mudir, incluso más de lo que podría agradecérselo.

- No sabe lo que me alegra oir eso. ¡Ja!

Le respondo dándo una palmada al concluir demasiado emocionada para reprimirme, pero ha habido un cambio en mi tono a pesar de la alegría que desborda, dejando entrever que el duelista ha ganado un poco de mi respeto.

- Si, un vínculo... ¿se podrá crear? ¿estará destinado? ¡O señor...!

Empiezo a murmurar para mi haciendome preguntas sin parar como si me encontrara sóla, pero la sensación de haber dado tal paso que nadie podría llegar a comprenderla. Era por eso que antes no había podido hacerlo, resultaba imposible, sin embargo ahora si, lo acabaría y se lo enseñaría a Quarrum. Le demostraría la estupidez que cometió al relegarme a ese segundo plano.

- ... Gracias.- Contesta cortésmente Lia haciendo una pequeña reverencia con la cabaza, a la vez que sonreía. La verdad es que le había costado lo suyo, pero eso no quería noi siquiera mentarlo. Simplemente había hecho lo que sus maestros le habían encargado, le costase mucho o poco.

Luego terminó de ayudar a Nadia a "elegir" lo que ponerse. Necesitaba descansar y no tenía tiempo para esperar a que la chica se entretuviera eligiendo ropa, como si fuera una tienda.

Cuando Nadia terminó de vestirse, se dirigió nuevamente a la carlinga donde paraban todos. Estaba cansada y dolorida. Un descanso le sentaría fenomenal. Sin más miró a al gente y les dijo.- Chicos, si queréis algo de mí, estaré en uno de las habitaciones.- Tras esto se dirigío a las habitaciones.

Justo antes de salir, se paró en seco, miró al suelo y luego se giró. La impresionante Twi´Lek, miró a Krona y le sonriéndole le preguntó.- ¿Puedes acompañarme? Necesito hablar contigo.- Dicho esto, espero a que su compañero le contestara.

Krona vio como Indala se marchaba con Mudir. Quería haber hablado a solas con la piloto, pero al parecer tendría que esperar. Estaba pensando en su siguiente plan de acción cuando Lia entró de nuevo en la cabina. Al parecer no era el único que quería hablar en privado con alguien.

Encogiendose de hombros se levantó y acompañó a la twi´lek.

Muy bien. Tampoco es que haya mucho que hacer antes de que llamen los maestros ¿Qué necesitas?

Tu conexión con el Lado Oscuro de la Fuerza no hace sino aumentar... solo estar en las cercanías de los sables que te muestra Indala te muestra alguna imagen de sus anteriores propietarios...

Cita:

Aquí sientes a un sith orgulloso... le ves recibiendo órdenes de Darth Quarum y notas que no era muy buen guerrero y tenía una muy elevada opinón de si mismo.

Y le ves también en la misma nave en la que estáis dando ordenes airado a Indala... estás viendo el pasado porque ese sith ya no se cuenta entre los vivos...

Cita:

Al oir el nombre de Moon recuerdas a uno de los guardaespaldas personales de tu maestro Darth Kruhl... un fiero hombre lobo Shivastaniano. Rabid Moon.

Cita:

Cuando ves el último sientes la imagen de un guerrero sith arrodillado  que está diciendo...-Sí, Dath Skarus, acepto el poder del cristal- y notas como de un cristal muy similar al que viste en la mina pero mucho más grande surge un gran poder oscuro que se introduce dentro del guerrero... todo ello controlado por una figura encapuchada que supones que es Darth Skarus... pero asimismo notas que ese mismo acto es una condena, ya que tanto poder del lado oscuro sin controlarlo apropiadamente tarde o temprano le matará, sobre todo cuando recurras a él y se haya agotado... (piensas por la descripción de Indala que eso es lo que le pudo pasar) las breves y concisas lecciones de tu maestro Krulh (cuando le apetecía dártelas) parecen ahora mucho más lógicas ya que tu mismo has podido ir aprendiendo poco a poco sin quemarte, y cada vez tus poderes aumentan más...

Por otro lado no crees que Indala haya sentido nada en tu sable, sus capacidades sensoras parecen bastante pobres...

Lia cerró la puerta de la habitación en la que se encontraban y tras un momento pensando lo que decir, se giro y sonrió a Krona un tanto dolida.- ¿Qué pasó en el Celestial? ¿Por qué no seguisteis con la misión? ¿por qué me dejasteis sola?.- La tez habitualmente zonriente y jovial de la Twi´Lek, cambia por completo. En ella aparece una faz dolida y angustiada. Solo ella sabía lo que había sufrido para terminar la misión con éxito y solo ella sabía que la fortuna había sido una de las causas de que ella estuviese ahora hablando con Krona.

Lia se acercó a su compañero, le puso una mano en el pecho, agachío la cabeza y, tras un momento de ordenar sus ideas, habló nuevamente a Krona mirandole a los ojos.- Tú lo sentiste igual que yo. El planeta estaba en peligro, iba a desintegrarse. Si lo sentiste, dime ¿Qué es aquello que sentiste, viste o cruzaste que te hizo dejar a un lado la misión? ¿que pasó?.- Lia paró un momento y luego le pidió.- Krona, por favor. dímelo.- Dicho esto, Lia se sentó en la cama y esperó a que su compañero hablara.

Krona no estaba seguro de lo que quería Lia. Pero desde luego no se esperaba esto. Parecia una persona preocupada, dolida, como traicionada por alguien en quien confiase, una simple mujer.
Estaba claro que era todo fachada. Estaba interpretando un personaje como siempre que quería algo.

Krona sopesó la situación. Normalmente no daría explicaciones. Pero también es cierto que normalmente trabajaba solo. Quizás el hablar y darle lo que pide le vendría bien para un futuro.

Vamos a ver. Si no recuerdo mal dijiste que habías contactado con el objetivo, más o menos en ese momento fue cuando nos atacaron los hombre y "mujeres" de Skarus, creo recordar que te avisé por si también te atacaban a tí. Todavía no habíamos acabado con ellos cuando apareció la nave esa con Jedis y soldados disparando y nosotros fuimos cogidos en medio. Como puedes comprender el hecho de ver a Jedis hizo hervir la sangre de Mudir y en lugar de marcharse se dedicó a jugar con ellos. Todo dicho sea de paso, no creí que sobreviviera, me sorprendió.
Danko llegó con la nave a tiempo de sacarnos de allí, no sé cómo sabía que estabamos allí, tendrás que preguntarle a él.

En cuanto al planeta, lo que vi no era nada bueno. Que fue por lo que te dije que te largaras del planeta cuanto antes. Confiaba en que encontrarías la forma.

Eso es todo. Con esto ya tendrás suficiente para darle un informe a tú maestro.

Despues Krona hizo ademán de marcharse.

- Deja de mirar mi sable. - dice Mudir directamente. - No sé por qué razón lo miras así, pero no vas a sacar nada de él.

Mudir notaba el interés de Indala por su arma. Se dió cuenta de que ella no tenía sable. Quizás estuviese pensando en conseguir uno. Parecía que sabía sobre los cristales ¿trataría de hacerse el suyo propio?

El aprendiz de sith estuvo a punto de echarse a reír, pero su gesto se torció lo suficiente para dejar una media sonrisa florecer en él. Eso fue lo máximo que mostró.

- Conocía a Moon, y era un patán con pinta de fiera. Si el resto de los guerreros que me indicas eran tan torpes como él... - señaló. - Imagino que el interés por el sable es para hacer  uno propio. Creo que estás entendiendo mal lo del vínculo. No olvides, que un sable es una herramienta. Es el poder de quién domina el sable el que dirige su hoja y blande su fuerza. No le des tanta importancia a eso. Y aprende a manejarlo.

Mudir le había dado un consejo. Por un momento se arrepintió de haberlo hecho. Pero después sonrió para sí. ¿Qué más daba? Quizás ella valiera para algo más que para observar como el resto se pegaban. Por ahora no le había dado problemas, aunque no le caía en gracia. Poco había hecho por caerle bien, claro que tampoco lo habían hecho sus compañeros. El ego de cada uno de los miembros era a cada cual más grande. Esto a Mudir le hacía mucha gracia.

- Je. Muy buena explicación.

Vuelvo a centrarme en Mudir en lugar de divagar mirando su arma.

- Pero creo que entendí muy bien lo de ese vínculo. El sable simplemente actua de nexo entre su dueño y el cristal vinculado, permitiéndole mostrar el máximo de sus capacidades. Tu lo has dicho, "es el poder de quien domina el sable" así que mi sable no me serviría para llegar a tu nivel de maestría en combate, sería imposible porque tu eres un guerrero, pero quizás me ayude en otro tipo de situaciones más adecuadas a... mi naturaleza.

Tardo en encontrar la palabra y después me permito unos segundo para imaginármelas, pero desisto rápidamente ante la infinidad de posibilidades que se abren a mis ojos.

- De lo que se deduce que ninguno estos, incluído el tuyo, funcionarían igual en mis manos que en las de sus anteriores dueños. Y entonces ¿por qué debería aprender a manejarlo antes de tener el mío propio? Carecería de sentido perder el tiempo de esa forma.

Lia le miró mientras Krona hablaba. Las facciones del hombre indicaban que no creía en ella y que interpretaba un papel, eso le dolió sobre manera. A pesar de todo, ella le escuchó interesada, integrando todo lo que su compañero le decía, pero había algo que no entedía, justo lo que le suscitó alejase de la misión.

Cuando terminó de hablar, Lia le miró fijamente y asintió.- Bien.- la escueta palabra lo decía todo... eso y su semblante.- Así que, si he entendido bien, habéis dejado de hacer la misión encomendada por nuestros maestros.. ¿pooooor... me lo puedes recordar?.- Lia miró duramente a Kronay prosigió con su alegación.- El tiempo transcurrido entre mi contacto con vosotros y la lucha con la gente de ¿Skarus?... fue abismal. De hecho, antes, te vi hablar con una mujer, a la que Mudir miraba de forma peculiar, antes de que pasara todo el problema... .- Lia le volvió a mirar a los ojos, esta vez sin emoción alguna. su fría mirada reflejaba una mezcla de lo dolida que se sentía, lo sola que se encontraba o lo que había vivido esas últimas horas.- Krona, solo te pido que seas sincero. ¿A quién viste, o qué percibiste, para que dejaras la misión encomendada, e hicieras otra cosa que no estaba en los planes iniciales?.- Dicho esto Lia se le quedó mirandole, esperando una respuesta.

Krona ya se marchaba, pues le había dicho a la twi´lek lo que necesitaba. Por lo que cuando le siguió hablando se giró un poco molesto. Aunque la cara le cambió de molestia a extrañeza. Pues lo que decia no tenía sentido.
Lia había contactado con el objetivo justo antes del ataque, despues de que tuviera la visión de la destrucción del planeta. De hecho él la estaba avisando de que marchara del lugar cuando le comunicó que ya estaba con Nadia. No sabía a qué narices venía esto, y desde luego no tenía intención de comentarle nada de lo que estuviera haciendo antes del combate.

No sé de que coño estás hablando.

Y esta vez sí que se marchó. Le fastidiaba que le tratará como a una de sus victimas. Habían peleado hombro con hombro. Lo menos que podía hacer es dejar sus jueguecitos entre ellos. El hacerse la victima sólo le enfurecia más.

Mudir echa a reir.

- Parece que te cuesta, pero poco a poco llegas a conclusiones más acertadas. Si quieres saber porqué es importante manejarlo o no... averigüalo. Pero un sable, solo es eso. Un sable.

Mudir se giró, la conversación le aburría y no pensaba perder el tiempo con ella, tenía cosas más importantes que hacer como... ya se le ocurriría algo, casi cualquier cosa era más interesante.

Se fue sin despedirse, dejando a Indala en sus extraños pensamientos. Estos eran los que diferenciaban a los que valían y a los que no. En cierto modo, echaba de menos a Pher... Al menos con él sería divertido cruzar espadas. Incluso, si un pequeño accidente...

Mudir reía imaginando ese momento, también pensaba en algunos de los que dejó en su planeta natal. El viaje le estaba enseñando mucho y se estaba dando cuenta de que era demasiado flojo con muchos que no lo merecían.

Gracias a Mudir al final todo cuadraba y encontraba las conexiones entre todos los puntos, simplemente debía tener paciencia hasta encontrar el cristal y para ello lo único que necesitaba era tiempo, el necesario para que cuando lo encontrara, saber que era ese y no cualquier otro.

Podría incluso darle las gracias, pero con lo poco que le conocía en el mejor de los casos me mandaría a la mierda, así que le dejo que se largue mientras recojo los sables quedándome con el de Sartarus en la mano, simplemente para juguetear un poco dándole vueltas.