Partida Rol por web

—¿Si? Esta tripulación parece más ordenada, pero confio en tu juicio —le dijo a su amigo antes de apartarse un poco.

Comenzó a tocar el barco en varios sitios. La madera de la cubierta, las barandas buscando muescas y luego el mástil donde colgaba la vela mayor. Estaba buscando marcas de algún combate, para evaluar la experiencia de la tripulación y el capitán.

Parece que a la Compañía le gustan los extremos...

Este hombre me parecía más sensato y probablemente más fácil que tratar pero el barco era un enorme no, no. Tanto literal como figuradamente. Si escogíamos este barco pasaríamos a ser la comidilla de todas las islas, historias de un terrible barco negro acompañado de la muerte que persigue el fantasma de un legendario fantasma. Todo lo contrario a lo que quería y por lo que podía escuchar al resto parecían ser de mi parecer.

- Un placer capitán.- es lo único que le dije cuando se presento y por lo demás me quede mirando los detalles del barco y dejando al resto que consultaran todas las dudas posibles, pues visto lo visto no tardaríamos en ver la siguiente oferta o simplemente decidirnos por el anterior.

Ioanna se sintió como en casa al llegar al nuevo barco, con ese aspecto tan... ¿Cómo decirlo? ¿Bestial?

Si bien resultaba extraño que les llevasen a un barco como éste viniendo de un barco como el anterior, a la arcanista le gustaba muchísimo más. Y así lo hizo saber.

- Compañeros, creo que éste es el barco perfecto para nosotros.

Dicho eso, echó mano a una cadena y olió el perfume que emanaba de ese lugar, le provocaba una tranquilidad desmesurada. Lo que más deseaba Ioanna era que de una vez siguiesen adelante y dejasen de buscar barcos. Estaba también en cierto modo frustrada, no es que no estuviese acostumbrada a que sus compañeros la pasasen por alto, pero aquí es como si directamente no existiese. Y para esto he venido yo aquí, para que una pandilla de idiotas me ignore.

Zagrán saludó con una sonrisa al capitán. No porque fuera especialmente simpático con Urmendarr, pero sí porque parecía un hombre efusivo.

-Majestuosa nave... y potente- le dijo al pasar, mirando la gran bombarda, y con mayor detenimiento la disciplina que parecía emanar de esos marineros.

Este era un marcado contraste con el anterior. Y se quedaba corto.

-De todas formas, como dije antes, me gustaría conocer a todos los candidatos antes de tomar una decisión- dijo ante el comentario de la bella Ioanna -Si no les molesta, claro está- agregó, repitiéndose a propósito.

Al escuchar a Zagrán comentar que quería ver todos los barcos antes de tomar una decisión, Ioanna se aclaró sonoramente la garganta y, girándose hacia él comentó

- No sé por qué insisten en ver cada barco, no es necesario, es ineficiente y sólo conseguirán que perdamos más y más tiempo - exhalando una pequeña bocanada de aire continuó - Cuanto antes zarpemos, antes llevaremos a cabo esta misión y, créame, empiezo a estar cansada de esperar. No he venido aquí a ver una exposición de barcos.

Se dio la vuelta de nuevo y, dando un par de golpes con la mano al barco, añadió

- Éste, éste es el barco que necesitamos.

La arcanista comenzaba a mostrarse irascible. Era bastante evidente que sus compañeros no le caían en gracia, pero una misión era una misión y por eso estaba allí. Con todo, se negaba a perder más el tiempo.

Dio me cae bien, es audaz hasta en sus pensamientos, lo opuesto en gran medida al Rojo, que es grande y lento, tanto él como su embarcación. Tal vez el Segador Encadenado podría servir para librar una batalla y ganarla, o para cruzar altamar e ir a las tierras de los extranjeros, pero nada de eso tenemos por delante. Mas que un barco es un ancla para nosotros, aunque no cabe duda que resistiría una tormenta.

Me resulta entretenido ver al esqueleto encadenado como insignia, será el de algún enemigo o el del anterior capitán? Ioanna se siente a gusto como ningún otro, parece convencida, pero ha entendido realmente cuál es la tarea que nos encomendaron? - Es perfecto para enfrentar a Robert Pike y darle una buena paliza... para eso y para poco más - le respondo.

- Capitán Urmendarr, bonito detalle el del esqueleto, lo encadenaron estando vivo? - me sigue llamando la atención esa figura, tal vez haya sido un sacrificio a espíritus marinos más allá de estas islas a cambio de sobrevivir a incontables batallas - Por cierto, el Capitán Dio Szadko le envía saludos... tiene algún mensaje para él? - pregunto un tanto entretenida, el comentario de Dio no parecía casual, intuyo que hay una linda historia entre ambos.

- Cómo va a molestarnos?, el día está ideal para recorrer el muelle y mirar barcos de la Compañía - respondo a Zagrán con un dejo de ironía, y me pongo a su lado dispuesta a seguirlo - Gracias por sacarnos de este carromato viejo - le susurro con complicidad. Entonces la mujer de sombrero vuelve a expresar su preferencia, esta vez con más insistencia - Puedes quedarte si quieres, no creo que te pierdas de mucho. Al igual tú, yo ya estoy decidida, pero me da igual zarpar hoy o mañana, no tengo ningún apuro en hacerlo, así que seguiré paseando por el muelle un rato más -

La mujer mira a la nativa con evidente desprecio, su comentario, lejos de ayudar a mejorar su humor, hizo que se le crispasen un poco más los nervios.

- Puedo quedarme, o puedo ir, sí. - Dijo con desdén - Pero poco importa las vueltas que podamos dar si, al final acabaremos en el mismo lugar. Sólo perdemos el tiempo.

Chasqueó la lengua y miró hacia otro lado cruzando los brazos. Se suponía que eran competentes y sólo por eso aguantaba a esa salvaje, aunque su paciencia era finita.

Zagrán, ni lento ni perezozo, le ofreció el brazo a la nativa. No estaba seguro de si en su cultura ese gesto significaba lo mismo que en la continental, pero se arriesgó, acompañándolo con un comentario en susurros.

-Alguien tenía que hacerl...- y no terminó la frase que Ioanna explotó de una manera que al último de los Dinar (si no había dejado ningún vástago por algún lado) recibió en mucha gracia, aunque su rostro no lo demostró.

-Ioanna, entiendo que te haya embelesado este barco que sobreviviría mil batallas, y sinceramente lo considero un buen candidato- para ello y saquear una gran ciudad -Pero que dediquemos unos minutos más a elegir con la mayor de las atenciones los mejores dos barcos que encontremos, no sólo será un éxito para la Compañía, si no también para nosotros y nuestros bolsillos- y le guiñó un ojo -Y realmente no será mucha diferencia una vez nos encontremos navegando-

Miró a los demás, y luego volvió a Ioanna.

-En mi caso, preferiría que nos acompañe, para que podamos escuchar su opinión sobre los siguientes-

El Rojo recibió las críticas al segador con una sonrisa feroz. ¿Aquellos petimetres arcanistas osaban criticar su navío? Es cierto, el segador no es el mejor navío para una infiltración. Pero ha estado y salido de lugares muy peligrosos, lugares que otros marineros solo consideran leyendas. Contestó con voz de trueno y estalló en un torrente de risas junto a su tripulación al escuchar a la "capitana nativa". Señora, he conocido a muchos necios decir sandeces sobre el mar durante toda mi vida pero lo que ha dicho sobre Pyke es nuevo. Explicó recobrándose con esfuerzo mientras su ancho pecho subía y bajaba como un fuelle. Entiendo que jamás ha visto un almavela pero no se debe de hablar del diablo sin haberlo conocido. Por otro lado el segador es de madera tallada, señora. le contestó intentando evitar reírse de nuevo. Ya sabe, esa cosa que sujeta las ramas de los árboles.

Reik rió la gracia por lo bajo antes de intervenir. Su sirviente observaba las suaves mareas con actitud ausente a la par que serena. Basta, capitán. Nuestros invitados desean ver el resto de barcos. intervino con tono neutro y formal. El capitán se secó las lágrimas levantando el pulgar en señar de aprobación. Ha sido un placer, se-señores y da-damas se despidió mientras el grupo descendía por la escala.

Assim asiente asombrado con el barco —Es una buena tripulación, y un capitán valiente —murmura.

—¡Tengo un buen presentimiento de aquel barco, muchachos! —dice en voz alta señalando al Segador mientras se alejaban. 

La comitiva encabezada por el secretario caminó resuelta bajo el intenso calor estival abandonando la sombra del gran navío y dirigiéndose hacia un pequeño muelle auxiliar. Mientras, las murallas de piedra blanca de la ciudad refulgían bajo la luz del mediodía, dándoles la apariencia de un gran y continuo anillo que se perdía entre el denso dosel selvático al este y al oeste.

Amarrado al muelle, un solo barco de aspecto desvencijado y llamativo cabeceaba arrullado por el oleaje mientras la única vela y su bandera ondeaban agitadas por el suave viento que acariciaba la bahía. Arrodillados frente a la nave, varios niños medh limpiaban los moluscos del casco con alegría mientras un marinero de aspecto severo los supervisaba con atención, corrigiendo su labor de vez en cuando.

Sentada sobre unos barriles, una mujer joven de facciones agradables garabateaba un mapa circular grabado en madera que ocultó en el barril con disimulo al ver a la comitiva acercarse. Es un barco antiguo explicaba Reik a sus invitados señalando la madera curtida por el tiempo Pero el Albor ha prestado un servicio inestimable a la compañía durante más de una década. Ah! Ahí viene la capitana Heid. dijo señalando a la mujer que se acercaba con paso resuelto hacia ellos.

La mirada era cauta pero amable y su voz melodiosa y más apropiada para una artista que para el capitán de un navío. Buenos y calurosos días tengáis, arcanistas. saludó sin más pompa ni respeto del necesario. Soy la capitana Vanit Heid y me gusta ir al grano así que haré gala de mi reputación. No os voy a dar un paseo en mi barco si no es necesario y no me fascinan demasiado los pavos reales. Informó mientras se retiraba un plastón de heces de gaviota del amplio sombrero.

Niego con la cabeza ante el berrinche de Ioanna, aún no sabía en que era experta aparte de disfrutar de lujos y este momento me había dado una imagen de niña malcriada que por la reacción del resto estaba segura que le iba costar quitarse... si es que siquiera lo intentaba.

- Aunque escogiéramos ya los dos primeros barcos, no partiremos al momento tendrán que prepararse, pero gracias por demostrar lo que vas a tener en consideración la opinión de cualquiera cuando te lleve la contraria. Lo que supongo que incluirá al capitán del navío.- comento sin más a la mujer.- Realmente gracias por dar esta impresión tan profesional.- acto seguido me giro al capitán.- Ciertamente tiene un navío impresionante y estoy segura de que navegar con usted sería toda una experiencia pero como han dicho la mayoría de mis compañeros queremos tener en cuenta todas las posibilidades.

Dicho esto acompaño el resto de camino a los siguiente navíos. Al escuchar a Assim arqueo una ceja.

- Esa sensación me habían dado pero para asegurarlo tan fuerte... ¿en que te basas?

Siguiendo el camino llegamos hasta el siguiente barco, era antiguo y se notaba que había sufrido la experiencia del mar, sin embargo lo que me sorprende es la capitana. Debía haber recibido hacía poco el mando del barco y ciertamente no cuadraba en mi idea, para nada prejuiciosa, de lo que tenía que tener un capitán de barco. Y sin embargo tenía una franqueza que ya podrían tener otros.

- Un placer, soy Camila.- me presento escuetamente y con un tono parecido.- Si no sabemos como es el barco, nos será difícil elegir. ¿No?- la pregunta era sincera y sin segundas intenciones.- Pero ya que prefieres ir al grano, cosa que es de agradecer, ¿qué nos puedes decir de tu barco y tripulación?

Assim se adelantó para acercarse a Camila, dando zancadas por los muelles. A el le parecía razonable la opinión de Ioanna, aunque también entendía que no zarparían inmediatamente, por lo que tampoco tenían muchas opciones salvo dar un par de vueltas viendo los barcos. Que era especificamente lo que estaban haciendo. 

—Soy bastante... Observador —dijo Assim luego de trastabillar un poco por el suelo resbaloso.

—El Cercenador encantado está bastante curtido en batallas, ¿notaron las marcas en el casco y la cubierta? Se notan apenas porque están bien maquilladas —el hombre asiente nuevamente. —Una tripulación trabajadora y un buen carpintero.

Saludó a la capitana levantando ligeramente la mano. El barco no le ilusionaba, pero seguro lo viejo lo compensaba con experiencia.

Alric se mantenía observando en silencio, un barco en ese estado revelaba a un capitán con experiencia. El navío Lucía rápido, eso se veía en la forma de su quilla y la capitana iba directa y al punto. Hasta ahora 3 capitanes totalmente distintos.

Pero sin cañones... En el mar, carecer de defensas era peligroso.

Acercándose de pasada a Assim, le dejó saber su opinión.

- Me agrada el estilo de la Capitana... Pero sigo prefiriendo el primer barco.

igual faltaba una cuarta y última opción antes de empezar a tomar desiciones.

El segundo, y su capitán le parecían bien, y si a todos les molestaba el tal Dio ¿Por qué no cambiar elegir un barco con otro capitán?

—Entiendo que los marineros son reacios a cambiar de hábitos, pero ¿por qué tiene el barco que venir con el capitán? —comentó antes de aclarar que opinaba igual que Alric. El primero le había parecido bien y el segundo era una de las opciones que estaban casi seguras. 

- Ningún capitán deja su barco en manos de otro... Y las tripulaciones, suelen ser fieles a sus capitanes

Assim no conocía la vida en el mar, el problema es que en un barco no era tan sencillo como en tierra... Además, el capitán solía ser dueño y señor en su barco.

De què se ha reìdo tanto Urmendarr? Para què me explicò lo que es un àrbol? Ese hombre es muy raro, estarà trastornado o se burlaba de mi? Como sea no pienso pisar ese barco nunca màs, por màs que Ioanna y Assim estèn muy entusiasmados en subirse a èl. Sigo caminando del brazo de Zagràn, mirando hacia adelante con el mentòn en alto, contemplando la belleza de las murallas de Emedah.

El nuevo barco està atravesando una lenta agonìa - Esto puede navegar? - le susurro a mi compañero antes que la mujer se nos acerque. Una Capitana, eso me gusta, y tiene caràcter como Camila. Ademàs hay varios nativos ayudando, confieso que eso me agrada, pero el barco no, ya veo que nos hundimos en cuanto nos de una ola con fuerza. A ella no le gusta perder tiempo, a mi tampoco. 

- Capitana Heid, usted me inspira respeto, por eso no le harè perder tiempo. Su barco no me gusta para nada, pero usted y su tripulaciòn si, y mucho. Estarìa dispuesta a subirse a otro barco para llevarnos? - digo inspirada por los comentarios que escucho de los encapuchados a mis espaldas. Luego miro al secretario, tal vez el viejo pueda solucionar ese punto, despuès de todo aùn tengo que hablar con èl acerca del favor que ha de pagarme.

Zagrán le respondió a su acompañante.

-Estoy seguro que sí... lo que no sé es por cuánto tiempo- dijo sinceramente intrigado por el estado del barco, y a la vez por lo que significaba que estuviera entre los candidatos.

-Un gusto, capitana- dijo aún riendo ante la presentación -Me alegra que sea una persona franca y sin muchas vueltas, como decimos en mi pueblo. A la pregunta de mi compañera- y señaló a Camila -Sumaría la siguiente, con igual franqueza: ¿quiere este trabajo? Porque si lo quiere, nos va a tener que vender cómo este curtido barco nos va a llevar a destino ida y vuelta- y mostró las palmas hacia abajo con los dedos extendidos de su mano libre -Aclarando que tiene un voto de confianza de mi parte por la mejor presentación hasta ahora, pero probablemente necesitemos más que eso para elegirla- puso la mano nuevamente en su cinto de armas -Sin tapujos, que por algo está siendo una opción para el honorable secretario y la Compañía-

- Si no sabemos como es el barco, nos será difícil elegir. ¿No?- la pregunta era sincera y sin segundas intenciones.- Pero ya que prefieres ir al grano, cosa que es de agradecer, ¿qué nos puedes decir de tu barco y tripulación?

---

La mirada de la capitana se endureció ligeramente antes de contestar con voz armoniosa. Como digo esto no es un desfile ni mi barco un bote de recreo. ¿Qué os puedo decir? El Albor ha sido mi compañero desde que llegué a estas islas y nunca me ha fallado. Muchos lo llaman El Cisne del Amanecer y es una de las naves más rápidas que encontrareis en las islas. Mis hombres por otro lado tienen mi absoluta confianza, a diferencia de vosotros.

- Capitana Heid, usted me inspira respeto, por eso no le harè perder tiempo. Su barco no me gusta para nada, pero usted y su tripulaciòn si, y mucho. Estarìa dispuesta a subirse a otro barco para llevarnos?

Vanit Heid arqueó la ceja con desdén miró a Reik con una expresión extraña en el rostro y sin siquiera despedirse se dirigió hacia el navío. El secretario se encogió de hombros provocando que los flecos amarillos de sus hombreras ondeasen ligeramente. Creo que el Albor ya no es una elección viable, señores. Suspiró tras informar de lo evidente. Si tienen la amabilidad de seguirme, les llevaré hasta la última nave. sugirió echando a andar de vuelta hacia el muelle central.

Assim creía comprender lo que decía Alric. Eran cuestiones de orgullo y lealtad, no compartía los pensamientos de los capitanes pero los respetaba. Si así debía ser.

El hombre no tuvo más opción que encogerse de hombros ante la actitud de la capitana. Y cuando está se aleja comenta en voz alta —Podríamos llevarnos el primero y en caso de tener problemas nos reagrupamos con el Segador ¿Entiendo que tenemos dos barcos a nuestra disposición, no? Usariamos el Segador como base operacional y bodega. Puedo trasladarnos de un barco al otro en alta mar si tengo tiempo suficiente y hace falta —completa.