Partida Rol por web

Innara activó los controles con velocidad y destreza, haciendo que la nave se elevara y empezara a volar en pocos segundos. De vez en cuando, te hizo algunas indicaciones para que le ayudaras a calibrar los sensores de vuelo y también los impulsores, algo que ella prefería dejarte para no perder de vista a dónde se dirigía.

-Lo bueno de Kointinar es que no disponen de una tecnología capaz de detectarnos, así que podemos hacer lo que queramos y marcharnos después para reunirnos con el Enterprise, que no creo que tardemos mucho en encontrar.

Cuando llevaban un rato sobrevolando la ciudad, Innara señaló una estructura.

-Ahí. Ese es el edificio gubernamental. Lo construyeron con ayuda de los cardasianos. Computadora, localiza la señal genética de Dn'vengar según la información que he proporcionado. 

La computadora hizo un beep y respondió al instante.

-La señal indicada se encuentra en estos momentos en el interior del edificio que se encuentra en las siguientes coordenadas.

Unos valores numéricos aparecieron en la pantalla.

Perfecto. Ahora solo tenemos que soltar unos pocos torpedos... y listo -comentó, con una sonrisa de satisfacción.

Kepaar ayudaba con los controles a Innara lo mejor que podía, estaba claro que eso no era lo suyo ni lograba interpretar la mitad de las ordenes o controles que tocaba así que se limitó a apretar botones y subir y bajar palancas conforme la alferez se lo indicaba.

La nave resoplo al salir disparada hacia su objetivo que no tardaron en encontrar, allí se encontraba Dn'vengar bajo esos números que mostraba la pantalla de la computadora, todo parecía poder acabar allí y en aquel momento.

Espera, lo tienes a tiro no puede escapar... dale la oportunidad de rendirse y acabar con esto sin más violencia.
No tienes nada que perder pero si mucho que ganar. Dn'vengar debe ser juzgado.

Innara miró a Kepaar con extrañeza.

-Yo no soy del cuerpo diplomático, Kepaar Landor. Mi misión aquí es mucho más simple que todo eso. Si acabo con D'vengar, acabo con toda la inestabilidad del planeta y los problemas que están causando los cadasianos en esta zona. Esa es mi misión... y eso es lo que voy a hacer en cuanto estemos a tiro.

Después de decir aquello, volvió a centrarse en la computadora de navegación y el edificio al cual se aproximaba.

La determinación de la alférez era clara y Landor comprendió enseguida que nada de lo que dijera le haría cambiar de opinión.

Las dudas comenzarón a invadir el pensamiento de Kepaar, ¿era mejor la muerte de aquel despreciable ser que las que él podía provocar? pero quienes eran ellos para quitar la vida de nadie. Landor permaneció callado dejando que el destinó se mostrase y tomará las decisiones por él.

La alférez observó los sensores y cuando estuvo en el punto adecuado, pulsó las teclas... y disparó sendos torpedos. Pudisteis ver como atravesaban el aire y también como impactaban con el edificio, el cual se transformaba en una gigantesca bola de fuego.

Sin duda alguna, habían muerto inocentes en aquel ataque, pero Innara tenía una misión que cumplir y ella siempre llegaba hasta el final.

-Objetivo cumplido. Ahora, a por el Enterprise.

Innara giró la nave y la dirigió hacia el espacio, dejando atrás Kointinar. A vuestra espalda, el planeta se alejaba como un mal recuerdo, aunque quizás no lo olvidarais nunca, teniendo en cuenta cómo había acabado.

-Enterprise, aquí la Alférez Halskim saliendo desde Kointinar. Respondan.

Tras unos segundos, Innara comprobó los sensores.

-Vaya. Parece que no nos responden. A lo mejor tenemos que esperar un rato. Sé en dónde deben estar, así que mientras contactamos, me dirigiré hacia allí -explicó, mientras ponía rumbo al espacio profundo.

Kepaar se mantuvo en silencio, era una persona de cierta edad y había visto muchas cosas pero no pudo dejar que aquello no le afectará.  Miró la explosión en el horizonte imaginando las vidas sesgadas por el egoismos de unos pocos, sintió pena, sintió lastima... sintió un vacío.

Su dolor interior se hizo presente en una pequeña lagrima que surco su rostro guiada por una de sus arrugas... tan solo pudo orar en lo más profundo de su interior mientras se sentía insignificante e indigno de seguir con vida.

El mensaje del Enterprise llegó como maná caído del cielo. Haskim accionó las comunicaciones para responder sin perder tiempo.

Enterprise, aquí Halskim. Viajamos en una nave cardasiana capturada. La presencia de cardasianos en Kointinar, a falta de confirmación oficial, ha sido eliminada. Nos dirigimos a su encuentro.

Por fin el Enterprise había respondido. No sabía qué estaría pasando, pero Jonas había sido muy claro. La prioridad era eliminar a los cardasianos de Kointinar, antes de que el Enterprise estuviese allí, de ser posible. No había podido cumplir aquello, pero ya estaba hecho. Ahora la rapidez era importante.

Miró de reojo a Kepaar. Parecía incómodo con sus decisiones.

-Me imagino lo que pensará de mí, señor Kepaar, pero en la Sección 31 no tenemos mucho tiempo para sentimentalismos. Lo que acabo de hacer, a pesar de que haya supuesto la muerte de personas, ha salvado miles de vidas, para empezar, del propio planeta. Alguien debía hacerlo, y quedarse sin hacer nada, no es una opción.

Kepaar se mantenía en su puesto absorto en sus pensamientos, pero las palabras de la alferez con la clásica justificación era algo que no podía dejar pasar.

Quizá las acciones que considera justificadas no hubieran sido necesarias si los cardasianos y la federación no hubieran interferido en el planeta. Sus acciones solo limitan el sufrimiento del que la federación es complice.

Cuando un buen rato más tarde vieron la Enterprise en la pantalla, Halksim ni se inmutó. Abrió los comunicadores y habló:

-Enterprise, aquí Halksin. Solicito permiso para atracar.

En cuanto recibió el mensaje de confirmación, puso rumbo a la bahía de atraque, que ya visualizaba directamente en la nave.

-Allá vamos -dijo en voz alta, mirando de reojo a Kepaar.

Sus manos maniobraron con habilidad y en unos minutos, encaró el punto de entrada.