Partida Rol por web

   -Yo estoy listo, muchachos- Saludé entrando a la sala de trasporte- Si necesitamos algun equipamiento extra que nos lo energizen hasta allá- Le avisé al operador, mientras me paraba en mi correspondiente lugar.

Justo antes de que os transportéis, llega Perkins procedente de la enfermería.

-Lo siento, caballeros y señora. Es que estaba dejando listo todo para la alférez Zoe. Está mejorando, pero todavía necesita cuidados -comentó, mientras se subía a la plataforma.

Justo en el momento antes de transportaros, llegó la respuesta de Vrako, directamente para Jor.

Lo siento. Tras SU cagada con las lanzaderas y sacrificar vidas inútilmente, he quedado de baja médica. Hasta que no me reponga en mi totalidad, no se me permitirá ir en misión alguna y, dependiendo de mi estado general, quizás puedan disfrutar de mi presencia en el puente dentro de unos días. Hasta entonces, estaré disfrutando de la calma y de la paz que me da saber que nadie está interfiriendo en mis pensamientos e invadiendo mi intimidad sin mi permiso.

Atentamente. Tte. Vrako.

Tras lo cual, el haz del transportador se activó, desapareciendo todo el equipo en un haz de luz. 

Jor estaba preocupado de que revisar la estación tuviera el propósito de hacerles perder más tiempo; se lo había comentado a la capitana en un mensaje privado antes de energizarse.  Dispuesto estaba a que los dejaran ahí a ellos en la estación mientras la Enterprise iba hasta hasta Kointinar si es que esto pareciera que tomaba más que unos pocos minutos.  Y el sabía que la capitana haría lo correcto.

Jor, Corbin, Kander y Alia, junto con el cardasiano y el cuerpo de su compañero, se materializaron en la ya familiar plataforma de transporte del Enterprise. Habían regresado después de perder a un hombre, algo que en ese momento todos percibieron con mayor intensidad, una vez de vuelta.

Nadie tenía que haber muerto, pero ese era el riesgo que corrían en la Flota Estelar.

Si me lo permite, señor. Regresaré a la enfermería para ver cómo está la Alférez Zoe -dijo Perkins, saltando de la plataforma y saliendo de la sala de transporte.

En ese momento también entraron dos oficiales de seguridad para escoltar al prisionero, y otros dos miembros del equipo médico para llevarse el cuerpo del difunto Lohan.

Por favor avísenme -le dijo a los dos del equipo médico- cuando el cuerpo esté listo para la ceremonia funeraria que haya dispuesto el Sr. Lohan.   Una parte de sí quería emitir el grito de duelo Klingon en ese momento, pero sabía que hay su tiempo y lugar para hacerlo.

Mejor se dedicó el par de minutos en lo que sucedía todo esto para preparar las cartas que enviaría a la gente cercana a Lohan, una a los de la Enterprise, y la otra, a sus familiares.  En ella mencionaba el heroísmo de voluntariarse a una misión tan difícil como lo fue retomar una estación, la forma en que protegió al resto del equipo, lo importante de toda la misión general.  También habló de lo que conocía personalmente de él, y de lo que opinaban otros, lo mejor de todo ello, que es lo más importante a recordar en estos momentos.  Le mandó una copia a la capitana por si quería añadir algo o enviar la suya. 

Suspiró, se quedó viendo al prisionero. Cerró los ojos, meditando un poco, hasta que vinieron a por él,.

Avísenme cuando estén listos para el interrogatorio, me gustaría estar presente.  -Dijo a las dos de seguridad. 

Recuerden revisarlo bien, la gente de operaciones especiales puede tener formas de cometer suicidio para cubrir las huellas de sus trabajos fallidos.  Más aún cuando lo que no logran echa a perder los planes mayores de sus superiores.   

- Si, lo había dicho a propósito para leer mentalmente la reacción a estos dos comentarios.   Y claro, no sólo usó las habilidades de leer la mente que le daba su neocortex betazoide.  También las más tradicionales, el mirar los gestos, la empatía para saber que pasaba en la mente de ese saboteador. 

Los guardias de seguridad asintieron y agarraron de los brazos al cardasiano para conducirlo a las celdas. Su actitud era la de alguien que había fallado en su tarea, y así pudiste leerlo también en su mente. No se sentía feliz. Pero al mismo tiempo, estaba sacando fuerzas. No os diría nada. Soportaría todas las torturas que le hicierais sin hablar.

    Una vez reconstituido en la sala de transporte me replanteé volver al puente. Pero sabía que tenía una obligación mayor, debía por lo menos cruzar una palabra con Kalina por lo de Yo'han. Dejarlo para más tarde sonaba frívolo y era muy probable que ni siquiera hubiera un "más tarde" con la horrible guerra que estaba a punto de estallar.

   -Señores, en breve iré al puente, por si alguien precisa mi ubicación, tengo que encargame de algo antes.- Saludé a los oficiales mientras se encargaban del repugnante prisionero.

   Me acerqué al técnico encargado de la consola de teletransporte.

   -Disculpe, los miembros de la lanzadera que fueron teletransportados... ¿Fueron dirigidos a la enfermería o sabe si retomaron sus otras obligaciones directamente?- le pregunté susurrando, mientras le apoyaba una mano en el hombro, como indicador de la gravedad del asunto- Tengo una amiga entre ellos, necesito saber cómo está.

Creo que a la enfermería, pero... ya se encuentran en sus cabinas... y en la cantina, alférez -. Te dijo el oficial de transporte, mirando en su terminal la posición actual de todos ellos.

El alférez pareció entender tu preocupación.

    Agradecí solemnemente la información y me puse en marcha con la idea de pasar por la cantina, esperando encontrar a Kalina allí... y si no, de dirigirme hacia el puente. Algo me daba mala espina sobre las maniobras que sentía que la nave realizaba.