Cira asiente ante las palabras de su primer oficial. En realidad había poquísimas formas de proceder.
-Por supuesto. Lo que sea necesario. Aunque es mejor hacer venir a la doctora que ir allí a lucirnos frente al sospechoso. – y presto tomo la iniciativa de llamar a la doctora utilizando su comunicador insignia.
- Doctora. Presentese en mi despacho de inmediato. Es importante. -
La doctora entró en la sala de observaciones y encontró a la capitana hablando con el primer oficial y la teniente Annaith. Todos giraron su vista para mirarla en cuanto las puertas se abrieron. Sin duda, parecía estar tratando algo importante y que su llegada era sumamente esperada.
Lena, tras una rápida inspección de la escena se dirigió directamente hacia el grupo de personas con gesto despreocupado, hasta que no se le dijera lo contrario ella no tenía motivos para estar de otra manera.
- Esto parece un comité de bienvenida... Que honor¿Y bien capitán, que es eso tan importante? Tengo mucho trabajo
La capitana respiró hondo y distendió sus manos sobre el escritorio manteniendo aun los brazos parcialmente cruzados y apoyados sobre su espacio de trabajo.
A continuación contempló a la doctora con algunas ideas todavía sin esbozar. Entonces inició la explicación.
-Doctora, gracias por acudir tan rápido. Un asunto urgente debe ser resuelto antes de llegar a casa. Por lo tanto, y quemando todas las naves disponibles, debo pedirle algo.
Como bien sabrá el teniente Vrako tiene cargos en su contra por insubordinación y otras cosas, pero el agravante real es el cargo de espionaje para una facción de su pueblo. Una que es participe de todo el mal ocurrido hasta ahora y desde que la Enterprise salió del dique seco.
Y considerando que el teniente no se va a sincerar con usted me veo en la obligación de pedirle a usted que ponga a dormir al acusado. ¿Puede usted hacer eso? No quisiera formalizar una orden directa cuando mi confianza entre todos los presentes y especialmente usted es lo que mantiene todo esto en pie. Espero entienda la prisa y el accionar extremo. –
Cerca de Graystone una taza todavía humeante de café a medio beber dejaba escapar su fragancia por toda la estancia.
Lena escuchó a la capitana con tranquilidad, pero a medida que fue hablando el gesto de la doctora fue cambiando, primero comenzó con un elevamiento de ceja y finalmente torció ligeramente el labio, no hacía falta esmerarse mucho para captar su desacuerdo.
- Señora... - iba a haber comenzado por llamarla por su nombre de pila en calidad de amiga, pero después de lo que estaba haciendo dudaba de que se lo permitiese, no en vano la había reprendido anteriormente por utilizar su irónico humor frente a una situación similar, Connor era fiel a Greystone pero no estaba de acuerdo con sus métodos y no estar de acuerdo con ella implicaba represalias, algo que lamentaba profundamente la doctora pues ella sólo trataba de hacer lo mejor posible su trabajo y vivir de acuerdo con los postulados de la Flota Estelar, algo que parecía habérsele olvidado a la capitana- Lo lamento pero no puedo hacer lo que me pide, hace unos minutos me dice que le diga al teniente que lo necesita y que vuelva al trabajo, diciéndome a mi que si puedo darle el alta y ahora quiere que lo mantenga sedado todo el viaje porque lo considera usted un peligro para la nave... Yo creía que un capitán de la Flota Estelar dialoga y trata por todos los medios de llegar a un acuerdo antes de silenciar a alguien sin derecho ni siquiera a réplica. Además, del mismo modo que me negué a seguir sedando a Annaith cuando usted me lo pidió, me niego por las mismas razones... Mi juramento como doctora de la Flota Estelar, si lo desea puedo relatarle los puntos específicos del código hipocrático que sigo a rajatabla desde que ascendí a oficial médico.
Promesa del médico
COMO MIEMBRO DE LA PROFESIÓN MÉDICA:
PROMETO SOLEMNEMENTE dedicar mi vida al servicio de la humanidad;
VELAR ante todo por la salud y el bienestar de mis pacientes;
RESPETAR la autonomía y la dignidad de mis pacientes;
VELAR con el máximo respeto por la vida humana;
NO PERMITIR que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mis pacientes;
GUARDAR Y RESPETAR los secretos que se me hayan confiado, incluso después del fallecimiento de mis pacientes;
EJERCER mi profesión con conciencia y dignidad, conforme a la buena práctica médica;
PROMOVER el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica;
OTORGAR a mis maestros, colegas y estudiantes el respeto y la gratitud que merecen;
COMPARTIR mis conocimientos médicos en beneficio del paciente y del avance de la salud;
CUIDAR mi propia salud, bienestar y capacidades para prestar una atención médica del más alto nivel;
NO EMPLEAR mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y las libertades ciudadanas, ni siquiera bajo amenaza;
HAGO ESTA PROMESA solemne y libremente, empeñando mi palabra de honor
Una vez la doctora concluyó el recital, miro a Cira a los ojos sosteniéndole la mirada.
- Cira... No soy tu enemiga, si te digo que el teniente Vrakro está en enfermería bajo mi responsabilidad y que no supone ningún peligro, debes creerme no solo como amiga sino como oficial médico en jefe de la Enterprise.
Ella esperaba oír eso mismo. Justo lo que acaba de responder su doctora en jefe. De modo que chasqueando la lengua opta por finiquitar el asunto sin que se alargue.
- Es perfectamente entendible su negación. No le reprochare nada doctora pero algo si diré al respecto, y es algo que espero que guarde al igual que los demás en esta habitación lo hacen.
- Debe considerar que al rehusarse, sin importar el motivo, permite la huida de un espía identificado a bordo de la nave y que por ello la inteligencia sobre esta nave y sus últimas andanzas ira a manos equivocadas. Ahora pregunto ¿Cómo haría usted para lograr que el sospechoso declare su culpabilidad? Tome la pregunta como un ejercicio hipotético desde su posición. – responde Cira, sin preámbulos ni distracciones.
En este momento toda la parafernalia actual se le antojaba una gran pérdida de tiempo, en donde se lamentaba haber sido envuelta en la actual red de mentiras y espionaje. Simplemente le recordaba una película sobre la guerra fría del siglo veinte.
Entonces, intentando maximizar su tiempo, la capitana cogió un padd y comenzó a teclear en él hasta que Lena o los demás dijeran algo. Realmente le escaseaba el tiempo.
Desde su posición Cira escribe un mensaje para la alférez Halskim. Necesitaba jugar cartas al mismo tiempo.
- Detén a Vrako. Él es tu hombre. Ha sido confirmado por tu jefe y no debe dejar la Enterprise. -
Realmente odiaba el juego que le había impuesto la sección 31 y especialmente Jonas.