Partida Rol por web

Annaith miró a la joven vulcaniana y ésta le devolvió la mirada. Ambas asintieron, y después, T'saris se volvió hacia la capitana.

-Ninguno, capitana. Empezaré inmediatamente.

La joven oficial se acercó al panel y desconectó la barrera de energía que la separaba de Annaith. Una vez desaparecida, entró y se acercó, algo reticente a la oficial de comunicaciones.

A Annaith le resultaba aquello mucho más fácil que contarle toda la verdad, porque de esta manera, podía comunicar todo lo que sentía y no solo describir los fríos hechos que la habían llevado hasta aquella celda.

No sabía cómo lograría la joven vulcaniana T'saris explicarlo, pero era mejor hacerlo entre las dos, conscientes de la verdad, que ella sola, sobre todo teniendo en cuenta que su credibilidad era más bien baja.

Lentamente, se acercó a T'saris y dejó que ésta colocara una mano sobre su rostro. Ambas cerraron los ojos... e iniciaron el procedimiento.

-Tus pensamientos... a los míos -dijo T'saris

-Ambas... somos una.... -dijeron las dos al mismo tiempo. 

Tras un breve silencio, volvieron a hablar a la vez.

-Preocupación... sospecha... Vrako. Él puede ser.... el espía. Tengo que.... confirmarlo. Soy una oficial de la Flota.... pero tengo que... descubrirlo. Si es un traidor... debo saberlo.... Solo yo debo detenerlo... si es verdad.

Finalmente, el contacto se rompió. Ambas vulcanianas se miraron, emocionalmente dañadas, y después, se giraron hacia Cira.

-Eso era lo que quería decirle, capitana, pero no sabía cómo. Sospechaba que el espía podía ser el señor Vrako y dada mi amistad con él, consideré necesario saberlo de primera mano para actuar, no para ayudarle a escapar, sino para ser yo quien lo detuviera. Era... lo correcto, por la amistad que nos une.

Mientras Annaith hablaba, T'saris salió de la celda y se reunió con Cira.

Cira apretó sus labios con energía al confirmar sus más remotas sospechas. Odiaba equivocarse. Especialmente cuando se trataba de alguien como Annaith, a quien consideraba una hija postiza. Posiblemente en otro universo Cira habría terminado por casarse con el padre de la muchacha.

Por lo tanto la capitana despide a la Teniente Junior T´saris, devolviendo a la vulcana a sus deberes para luego hablar a solas con su oficial de comunicaciones.

-Entonces estamos en un aprieto Annaith, porque existe un segundo espía y es muy posible que aun este suelto por la nave. Me disculpo por todo lo ocurrido, de verdad fue un trago amargo hasta ahora que se ha demostrado tu inocencia. Incluso no sabría que decirle a tu padre…pero afortunadamente no habrá necesidad de hacerlo.

La gravedad de la situación requería acciones con la finalidad de atrapar al culpable....

Si el teniente Vrako es culpable de espionaje, o no, quedará en manos de una investigación que deseo que lleves adelante. También es importante saber si alguien más, en todo este tiempo, ha ingresado a la bahía de carga. Es posible que el segundo espía también haya visitado la bahía de carga. ¿Podrás encargarte de eso y guardar el secreto? –

Con algo de suerte solo Annaith sería la única persona en presenciar un acto de disculpas por parte de Graystone. Disculparse era algo fuera del repertorio de la estricta mujer.

Annaith era vulcaniana y no podía mostrar sorpresa ni agradecimiento... pero eso no significaba que no experimentase dichas emociones o respuestas, y la respuesta de Cira, era precisamente de la clase que las producía.

Para ella, las disculpas de Cira incluían el alivio personal de que afortunadamente, ella no era a quien buscaba.

Por otro lado, estaba el hecho de que bien podía tener razón. Si había un segundo espía, y Annaith desconocía el por qué de la seguridad de su capitana en aquel hecho, aún estaba por descubrir. Podía ser el mismo Vrako, pero la prueba ahora tendría que ser otra.

Lo único que podía hacer era comprometerse con la nave y su comandante.

Desde luego, capitán. Iré a la bahía. comprobaré las entradas y salidas. y le informaré inmediatamente, le dijo, saliendo de la celda. Es muy improbable que de existir un segundo espía, logre evitarnos. Lo encontraremos.

Annaith fue girarse hacia la puerta, pero se lo pensó mejor.

El señor Vrako podría ser todavía el que buscamos. ¿Desea que vayamos a preguntarle?

La capitana supuso que en las palabras de Annaith se ocultaba un dejo de emociones, lo cual fue más que suficiente para ella. Eso fue lo más cercano a la emotividad que podría obtener de su oficial y amiga. Tampoco pediría más cuando ella misma tiende a reprimir sus emociones agradables para sí misma.

-Puede solicitar la ayuda de Halskim...si lo cree necesario. - advirtió Cira para luego agregar algo más – Si el teniente Vrako es inocente entonces no tendrá oposición en realizar una fusión de mentes. Desde luego es algo que dependerá de ti, porque el mentirá todo lo necesario si es la persona que buscamos. Buena suerte. - acabo por despedir a la oficial para luego salir de las celdas en dirección a su despacho.