Templo de Nemie, tercer dia de primavera
Aun no comprendia como habia llegado alli. Sabia los pasos que habia dado, pero como se pudo torcer tanto la situacion para encontrarse con un cadaver entre las manos y verse atado por la promesa a un completo desconocido.
Todo comenzo en la posada del Dragon BebeEspuma, donde un Ser, ya viejo, ebrio por la bebida, ofendido por una falsa ofensa, le exigio un duelo. Los duelos, se habian quedado desfasados en el tiempo, pero aun asi, quedaban gentes; ancianos en su mayoria, que se aferraban a esas creencias, ideas que no se podian rechazar, asi pues, se realizo el duelo. El combate debia de ser a primera sangre, pero algo fallo, tras darle algo de cortejo al Ser, recibio un corte que no lograron sanar y fallecio a las pocas horas.
No tardaron mucho en presenciarse ante Galdario, diciendole que la ultima voluntad de Ser Oston; asi se llama el cadaver, solicito, como ultima voluntad, ser enterrado en el cementerio de los caballeros y para que eso ocurriera, el ejecutor que acabara con su vida, debia de acudir al sagrado templo de Nemie y narrar su honradez en el combate. Hecho eso, su escudo quedaria en la Camara de los Caballeros y su cuerpo quemado para que vuele hasta las puertas de Aler.
Como no tienes historia, ni clase, ni nada, he improvisado, cuando vayamos matizando las cosas, reconducimos la aventura ;)
Muchos dirían que un caballero errante no es mas que un ladrón, alguien que alardea de un nombre sin peso, o un título de "Ser" sin tierras, y que sobreviven yendo de aquí para allá alquilando su espada a quien la paga, y robándoles a los que no pueden defenderse. Y muchos os dirían la verdad. Sin embargo Galdario no conocía otra vida, y tampoco le interesaba ponerse a ello a estas alturas. Galdario siempre había tratado de ser justo, honorable y proteger a aquellos que mas lo necesitaran, pero demasiado a menudo, aquel que lo necesitaba era él mismo, y el hambre, un enemigo terrible al que no se puede vencer con una espada. Aunque no siempre fue así, pero el Fenix Blanco Perdió todo su poder y majestuosidad hace años, en la segunda revuelta del caballero de Talamanca, al apoyar al bando pisoteado. Y aunque eso fuese hacía casi doscientos años, y Galdario no tuviese nada que ver, le marcó desde el momento de nacer hasta la tuba que le espera. Tal vez su siguiente afrenta sería lo que necesitaba para volver al camino de un caballero justo. Su mente espesa por la cerveza tostada de la noche anterior tardó en comprender bien como había acabado todo así. Por suerte, supo disimularlo, fingiendo estar afligido por la muerte de aquel viejo caballero. Cuando el silencio se hizo demasiado tenso, se escuchó a si mismo hablándole a los acólitos de Aler. - Que Aler lo acoja en su noche eterna. Yo lo llevaré al templo de Nemie, como debe ser. Los Dioses saben que nunca le quise ningún mal, velaré en su último viaje como penitencia. Al menos los acólitos habían tenido la amabilidad de embalsamar el cuerpo, si no, se habría visto obligado a guardarlo en un tonel de aguardiente, y sería una lástima echarla a perder. La armadura y las monedas del viejo Oston pagaron la carreta, y su viejo caballo castrado serviría de tiro, lástima que tuviera que poner de su parte también para pagar el yugo. Y así emprendió el viaje a la capital. -Le di la mejor muerte que podía esperar un caballero de su edad. Espero que a cambio no apeste mucho por el camino.
Ya me dirás como es el camino hacia la capital XDD
El viaje duro dos dias y pese a los esfuerzos de los acolitos a mitad del segundo dia, el hedor ya era mas que notable. La gente se apartaba a su paso. Galdario mas parecia un leproso que un agente funerario. Pero al atardecer del segundo dia estaba ante la puerta del Templo de Nemie.
Golpeo dos veces y un sacerdote, uno de los tantos que se repartian por el mundo, le abrio la puerta - ¿que asuntos le traen a estas horas? - le pregunto mirando al caballero y despues fijando su mirada en el carro y la hedor que desprendia.
Los que no esperan. Hay quien dice que los muertos no tienen prisa, pero los gusanos y las moscas si.
Lo cierto es que el olor se había ido convirtiendo en algo monótono y que se le pegaba a la ropa, el cabello y a los huesos. Tardaría varias semanas en irse, puede que solo una si usaba jabón. Pero eso no dependía de él.
Galdario hizo una seña al carro que cargaba el cadáver del viejo Oston, y su escudo de armas, que reposaba sobre él.
Mi nombre es Galdario. Ser Galdario Llamablanca.
Vengo desde el Dragón Bebespuma para guiar a Ser Oston en su último viaje hasta Aler. No recordaba que Ser Oston tuviese un apellido, por lo que no dijo nada. Posiblemente sería mejor así. Posiblemente tendría que haberse guardado su propio apellido maldito para él, pero eso lo pensó mas tarde.
Verá, él era un buen caballero, aunque demasiado mayor para la vida de la espada, y tal vez en esto pueda ser yo también uno mejor.
El monje le abrió el portón y pudieron pasar el caballero vivo, el muerto y el carruaje que lo guardaba. Lo guiaron a través de un gran arco hasta el centro, donde varios monjes tomaron el relevo del caballo.
- Estaréis agotado - le dijo uno de los monjes - id a descansar, os avisaremos cuando Ser Oston esté listo para el descanso con los suyos.
Uno de los monjes aguardaba a que el caballero estuviera listo para guiarlo a una celda de reposo.
Gracias, me vendrá bien una cama y dormir bajo techo.
La idea de aquellos monjesle resultaba muy extraña a Galdario. Hombres que viven en paz. Se les entrega cominda, un lecho caliente y un techo en el que refugiarse de la lluvia, simplemente por rezar.
No, aquella no era vida para él.
Será mejor que lo guardéis en un lugar fresco, o quedará poco para las llamas.
Una vez llegó a la celda no tardó ni medio minuto en estar desnudo y dormido. La cama era dura y fria, pero era mejor que las piedras y los setos llenos de pulgas.
La estancia era un lugar lúgubre, paredes desnudas, estriadas. Una cama de paja con una manta vieja y un taburete. EL lugar olía rancio debido a la humedad, la falta de muebles y la escasa ventilación, pues carecía de ventana. No era un buen lugar, descansar sería difícil.