Partida Rol por web

El día había sido movido. No era habitual que el Lord solicitara los servicios de un humilde boticario. Con todo ya terminado y los nuevos tarros en la mano, Greg, regresó a su casa. 

Pero he aquí, que todavía no habían terminado las sorpresas, pues frente a su puerta, un caballero de cabellos castaños que rozaba la treintena, le esperaba en la puerta. 

Al verlo llegar y esperando a tenerlo al lado, le saludo. 

- Buen día tenga maestro - inclino levemente la cabeza - Ventoso es el día - dijo mirando al cielo. 

- Buenos días, saludó Greg inclinando la cabeza. Luego elevó los ojos al cielo, y a los árboles a su alrededor. Con aire casual, respondió. Pero no tanto para derribar un roble, afortunadamente.

Observó al caballero con cuidado. Era un completo desconocido, claro.

Solo si soplara sobre el seis veces - concluyó el hombre - ¿podemos hablar? traigo nuevas de mas allá del bosque, nuevas... que inquietan a unos cuantos y en silencio se preparan, por si fuera menester actuar.

Greg empuja la puerta de su pequeño hogar, abriéndola. Será mi placer invitarlo una taza de té.

Rápidamente guía al hombre al interior y coloca una pava llena de agua en un gancho sobre el fuego. Aviva las ascuas y aporta astillas para recrear el fuego. Siéntese, por favor. No se preocupe, muchos hombres, de todas clases sociales, se acercan a consultar sobre problemas... íntimos. Esta casucha es tan privada como un confesionario.

Muy amable por su parte - le dijo mientras tomaba asiento - Disculpe que sea directo, pero el asunto se presenta como algo inquietante, algo que requiere de la máxima presteza. No sois el único al que visitare en la región, pues en mi mano se ha depositado la orden de avisar a cuantos encuentre. 

Hace una semana, se avistó más allá de la frontera del Bosque de Agam, un campamento extranjero. Dicho campamento cobijaba a un pequeño regimiento de hombres armados; soldados, según se cree. Entre ellos no se encontró emblema alguno que indique que algún caballero, grande o pequeño, les siga. Pero ellos prosiguen con su avance. 

Esta noticia fue llevada ante el Guardian del Valle, Lord Omecer, mi hermano mayor. El no lo considera un peligro - saqueadores - los llamó. Pero un hermano de la orden, Asher Vash, un anciano muy envejecido, que en otro tiempo sirvió entre los Marthai, envió nuevos exploradores. Estos avistaron a un anciano, de quien tomaron buena nota. Este anciano, portaba una cicatriz blanca que le crecía en la frente y le terminaba más allá del cuello - parecía no tener fin - dijeron al describirlo. El maestro Vash, reconoció al anciano, de su juventud. De cuando viajó con la orden de los Marthai. Es un brujo. Un Sacerdote Hechicero de la magia negra. Solo la sirve a ella y busca derrocar todas las demás ordenes y eliminar a aquellos que les sirven. 
Esta noticia le fue dada a mi hermano, quien la rechazo, llamandola fantasiosa y demente. Un emisario fue enviado al Lord hace cuatro días y no hemos recibido respuesta alguna. Es por eso que nuestra orden esta moviéndose. Desenterrando sus espadas, hostigando a los Caballeros y a los Consejeros para que no ignoren esta amenaza. 

Vos sois siervo del Lord, tal vez, podríais hablar con él. 

Greg consideró la cuestión mientras servía dos tazas de humeante té. Sacerdote, Magia Negra. Hace tiempo que creyó que las fantasías estaban en el pasado.

- Si Lord Omecer es tu hermano... un buen hombre, de hecho, según he sabido, entonces tú eres Egon, verdad? Soy Ser Greginold, dice mientras toma la taza. Las nuevas generaciones olvidan los modales... 

- Soy siervo del señor de este lugar sí... pero mis palabras carecen de peso en sus oidos. Es un hombre necio, solo interesado en su propio orgullo e ilusión de poder. No... sacude la cabeza con pesar, deberemos buscar alguien a quien sí escuche...