- Ya ushaste la tiza una vez y mírate...- Soltó Naja Naja con desprecio. Tenía mejor color pero La Jess vampira era un engendro del mal. Sabía que al decir aquello tendría que soportar los pataleos de la joven, quizá hasta que lo llamara "cara-culo", pero el monje estaba entrenado para soportar eso y más. O eso creía, Desde que se dejó poseer por Tergrar se sorprendía de sus emociones y reacciones. ¿Sería capaz de abofetear a la chiquilla como hubiera hecho el padre que nunca había tenido? Hasta ahora...
Pero lo más sorprendente fue escuchar al Padre Dámasor apoyarla propuesta de la joven. Naja Naja negó con la cabeza.
- Quizá tú, Nerishnath, puedash darle un mejor usho.-Dicho eso se puso a examinar los alrededores para que no les dieran una sorpresa. La voz del viejo Tergrar le aturullaba pero a veces le soltaba algún que otro buen consejo.
Motivo: Supervivencia
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+5)=14
Siglü sacó un cangrejo luminoso del estanque y este abrió sus pequeñas pinzas amenazante.
La orco abrió sus mandíbulas para comérselo de un bocado, pero Nalfeim la detuvo:
-¡Espera!, ¿No vas a cocerlo?-
Las dos pieles-verdes se miraron entre sí y luego volvieron a mirar al clérigo como si fuese idiota. Jagga masculló algo en su lengua salvaje y ambas se rieron.
-Nu cuzer; cumer, tonto- Respondió lanzando un cangrejo a Nalfeim. Mordió otro entre risas, aplastándolo con su poderosa mandíbula.
El sacerdote atrapó el bicho al vuelo y sacudió la cabeza con resignación. Fornund aún tenía mucho que enseñarle a su alumna. –Es igual, tampoco deberíamos hacer fuego en una caverna tan pequeña- Dejó el cangrejo en el suelo y observó cómo se retiraba apresuradamente de nuevo hacia su charca.
Elizabeth está su...friendo y si po-po-podemos llegar antes hasta e-ella, debemos ha...cerlo.
Nalfeim regresó de sus pensamientos y escuchó lo la propuesta de sus compañeros de usar la tiza para teleportarse directamente al abismo: -Estamos perdidos. Dudo que nuestro nuevo guía pueda llevarnos hasta Ely- Aseguró mirando al dúergar. El pequeño enano siguió la marcha sin detenerse hasta que la cadena que lo mantenía unido a Jess le impidió continuar. Refunfuñando se vio obligado a regresar junto a la joven vampira.
El clérigo apoyó usar la tiza diabólica y esperó a que Nerisnath dibujase el diagrama necesario pero la maga no llegó a decidirse. Fornun también mantenía sus reservas. Nada en su credo justificaba abrir un portal por el que los seres abismales pudieran entrar a este mundo. Nálfeim desbloqueó la situación tomando la tiza y dibujando un amplio círculo en la pared de roca.
-Ya está. Acepto el riesgo, que El Arcano me perdone- Suplicó a su dios y continuó el diagrama con toda cautela.
La tiza emitió un sonido chirriante al deslizar sobre la pared de la gruta. El clérigo completó el dibujo con más intuición que verdadero conocimiento.
-Tu que nos guías por senda del destino, no nos abandones en esta nuestra hora más oscura- Rezó con el corazón encogido.
La roca comenzó a desprender vapores sulfurosos y el dibujo destelló en tonos anaranjados.
-Vamos, No sé cuánto durará abierto.-
El sacerdote se acercó a la pared hasta que la punta de sus pies desaparecieron tras el dibujo.
-Pensar en vuestro destino. Pensar en Ely- Dijo antes de desaparecer.
Tirada oculta
Motivo: Supervivencia
Tirada: 1d20
Resultado: 1(+4)=5
Un espíritu maligno había salido del portal y había poseído a Nalfeim. Solo así se explicaba que el clérigo usase el maléfico infinitivo, en lugar de un imperativo más tirando a caótico neutral.
Vamos, Bill... fiu, fiu, fifiuuu...-llamó a silbidos al viejo duérgar, como si se tratase de un perro doméstico.
Jess tiró de la cadena. No de una cadena metafórica, que abriese el desagüe de su váter emocional, sino de la cadena que mantenía a Bill preso, para obligarle a caminar. No era la primera vez que Jess se encariñaba con una mascota exótica. Le había ocurrido lo mismo con su toporrata Botones.
Pero la situación era completamente distinta. Para empezar, Botones sabía escuchar cuando le contabas tus problemas. Bill, por contra, parecía más interesado en volver a su hogar, con su familia, vagando por las cloacas de la Infraoscuridad y soltando alguna que otra palabra en su idioma, casi con toda probabilidad algún taco.
Jess también había cambiado. No mostraba por Bill el mismo cariño incondicional que había tenido por Botones, y gastaba el mismo entusiasmo arrastrando a Bill contra su voluntad que el que podía manifestar un campista cargando en su mochila con una caja de nutritivas raciones de campaña. Aún le guardaba algo de resquemor por haber tirado la cabellera de orco sangrante y recién cortada, arruinando su disfraz perfecto.
Se detuvo a quince pies del portal para observar su factura, controlando con la cadena que el duérgar no se metiera antes de tiempo, o que tratase de borrar los símbolos para dejar a Nalfeim a su suerte. Si había funcionado, Jess quería memorizarlo mejor esta vez. Si no había funcionado, tal vez podría encontrar defectos o diferencias con respecto al dibujo que usó el Babau disfrazado de Morrigan, aunque para Nalfeim ya fuese demasiado tarde.
Tirada oculta
Motivo: Arte dibujo: ver si el círculo está bien dibujado
Tirada: 1d20
Resultado: 8(+4)=12
Naja Naja masculló algo con cara de mal humor al ver a su progenitor jugando con objetos diabólicos. Él era un hombre de acción y si su viejo padre se metía en la boca del lobo sin dudar él no iba a estarse de brazos cruzados. Destapó el extremo del bastón que tenía su adorado licor y le pegó un buen trago. Tras limpiarse con el dorso de la mano miró a los demás y se metió a través del portal.
Aunque en mi viejo cuerpo pesan mucho los achaques de la edad, pesa más mi determinación por auxiliar a aquellos que más lo necesitan. Elizabeth está sola en el Abismo y yo tengo fe en que mi dios nos protegerá llegado el caso de tener que combatir a las diabólicas criaturas que moran en ese plano impío para sacar de allí a la hija mejor de Tergrar.
Me alegra que aunque no exista unanimidad en el seno de nuestro bien avenido grupo, sí haya al menos una mayoría significativa de espíritus valientes que no temen enfrentarse a lo desconocido si es por una buena causa. El ímpetu de mi buen amigo Nalfeim es bienvenido y tengo la certeza de que todos se contagiarán de este arrojo para lanzarse al interior del portal abierto como yo mismo me apresuro a hacer.
Activo mi aura de protección, no tanto para protegerme de lo que pueda haber dentro como para actuar de barrera de contención que los impida salir fuera.
Arte dibujo: ver si el círculo está bien dibujado
Lo que podría ser escritura, sigue resultando incomprensible. El tamaño y las formas geométricas en cambio, resultan familiares.
¡No! ¡¿Pero qué haces, loco?!-dijo al anciano medio cuerdo-¡Detente!
Había tenido tiempo para examinar las geometrías del dibujo, y evaluar si estaban correctamente trazadas. No podía estar más decepcionada con el Gran Nalfeim.
Ese portal está abierto erróneamente al plano que no es. Lleva al Parador de la Yblissa, en lo alto del Pico de los Mastuerzos, en el corazón del Bhaalghar, en pleno reino de los dominios de la malvada diosa Arxhaminetepoth, en el plano antinatural de las Calaveras Rotas. Nalfeim y Naja-Naja ya estarán muertos, a estas alturas, desangrándose en el Potro de Sales y ardiendo en las llamas del Pirofandor.
Piro... Pirofandor... Pir... Jajajaja. No, es broma, Dámasor. El dibujo parece estar bien. Me he inventado todas las palabras propias, para dar susto. Seguro que Nalfeim y Naja-Naja siguen vivos, solo han pasado unos segundos desde que cruzaron. Te toca, Bill.
Con su fuerza vampírica, Jess aupó al duérgar y lo lanzó por los aires en dirección al centro de la diana. Ella corrió tras él para que la cadena no llegase a dar del todo de sí. Ambos cruzaron el portal, al Abismo o al mundo imaginario de las Calaveras Rotas. El mundo imaginario de las Calaveras Rotas estaba bien, porque la Jess buena había añadido arcoiris y unicornios, y mucho rosa por todos lados, pero en el Abismo estaba Ely, cosa que también estaba bastante bien.
El monje y el santo desaparecieron tras la pared de roca sin hacer el menor ruido, Jess los siguió de cerca. El “pequeño Bill” Maldijo en su lengua del inframundo a todos los ancestros de la joven vampira, pero de poco le sirvió. Sus gritos se extinguieron al atravesar el diagrama.
Jagga y Sîglü se santiguaron estirándose del lóbulo de la oreja, por poco no se abrazan aterradas de ver a los humanos atravesar las paredes, pero habían visto edificios despegarse del suelo y volar, muertos-vivientes, demonios y horrores que habían curtido sus nervios.
Sîglü recogió todos las Conchiciérnagas que había encontrado en el estanque y empujó a Fornund a través del portal –¡Valur, maeztru!- Dijo orgullosa de todo lo que había aprendido.
Jagga agarró a Nerisnath e hizo lo mismo. –Zi, Zi, volvamuz a la puzada-
Todos pasáis a la escena de “El Abismo”