Partida Rol por web

Asher no pensaba que Jene quisiera verle, pero no dudaba de Wuying. A pesar de eso... —Dejaré que todo pase un poco. No quiero que pase lo mismo de nuevo —si veía a Jene en ese momento, tal vez la ira lo cegaría una vez más. No podía arriesgarse a descontrolarse de nuevo.

Para Asher, lo que Wuying decía no era verdad. A pesar de lo destrozada que estaba, era capaz de perdonarlo. Era lo único que tenía y no quería perderlo. Si podía luchar por ella, daría su vida con ese fin. Debía asegurarse de que aquello que pasó ese día no se repitiera. Desde ese día, una de las batallas más duras para Asher comenzaría. Pero si la rubia que abrazaba estaba allí...

—Quiero verte brillar entre un campo de flores una vez más. Lucharé por eso —dijo de repente en la lengua materna de la mujer—. No dejaré que esto me domine más, y lo haré por ti. Lucha por mí.

La rubia no estaba ni un poco segura de poder lidiar con eso. De hecho, ella se había rendido consigo misma hace mucho, y era algo que te haría saber - ¿Cómo ahuyentar las pesadillas? - dijo suavemente, casi en un susurro mientras escuchaba lo que tenías por decirle. No parecía estar de acuerdo en que no fueras a hablarle a Jene, pero no te forzó. Después de todo, eras tú quien la conocía bien, así que ella podría estarse equivocando al creer que sería como ella en algo tan delicado.

Tus palabras hicieron que sus lágrimas se descontrolaran de nuevo al pensar en lo que era y que ella creía era imposible de recuperar. A su modo de ver, la pequeña niña que recogía flores ya no existía y había muerto hace mucho tiempo. Solo quedaba aquel despojo oscuro y trastornado que era su actual persona. Esta Wuying... no era nada. No era nadie. Por eso lloró, porque quería creer en tus palabras y en tus sentimientos hacia ella. Habías elegido estar a su lado a pesar de no ser quien era en el pasado y ser una versión oscura y caótica de sí misma. Te besó, te besó como ese momento en que te despertaste con ella desnuda sin recordala, como si quisiera absorber parte de tu luz para poder encontrar la suya. 

- Te amo, Xiao Long. Haría lo que fuera por ti - sonrió. Lo había demostrado ya en el pasado, ¿verdad? Ella te protegió hasta el día que se separaron, te protegió de sus cruces y de sus pesares, compartiendo la poca felicidad que tenía para que recuperaras un fragmento de tu sonrisa. Se abrazó a ti y lloró; lloró las lágrimas que no había llorado por casi veinte años.

Le pediste que te acompañara en tu habitación para estar lejos de tentaciones inmediatas y ella aceptó, diciendo que escondería el armario nuevamente. Ya organizaría su ropa después. De todos modos, no creía necesitarla mucho. Y es que ella en verdad no quería despegarse un segundo de tu lado. En los próximos tres días, si por casualidad hubieras ido a visitar a Jene, sería ella quien rechazaría verte. Ling, quien la cuidaba, solo la excusaba diciendo que sentía vergüenza, pero que sobre todo hacia ti. No soportaba que la miraras con lástima, así que no quería ver a nadie. Solo Jin pudo hablar con ella en un par de ocasiones, pero tu amigo decía que esta no quería que te compartiera nada.

Lo último que notaste extraño era que había días en que Jin simplemente desaparecía. Wuying te explicó que él no salía del refugio, sino que tenía una habitación extra para cuando sufría sus crisis. No quería contarte más porque era algo que Jin haría en su momento, pero sí que él mismo salía cuando estuviera listo. 

No pasaría mucho tiempo mientras llegaban nuevos refugiados, pero Jin y He no te permitían ir a misiones todavía. Tu cara era conocida como uno de los exterminadores y podían delatar que seguías en la ciudad, así que solo podías estar dentro... por el momento. Claro que la rubia te hacía compañía con alegría, pero podías notar cuánto le costaba mantener su promesa, incluso más que a ti. Muchas veces la encontrabas temblorosa, sudorosa o incluso desesperada. ¿Podría soportarlo esta vez cuando ya lo había intentado antes?