Faramis se dirigió al grupo, satisfecho por que hubieran logrado destapar al traidor y además atraparlo con vida.
-Os agradezco mucho vuestro trabajo. Os prometo que cuando acabemos con Angmar y todo vuelva a la normalidad se os hará el homenaje que merecéis.
Azrahil revisó la herida que Niradân había causado a Thander y cuando le informó que podía estar envenenada les pidió que le trajeran la hoja que había usado el espía para envenenarle. Al parecer no había nada allí y tan sólo había sido un farol de aquella serpiente malnacida.
-El veneno de los gusanos solo se contagia a través del agua o del contacto directo con los gusanos. Y en esta hoja no hay ningún otro veneno. Por si acaso vigilaremos tu evolución, si sientes algún mareo o te encuentras mal, avísame. - No era la única mentira desesperada que había intentado Niradân para escabullirse de ellos según les informó Azrahil.
-Mucho me temo que este frasco no contenga nada útil para nosotros. -Dijo en referencia al supuesto antídoto que le habían arrebatado. -Y mucho menos una cura. Cómo ya le comenté a Faramis, la única solución posible contra esta enfermedad consiste en un fortísimo lavado de estómago con unos potentes laxantes que se usan para los dolores de estomágo de los caballos. Y es una solución muy radical y que puede costar la vida del paciente. En vuestra ausencia hemos aplicado el remedio en los que se habían infectado más recientemente, aunque mucho me temo que por los que no podamos hacer nada por los demás.
-Por cierto, Niradân era un terrible mentiroso. Tampoco estaba infectado por la Gripe Roja. Las manchas rojas de su piel no eran más que maquillaje. Puede que lo hiciera para que nadie se acercara mucho a él mientras planeaba sus intrigas. Además los enfermos de la Gripe Roja no exhalan vaho cuando respiran y él lo hacía cuando hablaba.
Pudimos llevar a nuestro prisionero y cayó toda la justicia sobre él. Más tarde nos enteramos de una buena noticia buena y una mala. La buena que nuestro compañero no estaba envenenado. La mala que el antídoto no existía.
No diré que sintiese lástima por Niridan, pero tampoco me regocijé de su dolor ni participé en él. Una cosa era matar en la lucha, en plena acción y otra hacerlo a sangre fría. No faltaban verdugos que quisieran acabar con su vida. Pero yo me abstuve de serlo.
Faramis nos agradeció el trabajo y sus palabras me recordaron que quizá había esperanza. De que algún día todo esto terminase. No me sentía con muchas ganas de hablar y quería pasar página.
- Mi señor – Le dije a Faramis - ¿Qué labor tiene ahora pensada para nosotros? - En el estandarte aquí, el caso de la enfermedad solucionado, no sabía a que nos íbamos a dedicar.
-Todavía queda mucho por hacer. -Respondió Faramis. -Hay que desmontar las tiendas, enterrar a los muertos y finalizar los preparativos para la destrucción del puente.
Las dos primeras ideas no me atraían mucho pero la tercera si. Tenía curiosidad por ver como se destruía un puente, además me gustaría estar en el exterior y echar una mano en esas labores incluso usar mis armas en caso de que fuesen necesitadas.
Aunque antes de ello imaginé que ante esta situación puede que necesitase de nuevo de un arma a distancia. Busqué si alguien del ejército me podía proporcionar arco y flechas o que me indicaran donde las podía comprar.
Pues eso, primero intentar conseguir arco y flechas. Y luego iría a lo del puente.
Maldito espía... Nagredog solo esperaba que hubiera sufrido aunque, a juzgar por los gritos, estaba seguro de que Gûra lo trataría como se merecía. Con Niradan ya fuera de combate, tan solo restaba esperar. El ataque enemigo era inminente y necesitaban ultimar los preparativos.
Habia muchos muertos a los que dar sepultura. El enano desconocia el proceder de los hombres, pero imaginaba un gran túmulo donde descansarían todos los hombres. Las tiendas debían ser desmontadas, los viveres y el agua convenientemente distribuidos entre los soldados y las carretas que partirían. También estaba lo relacionado con el puente. Nagredog no dudu en ponerse a las ordenes de los encargados de organizar tales tareas. Habia dormido poco, pero un ultimo empujon antes de echarse a dormir era lo que aquellas gentes necesitaban.
Despues de ayudar en las tareas, se tumbo junto a sus armas y su escudo en una buena posición, cerca del rio. Desde allí, llegado el momento, veria destruir el puente y mas tarde, si Mahal lo quería, recibir al enemigo. Mientras esperaba, trataría de descansar lo máximo posible, incluso dormir si no era necesario montar guardias. Queria estar bien descansado. Extrañamente era capaz de dormir aun con la inminente batalla a las puertas. Estaria listo.
Thander se encontró bien durante todo el tiempo y su estado de salud no empeoró. La herida de su pierna, tal y como había asegurado Azrahil, no era más que una simple herida provocada por el filo de una daga completamente limpia. Lo que fue un gran alivio para el ragger. No le gustaría encontrarse gritando de dolor como algunos de los compañeros que habían sido afectados por la enfermedad.
También estuvo presente en la decapitación de Niradân y le complació saber que su cabeza acabaría en una pica y su cuerpo enterrado boca abajo, todo ello después de una cita a solas con Gûra. A juzgar por como habían quedado sus nudillos y por como había quedado la cara de Niradân tras el encuentro, el correctivo había sido todo lo duro que Niradân merecía.
PNJ
Los gritos de cinco hombres, los últimos enfermos, recorrían el campamento. Nada se podía hacer ya por ellos, pues el remedio que proponía Azrahil llegaba demasiado tarde. Faramis, en un gesto de misericordia decidió dar una muerte limpia a los enfermos ordenando que los sanadores les administraran una dosis de veneno a cada hombre. Treinta minutos después el campamento quedaba sumido en un silencio absolutamente sepulcral.
Durante el resto del día el viento fue amainando ligeramente. Se desmontaron las tiendas y se hicieron túmulos para los caídos. La madera apilada bajo el puente empezó a arder justo después de la llegada de Azrahil y sus compañeros y las llamas estuvieron lamiendo la piedra del puente durante todo el día, poniéndolas al rojo vivo. El frío impedía que el puente se calentara tanto como era necesario y por ellos se acabaron quemando incluso las lonas de las tiendas. Las tinas de vinagre esperaban junto al puente el momento de su aplicación y se fueron introduciendo picas en los huecos entre las piedras, haciendo palanca e introduciendo material inflamable también por esos huecos.
Faramis vigilaba ceñudo estas labores envuelto en su capa. Su mirada a veces se tornaba lejana y se le podía escuchar pronunciar en susurros el nombre de la dama Melyanna.
El puente ardía envuelto en llamas al caer la tarde y Gûra reunió a la mayoría de los Raggers donde antes estaba la tienda en la que dormían. Allí acudió Faramis, ya pertrechado para la guerra y a la espera de sus hombres con gesto serio.
-Soldados míos. Mis hermanos. -Empezó a decir. -Como todos sabéis, el inicio de la tormenta es un rayo solitario, un relámpago letal que parte los árboles en dos e incendia un gran bosque en pocos minutos. Este, mis valientes, es el principio de una terrible tormenta, y nosotros somos ese árbol. Un roble alto y robusto que debe soportar el golpe para que el bosque no sucumba al fuego y a la destrucción. ¡Empuñad las lanzas con fuerza! ¡Sostened el peso del enemigo ensartado en su punta! ¡Soportad el peso del mástil firme!. Hoy combatiremos juntos, como antaño, ¡y no espero menos que salir victorioso!. ¡Pronto sabrán esos perros del norte quienes somos los Raggers!.
Los soldados comenzaron a gritar enardecidos tras la arenga de Faramis y corearon su nombre. Gûra tomó entonces la palabra y comenzó a dar ordenes. No sabían de la magnitud de las fuerzas que tendrían que soportar, aunque era de suponer que Angmar querría tomar cuanto antes Rood y evitar la destrucción del puente, por lo que se preveía una avanzadilla de tropas ligeras que intentara tomar la plaza valiéndose de su superioridad numérica. La intención de Faramis y Gûra era aprovechar su condición de defensores y mermar cuanto se puedan las fuerzas de Angmar hasta quedar el puente destruido. A pesar de solo contar con una simple muralla de tierra, la defensa de Rood podía conseguir una importante merma entre el enemigo.
La cocina bullía preparando fardos de comida para la huída y los granjeros partían al oeste y al sur, quedando sólo el sanador y el cocinero con sus pinches. Oscureciendo, los vigías en la muralla de tierra dan la voz de alarma:
-¡Montañeses y caballeros sureños!.
Último turno antes de finalizar la escena.
El tiempo que habían permanecido en el pueblo de Rood les había dejado huella a todos los que estaban escuchando la arenga de Faramis. Muchos compañeros habían caído por culpa del veneno del traidor, pero habían conseguido detenerle antes de que su mal se extendiera aún más. El enano no participó en la ejecución del a pena capital que cayó sobre el reo. El había cumplido encontrándolo y llevándolo ante la justicia, Gûra había hecho el resto.
Tras descansar un poco y vigilarse el golpe propinado por el espía, Vârkim había estado ayudando a desmontar el campamento y a guardar lo que se pudiera. Después se dirigió al puente para ver como intentaban destruirlo y por último acudió donde estaban Faramis y sus compañeros.
Ver arder aquel puente era todo un espectáculo sobrecogedor. El fuego calentaba hasta una considerable distancia. Quizá el enemigo viese este mismo fuego desde lo lejos, pero de todos modos de sobras debían de saber donde estábamos.
Nuestro señor hizo enardecer nuestros corazones con aquellas palabras y nos motivó para la lucha inminente, los Raggers gritaron y yo grité con ellos.
Encontré mi arco corto de la anterior batalla que había dejado olvidado y permanecí a la espera de instrucciones, mientras tanto si algún enemigo se acercaba con la intención de cruzar o apagar el fuego sería víctima de mis disparos.
Perdón, encontré el arco apuntado en la pestaña de notas, ya me la pasé a equipo ^^
No te preocupes Emyr, es comprensible, todo el mundo nos hemos hecho un poco de lío alguna vez con las fichas o hemos encontrado que teníamos algo que no sabíamos o no nos acordábamos ya.
Pasamos a la escena: "Huida de Rood"