Justo cuando se acercaba la hora de partir, aun sin tener noticias de Emyr, una caravana compuesta de 25 mulas y 40 jinetes del ejército del clan Eketta, leales a Faramis y con desconocimiento de la baronesa sobre su presencia en la ciudad, aparecieron en el nocturno horizonte comandados por Aranarth.
Este mensaje, y los siguientes de hoy, corresponderían a varios que debería de haber posteado el día 8 de Octubre, cuando aun no estaba la escena en pausa, pero los contratiempos producidos por las Fiestas del Pilar me impidieron hacerlo así.
Aranarth se acercó acompañado de un hombre hasta el grupo, y tras saludarlos se lo presentó.- Buenas noches...Este es Eresgal, el es un capitán de toda confianza de la guardia de Eketta y será el encargado de comandar la caravana.-
- Buenas...Dama Melyanna, encantado de conocerte- Saludo por cortesía, excepto a la mujer, y porque durante el resto del trayecto tenía que convivir con ellos, por lo que sería mejor llevarse bien.
Transcurrido un tiempo, cuando se hubieron revisado todas las mercancías de la caravana y un soldado le hubo avisado de ello, el pequeño y oscuro hombre procedente de Tharbad dijo.- Ya está todo listo. Pongámonos en marcha ya, cuanto antes partamos antes llegaremos hasta nuestro destino.-
Reanudamos la escena hasta las 24:00 del viernes 15 de Octubre, hora en la que se volverá a pausar por mi parte hasta el lunes 18 de Octubre.
- ¿No esperaremos a Emyr? - dice Vârkim mirando a Dimrod - a lo mejor se ha retrasado por algo.
Los nuevos "líderes" de la caravana no le inspiraban mucha confianza pero esos temas dependían de Dimrod no de él.
Yo me limitaré a mantenerme con vida como siempre he hecho, si eso me puede acercar un poco más a mi misión mejor.
Tras levantarme y disponer todo para partir, estaba ansioso por comenzar de nuevo el viaje. No tenia intencion alguna de inmiscuirme en los planes de los jefes, y mas aun cuando entre ellos estaba un principe. Asi pues, espere tranquilamente junto a nuestras pertenencias mientras Dimrod, Aranath y Eresgal se ponian deacuerdo para salir.
En silencio observaba a todos mis compañeros y la llegada de los soldados. Cuarenta jinetes podrian equipararse a un decena de enanos bien armados, pero al menos estariamos bien acompañados. Con la mirada buscaba la carreta mas comoda para acomodarme en ella, pues no pensaba subirme en un incomodo caballo.
- Sí, sí, ahora mismo iba a decírselo.- Contestó a Vârkim, y después se giró hacia Eresgal.- La verdad, es que aun falta una persona perteneciente a la escolta de Melyanna, por lo que habrá que esperar.-
- Bien, esperaremos un poco más, pero si no está aquí dentro de media hora tendremos que partir sin él.- El hombre colocó en un tocón un reloj de arena, al que dio media vuelta ; y se sentó a su lado sin perderlo de vista.
Aranarth, cuyas planes no eran acompañar al grupo, se despidió de los integrantes de este de forma afable-...Disculpad que nos acompañe, pero tengo importantes asuntos que atender aquí.-
Aun no había noticias de Emyr tras esperar el tiempo acordado por Eresgal, el cual dijo mientras se levantaba y recogía el reloj de arena.- Ya es la hora, no podemos esperar más.-
El grupo se alejo del punto de reunión mirando cada cierto tiempo hacia atrás con la esperanza de ver aparecer a Emyr por el horizonte, pero desafortunadamente aquello no sucedió.
Pasamos a la escena, aun no creada, "El Convoy de Mercancías a Ilmaryen"