Melyanna, a la cual no le paso desapercibida la mirada de Dimrod, dijo, esta vez con un tono que mostraba total confianza en sus palabras.- No os preocupéis por mí, aquí estoy segura. Sé con certeza que ambos contribuiréis mas a mi protección si os unís a los hombres de Faramis.-
Todos tuvieron la misma primera idea, comprobar a que se iban a enfrentar. Uno a uno, a diferentes horas, y desde diferentes sitios, pudieron vislumbrar a su enemigo en la noche, gracias a las antorchas que portaban estos. No había ni pasado un par de horas, y la cantidad de enemigos, que se encontraban alrededor de Ilmaryen, de la que había hablado Eresgal ya se había triplicado. Más si se trataba de orcos o de hombres, nada se podía decir con total seguridad al respecto.
También, uno a uno, las noticias de contra que clase de orcos iban a combatir fueron llegando a sus oídos de diferentes maneras. Pero, la verdadera historia de la que surgía era la siguiente, y había tenido lugar en el combate que se había producido en el interior de la fortaleza contra los pocos enemigos que habían podido atravesar las puertas principales, antes de que fueran cerradas.- Ese orco no se lo ha pensado dos veces en morderme.- Había dicho un soldado, a lo que otro hizo el siguiente comentario.- Y que te esperas, son orcos.- Y otro soldado continúo.- Sí, pero no son orcos normales. Mira la marca que llevan. Se trata de Ulogarûm, pertenecientes a una brutal tribu de orcos caníbales.- El segundo soldado que había intervenido preguntó.- Entonces, ¿se comen entre ellos mismos?.- A lo que respondió.- Sí.- Finalmente, intervino el oficial al mando.- Mejor, así con suerte tendremos que enfrentarnos con menos de ellos. Ahora a trabajar, ya sabéis vuestras órdenes. Y tú, ves a que te miren esa herida-
Los aventureros que se quedaron despiertos hasta altas horas de la noche deambulando por la fortaleza, pudieron comprobar cuales eran esos trabajos. Estos consistían en trasladar la mayor cantidad de alimentos que cupieran desde la panadería(28), granero(20) y el almacén del primer piso(19) a los almacenes de los sótanos(2-4, 7-9, 13-16). Transportar tablones a ciertos puntos de la fortaleza para en el caso de que hubiera que llegar a apuntalar ciertas puertas, cuya principal de la fortaleza ya se estaba haciendo. Llevar armas y armaduras desde las armerías a la forja-taller(17) para ponerlas a punto antes de entrar en combate, etc.