- Vamos Daren... No seas estúpido. Aún con tu buena puntería sabes que mis reflejos son mejores. Acabarías matando al padre Gregor y recibiendo un disparo a cambio...- Miraze hablaba con un total control en su voz, sin dejar de apuntar al Hermano de Batalla mientras apretaba el cuello del padre Gregor con su antebrazo, haciendo que no pudiera hablar - Y todavía cabe la posibilidad de que un disparo se pierda y provoca una descompresión... Sabes bien lo que se dice en estos casos: vive para luchar mañana...
Justin se separó un metro de sus adversarios para evitar que le quitasen el arma con un movimiento por sorpresa y se dirijó a Daren
-Ese arma no te servirá de nada en estas condiciones. Ríndete y encontraremos una solución. Ofrecer resistencia solo pondrá peor las cosas para todos.
Daren sopesó la situación con frialdad. Luego lanzó un bufido y, lentamente, dejó el arma en el suelo. Sin que hubiera necesidad de que nadie se lo dijese la apartó de una patada hacia Miraze. Éste asintió, dándole a entender al Hermano de Batalla que había hecho lo más correcto.
. Ahora,- dijo Miraze - daos la vuelta y poneros contra el panel del fondo.
Los nuevos prisioneros, incluyendo al padre Gregor, obedecieron las órdenes del Li-Halan.
Justin se asomó a la puerta del pasillo sin dejar de vigilar por el rabillo del ojo a los individuos que Miraze mantenía encañonados ahora con el rifle blaster de Daren. No se veía rastro de Lombard.
¿Hay algún compartimento o cámara en la que pueda encerrar a los amotinados?. Supongo que podría cerrar la puerta con una clave de seguridad y así Miraze y yo nos podríamos ocupar del resto sin tener que estar pendientes de ellos.
Sí. Hay una sala de almacenaje en la propia cabina de pilotaje que se puede cerrar con llave.
-Vamos, todos adentro. De uno en uno y sin hacer tonterías-dijo Justin dirigiéndose a los amotinados, mientras abría la puerta que daba al pequeño almacén.
A medida que iban pasando, Justin iba registrando a cada uno de ellos, para asegurarse de que no poseían ningún objeto peligroso que les pudiera ayudar a escapar o a hacer algo poco conveniente, mientras Miraze seguía apuntándoles.
Una vez estuvieron todos dentro, cerró la puerta e introdujo una clave en la consola para bloquearla.
-Bien, creo que esto será suficiente. Será mejor que busquemos a Lombardi y al resto de la tripulación. Espero que ahí abajo se las puedan arreglar pos si mismos un rato más.
Miraze asiente mientras Justin abre la válvula iris. Por un momento se sorprende al ver gente en el pasillo e, instintivamente, levanta el arma. Luego se relaja: se trata de Valkian y su guardaespaldas, Ramveer y Elgast Beck. Los otros parecen igual de sorprendidos por encontrarse a Justin de una pieza.
Continuamos en Traición en Órbita.