En esta escena iré subiendo los PJs que se han presentado al casting.
Vincent Nascaar
Vincent vive una pesadilla , en poco tiempo ha pasado de vivir en el paraíso a vivir en el infierno . Los días son oscuros y tristes para él , la estación Tormenta Azul esta siendo evacuada y si nada lo impide será destruida .
Vincent es un joven alto y de piel clara , musculoso y siempre viste un mono azul . La historia de Vincent es la historia de la consecución de un sueño , el realizar la ilusión de toda una familia , de cumplir los mas deseados objetivos de su padre , de su abuelo antes que él y del padre de este y así se podría remontar uno en el tiempo hasta muchas generaciones anteriores a Vincent . ¿Cuál es ese sueño?. Trabajar en la mas grandiosa obra de ingeniería que jamás la mente humana ha creado, ser parte de la estación Tormenta Azul .
En los oscuros días que vive sus recuerdos son su luz y su mas firme esperanza. En su deambular por los desérticos pasillos de la estación recuerda a su padre cuando el era un niño y volvía llorando de la escuela por que el resto de sus compañeros lo insultaban llamándole carroñero; a eso se dedicaba su padre , a reparar tecnología antigua , a comprarla rota y a pasarse horas con ella para luego malvenderla . Recuerda esas palabras de su padre:”Hijo no hay nada igual , nadie es capaz de hacer algo similar a esto “, le dice mientras le muestra un extraño objeto antiguo que nadie sabe como usar ni para que sirve . “Ninguno de esos que te insultan” ; continua mientras manipula extrañas herramientas antiguas que ni de lejos se parecen a las que tienen en la escuela ; “saben que es , ni que le falla , ni por supuesto como se usa esto” , le dice mientras le muestra una de esas cosas .” La sociedad actual no quiere saber nada de lo antiguo , no quiere aprender , solo lo usa con desgana por que no es capaz de reproducirlo , espera que no se rompa y si lo hace lo abandona diciendo que no sirve para nada , pero en su interior aunque nadie lo reconozca lo echan de menos … “ . Son tantas tardes escuchando a su padre y aprendiendo de él cosas que no le enseñaran jamás en su súper moderna factoría de técnicos que el amor y la devoción de su padre por la tecnología antigua se introduce en él.
Van pasando los desolados pasillos de su amado sueño, como van discurriendo los recuerdos en su memoria… los años pasan rápido y las tardes pasan de solo escuchar a empezar a manipular antiguas herramientas y antiguos artefactos , cada nueva pieza que entra en el pequeño taller es un nuevo desafío al que se enfrentan . Los insultos no cesan pero para Vincent ya no son insultos son alabanzas : buitre , carroñero , anticuario , mecánico , aprietatuercas ,son palabra que para cualquier otro aspirante a técnico serian motivo de una pelea para él son elogios , reconocimiento a la propia ignorancia de los insultantes , ninguno es capaz de sentir la vida en esa vieja maquina de coser , que tienen en el museo de la escuela … es mas ninguno sabe siquiera que era o que hacia . Vincent la mira durante horas soñando con arreglarla , deseando que llegue el día que pidan un voluntario para limpiarla y así poder acariciara como sus compañeros hacen con las compañeras del sexo opuesto o del mismo que de todo hay .
Una sala grande detrás de esa puerta, la antigua cafetería ahora en desuso , Vincent entra y se sienta solo casi en la oscuridad , quiere recordar , el día mas feliz de su vida , el día en el que su padre y el padre de su padre y el resto de las generaciones pasadas vieron cumplir un sueño … Ese día como siempre se encontraba con su padre en el taller cuando vino uno de los profesores a buscarle . Mierda se han enterado de que he tocado la maquina de coser , que la he estado fisgando y limpiando , que le he devuelto parte de su honor perdido , que ha vuelto a vivir , es lo primero que pensó el joven . Bueno el deseo de mi padre que sea un ingeniero importante ha terminado , continuo pensando , bien lo mejor es que seguiré aquí con su trabajo y espero que me enseñe que es eso que le tiene ocupado por las noches en ese cuarto cerrado que todavía no me ha enseñado . Son los últimos pensamientos que recuerda antes de escuchar al enviado como le apremia para que le siga .
Alguien entra en la cafetería , pero no le interrumpe en sus recuerdos …
“Bien Vincent” , recuerda la voz del director , como si estuviese a su lado . Su pequeña travesura ha sido descubierta , no sabemos que ha hecho pero desde luego nos ha llamado la atención y no solo a nosotros sino también al consejo . Mierda , no solo me espera la expulsión , sino la cárcel , es lo primero que piensa el joven . El director continua ,” el consejo viendo su facilidad en el tratamiento de la tecnología antigua y dado que su formación esta a punto de finalizar me ha insinuado que este final sea precipitado “. Bueno aquí finaliza el sueño de mi padre , piensa Vincent al escuchar al director y se prepara para lo peor . “Como le digo señor Nascaar , el consejo me ordena que usted sea enviado con la máxima urgencia a la estación Tormenta Azul , ya sabe esa estación de la era antigua , creo que allí necesitan gente de su calaña , dice mostrando un claro desprecio por lo que su familia y él mismo hacen . Así que vaya a casa avise a sus padres , recoja sus cosas y mañana a primera hora se presenta en el puerto espacial . Aquí tiene su billete . Y para finalizar añade en voz baja … lastima de familia , si hubiesen empleado mejor su talento …” las últimas palabras no es capaz de escucharlas ya que su corazón palpita a un ritmo frenético … va a trabajar en la mayor obra de tecnología antigua que existe , las puertas del paraíso se han abierto para él , no cree que nadie en el mundo pueda ser tan feliz como él en este momento … y como su padre en cuanto se lo cuente .
Vincent perdido en sus recuerdos escucha pasos que se acercan pero él sigue perdido en su memoria , buscando ese encuentro con su padre … “Hijo has hecho feliz a este viejo , tu vas a realizar el sueño de una familia que se remonta durante generaciones , tus antepasados se sienten orgullosos de ti , recuerda lo que te he enseñado que es lo que me enseño mi padre y el suyo a él y así se remonta en el pasado , recuerda la leyenda de nuestro apellido y llévala con orgullo : El primero de los Nascaar se llama así por que arreglaba unos artefactos que se llamaban coches y que corrían por el suelo . Ven creo que ha llegado el momento que veas el legado familiar ,” le dice mientras le conduce al pequeño cuarto . Una vez allí , puede ver el mas extraño artefacto y sin duda uno de los mas viejos que existen en el universo …” es un motor de coche de hace miles de años , y eso de ahí son herramientas de esa época , cuando yo muera , pasara a ti y tu te encargaras de desmontarlo y limpiarlo y volverlo a montar … esa será tu herencia . “
Vincent nota como alguien le golpea sin miramientos en el hombro y al girarse los recuerdos desaparecen y vuelve a la pesadilla que es su vida , asistir a los últimos días de la estación Tormenta Azul . “Joder muchacho llevo un rato buscándote , me han enviado para que te lleve ante el ingeniero jefe , así que venga deja de tocarte las pelotas y sígueme “.
PJ de Fran_Diego
Elgast Beck. Decados.
Elgast es de complexión normal, pelo blanco y ojos claros. Viste ropas elegantes y luce un fino bigote que recorta cada mañana para asegurarse de que no hay ningún pelo fuera de lugar. Es metódico, frío y calculador. Sin demasiados escrúpulos se esfuerza por hacer valer cada día la máxima de que el fin justifica los medios.
Elgast era un tipo con suerte, o eso decían las malas lenguas. La verdad era que nunca había necesitado depender de los caprichos del destino para conseguir lo que quería, y la razón era simple: sabía lo que quería y no se detenía ante nada.
Había nacido en Malignatius hacía treinta años, más o menos, y tanto su edad como su lugar de origen eran motivos de orgullo para Elgast. Primero porque no todos los miembros de su Casa conseguían llegar a donde él había llegado antes de cumplir los cuarenta, y segundo porque Malignatius era un lugar que imprimía carácter. Inhóspito, frío como el hielo, era un infierno a su manera durante las estaciones menos cálidas para cualquiera que tuviera sangre en las venas y no pudiera permitirse un hogar climatizado. Por suerte, algunos dirían, Elgast nunca tuvo ese problema.
Cuando llegó a su mayoría de edad y fue presentado en sociedad, Elgast decidió cambiar de aires y manipuló a su padre en consecuencia. No fue difícil para el joven Decados conseguir que el viejo Bender accediese a sus insinuaciones y lo mandara a Ligaheim en calidad de representante de la familia.
Su nuevo hogar, mucho más adecuado para las intrigas que su querido Malignatius, resultó ser una fuente infinita de satisfacción para Elgast. Poco a poco fue haciéndose un hueco, empujando un poco aquí y otro poco allí, acumulando poder lenta pero inexorablemente, como la marea.
Si las cosas hubieran sucedido de otra manera quizás habría acabado siendo un miembro distinguido y envidiado de su Casa, pero por desgracia la supuesta suerte que le acompañaba siempre no hizo acto de presencia. Un Decados afincado en la base espacial Tormenta Azul había desaparecido y él, Elgast, había sido elegido para reemplazarlo. Fosten Felder era el nombre del imbécil que había decidido perderse, maldita fuera su alma. La orden había llegado de muy arriba y esta vez no podía escaquearse.
Los preparativos para el viaje se solventaron en tiempo record, no tenía sentido posponerlo, y antes de una semana estaba sentado abordo del carguero Leviathan con destino a Archios. Dos días de viaje hasta el portal de salto, un día de espera y dos días más hasta la base espacial fueron soportados con estoicismo por un Elgast que veía su nueva asignación más como un exilio que como una oportunidad.
Para su sorpresa, las intrigas y los tratos en las sombras no eran nada nuevo en Tormenta Azul. Que la Iglesia y el gremio de Ingenieros estuvieran trabajando juntos parecía terreno abonado para las conspiraciones y, sin llegar a los extremos de Ligaheim, resultó ser un sitio acogedor. Su trabajo ahí consistía en ver y oir, absorber conocimiento para luego transmitirlo de forma segura, aunque oficialmente estaba ahí en calidad de representante, al igual que en Ligaheim.
Dos meses después estalló el infierno y la base fue evacuada. Por suerte, algunos dirían, Elgast se había enterado antes de que eso sucediera y había conseguido que su nombre figurara en la lista de los no evacuados. No tenía ni idea de lo que se cocía pero estaba claro que iba a averiguarlo. Al fin y al cabo si una cosa estaba clara es que él hacía bien su trabajo. Y pensaba seguir haciéndolo.
Personaje de Neijel.
HISTORIA
La historia de Valkian Kadish, comienza con su nacimiento, y la terrible noticia de una enfermedad incurable, una enfermedad que segaría la vida del nonato antes de cumplir el primer año de vida. Una enfermedad que sus padres negaban a permitir que se llevara la vida de su bien más querido…
Así, Rubenor Kadish y Aurea Renor, dispusieron un largo viaje hacia Terra Santa, en donde tenían la esperanza de poder encontrar a un sacerdote de Aeon que pudiera tratar al joven Valkian. De esta manera, y al costo de todo lo que poseían lograron llegar a la capital de la cuna de la Iglesia.
Y fue en aquél santo lugar, donde lograron su tan ansiado objetivo, salvar la vida de su hijo. Sin embargo por todos es sabido que cuando un sacerdote de Aeon te sana, se ha de cumplir penitencia, y tal era el aprecio de Rubenor y Aurea por aquél hombre, que no dudaron ni un segundo en llevarla a cabo. Instruirían a su hijo para ser compasivo, para proteger el bien y defender a los inocentes…
De esta forma, la familia buscó alojamiento y trabajo en el planeta, y con el paso de los años fueron educando al joven, tal y como prometieron al sacerdote. Valkian creció, sabiendo desde que tiene uso de razón el motivo por el que todavía permanece en éste mundo, y no ha partido hacia el mas allá. Desde joven se mostró un muchacho alegre y respetuoso, seguramente gracias a la educación de sus padres. Sin embargo, algo ocurrió, cuando tan solo tenía dieciséis años, una terrible noticia llegó a casa de mano de un guardia de la ciudad. Su madre había sufrido un terrible accidente en el trabajo, y no había cerca ningún sacerdote que pudiera asistirla…
Ambos entraron en una tremenda depresión, sin embargo este hecho fue el detonante de lo que sería la decisión más importante para Valkian. Movido por la pena y el remordimiento de no poder haber hecho nada por su madre; porque el debería de haberla ayudado como ella lo hizo cuando el era tan solo un bebe, partió hacia Artemis, dejando atrás a su padre que orgulloso de su decisión prometió seguir adelante, y sobrevivir sin él.
Así, llegó como un peregrino más, observando en la nave que viajaba, la cantidad de enfermos que al igual que él necesitaban la ayuda de los monjes Amalteanos. Nada más llegar, se presentó ante el arzobispo Sakhya de Artemis, quien aceptó las palabras de Valkian y lo uniró a sus alumnos para aprender el camino de Aeon.
Durante cuatro duros años, aprendió los secretos de la sanación, la verdad sobre Aeon, y desarrolló un profundo sentimiento de responsabilidad para con todas las formas de vida. De la misma forma descubrió como ocultar sus sentimientos de culpa por la muerte de su madre, que jamás han dejado de atormentarle, siendo cada día más pesados de llevar.
Hace cuatro meses que terminó su instrucción, y ahora permanece en Artemis junto a sus hermanos, cuidando y atendiendo a los enfermos y heridos que llegan. Pero eso no es para él, y espera la oportunidad de poder partir del planeta, y atender a los que de verdad lo necesitan, a gente como su madre…
DESCRIPCIÓN
Ojos: Sus ojos de color marrón, siempre buscan al desamparado, y aquel que lo necesita encuentra en ellos paz y tranquilidad
Pelo: Siempre rapado, dejando ver el inicio de un tatuaje que se pierde por el cuello.
Complexión y forma física: De piel negra, se nota que se trata de una persona que dedica muco mas tiempo a cultivar la mente y el espíritu antes que el cuerpo, se puede apreciar un tatuaje que baja desde lo alto de su cabeza, y se pierde en el interior de sus ropas.
Estatura: 182 cm.
Peso: 75 Kg.
Edad aparente: 21 años
Procedencia: Terra Santa
Personalidad: Es una persona abierta y amable, dispuesta siempre a ayudar al prójimo, pero reservado y poco hablador sobre su vida y sentimientos.
Vestuario: Viste con una especie de túnica vieja, que oculta una pequeña bolsa con algunas monedas. En una mano lleva un bastón con el que se ayuda para caminar, mientras que en la otra porta un collar de bolas de madera que emplea para rezar siempre que tiene ocasión a Amaltea, y lo emplea para canalizar su poder.
Pesonaje de Vash-Stampede.
¿Mi historia? ¿Qué es una historia? Un cúmulo de recuerdos almacenados en la parte más recóndita de la mente y tergiversados por el paso del tiempo.
Los sueños son transformados en realidades, y aquellos sucesos que definieron la personalidad se convierten en meras ilusiones difuminadas, teñidas en ocasiones con trazos de pesadilla.
Pero no es eso lo que quieres saber, sino cómo he llegado hasta aquí y en lo que me he convertido, así que dejaré a un lado los pensamientos profundos y te contaré cómo ha sido mi vida.
Nací hace treinta años, y mi destino ya estaba fijado en el momento en que mis ojos vieron por primera vez el sol de Ligaheim….o quizá no, pero ya llegaré más tarde a ese punto.
Digamos que es fácil de adivinar en qué se convertirá un bebé cuyos dos padres son aurigas, respetados dentro del gremio, y con una gran fe en sí mismos y en su modo de vida.
No podría decir, si quiero ajustarme a la verdad, que mi infancia fue infeliz, pese a que pasaba poco tiempo con mis progenitores, ya que estaban siempre viajando por los Mundos Conocidos encargándose de transportar sus preciados cargamentos allá donde pudieran conseguir el mayor beneficio.
En realidad no puedo quejarme, pues Dupret siempre se encargaba de cuidarme. ¿Que quién es Dupret? Nadie importante, dirían muchos, pero para mí lo era todo.
Dupret era también un auriga, aunque ya no pudiese pilotar ninguna nave, debido a un accidente ocurrido años atrás que le había postrado en una silla de ruedas…..y por supuesto, a su negativa de portar en su cuerpo nada ajeno a él.
No, a él jamás le colocarían ningún implante.
Por lo tanto, su cometido en aquel momento, era revisar y reparar las naves pertenecientes al gremio, para lo que utilizaba un travieso y, por qué no decirlo, bastante inútil ayudante debido a su corta edad. Yo.
Y así fui creciendo, rodeado de pilotos y naves, aprendiendo de Dupret todo lo que mi mente era capaz de asimilar en cuanto a reparaciones.
Sin embargo, mis ojos observaban con envidia a todos aquellos hombres y mujeres destinados a surcar los caminos trazados entre las estrellas, deseando poder recorrerlos junto a ellos o solo.
Esos deseos y ambiciones, que yo creía mantener en el más profundo secreto, no pasaron desapercibidos para el bueno de Dupret, que sin dudarlo, puso al corriente a mis padres en uno de los momentos que volvieron a casa.
No podría definir, sino como orgullo, lo que ví en la mirada de mi padre cuando vino a buscarme tras aquella charla con su amigo.
- Así que quieres ser piloto, ¿no, Elbrian? – preguntó sabiendo que no necesitaba escuchar la respuesta de aquel niño de ocho años, pues el brillo que había aparecido en mis ojos hacía inútil convertir el pensamiento en palabras.
Y de esta forma se dio otro paso hacia el momento en que se propiciaría mi caída, pero no quiero adelantarme, por lo que sólo diré que ingresé en la academia del gremio a la edad de ocho años, mostrando desde el principio que la habilidad de mis padres había sido trasladada a mí a través de los genes, y como característica añadida, tenía conocimiento sobre el funcionamiento y la forma de reparar aquellas prodigiosas máquinas de volar.
Fueron pasando los años y aquel niño travieso se convirtió en un joven travieso, con bastante dificultad para refrenar la lengua en determinadas ocasiones, lo cual, debo decir, que me trajo no pocos problemas, aunque de no demasiada gravedad y muy pocas consecuencias.
Pero la desgracia es una taimada enemiga que se mantiene siempre a la espera, en el mejor de los casos durante años, pero antes o después aparece para que no olvides nunca su presencia.
Había cumplido ya los dieciocho y estaba preparado para poder a afrontar las misiones que me quisiera encomendar el gremio….¿preparado? No, no solamente preparado, estaba deseoso.
Y eso es lo que pensé cuando fui llamado a la presencia del líder Auriga, a la cual asistí prontamente y con una sonrisa en el rostro. Sonrisa que no compartía mi interlocutor y que me puso en guardia al instante.
- Elbrian – dijo con profunda voz – siento tener que darte esta noticia, pero…..el cargamento de tus padres ha sido atacado. Creemos que han sido piratas, aunque no podemos asegurarlo.
Dejó pasar unos segundos antes de continuar. Los segundos más largos de mi vida.
- Por desgracia, nadie ha sobrevivido al ataque. – el tono de su voz mostraba una gran tristeza. Tristeza que, pese a odiarme por ello, seguramente no era más profunda en mí que en él.
Sí, sentía pena por la muerte de dos valiosas personas, pero no me afectó como debía haberlo hecho en cualquier persona a la que acaban de comunicar que sus padres han fallecido.
Puede que fuese porque siempre los había sentido como alguien lejano, casi extraños debido a sus largos periodos de ausencia, pero el caso es que aquella noticia, que debía haberme destrozado por dentro, únicamente me hacía sentir como si hubiese perdido a unos preciados compañeros.
- Si me disculpa – respondí rápidamente antes de girarme y salir de aquella habitación. No quería que nadie se diese cuenta de mi escasa aflicción, y mi reacción sería tomada, sin duda alguna, por un intento de buscar la soledad que me permitiese desahogarme, lo cual no andaba muy desencaminado, aunque sí lo estuviesen los motivos de esa necesidad.
Aún ahora, hay momentos, cuando la oscuridad me acoge con sus brazos de somnolencia, en que vuelve a surgir aquel odio que sentí hacia mí mismo, pero he aprendido a convivir con ello, quizás debido a que he vivido otras situaciones que se me han antojado incluso peores.
Poco tiempo después de aquel suceso, comenzaron a encomendarme misiones y por fin pude surcar aquellas rutas entre las estrellas.
Ni siquiera en mis mejores sueños sentí lo mismo que cuando me encontraba solo en el espacio, rodeado por una inmensidad de nada…..de nada y de todo al mismo tiempo.
Es algo que no se puede explicar únicamente con palabras. Como una comunión entre el piloto y la misma existencia.
Sin embargo, mis encargos no terminaban de satisfacerme del todo, pues me parecían, no sé cómo explicarlo, uhmmm, digamos que demasiado ordenados.
Siempre había que seguir una misma ruta, ir a los mismos lugares ¡y yo quería ver más!
Ya no era suficiente con surcar el espacio, ahora deseaba crear mis propias rutas, poder ir a donde quisiera sin rendirle cuentas a nadie.
Así es cómo comenzaron los retrasos en las entregas, y las posteriores amonestaciones, pero yo no era alguien fácil de gobernar, por lo que mi forma de actuar no cambiaba por mucho tiempo, y finalmente volvía a las andadas.
En uno de mis encargos, en realidad en el último que realicé para el gremio de Viajeros, fui atacado por piratas cuando me encontraba en un lugar donde no debía estar.
No había seguido la ruta encomendada y me había topado con ellos sin poder evitarlo.
Por supuesto perdí el cargamento, y tuve suerte de no perder también la vida.
Cuando al final fui rescatado y llevado hasta Ligaheim, la decisión había sido tomada.
Ya habían soportado demasiado mis faltas en honor a mis padres, pero la pérdida de ese último cargamento había superado el límite.
No por la pérdida en sí, porque si hubiese sucedido mientras seguía el camino marcado, no hubiese pasado nada, pero no podían permitir que alguien con tanto desprecio por las normas, siguiera afectando de forma tan negativa a la reputación del gremio.
Sólo la muestra de tristeza en el rostro de Dupret, y unas cuantas pertenencias, fue lo que me llevé tras la expulsión del gremio.
Ahora tenía que comenzar una nueva vida en algún lugar, la cuestión era ¿dónde?.
¿Dónde podía seguir realizando lo que más me gustaba? ¿Dónde podría conseguir la libertad que necesitaba para hacerlo?
La respuesta no tardó en encontrarme, aunque fuese de una forma poco ortodoxa.
Había llegado a Aylon, y los créditos habían bajado su cuantía de forma alarmante, por lo que, no tardando mucho, tendría que buscar cualquier tipo de trabajo para no morirme de hambre, pero ese día tenía pensado ahogar mis penas en el fondo de un vaso, por lo que me dirigí al establecimiento más cercano y puse todo mi empeño en conseguirlo lo más rápido posible, hasta que llegó un momento en que no recuerdo más.
Horas después desperté con un fuerte dolor de cabeza, y sin saber dónde me encontraba. Sí, era una nave de algún tipo, pero ¿cómo había llegado hasta allí?
- Vaya, vaya. La bella durmiente ha despertado. – era una voz que no conocía de nada, y al volverme hacia el hombre que había hablado, pude comprobar que no le había visto nunca – Ya era hora. Llevas durmiendo todo el día.
- ¿Dónde estoy? ¿Quién eres? – le pregunté mientras intentaba incorporarme lo suficiente como para sentarme. Una verdadera proeza cuando todo da vueltas a tu alrededor.
- Así que no te acuerdas de nada ¿eh, ex - auriga? – preguntó acompañando sus palabras con una fuerte carcajada - ¿No decías que necesitabas un trabajo y libertad? El gremio de Carroñeros siempre recibe bien a la gente de valía.
Entonces me relató cómo, cuando estaba borracho, conté mi historia a todo aquel que quiso escucharme (y a unos cuantos que no querían), y que él me había ofrecido llevarme hasta el Gremio de Carroñeros, pues si eran ciertas mis habilidades, tanto en el pilotaje como en el entendimiento de determinada tecnología, podría serles muy útil.
Lo pensé durante un instante, y puesto que no tenía un lugar fijo a donde ir, me dejé llevar.
De eso hace ya seis años, de los cuales, cinco los he vivido como Carroñero de pleno derecho, y aquí he conseguido la libertad que no podían proporcionarme los aurigas.
Voy donde quiero, pues la búsqueda de los despojos correspondientes a la Segunda República pueden estar en cualquier lugar.
Ahora estoy aquí y sigo mi camino.
HASTA AQUÍ LLEGA LA HISTORIA PÚBLICA, Y AHORA COMIENZA LA VERDADERA HISTORIA.
- Veo que has memorizado a la perfección esa sarta de mentiras – indicó con aprobación aquella voz. Una voz que denotaba la fuerza que tenía aquel hombre. Una fuerza y un poder como nadie lo había tenido en toda la historia del hombre.
Elbrian permanecía de pie tras haber relatado la historia que a partir de ese momento debía ser la suya, dejando relegado en lo más profundo del subconsciente su verdadero pasado.
Tan solo mantendría el nombre, pues ese recuerdo es el más difícil de olvidad, y por lo tanto el que entrañaba más peligro.
- Estoy preparado, Emperador Alexius – respondió finalmente, sin dejar que ningún sentimiento fuese mostrado al exterior.
- ¿Preparado? – preguntó a su vez Alexius – Puede que lo estés, o puede que no. Eso sólo lo sabremos con el paso del tiempo…..de mucho tiempo.
El joven, que se encontraba ante la persona más poderosa del universo, mantuvo silencio a la espera de ser despedido por el Emperador.
Todas las instrucciones habían sido dadas ya y no había mucho que añadir. Elbrian debía partir y vivir una vida que no era la suya, aunque en realidad nunca había tenido una vida propia, sólo una larga preparación para este momento.
- Ya está todo arreglado. Te dirigirás a Aylon y allí deberás hacer lo posible por unirte al Gremio de Carroñeros – Alexius comenzaba a repetir de nuevo las instrucciones, quizá por última vez, pero la mente de Elbrian vagaba hacia sus recuerdos, y esta vez era hacia los verdaderos, no a aquel auriga que debía simular haber sido, sino al Hawkwood que era….o que podría haber sido si no hubiese sido por sus “dudosos” talentos.
Tenía treinta años, en eso coincidía con su papel, pero su infancia había sido muy diferente a la que acababa de relatar.
Hijo bastardo de un noble que no quiso hacerse cargo de él, o al menos públicamente, ya que sí se encargó de que no le faltara nunca de nada, destacó prontamente por ciertas “habilidades” que parecía tener y que rápidamente le aleccionaron para que mantuviera ocultas.
Nunca supo cómo el Emperador había tenido conocimiento de su presencia, ni cómo aquella mente podía haber ideado un plan tan magistral y a la vez tan cruel.
Cruel para un niño que fue apartado de todos los demás, y entrenado en el más absoluto secreto para que adquiriera las cualidades suficientes como para hacerle pasar por miembro del Gremio de Viajeros.
Y todo para continuar con aquella lucha de poder existente entre la Iglesia y el propio Emperador Alexius.
- Sabes que a partir de este momento estarás solo – continuaba el dirigente, provocando que Elbrian hiciese un esfuerzo para volver su atención hacia Alexius – y que no tendrás ayuda de ningún tipo, así que, aunque lo he arreglado todo para que la historia resista una investigación rutinaria, no podría sostenerse si alguien indaga concienzudamente.
Eso también lo sabía Elbrian, y se preguntaba cómo lo habría arreglado para sostener un entramado en torno a su falso pasado, pero era mejor no saber ciertas cosas, y aquella, sin duda, era una de ellas.
- Y ahora puedes irte – continuó el Emperador – No volveremos a vernos en mucho tiempo, y eso si los dos conseguimos sobrevivir tanto tiempo.
Mientras tanto, cumple tu misión de la mejor forma posible, y tráeme el conocimiento necesario para poder acabar con esos farsantes.
Elbrian sabía a quien se estaba refiriendo. La Iglesia, siempre la Iglesia.
Alexius quería la tecnología existente durante la Segunda República, y más aún, la tecnología Vau y los Ur.
Si la consiguiese se convertiría en el dueño del destino de los Mundos Conocidos, y quizá más allá de esos mundos.
Ya no tendría que preocuparse por alianzas de ningún tipo, y podría deshacerse de aquellos que se ocultaban tras la fe para conseguir un poder al que no tenían derecho.
¿Qué la tecnología era pecado? ¡Ja! Burda manera de evitar que nadie les contradijese, pero eso iba a cambiar, y para eso era necesario Elbrian.
Su misión era la de viajar a donde fuese necesario y conseguir cualquier información sobre la tecnología olvidada e incluso la aún no encontrada.
Pero estaba solo. Nadie podía averiguar que los planes de Alexius eran aquellos, o la Iglesia tendría la clara posibilidad de acabar con su mandato, y de paso con su vida.
- Haré todo lo que esté mi mano, Emperador – respondió Elbrian un instante antes de dar la vuelta y dirigirse hacia la puerta que era la frontera entre su existencia actual y un futuro desconocido.
Desde ese día han pasado seis años, en los cuales consiguió infiltrarse en el gremio de los Carroñeros y moverse libremente.
Por desgracia, aún no había encontrado nada que pudiera ser útil para su misión…..hasta ahora.
Dos simples palabras, escuchadas en una conversación en la cual él no era destinatario, le habían puesto en camino.
Dos palabras que podían significar el fin de su misión: Tormenta azul.
Personaje enviado por Raitslin.
Ramveer Al-Malik
*Como no estoy familiarizado con todos los aspectos de la ambientación de Fading Suns (sólo leí los primeras capítulos del manual), seguramente algunas cosas no cuadren con las costumbres de la época (ejem, especialmente lo relacionado con cargos políticos y títulos nobiliarios, como ya verás).
*El personaje está situado en una muy buena posición social y económica, pero sólo porque así la historia era más interesante. A efectos de juego puede ser todo lo pobretón que haga falta, en eso no hay problema por mi parte.
*La primera pareja de cartas quedaron mejor que el resto, simplemente porque me fui quedando sin tiempo para trabajar mejor a partir de ahí. Sobre todo la última pareja de cartas son bastante cutretonas, pero no quería prescindir de ellas porque introducen rasgos físicos y amplian info sobre el carácter del personaje.
- Señor Ramveer, el Maestro Ingeniero Hamerdon me manda a anunciarle que su permiso para continuar residiendo en Tormenta Zaul ha sido renovado sin novedades. Por lo demás, de todos los proyectos de los que me había encargado llevar un seguimiento no hay ni uno sólo que haya vuelto a colocarse en estado de actividad tras la avería generalizada que colapsó el satélite la semana pasada, así que mucho me temo que no tendrá mucho de qué ocuparse hasta que las reparaciones oportunas se hayan llevado a cabo.
- Maldita sea... Buen trabajo, Dakis. Y ya lo sabes: en cuanto alguna línea de investigación se reabra quiero ser el primero en saberlo. ¿Sabes algo de Styllou?
- Oh, casi se me olvida, señor. La asistente personal de la señorita Hartigan me ha entregado este mensaje privado de su ama para usted, y me ha pedido que le dé las gracias en su nombre por la exquisita cena a la que tuvo a bien convidarla anoche.
- Perfecto. Por cierto, no quiero volver en mis aposentos ninguna otra carta, paquete, ni objeto de cualquier tipo que proceda de la señorita Miliza Elizabeht Lustig, ¿entendido?
- Como usted disponga, señor.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Personaje de Vio.