-¡¡¡Quereis callaros de una vez!!!-La voz del airado auriga resonó en todo el puente de mando.
El grito del auriga sorprendió un tanto a Lombard, que miró alrededor como intentando adivinar de donde procedía el ruido que había molestado a Justin. En ese momento Elbrian entraba por la puerta. El recién llegado revisó el puente - en su mayoría automatizado - en busca también de la posible conversación que había molestado a su colega, pero no vio a nadie más que a Justin y a un capitán, de edad avanzada, que estaba junto a él. Ambos revisaban que el piloto automático de la nave estuviera correctamente programado.
- ¿Se encuentra bien Justin?- dijo con una mirada interrogante el viejo capitán - ¿Qué... qué ha sido lo que le ha molestado?
Al contestar marcad solo a Elbrian y a Justin, que son los que están juntos en esta sala.
Antes de subir a la nave Hysteria había puesto al corriente a su hermano sobre sus superiores:
- Ambos son los líderes jerárquicos de cada una de sus categorías en Tormenta Azul. Ninguno de los dos toleraría jamás que alguien pusiera en tela de juicio su autoridad, como ha hecho ese Meixar. No me gusta Cal, no me gusta nada... Me parece que no se da cuenta de que los demás existimos siquiera, parece creer que tiene la Verdad aferrada y que el Pancreator solo puede hablar a través de él. Oh, vamos, vosotros los religiosos siempre creéis que tenéis la Verdad, pero habéis hecho un voto de obediencia.- sonríe guiñando un ojo - No me mires así Cal. Siendo sincera: tanto uno como el otro han resuelto incidentes realmente problemáticos en Tormenta Azul y juegan un complejo juego de diplomacia. Me parece casi increíble que ese sacerdote de tercer orden haya podido desquiciar al Padre Kiros. Nos enfrentamos a algo tan enorme que parece que pondrá a prueba la templanza de todos nosotros... Espero que superemos la prueba...- añadió con un suspiro.
¡Perdona! El caso es que como el mensaje fue antes del parón me debí despistar al contestar.
Elbrian accedió al puente sorprendido por aquel tono de voz surgiendo de los labios del auriga, al cual había visto bastante calmado hasta el momento, incluso en los momentos de tensión surgidos durante la reunión precedente a que les encomendaran aquella misión.
Deseaba saber qué o quien podía sacar de sus casillas al piloto, pero no desaprovechó la oportunidad que le otorgaba que Justin se hubiese convertido en el centro de atención de todos aquellos que estuvieran en el puente. Eso le daría la oportunidad de observar más detenidamente lo que le rodeaba.
Caminó lentamente entre monitores y paneles de mandos, intentando familiarizarse con el sistema de navegación que tenía aquella grandiosa nave.
Elbrian intenta localizar, de forma específica, el lugar desde donde se dispara el Castigo Imperial, así como controlar hasta qué punto están pendientes de él el resto de los tripulantes.
Mientras se movía por el puente Elbrian se fijó en dos puertas cerradas que conectaban con los ganchos de navegación. Estos 'ganchos' o pasillos conducían a las naves auxiliares que llevase el Crucero bajo su panza. Uno de ellos, sin duda, conducían a la nave que el propio Elbrian debería pilotar hasta la superficie del planeta mientras que la otra, sin duda, habría sido modificada para dar acceso a la enorme maquinaria del Castigo Imperial. Ambas estaban cerradas herméticamente, aunque no había nadie cerca de ellas vigilándolas.
Justin miró por un momento a Lombard y a Elbrian, como si hasta el momento no se hubiera dado cuenta de que había más gente en la habitación, tornando su cara de enfado en una mueca de sorpresa.
-No, estoy bien. Lo...lamento, de verdad. Disculpenme. No volverá a suceder.
Dicho esto y sin esperar respuesta, Justin se concentra en los paneles de la nave.
Sin que hubiera nada, al parecer, que pudiera provocarlo, un gesto de contrariedad apareció de repente en el rostro de Elbrian, mientras dejaba que sus ojos planearan por toda el puente de navegación.
Sin embargo, esa expresión, duró bien poco, mostrándose jovial como lo había hecho hasta ahora.
¿Puedo ayudarte en algo? - le preguntó a Justin mientras caminaba cerca de su colega, dejando que sus pasos le llevaran hasta un par de puertas herméticamente cerradas que se encontraban colocadas a un lado del puente - Si necesitas algo sólo tienes que pedirlo. Si está en mi mano....
Pero sus manos se movían ya cerca de la puerta hermética que se encontraba situada más a la derecha, buscando la forma de abrirla y así acceder a lo que tuviera tras ella.
Elbrian no se sorprendió demasiado al ver que había un panel de seguridad, varios sensores de alarma y un control de códigos de activación en el frontal de la puerta. Abrir cualquiera de las dos puertas sería tan difícil como intentar una audiencia con Alexius I. En el caso de la que conducía al Castigo Imperial no le sorpendió pero en el que conducía a la nave que él mismo debía pilotar... ¿tanta seguridad era necesaria?
- Señores, me imagino que nos deben estar esperando para cenar.- dijo en ese momento Lombard - Justin, estoy seguro de que el crucero está perfectamente codificado para seguir la ruta prevista. ¿Nos vamos al comedor?
¡Vaya! Esperaba poder revisar el estado de "mi" nave - indicó Elbrian un tanto contrariado al encontrarse las fuertes medidas de seguridad - antes de cenar, pero por lo visto es algo que no podré hacer ahora mismo. ¿Sabe el por qué de tanto control?
Su pregunta iba dirigida hacia el hombre que les indicaba que fueran a cenar, y aunque esperaba respuesta por su parte, dejó que sus pasos le llevaran en dirección a la puerta por la que había entrado.....quizá el trayecto hacia el comedor fuese un buen momento para recibir la explicación correspondiente.
Sin embargo, no pudo evitar que su mirada se dirigiese una última vez hacia las puertas selladas, deseando incluso más que antes el poder atravesarlas.
Algo cerrado significa secreto, y no podía negar que le atraían enormemente las cosas ocultas.
-Le echaré un último vistazo antes de cenar. Si me retraso, pueden empezar sin mi.
Justin comprobó una vez más la codificación, volvió a fijar las coordenadas y se fué hacia el comedor, sin poder evitar mirar atrás desde la puerta del puente de mando.
Mientras salían al pasillo el viejo comandante contestó a Elbrian:
- Pues no lo sé muchacho, pero al cargo de la seguridad de la nave se encuentra Miraze Li-Halan, supongo que durante la cena puedes preguntarle a él.
Se alejaron por el pasillo dejando a Justin revisando los últimos códigos de vuelo:
- Entiendo como se siente. Yo estaba igual en mi primera misión realmente importante pilotando un crucero. Y era una misión mucho menos importante que ésta y una nave mucho peor...- añadió con una sonrisa.
Continuamos en la escena de La Primera Cena.