Partida Rol por web

Un Negocio Bien Gordo

Escena IV: Y Líbranos de todo mal...

Cargando editor
13/10/2010, 05:10
Anastacia

Observo la situación, mientras guardaba la daga. Esperaba que pudiera servirme de algo en el caso de necesitarla, cosa muy probable, pero antes de poder pensar en otra cosa veo al escuadrón de muertos vivientes acercarse. No comprendía que ocurría ¿Acaso ellos eran con los que habían peleado mis compañeros? Recordaba que el pastor había dicho que mis compañeros debían estar... muertos seguramente era lo que imaginaba.

 

Escucho a Ruthiel, algo arrogante como siempre. Tratándonos como niños. Un escalofrío recorre mi espalda cuando menciona lo que el pastor quería hacer y la indignación se apodera de mi. No podía quedarme de brazos cruzados. Comienzo a avanzar hasta ponerme a su altura.


-No me voy a quedar de brazos cruzados... no lo hice cuando te pegue y no lo voy a hacer ahora...-

 

Le digo mirando al frente intentando infundirme el valor para luchar cuando en realidad yo no lo hacia. Pero si me quedaba quieta seria una decepción mas a mi Señor y no podía permitir que eso ocurriera. Iban a pagar lo que habían hecho, seguramente muchas jóvenes como mi envase habían sido violadas y no podía permitir que continuara así

 

Notas de juego

Dara excelente post!

Cargando editor
13/10/2010, 17:43
Eddgar

Enarco una ceja ligeramente divertido ante el comentario de Ruthiel sobre su moto... Es una pena, era una preciosidad de moto, la verdad, pienso mirando la chatarra en la que la hemos convertido mientras Eva parece intentar cargar con ella a cuestas.

Esta mujer... me sorprende a cada minuto más. No puede ni con su alma, está más llena de agujeros que un paquete de Donettes y, aún así, se empeña en cargar con lo más pesado que se encuentre a la vista... pienso observándola detenidamente sin darme cuenta de que me estoy quedando atrás mientras el resto comienzan ya a caminar por el pasillo ahora libre de peligro.

Según comienzo a andar me percato de que Zadkiel, también fastidiado por las peleas anteriores a esta, se dedica a mirar las armas que quedan en el suelo para llenar su cartucho así que, mirando el arma que tengo aún en la mano, procedo a copiarle de mala manera para asegurarme de que no me quedaré sin balas la próxima vez... al menos en los primeros disparos.

- ¡Ey! Que yo también voy... No esperéis, nooo...
- digo alzando un poco el tono de voz para ser escuchado antes de echar a correr tras el resto sintiéndome satisfecho por haber encontrado algo útil entre las armas de los que han vuelto a su maldito lugar.

Cargando editor
19/10/2010, 21:47
Ruthiel

Zadkiel y Eddgar se hacen cada uno con armas con nuevas municiones. Ambos armados, el primero, con aspecto algo fatigado (y la ropa con varios agujeros) parece sacado de algún conflicto perdido en una tierra lejana, el segundo parece un militar en busca de diversión. Evangelia lleva la motocicleta, entre lenta y esforzada, parece no contenta con dejarla en su sitio, a veces pareciera que una costilla rota o una herida de bala le recordara que el dolor es algo a lo que los ángeles no están habituados. Y Finalmente está Anastacia, en túnica roja, quien se ha contagiado de la decisión de sus compañeros.

-Sois unos completos imbéciles...- dice Ruthiel sonriente -... Me acordaré de vosotros cuando estemos esta tarde todos en el paraíso... y os invitaré a un verdadero banquete...- dice mientras se gira bruscamente, mirando hacia las cortinas pesadas.

Da dos pasos largos y toma su hacha con ambas manos, mientras realiza un tajo rápido, haciendo que la tela caiga, revelando los cristales que dan hacia la parte de atrás de una tarima con una tela negra de fondo. La música de coros que ha estado sonando de fondo todo el tiempo viene con más fuerza desde allí. Ruthiel mira a los cuatro que le respaldan.

-Bien, si el tío de arriba está de humor, que ojalá nos de una mano antes de tener que ir nosotros a dársela a él... Amén- dice en una oración improvisada y se gira mientras lanza su hacha para destrozar los cristales en un estruendo que quizás quede oculto tras la música en alto...

Cargando editor
19/10/2010, 22:50
Anastacia

Escucho las palabras de Ruthiel. Era bastante caradura al decir algo así dadas las circunstancias que lo envolvían Meneo la cabeza, mientras empuño la daga y me acomodo la túnica Al pensarlo mejor, decidí rasgarla con la daga para tener mejor movilidad en las piernas.

 

-Que puedo decir...aprendí de un maestro imbécil que encontré en una capilla... que por cierto, tenia un mostacho pasado de moda y mal humor...-

 

Le respondo en tono tranquilo, con un deje divertido. Esperaba que no estuviese enfadado conmigo por la bofetada. Pero al parecer lo estaba pasando en grande. Tenia fe en que si teníamos éxito aunque muriéramos la misión estaría salvada. No podía poner en vergüenza a mi Amo Guy. Estaba decidida a dar lo mejor de mi, aunque eso me costara la vida. Avanzo detrás de el con paso firme.

 

Cargando editor
20/10/2010, 21:31
Zadkiel

Zadkiel no dijo nada. No era momento para andar pensando en réplicas ingeniosas, si no en actuar como los profesionales divinos que eran.

Vió como Ruthiel destrozaba la cristalera y se preparó para lo que fuera a venir, aferrando con fuerza el arma que portaba y esperando no errar en ningún blando enemigo.

Ruthiel está muy decidido y despues de lo que ha dicho antes es mejor no bajar la guardia. Pensó con los nervios a flor de piel. Parece que todavía tenemos que enfrentar una última batalla antes de dar esta operación por zanjada...

Cargando editor
20/10/2010, 21:44
Eva

Eva tiró del manillar de la moto poniendola sobre la rueda trasera, y cerrando el puño y tirándolo atrás dió un golpe al motor doblando una serie de tubos y cables con los que aferró la moto como si fuera un pavés. Gracias a la rueda era capaz de llevarla con bastante torpeza pero casi sin esfuerzo, y con la moto por delante, esta vez lista para un muro avante de plomo, entró por la cristalera rota irrumpiendo en la sala la primera, con la misma confianza de siempre observó el lugar a medida que su pecho se hinchaba lista para soltar una tópica frase heroica al malo maloso que hubiera ahí, y tuviera ganas de leña.

Apenas dos días en la tierra... habíamos pasado por muchas y muy graves, Evangelia concretamente habia aprendido mucho del oficio, aunque su record de estancia en la tierra fuera de dos semanas, esta vez sí habia tenido contacto con la acción, ahora tan solo deseaba terminar el trabajo lo mejor posible, para tener una segunda oportunidad.

Ad Maiorem Dei Gloriam

Cargando editor
20/10/2010, 22:31
Eddgar

Mientras camino hacia delante siguiendo a Ruthiel como el resto me giro también para ver el estado de Anastacia y sonrío al comprobar que, ahora mismo, es la única que está intacta. En su ropaje, como nuevo, no se ve ningún agujero de bala cosa que el pobre Zadkiel no puede decir; y en su rostro no se nota el cansancio que, en cambio, sí se apodera del frágil envase de Eva.

Observo con detalle a mis compañeros y decido mental y silenciosamente ir por delante, protegerlos de lo que sea que se avecina y de lo que nos ha avisado Ruthiel... a su manera. Sin embargo, tan sumido estoy en mis pensamientos, los cuales me cuesta hasta oír con el exagerado volumen de la música de ese dichoso coro, que no me doy cuenta de que me acaban de fastidiar el plan.

Al mirar al frente veo una cristalera rota y a Eva y Ruthiel tras de ella... Así que todo lo deprisa que puedo me adelanto para, al menos, tratar de cubrir a quienes añun no han trraspasado la cristalera hecha añicos.

Cargando editor
27/10/2010, 13:36
???

De repente, bajando por la parte de atrás van cuatro personas en túnicas rojas, dos parecen de edad avanzada y uno es alto y rubio, parecen sonrientes aunque no dicen nada, y atrás, una mujer de cabello corto, cuyos ribetes de las túnicas son dorados, como los que tenía el Pastor Michael, y no azules, como los que tienen las túnicas normales. Abre los ojos en cuanto los ve, en especial, porque Ruthiel y su enorme hacha llama su atención lo suficiente, por no decir nada de Evangelia tratando de sacar la motocicleta por la ventana.

-Ustedes!!! intrusos!!!- señala casi chillando con voz aguda, mientras los otros miembros de la secta parecen miraros con verdadero terror -¡no podéis detener los designios del señor! volved ahora o lo lamentaréis!!!- dice mientras se gira rápidamente y empieza a correr hacia el costado opuesto por el que venía. Los otros parecen tan asustados, que apenas se mueven mirándolos como si vosotros fuérais asesinos o terroristas. La ironía del asunto, es que... en teoría, vosotros erais los buenos y los fanáticos eran los malos... pero en este momento quien se fija en esos pequeños detalles de gilipollez cósmica?

Cargando editor
27/10/2010, 13:51
Ruthiel

-Buff... como no le demos alcance nos la va a poner dura... eh, tratad de darle, que el cerdo que está al frente de todo esto no puede estar lejos- dice señalando a Eddgar y a Zadkiel, quienes en teoría tenían más posibilidades de hacer algo.

-Vamos a subirnos, creo que ahora si comenzará la fiesta- dice escupiendo hacia un lado mientras se dirige hacia la dirección contraria en la que estaban los miembros del culto en túnica, para subir por la otra escalera a la tarima, como era de suponer.

Cargando editor
27/10/2010, 15:17
Zadkiel

-¡A la orden jefe! Le gritó Zadkiel al que ahora era su guía en toda aquella epopeya divina, preparó el arma, apuntó hacia la mujer, la aferró con fuerza para resistir las sacudidas del retroceso, y disparó.

-¡YAAAAAAAAAAAAAAAARGH!

El arma escupió su letal fuego cargado de plomo, pero los músculos del cuerpo de Walton ya habían sufrido demasiado castigo en lo que llevaban de día y comenzaban a flaquear. El cañón vibró y el movimiento hizo que las balas se desviaran caóticamente errando en el objetivo del moreno.

-¡TODO EL MUNDO AL SUELO! Grito Zadkiel amenazadóramente para que nadie se atreviera a hacerles frente ¡QUE SE SIENTEN COÑO! Añadió.

¿No dijo esto alguien una vez? Se preguntó ante una terrible sensación de Deja Vú que sintió al oirse a si mismo gritar.

- Tiradas (1)

Tirada: 3d6
Motivo: Disparar a la Mujer
Resultados: 6, 3, 4

Cargando editor
27/10/2010, 22:06
Eva

Arrastro la moto, por culpa de Novalis es ahora la única arma con la que cuento, veo como se alejan y con alarma veo como descargan plomo sobre los devotos hijos de dios... Esto no va a gustar al todopoderoso, apartada de las ametralladoras, espero a que termine la lluvia de disparos para seguir a los cultistas y ir por el mismo lado que pretendían escapar, y dicho sea de paso, ver lo que quede de la muchacha....

Cargando editor
27/10/2010, 23:52
Eddgar

Me sobresalto al escuchar los gritos de una mujer que nos ha pillado de sorpresa aún tras las escaleras que dan a la tarima y comienza a llamarnos de todo. Mi primera reacción es correr hacia ella y taparle la boca pero quién sabe lo que puede llegar a correr.

La sugerencia de Ruthiel, sin embargo, me parece la mejor idea. Viendo que Zadkiel se dispone a hacer caso de las palabras del bigotudo, me coloco a su lado y disparo certeramente a la mujer que huye de nosotros.
Después miro alrededor para encontrrme con varios tios con cara de bobos mirando el espectáculo y a Ruthiel a punto de salir de entre bambalinas.
Me encaro hacia los hombres que siguen atontados allí de pie y apuntándoles con mi arma les digo:
- Si no queréis acabar como esa maldita chillona, más vale que os estéis calladitos y con las manos bien a la vista. ¡No hagáis tonterías que sabemos muy bien que es precisamente lo que ibais a hacer!

- Tiradas (1)

Tirada: 3d6
Motivo: Kill the Woman
Resultados: 1, 1, 3

Cargando editor
02/11/2010, 19:12
Anastacia

Observo a la mujer que había aparecido. Al parecer mis compañeros se habían encontrado con ella antes. ¡Maldición! ¿Cuantas cosas me había perdido por estar encadenada a ese puto palo? Si todavía estuviese vivo me encantaría retorcerle el cuello al estúpido pastor.

 

Escucho las armas de mis compañeros y sin duda no era una buena idea meterse en el medio de ellos. Me agacho para cubrir mi cabeza de que quedara como colador entre medio del fuego que abríamos nosotros.

 

Los designios del Señor... Nosotros eramos los ángeles que servían a Dios. ¿Acaso ellos también lo eran? Si aquella mujer se moría no iba a poder decirnos nada. Teníamos que atraparla antes de que pudiera escapar.

 

Manteniendome en un costado, lejos de la balacera, me inclino hacia adelante y corro lo mas rápido posible en esa posición para poder alcanzarla. Necesitábamos obtener información antes de que pudiera morirse. Me sentía algo confundida pero estaba segura de que lo que hacíamos era lo correcto mandado por el Único

 

- Tiradas (1)

Tirada: 3d6
Motivo: alcanzar a la mujer
Resultados: 4, 6, 2

Notas de juego

Los dados me odian.

Cargando editor
08/11/2010, 21:15
Director
Sólo para el director

Los disparos de Eddgar hacen blanco, nada más que decir...

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Tirada: 1d6
Motivo: 1-Nadie 2-5-Inocentes 6-Anya
Resultado: 2

Cargando editor
08/11/2010, 21:21
Director

La violencia pasa a ser recurso de primera mano, Zadkiel y Eddgar no esperan lo más mínimos y empiezan a disparar, aunque con objetivos completamente diferentes. Mientras Anastacia, en un alarde de inteligencia decide que es mejor emprender la persecución en medio del aluvión de plomo, después de todo, confía ciegamente en la puntería de sus aliados angélicales.

Pronto se lleva la sorpresa de que se ha confiado demasiado, debe lanzarse al suelo, al ver como una de las ancianas del frente ve su pecho destrozado por varios impactos, y el otro recibe un par más, haciendo que caigan de inmediato al suelo, el joven solo se agacha, el cadáver de uno de los inocentes ancianos cae sobre la chica, ahora manchada de sangre..

Y es allí cuando Eddgar, una vez su compañero "el Rambo negro" ha despejado el camino -a lo bruto, pero lo ha despejado- usa su rifle para clavar todas y cada una de las balas en la espalda de la mujer que huye. La maldita se detiene mientras cada impacto hace que su espalda se mueva con fuerza vibrante, sangre salpica y cae hacia adelante con gran fuerza. Y no se mueve más.

Todos pueden ver como la sangre que ha salpicado sobre el cesped empieza a humear casi imperceptiblemente y un olor sulfuroso se nota del cuerpo efervescente de la mujer, parece que empieza a deshacerse, con el mismo efecto que ya han notado en cierto otro servidor de "los malos".

Y además, el espectáculo de aquella muerte llama la atención -el ruido, por ejemplo- mientras se ven personas de rojo (de ese rojo cultista que tienen algunos de ellos) acercándose a curosear...

Aunque al menos les han dado el tiempo a Ruthiel y a Evangelia para que suban a la tarima...

Cargando editor
08/11/2010, 21:31
Ruthiel

Tras presencia esto, ambos suben, Ruthiel y Eva. -Vaya que me equivoqué diciéndole Rambo al negro- dice mientras aparecen en el escenario, donde hay algunos (no demasiados como pensarían) de los miembros del culto con sus túnicas rojas. El escenario negro, tiene un podio y un micrófono, así como dos ancianos que parecen estar organizando todo.

La reunión es curiosa, pues es un jardín de gran tamaño el de atrás de la mansión, hay una mesa en el centro, con un arreglo de copas y unas jarras de cerámica en el centro, mientras algunos de los cultistas -con una leve diferenciación en su túnica- parecen ayudar a servir los bocadillos. No hay rastro de alguna figura sobresaliente sobre la cual se vuelque la atención.

No obstante la sorpresa puede más, un hombre fornido con una hacha, una suerte de vikingo moderno, y una cuarentona con una moto aparecen por el escenario, con no muy buena pinta.

-Eh tu vejete- dice Ruthiel acercándose a uno de los ancianos y tomándole por la túnica -donde está el oh-gran-y-todopoderoso personaje al que le laméis el culo... ¿cómo es que lo llamáis? da igual, tengo una cita con él- dice sin cuidado, mientras los espectadores comienzan a gritar de pánico señalando hacia el escenario.

Cargando editor
08/11/2010, 23:48
Zadkiel

-¡OOOOH! ¡OOOOH! ¡TODOPODEROSO SEÑOR! ¡INFAMIA! ¡VILEZA! ¡ESO ES OBRA DEL DEMONIO! Gritaba Zadkiel, intentando ganarse para ellos el favor de la multitud allí reunida y además de evitar la catástrofe, que les ayudaran cumplir la misión ¡MIRAD! ¡MIRAD! Gritaba señalando a la mujer que de deshacía en gases sulfurosos ¡ESA MUJER ERA UNA BRUJA ENVIADA POR EL MALIGNO! ¡NOS HAN ENGAÑADO! ¡HAN QUERIDO JUGAR CON NUESTRAS ALMAS PERO NOSOTROS LOS DESCUBRIMOS Y QUISIERON ELIMINARNOS! ¡ESA COSA... ESA COSA... el ángel hacía temblar el dedo señalando la masa bulbosa y semiamorfa de carne disuelta en la que se estaba convirtiendo la mujer abatida a tiros por su compañero ... ESA COSA... ES ALGO ANTINATURA! ¡ESA MUJER PECAMINOSA NOS ENGAÑABA Y NOS ESTABA LLEVANDO POR LA SENDA DEL MAL QUE ALEJA DEL SEÑOR A SU REBAÑO!

Zadkiel no se las tenía todas consigo de si aquello funcionaría despues de haber despejado la linea de fuego a su compañero a base de acribillar a balazos a la gente, pero desde luego que si no lo conseguía, al menos causaría un shock lo suficientemente extremo para dejarles actuar con libertad, cuando la gente se percatará de aquello que se retorcía, burbujeaba y salpicaba en el suelo y que una vez fue una mujer.

Notas de juego

Tu dirás si tengo que tirar por algo para afectar a la gente, jefe.

Cargando editor
10/11/2010, 21:14
Eva

Ruthiel... no soy muy experimentada en esto pero, si ellos - Digo señalando a la marabunta de humanos asustados - Siguen creando este alboroto podemos tener problemas, además debemos reducir al mínimo las bajas, aunque vista la lluvia de plomo de Walton y el rubio, emmm Eddgar, hemos pasado el límite con creces

¿Cuan desaconsejable es mostrar a los mortales nuestra auténtica naturaleza?

Espero la respuesta de Ruthiel aún a sabiendas que está en medio de un interrogatorio, y si el ancianito me mira en busca de compasión o ayuda le doy una tortita cariñosa con un ~Eh tú a lo tuyo, responde~

Cargando editor
10/11/2010, 22:48
Eddgar

Me quedo ojiplático al comprobar que mis disparos aciertan de lleno en la espalda de la mujer que huía y, más aún, al ver cómo su cuerpo se deshacía en vete a saber qué clase de sustancia ácida, correosa o demoniaca, tal como había sucedido hacía unos minutos con el desgraciado del Pastor que tenía a Anastacia atada.

Pero pronto los gritos que, en mi oído, está pegando Zadkiel con sus característicvos aspavientos y movimientos rápidos con las manos me sacan de mi incredulidad. Aunque no debería estar tan sorprendido me parece increíble la cantidad de maldad que puede haber en un sitio tan pequeño como esa mansión. ¿Cuántos más habrá así en toda la ciudad? Espero que simplemente sea que se habían congregado... porque es demencial pensar que los humanos estén tan rodeados por ellos como lo estamos nosotros aquí y ahora.

Cita:

¡ESA COSA... ESA COSA... el ángel hacía temblar el dedo señalando la masa bulbosa y semiamorfa de carne disuelta en la que se estaba convirtiendo la mujer abatida a tiros por su compañero ... ESA COSA... ES ALGO ANTINATURA! ¡ESA MUJER PECAMINOSA NOS ENGAÑABA Y NOS ESTABA LLEVANDO POR LA SENDA DEL MAL QUE ALEJA DEL SEÑOR A SU REBAÑO!

Comienzo a asentir ante los gritos de Walton y a imitar los gestos exagerados de este sumándome yo también a sus palabras aunque con bastante menos gracia para con el gentío allí congregado que nos mira como... como las vacas al tren que se suele decir:
- ¡ESA COSA VENIA DESDE EL INFIERNO PARA LLEVARSE VUESTRAS ALMAS A LA ETERNA AGONÍA Y CRUELDAD! - digo señalando los pocos restos que ya quedan de la mujer...- ¡NO HABRÍA UN BONITO MÁS ALLÁ PARA USTEDES, CRÉANME, SOLO SUFRIMIENTO Y DESESPERACIÓN! - el acento tejano de Eddgar sale a trompicones de mis cuerdas vocales, como si él mismo estuviera queriendo decir lo mismo que estoy diciendo yo, como si me dictase las palabras: ¡¡NO OS ALEJEIS DE LA LUZ DEL SEÑOR PUES ÉL VELA POR VOSOTROS Y NOS HA AYUDADO A DESCUBRIR EL ENGAÑO QUE NOS ESTABAN PONIENDO DELANTE DE LAS NARICES!!

Y, después, silencio.

Cargando editor
11/11/2010, 03:10
Anastacia

¡Maldición! No había podido lograrlo y ahora aquella mujer estaba muerta y no podíamos sacarle información Tendríamos que haber actuando de manera mas coherente y concisa. Con aquella balacera no pude quedarme demasiado de pie.

 

Aquella mujer cae sobre mi manchándome de sangre. Lo único que me faltaba para agregar a mi día desastroso era aquello. Me la quito de encima oyendo a mis compañeros gritar. Eso iba a llamar la atención de todos, pero no podía quedarme sin hacer nada.

 

Me levanto apenas, manteniendo la cabeza agachada para que no me vieran y así poder acercarme a la mujer que había caído encima de mi y caído entre aquellas balas. Tal vez tenia algo de información, una llave de alguna oficina. Algún papel, cualquier cosa que nos dijera que es.