Partida Rol por web

—No sabía nada de un grupo. Preguntas dice —te mira con suspicacia—. Sí, trabajo aquí, soy Bristol Knegin, ¿de qué se trata?

El hombre cierra el libro que tiene delante suyo antes de que puedas acercarte a atisbar su contenido. Se apoya en él.

- Mire, somos parte de una asociación pro-derechos humanos y estamos realizando una campaña a nivel nacional que vela por los derechos humanos en centros como hospitales, hospitales psiquiátricos, orfanatos, cárceles, etc.

Probablemente no nos conocerá ya que somos relativamente nuevos, pero bueno, concretando, la tarea que nos trae aquí es la recogida de datos sobre el funcionamiento del hospital. Datos como qué tipo de personas son atendidas, qué tratamientos y cómo se proveen, esas cosillas. - comienzo casi recitando las palabras de Olmer.

—También nos interesa conocer la opinión que los trabajadores tienen sobre la eugenesia, idea que se está poniendo de moda en Europa. ¿Qué opina usted de ello? ¿y puede decirme en qué consiste exactamente su trabajo aquí? - pregunto con interés.

El hombre pone cara de no prestar mucha atención al rollo que le estás contando. Pero desde luego te mira de arriba a abajo y no le inspiras confianza. Eres grande y pareces peligroso. De hecho te mira como si tuviera ante sí a una mezcla entre inspector de hacienda y matón a sueldo.

—No sé qué es eso de la eugenesia, mejor que le pregunte al doctor. En cuanto a mi trabajo, me encargo de que las cosas funcionen cuando el doctor está ocupado, eso es todo —dice de forma cauta y esquiva.

- Bien, gracias por su tiempo. - digo agradeciendo mentalmente poder salir de ahí. Me pregunto qué hará ese tipo realmente en el hospital, y sobretodo qué tendrá en ese libro que acaba de cerrar. Salgo y me dirijo al despacho de al lado que me ha indicado este tipo sólo para comprobar que es el de Freygan, donde ya estuve y no conseguí abrir. No puedo perder mucho más tiempo o mi ausencia sera muy sospechosa. Debo reunirme con el resto pero se me ocurre una última medida desesperada así que encamino mis pasos de nuevo a recepción y saludo a la recepcionista: - ¡Hola! - digo procurando poner una voz ligeramente dulce y acaramelada. - No he encontrado a Freygan y mis compañeros, y además me he dado cuenta de que me dejé la cartera en el despacho del doctor... ¿podría acompañarme para recogerla... No sería sensato que deambulara sólo por aquí. -

- Estoy bastante de acuerdo con usted, Doctor. El Comunismo sólo sirve para plantar berzas, aunque en el tema de la Eugenesia diré que no creo que...-iba a decir una burrada intelectualista de las suyas pero entonces recuerda que está haciéndose pasar por un pelele gubernamental, así que decide mejor no decir nada más de ese tema-bueno que es realmente impresionante que consiga dotar a unas personas tan limitadas, aptitudes como las que hemos visto en sus ayudantes, enhorabuena.

Tras la declaración de Steiffen y el agradecimiento educado de Freygan, permanecéis en silencio hasta que descendéis a la planta baja. De camino a la salida, os topáis con Kellemport en el pasillo, parece perdido o se hace el perdido. Os despedís de Freygan y el celador os conduce hasta la salida del manicomio, más allá del muro. Las puertas se cierran tras vosotros.

Tenéis muchos detalles de vuestra primera toma de contacto e información para intercambiar impresiones. Pero de momento nada relacionado con la muerte de Peter Hoyt, y desde luego ninguna prueba en contra de Freygan. En el futuro deberéis ser más expeditivos si lo que deseáis es llegar al fondo de la cuestión. Es el momento de actuar.

- ¿Cómo les ha ido, caballeros? - pregunto a mis compañeros. Echo un ultimo vistazo hacia atrás y les informo de lo poco que he averiguado. - Yo he podido revisar toda la planta salvo el despacho de Freygan... necesitaré alguna herramienta mejor para lograr entrar en su despacho. También he conocido a Bristol Knegin, el segundo al mando del hospital... Extraño pues se asemeja bastante a aquellos seres de la colina. Algo raro se oculta en este lugar pero aún no sé el qué. -

- Parece muy claro, usa a los subnormales de las colinas como mano de obra seguramente gratuita en el hospital, detrás de esa buena apariencia y buen funcionamiento no me cabe la menor duda de que con ese personal tan subnormal es normal que los parientes se mueran, son capaces de dar a un paciente cianuro al confundirlo con un medicamento...

-Lo único relevante que he encontrado, creo recordar, estaba en las correas para sujetar a los pacientes en la sala de exploración. A juzgar por lo dilatados que estaban algunos ojales del correaje, yo diría que los pobres diablos atados tenían un buen motivo para intentar soltarse. 

Tras carraspear, añado:

-Por no olvidar rastros varios de violencia. Daños en la sala de hidroterapia, que el buen doctor rápidamente nos ocultó, la voz que les llamaba asesinos... Y como fue silenciada. Es curioso, o bien ése celador era muy rápido para silenciar a todos los internos, o por casualidad pudo tocarle a ése hombre... Pero no creo en las casualidades. 

- Había unas escaleras que daban al sótano que no me dio tiempo a explorar. – comento a mis compañeros. – Me disponía a ello cuando nos encontramos. – yo mismo noto en mi voz cierto deje de amargura por no haber tenido tiempo para ello. - El tal Bristol, el segundo al mando, estaba leyendo un libro que ocultó nada más verme… por lo que desconozco lo que contiene pero debe ser importante. Además en esa habitación había otra puerta que por estar Bristol ahí no pude investigar. – pongo mi mano en el mentón, pensativo mientras andamos.

- Encontré otras cosas interesantes que destacaban por no ser habituales en un lugar así… - digo comenzando a enumerar la lista de detalles. – Primero, la habitación de personal estaba muy sucia y desordenada… y aunque pueda parecerles desagradable, tenía un importante olor a sexo. Desconozco si tienen relaciones sexuales los empleados, o si las mantienen con alguno de los pacientes… En cualquier caso juraría que es ilegal. Habría que revisar las leyes locales. –

Rebusqué por un instante entre mis bolsillos y saqué mi cámara de fotos… - Segundo, aún tenemos que revelar unas cuantas fotos que hice de una extraña estatuilla. Medía unos 25 centímetros de altura, era vagamente humana pero la mayor parte de los rasgos de la cara y miembros parecían haberse desgastado. Tenía la boca abierta y unos símbolos decorativos alrededor de sus pies. Quizá cuando revelemos las fotos alguno de ustedes pueda decirme si conoce de qué se trata. -

Ardo en deseos de llegar al hotel y revelar las fotos para tratar de averiguar algo más entre todos. En ese momento recuerdo otro detalle de nuestra entrada:

- Ah, me olvidaba de que antes de entrar vi un rastro de carbón en el suelo que iba hacia la izquierda. No tuvimos tiempo ni ocasión de seguirlo pero me intriga y no entiendo por qué había carbón ahí. Caballeros, debemos volver a esta institución cuanto antes, investigar todos estos puntos oscuros, y debo conseguir ganzúas o algo similar para poder forzar la puerta del despacho de Freygan sin que éste lo note. –

Espero a que mis compañeros asimilen mis palabras… Hay mucho escondido y mucho en juego. Pero desde luego, después de ver lo que hemos visto, las palabras del padre Hoyt adquieren un mayor sentido y me inclino a creer que la muerte de su hermano no fue algo natural.

Escuché atentamente las averiguaciones tanto de Collins como las de Kellemport y no me cupo duda de que se me habían pasado por alto bastantes detalles durante la visita. Quizá los gritos de los enfermos me enervaron de tal manera que no pude concentrarme. No obstante me siento mucho más cómodo en terreno abierto, es mi hábitat y en el me siento como pez en el agua.

Sin embargo... hay algo que si que puedo aportar.

- Al hilo de la habitación del sexo que menciona Kellemport, observé en Charity rasgos claros de una endogamia muy arraigada. Supongo que son tan degenerados que llevan años cruzándose solo entre ellos, provocando enfermedades y malformaciones que cada vez van a peor.

- Por otrar parte está claro que los del grupo oficial no hemos visto más que la cara bonita y se impone una visita más "informal", a la que estaré encantado de acudir.

—Respecto al reguero de carbón del jardin, le pregunté a Freygan si disponían de generadores de electricidad propios para cuando el suministro exterior falla y me comentó que si por lo que pudiera tener algo que ver, aunque para instalaciones modernas y hospitales existen generadores más eficientes a gasolina. Yo considero el rastro de carbón una pista a seguir.

—Respecto a los gritos... no me han gustado nada!  En teoría es algo normal dentro de un manicomio, pero algunos se parecían bastante a cosas que ya hemos escuchado en el pueblo.

—Me alegra que Jhon haya encontrado al segundo de a bordo, era un dato que echaba de menos en la visita.

—¿Les parece que en llegar al hotel realicemos un plano de las zonas visitadas, puertas cerradas, etc. ? En cuanto a personal, hemos podido comprobar que son pocos, lo que nos facilitará la tarea ya que me temo que tendremos que volver pues hay claros indicios de que algo huele mal en el manicomio.

Os encontráis junto al coche. La lluvia en estos momentos no es tan intensa como hace un rato, pero si permanecéis demasiado tiempo expuestos se os mojarán las ropas. Podéis volver a Greenwood para descansar o esperar a que la gente del manicomio se encuentre distraída para entrar subrepticiamente a investigar. La decisión está en vuestras manos.

De momento os encontráis con varios frentes abiertos que tienen posibilidades de investigación. Por una parte el manicomio que acabáis de visitar. Por otra el campamento de ocupantes ilegales, con los que sólo tuvisteis un contacto breve. También está la cuestión del forense que examinó el cadáver de Peter Hoyt y que parece que ayuda a Freygan de vez en cuando, tal y como os dijo el doctor. Y además, ¿no es algo extraño que un hombre acaudalado de Nueva York entrase de propia voluntad a tratarse en semejante casa de locos un caso de estrés?

Tenéis muchas piezas del rompecabezas en las manos, en vuestras manos está unirlas todas.

- Lo que está claro es que hay que entrar de nuevo en el manicomio, lógicamente si hay algo que esconder, cosa de la que no estoy del todo seguro, no nos lo habrán mostrado en nuestra visita oficial. De alguna manera, tenemos que intentar colarnos, o al menos varios de nosotros, sin ser invitados. Yo propondría que nuestros dos investigadores profesionales se colasen de madrugada o justo antes del amanecer, son las horas con menos vigilancia.

—Buena idea!  ¿Volvemos al hotel y preparamos bien nuestros siguientes pasos, Caballeros?

- Sí, es mejor que marchemos ya al hotel. Seguro que Freygan no tarda en intentar hacer averiguaciones sobre nosotros... - musité pensativo.

- No nos vendrá mal algo de nocturnidad y alevosía, y tengo ganas de ver que nos puede comentar el sacerdote sobre todo lo que hemos visto... o intuído.

Camino hacia el hotel, apoyando la opinión de mis compañeros.

Os montáis en el coche y os dirigís hacia el hotel. Tenéis muchos preparativos que hacer.