Partida Rol por web

El juez golpeó con su martillo para ejecutar la sentencia. A partir de ahora Bob quedaba ligado al ejercito, cualquier día un coche aparecería frente a su casa y un par de militares irían a reclamarle para que se uniera a filas. Y dada la circunstancia actual del país, aquel día no estaría muy lejos.

Había logrado eludir la cárcel, y aquello era para celebrarlo. Al menos, en aquellos días, Bob no imaginaba un destino peor que la penitenciaría de Austin. Alemanes, Japos o italianos... cualquier cosa sería mejor que aquella condena. Sin embargo, la incertidumbre era grande, y también el temor. Era probable que le tocara uno de esos destinos que nadie quiere, puede que lo reclutaran para algo que nadie más haría. Pero aquello estaba por ver. De momento, sólo tenía que esperar y disfrutar de su familia y del tiempo que le quedaba con ellos.