Partida Rol por web

Bueno Kate, yo nací en un pueblucho de Nevada, no muy diferente del tuyo, fue en el instituto cuando comenzó este asunto de los poderes, aunque mi abuela y mi madre decían que eran cosas de brujas también. La verdad es que según llegue a sonsacarle, mi abuela echó un superpolv.... estoo... "intimó" con algún supertipo antes de que todo se fuera al traste y desaparecieran, y después de eso se metió de lleno en la iglesia y se cerró demasiado.  Harry mira melancólicamente hacia el exterior, a la carretera. Después del instituto me sentía vacío, y además ese no era mi sitio, así que decidí marcharme en busca de gente como yo, debía de haber más, eso seguro, aunque todavía no había conocido a nadie hasta que te ví. En cuanto a los pueblos de mala muerte, digamos que fue el destino, me voy quedando por distintos sitios hasta que siento la necesidad de irme. Se levanta de la mesa, pone unos cuantos dólares.

Y hablando de moverse, creo que va siendo hora de que nos pongamos en marcha, el tipo de la máscara parece un profesional y seguramente no se de por vencido, aunque si es el mismo de hace 40 años debe de ser un superviejo. Tranquila, no pienso dejarte, es decir, si tú quieres, porque creo que si te quedaras en casa el tipo volvería a por tí, aunque es decisión tuya. También deberías de llamar a tus padres, bastante jodid... preocupados deben de estar y creo que avisar de que al menos estás bien les ahorrará un par de infartos, vamos a pillar un móvil de tarjeta en la gasolinera.

Más tarde en una parada de autobús, creo que lo ideal es seguir moviéndonos, además ese tipo debe de estar rastreando a supertipos para quedárselos o a saber para qué tipo de cosa retorcida, deberíamos ir a la capital y echar un vistazo a alguna hemeroteca a ver si hay más desaparciones/secuestros extraños, y también podríamos mirar las revistas "freaks" en las que habla de gente que hace cosas paranormales y chungueces así a ver si hay alguien que de verdad pueda hacer cosas y se lo va a cepillar sin ni siquiera poder llamar al 911 y decir ¡Stroke!*.

Además hay que conseguir ropa nueva para tí, esa camiseta de los Yankees de Nueva york y esa gorra no te hacen pasar desapercibida, vas diciendo a los cuatro vientos ¡VOY DE INCÓGNITO, NO ME MIRÉIS!, pero es que en la gasolinera no había nada mejor.

- ¡Ja!¡Vaya con tu abuela!¿Entonces eres nieto de una maravilla?¡Genial! - dice divertida. Se queda pensativa unos segundos y añade - Quizás algún día nos crucemos con tu abuelo y pueda hablar con él. ¿Sabes cuál de todos era? Aunque si murió en paz no debería rondar por aquí...creo. La verdad es que aún no sé muy bien como va eso, pero no todos los que mueren se quedan vagando por aquí... - se queda callada un momento, y te mira algo sonrojada - ¡Lo siento!¡Te he interrumpido! Sigue, sigue,  no quería cortate - te dice mientras sigue escuchando atenta tu relato.

- Pues de verdad le agradezco al destino que te haya puesto en mi camino, ¡y claro que me gustaría seguir contigo!¡Eres mi salvador! - te responde con una sonrisa de oreja a oreja - Y sí, estoy de acuerdo en que nos movamos... y en lo de llamar a mis padres... aunque definitivamente no debería volver - reflexiona, también melancólica. Vais a por el móvil de tarjeta, y Kate te pide algo de distancia para poder hablar con sus padres a solas. Tras unos minutos, vuelve con los ojos hinchados de haber llorado, pero trata de mantenerse firme y mientras da un sorbito con la nariz te dice - ¿Nos movemos?

Sin demoraros, vais a la parada de bus más cercana, y tomáis la línea que os lleva a Lansing, la capital del estado. No es una ciudad muy grande, pero en comparación a todos los pueblecitos que has visitado últimamente es toda una metrópolis. Nunca habías estado aquí, pero te basta con el recorrido hasta la estación para darte cuenta de que tiene la típica estructura de ciudad estadounidense, con los barrios periféricos residenciales y los distritos comerciales y grandes edificios en el centro.

La estación queda próxima al centro de la ciudad, que a pesar de no llegar a los 120.000 habitantes es muy extensa, aunque como contra partida no parece muy peligrosa. Eso sí, la temperatura debe ser de unos 10ºC, aunque la humedad, que es muy elevada, hace que la sensación de frío sea mucho mayor.

- para más imágenes: https://www.google.es/search?q=lansing&oe=utf-... -.

- Me resulta curioso que a pesar de poder volar prefieras viajar así - te susurra Kate cuando bajáis del autobús, guiñándote un ojo. - ¿Y ahora a dónde vamos?

Lo de volar es porque la gente tiene la mala costubre de seguir a un tipo que vuela, y aunque uno intente evitar sitios concurridos, siempre hay algún curioso que va detrás tuyo, te graba y te cuelga en Youtube o lo que sea... y no, no me voy a vestir de licra con mascara y todo eso, que la ropa ajustada no me sienta bien.

¡Vaya, que frío hace ¿no?! Lo primero va a ser pillarnos ropa adecuada, que yo salí con lo puesto de casa de la señora Gladys. Luego podemos ir a una hemeroteca a buscar noticias sobre secuestros en medio de la noche, tipos con habilidades o poderes paranormales o avistamientos de Deathstroke y cosas así, aunque tampoco me había metido nunca en una investigación tipo esto, se aceptan sugerencias.

Y como tampoco va a ser todo trabajar, vamos a dar una vuelta por aquí a ver que hay, creo que conozco a un tipo que te puede conseguir un carnet falso, porque eso de ser menor en estos tiempos cierra puertas, además supongo que esa gente no se dará por vencida, y si pudieron localizarte en el pueblo, que era un pozo negro en medio del mapa, seguramente anden tras nosotros.

Harry camina por la ciudad, ensimismado, pensando en sus cosas, siente esa especie de llamada de supertipo que había estado rechazando tanto tiempo...

Tus años de trotamundos te han servido para saber desenvolverte en cualquier lugar, saber dónde hay que buscar para encontrar lo que necesitas, y también a quién hay que conocer para conseguirlo. Lansing no es una ciudad muy grande, así que te resulta aún más fácil ubicarte.

Os movéis hacia el barrio más desfavorecido de la ciudad, donde siempre es más fácil pasar desapercibido, y encontráis un modesto hostal donde hospedaros... bueno, en realidad lo de "modesto" es hacerle un cumplido demasiado grande. Más bien es un hostal viejo y maloliente. Pero es barato y os proporciona un lugar donde descansar y refugiaros del cortante frío, además, el desayuno que sirve la señora Ramírez, a pesar de ser de lo más grasiento, es calentito y os da energía para afrontar el día.

Tras un par de días por el barrio, no te cuesta encontrar a un tipo que hace falsificaciones por un módico precio, que le consigue su carnet de conducir a Kate - En realidad aún me faltan un par de semanas para los 16... - te confiesa en un susurro divertido después de adquirir el documento.

Los días siguientes los pasáis en la biblioteca de la ciudad, que contiene una gran emeroteca con todos los documentos gráficos que puedas imaginarte. Para saber por dónde empezar, os ayudáis de la información algo más ordenada que podéis encontrar en internet, y seleccionáis algunas noticias que os llaman la atención: un reportero del Daily Planet habla sobre un tipo con superpoderes llamado Crane, también se habla de un avistamiento en Narnia, donde un chico vestido de mago salvó un pequeño poblado de ser arrasado en la rotura de una presa... Y buscando entre noticias que sólo os dan un atisbo de lo que debe de estar ocurriendo en el mundo, encontráis el rastro de una página web que denuncia abiertamente la intervención del gobierno en la desaparición de gente con poderes. Al principio os parece otra página más de la teoría de la conspiración, pero cuando intentáis indagar más en ella, os dáis cuenta de que ha sido cerrada, y sólo queda la imagen de la página inicial.

Cuando ya estáis a punto de desistir por ese lado, un archivo llega directo a vuestro ordenador (ordenador público de la biblioteca, sí, pero dirigido a vosotros... o eso parece) enviado desde la dirección web que tratabais de visitar. El archivo contiene toda una serie de desapariciones que coinciden con el modus operandi de la gente que intentó secuestrar a Kate. Al parecer es algo que ha ocurrido a todo lo largo del país durante los últimos veinte años... Al principio eran casos aislados, y muy alejados en el tiempo, pero en los últimos años se ha hecho cada vez más común. De hecho, según el archivo, en el último año, el de Kate sería el quinto caso...

"Gracias tío, eres Elvis", escribe Harry y reenvía el correo a su inesperado benefactor. Bueno, parece que tenemos una pista o dos, la verdad es que estos tíos no han perdido el tiempo, la cuestión es ¿quién está coleccionando superhumanos? Se suponía que todos los tipos malos la palmaron también en la batalla, aunque visto lo del de la espada me parece que no es así.

En fin, creo que deberíamos echar un vistazo a las otras desapariciones, a ver si se dejaron algo olvidado o podemos hacernos una idea de qué está pasando, además ese tal Crane también podría sernos útil, parece que los supers están volviendo.

Tras unas cuantas partidas "ganadas" en algunas mesas de juego y máquinas tragaperras, Harry y Kate se hacen con dinero suficiente para conseguirse un coche, podrían haberlo conseguido antes, pero Harry se empeñó en ese viejo Chevrolet Impala.

"Desde que ví esa vieja serie de Supernatural, no he podido resistir la tentación...", bueno ¿tú conduces? dice Harry mientras le pasa las llaves a Kate. Tranquila, creo que puedo controlar el coche por si se te va. Por cierto ¿queda de paso el supuesto lugar donde ocurrió la superbatalla? A lo mejor con tu poder podríamos enterarnos de alguna cosa más, aunque alguien que lleve frito más de 40 años no creo que tenga muchas ganas de hablar.

Dicho esto, el coche se pone en marcha, haciendo eses mientras Kate lo conduce, aunque afortunadamente, en el último momento siempre recupera el control, parece que a la chica se le da bien conducir después de todo.

Con el sonido de Mötorhead a toda pastilla en la radio, la pareja atraviesa las grades carreteras estadounidenses en busca de respuestas...

- Pues la última batalla de las maravillas ocurrió a las afueras de Metrópolis, así que relativamente queda de paso... aunque también depende de dónde queramos ir... tenemos unos cuantos sitios donde elegir - ríe Kate mientras echa un vistazo a los puntos que habéis marcado en el mapa como lugares donde se produjo alguna "extracción". - Mira, este es en Metrópolis. Diría que no estamos muy lejos... no deberíamos tardar más de dos o tres horas en llegar... ¿seguro que quieres que conduzca yo? - pregunta dubitativa - Porque entonces a lo mejor ni llegamos, jeje - dice con una risita nerviosa. Viendo tu insistencia, se pone al volante, y tras algunos momentos iniciales de tensión, parece que le va cogiendo el manejo al automóvil.

El viaje se hace largo, y la noche os alcanza en el camino. Seguís adelante por la autovía casi desierta, y en algo más de cinco horas las luces de metrópolis aparecen en el horizonte. Cogéis un desvío antes de llegar a la salida que lleva a la ciudad para dirigiros al antiguo campo de batalla. Cuando llegáis, podéis ver un paisaje propio de cualquier película posapocalíptica: edificios medio derruidos y sepultados por la tierra, cráteres de impacto, no sabéis muy bien si producidos por algún proyectil o por alguno de los supertipos al caer contra el suelo, coches abandonados y oxidados... Todo el perímetro de la zona cero está vallado y permanece intacto desde hace casi cincuenta años. El acceso está prohibido, lo que podría haberse convertido en un punto de interés turístico sigue vacío. Es como si la gente quisiera borrar de la memoria todo lo que ocurrió, y por eso este lugar ha quedado relegado al olvido.

Sin ningún problema accedéis al interior, que parece envuelto en un aura de silencio, y un escalofrío recorre vuestra espalda. Camináis por las calles desiertas, o lo que queda de ellas, mientras Kate mira hacia todos lados, deseando encontrar "alguien" con quien hablar. Tras más de media hora inspeccionando el lugar, ves que mira hacia la puerta de lo que alguna vez fue un restaurante de comida japonesa - Oh, ¡por fin encuentro a alguien! - dice risueña - Disculpe que interrumpa su descanso, buen señor, pero tenemos algunas preguntas y quizá usted pueda ayudarnos - explica mientras se va acercando.

Para tu sorpresa, tú también escuchas la voz que le responde y ves salir de la sombra del umbral a un hombre esbelto vestido con un traje propio del Londres del siglo XIX y sombrero de copa, apoyándose en un bastón mientras camina hacia vosotros - Lo siento mis niños, yo no puedo ayudaros - responde con lo que podría ser tristeza en la voz - He venido aquí para cumplir una tarea, y os aseguro que no es para nada de mi agrado, si no más bien en contra de mi voluntad. Pero ellos tienen algo que me es preciado, y no puedo permitir que me lo arrebaten - sigue explicando mientras las sombras empiezan a extenderse a su alrededor... y al vuestro. Miras a Kate en un autorreflejo y puedes ver el miedo y la sorpresa reflejados en su rostro mientras mira fíjamente al "aparecido" - Así que espero que podáis perdonarme, o al menos entenderme... - le oís decir mientras notáis como las sombras os envuelven por completo, inundan vuestros pulmones y os inmovilizan. Intentáis liberaros, defenderos, pero sois peleles en manos de un marionetista, y lo último que veis antes de caer en el reino de morfeo son sus ojos, negros como el abismo... El hombre sigue hablando, pero sus palabras se pierden en la fría noche sin nadie para oírlas...