-Necesitamos refugio rápidamente. Y creo que será mejor allí.- dice Georgi señalando el supermercado cercano -Dentro encontraremos variedad de cosas útiles que pueden servirnos.-
Estaba claro que no era el momento de tener reservas, la situación se empezaba a tonar sin retorno. Así que las palabras del ruso llegaron en el mismo momento que Paolo pensaba que era la mejor opción.
Si vayamos al supermercado lo antes posible, con suerte también podemos conseguir medicamentos y alguna arma aunque sea improvisada.
CORRAMOS!!!
Instantáneamente el italiano alza la voz y comienza a correr a su objetivo para no perder más el tiempo.
Hubert, como si acabara de ser activado como un resorte al escuchar el grito de Paolo, se levanta y corre detrás vuestra, intentando no quedar atrás. Saint, guiado por su instinto desarrollado en su pasado, avanza deprisa, tratando de mantenerse a cubierto constantemente, evitando ser visto por la criatura que se oculta en el humo.
Corréis a lo largo de la calle, mirando de reojo hacia la plaza. Por suerte, parece que el ser no se fija en vosotros, o simplemente os ignora, pues no se mueve de su lugar.
Llegáis a la puerta del supermercado, evidentemente cerrada, y accedéis al lugar a través de una pequeña brecha que un fragmento de la estación ha hecho en la pared, a pocos metros de la entrada. El humo todavía sale del pedazo en llamas, que está hundido en el suelo dentro del edificio. Os apretáis contra la pared para poder pasar, notando el muro todavía caliente por el golpe, y rápidamente os encontráis dentro del supermercado.
No es el más grande que habéis visto, pero tiene de todo lo necesario: alimentos sólidos, bebidas, productos sanitarios o posibles combustibles como alcohol puro... Cerca de las cajas veis una pequeña sección con algunas herramientas que en un momento de necesidad podrían ser armas improvisadas (aunque de muy poca calidad). Algunos cuchillos de cocina, martillos o sierras, que a falta de algo mejor, quizá puedan servir de algo. El lugar, completamente a oscuras, recibe la poca iluminación que llega del exterior, así que cuanto más os adentráis, peor veis. A unos 20 metros de la entrada, de hecho, a duras penas podéis ver algo, entre la oscuridad que baña el exterior y la falta de luces aquí. Tan solo algunos diodos de emergencia tratan de verter algo de luz, aunque solo sirven para iluminar a lo inmediatamente cercano, por lo que la mayoría del lugar es completamente negro.
Pues eso es más o menos todo lo que podéis encontrar en el supermercado. Quizá me he dejado algunas cosas básicas en las que quizá ya hayáis pensado, así que si teníais algo en mente, también está. Eso sí, conseguir las cosas os llevará tiempo, y de hecho si os adentráis mucho tendréis que encontrar alguna manera de iluminar, pues como os digo más allá de la entrada no se puede ver nada.
-A ver...- murmura Georgi agazapado, mirando en derredor.
Las pilas/baterías suelen estar al lado de las cajas, por lo que pueden estar a la vista ¿Por casualidad hay linternas? Porque lo primero que viene a la cabeza de Georgi es vaciar botellas de vino y llebarlas con una mezcla de alcohol y detergente para prepararse unas molotov (ademas de comer, beber y coger algo más de comida para el camino, que promete ser complicado)
Efectivamente, junto a las cajas tienes pilas, y en la sección de "bricolaje", que podéis más o menos ver (donde están las sierras, martillos, cuchillos...), tanteando un poco y centrando la vista para poder distinguir algo también encuentras linternas.
La comida y demás lo podrás ver y coger una vez ilumines.
En un solo post lo puedes narrar todo, y así no tienes que esperar respuesta ;)
Ayudandose con la luz de la linterna, que parecía mucho más escasa que lo que cabría esperar normalmente, el ruso se adentró en el supermercado a la manera "militar en las sombras", esto era encender la linterna lo mínimo para poder orientarse y apuntando al suelo (para evitar reflejos o ser visto desde fuera) y de ese modo fue hasta la sección de cocina, donde se agenció un cuchillo de carnicero bastante respetable (no era muy ducho en su manejo pero al menos era un arma).
Luego bebió agua y comió algunas chocolatinas (por eso de que el azúcar era una especie de chute de energía) y les paso más agua y choclatinas a los demás para que hiciesen lo mismo. Después de eso se sentó en el suelo a oscuras, atento a lo que pasaba fuera y se iba comiendo lentamente un paquete de galletas y bebiendo más agua mientras murmuraba a sus compañeros:
-Comed todo lo que podáis. Esto es como cargar combustible y no sabemos cuando podremos volver a hacerlo.-
Lo de "cargar combustible" era parte del entrenamiento del ejército ruso; si hay una fuente de comida usadla hasta agotarla, tendréis energía y los que vengan detrás no.
Siguiendo al ruso, Paolo se hace también con un linterna y según avanzan por la tienda consigue un mochila que le permita meter todo aquello que consideren de utilidad. Viendo como su compañero se hace con un cuchillo, el italiano se va a la sección de herramientas y como por instinto comienza a echar en su mochila pequeñas cosas de estante de electrónica.
Seguro que esto nos puede ser util: cinta, cable, alicates, destornillador, ...
Sea por deformación profesional o por un simple tic nervioso fruto de la situación, Paolo se hace con un pequeño kit de lo que mejor sabe hacer. Y tras esto vuelve rápidamente con el resto y comienza a compartir con ellos el alimento.
Si, es mejor comer y descansar. Ya tendremos tiempo de correr.
Actuáis primero ágiles, tomando todo lo que creéis necesario. Una vez la mochila con la que se ha hecho Paolo está llena, os acercáis a uno de los estantes de comida y abrís varios botes de conserva. Las linternas iluminan poco más de unos centímetros, incapaces de luchar contra la oscuridad reinante, pero es suficiente para ver qué cogéis.
Los alimentos os caen al estómago como un regalo del cielo. Hasta hace unos momentos el estrés no os había permitido daros cuenta de lo hambrientos que estabais, pero ha bastado un instante de tranquilidad para ser conscientes de ello. Sentados en el suelo, aprovecháis este momento para coger fuerzas por lo que pueda venir. Sabéis que tarde o temprano tendréis que salir de aquí para continuar vuestra caótica búsqueda: intentar encontrar a Raf era una prioridad, pero tenéis demasiadas pocas pistas para llegar hasta él. Quizá las herramientas de Paolo pueda serviros de algo...
Mientras Georgi juguetea con su recién conseguida arma blanca, mientras devora un pedazo de pan, oís el viento en el exterior. El vendaval no cesa, y podéis vislumbrar las llamas agitadas por la fuerza del viento. Pero el sonido que emite no termina de ser real... Es como si no recorriera la tierra desde lejos, sino como si surgiera de aquí cerca. Como si una fuente, algo similar a un túnel de viento, emitiera ese viento que escucháis. Su zumbido llega hasta vuestros oídos, como si estuviera enfocado hacia vosotros, y algunos alimentos se agitan en los estantes.
De todos vosotros, Hubert es el primero en ponerse en pie. El instinto de Saint le hace reaccionar rápido también, y se gira hacia la entrada del supermercado. Con un estruendo similar al producido por los fragmentos de la ISS al caer, el muro frontal se hace pedazos, y algunos cascotes caen a pocos metros de vosotros. El viento se cuela entonces furioso por la enorme brecha abierta en el lugar donde antes estaba la puerta de entrada a este edificio. La luz de las linternas empieza a tiritar, como si se asustara de la fuerza arrolladora del aire, y Saint da un paso hacia atrás cuando ve el enorme agujero cubierto por una mole negra.
El último comandante de la ISS da un salto hacia atrás, poniendo entre él y la bestia un estante que le ayuda a no ser visto. Pega un tirón de la camisa de Hubert para que no se quede paralizado en mitad del pasillo, resultando un blanco fácilmente visible. Deja en el suelo en silencio la comida que hasta hace un momento estaba disfrutando, y se gira hacia vosotros. Sus ojos reflejan el mismo horror que vivió a kilómetros de la superficie terrestre, suspendido en el vacío del espacio. Ahora, sin embargo, el silencio no os rodea. El viento agita y lanza contra el suelo bolsas, botellas y otros alimentos.
- Sabía perfectamente que estábamos aquí - dice, haciendo sonar su voz por encima del viento -. Si queremos ver el amanecer, más nos vale salir antes de que decida hacer de nosotros su almuezo. ¡Vamos!
Decirlo es mucho más fácil que hacerlo, pues la única salida que habíais visto hasta ahora es la que cubre ese monstruoso gusano negro.
-Esa cosa nos está rastreando...- dice Georgi tratando de que al menos Paolo, que está más cerca, le oiga -Este edificio debe tener una salida trasera. Usemosla y cojamos el primer vehículo que encontremos para poner distancia.-
La idea del ruso parece ahora mismo la menos descabellada, pues cualquier cosa sería mejor que quedaros aquí y esperar a que ese demonio os encuentre. Apuntáis con las linternas contra el suelo para ver dónde pisáis, y buscáis desesperadamente alguna salida de emergencia que os permita poner distancia entre vosotros y la enorme cosa.
Tanteando las paredes, os cuesta dar con algo que no sean estanterías llenas de productos alimenticios, hasta que Hubert se detiene en seco. Ilumina un instante con su linterna, y todos podéis ver como está sosteniendo entre sus manos el tirador de una puerta de emergencia.
A vuestra espalda el viento se hace tan fuerte que algunas estanterías caen con estrépito al suelo. El ruido de los objetos, sin embargo, no es capaz de acallar el sonido del viento, que llega imperturbable hasta vosotros, colándose por vuestros oídos y transmitiendo un mensaje de odio que no podríais traducir a ninguna lengua conocida. Sabéis que, sea lo que sea, os está hablando. Os está amenazando.
Sin dudar un instante, empujáis la puerta, rezando porque a ningún idiota se le haya ocurrido bloquearla. Un sonoro clac se anticipa a la apertura de la salida, y con el empuje salís hacia vuestra vía de escape...
Tirada oculta
Motivo: Pse
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 87 (Fracaso)
Tirada oculta
Motivo: Pse
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 33 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: Pse
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 47 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: Pse
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 6 (Exito)
Puesto que no hay respuesta todavía, supongo que todos estáis de acuerdo en hacer lo que ha dicho Georgi.
Con este post damos por terminado (al fin) el capítulo primero.