Jeremy se acerca a la pared donde había visto ese indicio de abertura. ¿Podría ser ese un pasadizo a otra habitación?. tendría que intentarlo, de echo, no veía ninguna salida más.
Palpó la pared para ver si podía subir por ahí, ya que el agujero parecía que estaba a una altura demasiado alta como para intentar saltar directamente. Se le pasó por la cabeza amontonar arena para elevar el nivel del suelo, pero si ya por sí parecía una obra faranónica, tenía que sumar que no llevaba ni palas ni nada con que transportar rápidamente la arena. desechó la idea.
Quizá podría subir por las cadenas de las luces. Parecían firmes, pero quien sabe si aguantarían su peso, y si aguantaran debería de saltar hacía el agujero. - Hay que joderse!- susurro Jeremy. - Vamos, piensa, piensa - se animó.
Jeremy intentará llegar al agujero como pueda. tendría que saber algunas cosas:
- si por la pared hay es posible trepar por ella, ya sea por grietas o alguna irregularidad
- si por las luces puede subir. Por lo que debería saber si las cadenas estás a mi alcance, ya sea una o puedo coger dos para repartir peso y luego, si están lo suficientemente cerca del agujero como para saltar directamente o balancearme.
- por otro lado, no hay nada en la habitación a parte de arena no?, es decir, alguna cosa que pueda usar como apoyo.
En cuanto a la primera opción, podrías intentarlo. La pared es prácticamente lisa, pero siempre hay algún resquicio en el que clavar un poco los dedos. Sin embargo, tendrías que hacer una tirada de trepar, y un fallo podría suponer un golpe que prefieres no recibir.
En cuanto a las luces, una sola cadena se rompería, pero si juntas dos (o tres sería más seguro todavía) podrías usarlas para trepar por ellas, repartiendo el peso entre ellas. Una vez a la altura del agujero tendrías que balancearte para llegar hasta él. Una tirada de Suerte (PODx5) decidiría tu destino durante el balanceo.
Respecto a lo tercero, salvo los dibujos en las paredes aquí no hay nada más, y como bien has dicho, lo de la arena te llevaría demasiado tiempo (además, tendrías que salir fuera, porque aquí dentro no hay suficiente).
Eliminada la opción de la arena, y en vistas de que en la habitación no había nada que pudiera ofrecer un soporte, Jeremy se encontraba buscando un punto de apoyo en la pared cuando acabó por desistir - Mierda, esta pared es casi lisa completamente. Aun siendo un auténtico escalador ya lo pasaría mal - se dijo a si mismo mientras descartaba la segunda idea.
No tengo más opciones, habrá que intentarlo - pensó con una mueca de incertidumbre mientras miraba las cadenas de las luces. Agarró una de ellas y tiró fuertemente de la misma para comprobar si podía resistir su peso. No le convenció. Tenía que ir sobre seguro, ya que si subía a una y se rompía, no solamente se podía hacer daño y hacer un ruido delatador, sino que perdería la oportunidad de encaramarse al agujero. - Decidido - Cogería dos, y si fuera posible hasta tres.
Agarró dos cadenas que quedaban lo suficientemente cerca como para poder cogerlas con una mano cada una. pero se dió cuenta que entonces no llegaba a coger una tercera. - Piensa, piensa - se dijo. No tardó en ocurrirsele una solución. se sacó la chaqueta que llevaba y ató una de las mangas en la tercera cadena, se sacó la camisa que llevaba y ató una de las mangas a la primera de las cadenas. Ahora, cogido de las mangas, llegaba desde la primera a la tercera y tenía la segunda cadena en medio. Estiró de las mangas hasta unir las tres cadenas. Les dió una vuelta sobre si mismas para que no se desataran y la propia luz hiciera de seguro y desabrochó de nuevo las prendas de ropa.
Una vez vestió de nuevo, pidió suerte y se encaramó por las cadenas, que ahora, parecían aguantar su peso relativamente bién.
no subió hasta la altura del agujero, ya que su intención era la de balancearse, y, de esta manera, llegar a la altura del agujero. saltar del medio de las cadenas no veía que fuera una opción demasíado viable, quedaban suficientemente lejos de la pared como para dar respeto.
Vamos! - se animó. y empezó a balancearse. antes de saltar se dijo así mismoque no debía de hacer ningún ruido, por lo que cuando saltó reprimió el grito que tenía en la garganta. Por un segundo Jeremy quedó suspendido en el aire, como si el tiempo se hubiera parado. se había dado mucho impulso, había tenido paciencia sabiendo que quizá no hubiera otra posibilidad.
con un golpe amortiguado, Jeremy alcanzó el agujero. su posición en el salto era casí igual de alta que el agujero, por lo que llegó al mismo a la altura del pecho. lo suficiente como para tener una parte importante del cuerpo en la parte de arriba haciendo el contrapeso necesario para no caer hacia atras.
gotas de sudor le bañaron la nuca. Estiró los brazos y pataleó con las piernas en busca de apoyo. La cara pegada en el suelo del agujero. No sabría muy bien como consiguió subir del todo, pero finalmente encontró algun apoyo o el suficiente agarre para encaramarse hasta la cintura. Y de ahí a adentro fue solo cuestión de segundos.
Sentado dentro del agujero, Jeremy miró hacia atrás para ver si entraba algo en la sala, mientras apoyado en la pared descansaba jadeando del esfuerzo y de la tensión.
Motivo: suerteç
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 54 (Exito)
He puesto chaqueta y camisa, ya que en teoría las llevaba puestas cuando salío del laboratorio. si no las llevaba por la misma razón que sus útiles, usaria los pantalones y camisa para agarrar als cadenas. Por cierto, si las luces queman, primero las apagará.
he tirado por suerte, describo también como llego al agujero. si hay algo que pasa antes o necesario ya me dices y reescribimos la acción.
cuando se le pase el susto seguirá para delante con cautela
Viéndolo como la única posibilidad, decides que alcanzar esa abertura es tu camino para escapar de aquí. Con maña consigues amarrar tres de las luces, de forma que repartes tu peso entre las tres cadenas. Tras comprobar que quedan bien afianzadas, te alzas con un tirón de brazos.
Te llama la atención que las luces no quemen en absoluto, y aunque parecen parpadear cuando las lámparas se mueven, son reacias a apagarse completamente. A pesar de que el misterio de las luces te sigue asustando, agradeces que se queden encendidas, alejando la oscuridad del exterior, y con suerte, lo que sea que estuviera en los otros edificios.
Agradeces las horas que has dedicado en mantener la forma física, pues de otro modo te hubiera sido imposible trepar, y mucho menos balancearte y saltar. Por un instante, suspendido en el aire, todo parece avanzar más despacio a tu alrededor. Sabes que un fallo de cálculo te haría estrellarte contra el suelo y, aunque no fuera una caída letal, atraería a cualquiera a una distancia considerable.
Te aferras al agujero con un gruñido, y haciendo uso de todas las fuerzas que te quedan consigues alzarte. Te sientas, recuperando el aliento y dejando que tus ojos se adapten a la oscuridad. Para tu sorpresa, más adelante y no muy lejos, ves que el pasadizo termina en otra habitación iluminada.
Antes de que puedas recuperar las fuerzas, escuchas el viento silbar en el exterior. Su sonido, sin embargo, parece lleno de cadencias discretas, matices que generalmente no están incluidos en el viento, como si a través del aire un mensaje llegara hasta ti en susurros, en un idioma totalmente incomprensible. Como si alguien te hablara desde el exterior, como si tratara de hacer llegar hasta ti un mensaje completamente indescifrable.
En parte atemorizado por ese cambio en el viento, y por la curiosidad que despierta en ti la sala adyacente, decides ponerte en marcha antes de recuperar totalmente tus fuerzas. Desciendes poco a poco por el pasadizo, agazapado para poder atravesarlo, y llegas hasta el otro extremo. Antes de salir, echas un vistazo a la sala: ante ti tienes el resto del interior del edificio, en una sola sala abarcando todo lo que las paredes cubrían, salvo la sala de la que procedes. Si tu orientación no te falla, el lugar está parcialmente enterrado por la arena, pues has descendido bastante y el suelo todavía queda a varios metros de distancia. Sin embargo, desde aquí podrías saltar sin dañarte.
La enorme sala incluye tecnología que te es totalmente desconocida: instrumental de aspecto antiguo se amontona en grupos de máquinas, y a lo largo de la sala se extienden mesas que parecen de trabajo. Toda la tecnología parece tremendamente antigua por su estado de degradación, pero sin embargo conserva una sofisticación que nunca habías visto. La mayoría de las cosas de la sala parecen hechas de piedra, unida a hierros oxidados de alguna forma que escapa a tu comprensión. Las partes de piedra están cubiertas de runas de arriba a abajo, en un idioma que por supuesto no conoces. Y lo más espeluznante es que parece que esas máquinas estuvieran dotadas de cierta vida. Te sientes como si un hombre de la edad de piedra llegara repentinamente a la época industrial: todo lo que ves te parece completamente inconcebible, y a la vez parece dotado de vida propia, a pesar de que no se mueve.
Grandes columnas de la misma piedra que forma parte de las máquinas e extienden hasta el techo, sosteniendo toda la estructura del edificio como si de una catedral se tratara. La luz en esta sala, sin embargo, no la proyectan lámparas, sino algunas de las runas inscritas en la piedra.
La estructura del edificio y todo el instrumental parece fundirse en perfecta consonancia, con curvas que salen de la propia roca para llegar hasta diversos lugares de la habitación. Y todas esas líneas perfectas que definen la forma de la habitación y conectan todo el instrumental a las paredes confluyen en un enorme panel de la misma roca, con una superficie ligeramente inclinada (algo alta para ser manipulada con comodidad por una persona de estatura normal), cubierta de múltiple símbolos que parecen repetir determinados patrones, como si se tratara de un panel de control.
Por último, en un lateral de la habitación, una enorme puerta de metal parece aislar el lugar del exterior. Desde el sitio por el que has accedido no habías podido verla, pero ahora la tienes frente a ti. Curiosamente, este edificio es el único que has visto con una puerta cerrada. El resto parecían enormes cuevas, abiertos al exterior y cubiertos de la arena que todo lo bañaba. Aquí, sin embargo, no hay un solo grano de arena.
El tiempo parece haberse detenido aquí. Las mesas de trabajo todavía tienen fragmentos de lo que fuera que se estuviera haciendo junto a herramientas de metales oxidados, y en algunos rincones de la habitación hay algo parecido a cajas, cerradas durante quién sabe cuanto tiempo. Junto a la enorme superficie de piedra que conecta con el resto del edificio hay una repisa que podría ser considerada una mesa de aspecto extraño, aunque dada su altura con respecto a la repisa, también podría tratarse de un asiento, aunque ninguna persona estaría cómoda sentada en un lugar de esa altura y con esa forma. Es como si estuviera hecho para un humano alto y a la vez muy ancho, como para un obeso mórbido. Por ello no estás seguro de si es un lugar para sentarse o una mesa.
Además de lo que vayas a hacer, necesito que hagas una tirada de cordura. Puesto que esto podría ser un sueño, y no estás seguro de si todo lo que estás viendo termina de ser real, no es grave. Sin embargo, algo te hace sentir como si esto fuera tangible, y de ahí que pueda afectar a tu cordura.
Jeremy caminaba por entre los equipos e insfrastucturas de esta vieja habitación con la boca medio abierta de estupefacción pero con el cerebro funcionando, inconcientemente, para dar un órden lógico a las maravillas que veia.
Como siempre había hecho en sus investigaciones, primero dió una vuelta a toda la habitación para ubicar y determinar la situación y un primera análisis de lo que veía. cuando hubo llegado de nuevo al sitio donde había empezado hizo una recopilación de lo que había determinado, supeditado a la influencia de la visión de varias series y películas de ciéncia ficción.
La sala parecia un laboratorio o una habitación destinada a la realización de algún tipo de actividad, dado que había instrumentos que parecía que tenían unas funciones concretas. además, parecía que éstas confluían hacía una espécie de panel de control donde poder manejarlas. Por las dimensiones de las mesas, utensilios, etc.. creía que los seres que debían usar esa habitación tenían que ser más altos que él, unas dimensiones más grandes que las de un ser humano grande.
El motivo de que no hubiera arena en la sala, y, quizá, la existencia de los seres oscuros (así los había bautizado Jeremy a los seres invasores) era que la puerta que daba al exterior estaba cerrada. - Quizá esos seres oscuros no pueden pasar por el túnel que he usado - Pensó - Ojalá. Por lo que se dijo, que era determinante no abrir esa puerta. Ya había visto demasiadas veces, aunque fuera por la tele, tocar un panel de control y que por desgracia se activará lo único que no quieres. Por lo que determinó que de momento nada de manipular el panel de control.
Empezó por analizar lo que tenía más cerca, las runas. Ya que éstas estaban por todas partes. Su intención no era intentar descifrarlas, su cabeza ya había evaluado esa posibilidad y le había indicado que tenía 0 o menos posibilidades de entender ese idioma. pero sí intentar descubrir alguna similitud y posibilidad de manipulación. No llegó a tocarlas, el hecho de que emitieran luz le dejó un poco extrañado y declinaba la balanza hacía la precaución.
Después de mirar las runas decidió revisar las cajas, quien sabe lo que habría y quizá tendría algo de suerte y podría encontrar algo para salir de ahí. Este último pensamiento le volvió a la realidad. - ¿salir de aquí?, si no se ni donde estoy, ni siquiera si esto es un sueño - Su mente seguia negando una realidad absoluta, pero la situación ya empezaba a alargarse, y normalmente con el estrés que había pasado en la otra sala y los saltos que había hecho , creía que tendría que haberse despertado.
Con este pensamiento en la cabeza llegó al sitio donde estaban las cajas y lo agradeció, pudiendo distraer su mente hacía otra cosa. Abrió la primera caja para ver su contenido.
Cuando hubo terminado con las cajas se dirigó a la mesa de trabajo, lo había dejado para el último con la esperanza de encontrar algo interesante. En la primera vuelta había visto algo sobre ella, y algunos objetos más pequeños que quizá podría llevarse y que le sirvieran en caso necesario como palanca, punto de apoyo.... o.. arma. Un escalofrío le recorrió el cuerpo.
Finalmente, y muy a desagrado suyo, se obligó, al menos, a visitar el panel de control y ver que podía sacar en claro. tenía miedo de activar cualquier cosa que pudiera atraer a esos seres, o peor, abrir la puerta exterior y quitarse su defensa.
Motivo: cordura
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 27 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: buscar libros
Tirada: 1d100
Dificultad: 73-
Resultado: 41 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 56-
Resultado: 31 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 22 (Exito)
he tirado cordura.
Por otro lado, para la habitación tiro para buscar libros, descubrir y suerte. un poco lo que había hecho en el laboratorio. si necesitas que haga alguna tirada más me lo dices. si no hacía falta algunas o todas, pues no las tengas en cuenta.
sobre los pasos que ha seguido Jeremy para buscar por la sala, si en algun caso pasa algo que desbarate los pasos siguientes ya me lo comentaras y lo reescribimos.
Caminando entre la fascinación y el temor, te deslizas con silencio por la habitación. Sea como sea, sabes que lo primordial es no llamar la atención. Este lugar parece un remanso de paz, y es mejor que siga como tal.
No tardas en hacerte a la idea de que el lugar debía ser una estación de trabajo o laboratorio. Lo que aquí se llevara a cabo es, sin embargo, totalmente indescifrable. Las runas que se extienden por las paredes, columnas, mesas de trabajo y, sobre todo el panel, son evidentemente desconocidas para ti. No te sorprende, pero es un detalle que no carece de importancia. A lo largo de tu carrera te has topado con alguna que otra secta, mafias y otras asociaciones ilícitas y ninguno de los símbolos que utilizaban se asemejan a estas runas. Eso, y el tamaño del lugar te introduce todavía más en la cabeza la sensación de estar muy lejos de tu hogar. La conciencia de esta situación te marea un momento, y debes tomarte un descanso unos instantes para recuperarte, mientras la cabeza te da vueltas, dudando entre la aceptación o la negación de la evidencia (o la ilusión del sueño).
Una vez consigues moverte sin caerte, retomas la investigación. La luz emanada por las runas te ayuda a ver con más claridad detalles de estas, y te fascina la perfección de sus trazos. Talladas en la misma roca, ninguna tiene una sola imperfección, a pesar de que se puede percibir el paso del tiempo en este lugar. La luz que emiten es totalmente irreal, y en cierta manera te recuerda a la emitida por el cubo del laboratorio, a pesar de que este al final formó imágenes como si se tratara de una pantalla de televisión.
Una vez llegas a las cajas, te asomas a ellas, y evitas abrir las que parecen totalmente selladas. La mayoría de las cajas abiertas están vacías, pero en varias encuentras materiales que parecen materias primas. En algunos casos son recipientes evidentemente diseñados para contener líquidos, aunque con formas extrañas que hacen pensar que eran botellas o instrumental de un laboratorio de química o algo similar. Otras de las cajas tienen, cubiertas por una película de polvo, bloques de una piedra negra perfectos, de poco más de 10 centímetros, pulidos como si fueran ladrillos o lingotes. No sabes el uso que tendrían pero podrían ser el material base para algo más.
Alguno de esos bloques parece menos cubierto por el polvo, y su superficie es tan perfecta que llega a reflejar la luz que le llega, como un espejo. Ves tu rostro reflejado en su superficie, algo apagado por el polvo. Al moverte, la refracción de la luz varía, y de la superficie de la piedra se emiten todos los colores del espectro visible, como cuando el vapor del agua corta la luz y emite un diminuto arco iris. Tu prudencia te insta a no tocar nada aquí, pero estas piedras o los recipientes podrían ser armas improvisadas si llegara el momento de defenderse de... lo que sea que pueda haber aquí. También estás seguro que el resto de cajas selladas pueden contener más cosas de interés, pero deberías utilizar algún objeto contundente para abrirlas, y eso provocaría un ruido que podría alertar a lo que pueda haber en los alrededores.
Antes de coger nada de las cajas, decides echar un vistazo a las mesas de trabajo. Una vez hayas visto todo, crees que podrás pensar mejor qué coger y qué no tocar. Las mesas te quedan altas, y tienes que estirarte para poder mirar sobre ellas. La gran mayoría están totalmente vacías, cubiertas por una pequeña capa de polvo (mucho menor de lo que cabría esperar de un sitio cerrado durante quién sabe cuánto tiempo). Su superficie es lisa y práctica para llevar a cabo todo tipo de trabajos: parecen lo suficientemente resistente para soportar golpes y todo tipo de líquidos corrosivos. Cada una de las mesas parece el puesto de trabajo de una "persona", y cualquier instrumental que pudieran contener ya no se encuentra sobre ellas. Cuando ya dabas por perdido encontrar algo en ellas, entonces ves un destello provenir de una de ellas.
Te acercas rápidamente a la mesa, excitado por el descubrimiento, y te estiras para ver mejor. En el centro de la mesa ves lo que parece una herramienta rudimentaria. Podría ser un arma de la Edad de Piedra o algo similar, pero toda ella construida a partir de un enorme bloque de piedra tallado. Sin embargo, la punta del objeto parece de otro material, como si la roca fuera gradualmente cambiando hasta el borde final, que brilla reflejando la luz, como si estuviera hecho de acero. No puedes distinguir el punto en que ese acero se une a la roca que compone el mango alargado de la herramienta, pero es como si fuera el mismo bloque, que va cambiando de color y composición hasta ser otra totalmente distinta. A lo largo del mango hay pequeñas runas talladas, al igual que en las paredes y las mesas de trabajo, y en el extremo afilado, tres líneas anaranjadas surgen desde el mango hasta el extremo de la herramienta, como si se trataran de los nervios de una hoja de árbol.
Te sientes tentado de dejar de lado todo lo demás y lanzarte a por la herramienta, pero antes te fuerzas a mirar el panel. Desde luego, tiene el aspecto típico de un panel de control de un avión o vehículo complejo, solo que los botones están directamente tallados sobre la roca, y no son botones sino más de esas letras que emiten luz. No parece tampoco que vayan a ceder a la presión de los dedos si los aprietas, pero la colocación ordenada de todas ellas, en grupos que parecen coincidir con los refuerzos de la pared que se convierten en pilares y continúan hasta llegar a cada una de las mesas de trabajo y la puerta que conecta con el exterior.
Todo en este lugar chirría con cierto anacronismo: el edificio entero parece de piedra, antiguo, pero su forma no responde a la arquitectura clásica, sino a un edificio ultramoderno que no se sostendría con técnicas tradicionales. Las runas dotan al lugar de un aire arcaico, pero su luz las hace parecer modernos sistemas de iluminación. La herramienta parece sacada de una caverna de ancestros humanos, pero a la vez parece estar dotada de una tecnología que se escapa a tu comprensión. Y las mesas de trabajo, parecidas a las que usarían los antiguos artesanos, parecen preparadas para alojar tecnología punta. Es como si pasado, presente y futuro se unieran para dar a este lugar un aspecto de fantasía, que lo hace parecer más un extraño sueño que algo real.
Bueno, pues eso es lo que puedes encontrar sin toquetear mucho las cosas de la sala ;)
Ains..- suspiró Jeremy. Las situaciones en que parecían faltas de recursos y faltas de objetivos no le gustaban mucho. Después de la revisión rápida de la sala, se puso a pensar. Pensar en que hacer, ya que no tenía los objetivos muy claros.
En primer lugar, era o no un sueño?. Si era un sueño, no tenía más que esperar a despertarse... pero ¿cuanto tiempo pasaría?, quien sabe. Si no era un sueño, entonces tenía un problema. No sabía como había llegado ni tampoco como salir de donde estaba. La situación le empezaba a marear. Él solo quería volver a su coche, aunque fuera 2 segundos antes de estrellarse contra un árbol. volver a la normalidad.
No sabía donde estaba, ni sabía hacia donde seguir. Había entrado en esta sala escapando, intuitivamente, de "algo". Pero no tenía ni idea de que. quizá hasta podría haberlo ayudado. - Exacto, venga! corre a fuera pidiendo ayuda! - Se dijo.
Ohhh... - Se lamentó Jeremy pasándose las manos por la cara. Ya había decidido que cogería esa herramienta que había visto en una de las mesas. ¿para qué la usaría? ni idea. quizá para abrir las cajas que parecían selladas... pero.. ¿para encontrar qué?... ¿Qué esperaba encontrar? ¿ un teletransporte a la tierra?... Jeremy se estaba volviendo a marear.
Se sentó en el suelo apoyado contra una de las paredes. descansando la mente y quedándose en completo silencio. Intentó escuchar el rumor del viento de la calle, o si se oía algo más que eso.
Ya más tranquilo, decidió coger la herramienta. Se encaramó a la mesa y alargó la mano para cogerla. Cuando la tuvo mucho más cerca la examinó con cuidado, sin tocar directamente la punta que parecía de acero, por si acaso. Quizá podría abrir las cajas que estaban cerradas con esta herramienta sin hacer mucho ruido. ...
Cuando se dirigía hacia las cajas, pasó por delante del panel. Se lo quedó mirando un tiempo. No tenía muchos conocimientos de electrónica ni de informática, pero parecía los cables que salen de un ordenador, y como en su casa, había identificado cada uno de ellos para saber a donde dirigían. Es decir, con una etiqueta había puesto: "pantalla", "impresora", etc... y este panel tenía algo parecido. Podía distinguir la dirección entre el panel y lo que podría manipular, ya fueran las mesas o la puerta exterior.
Jeremy se dirigió hacia las cajas pensando todavía con el panel. Llegó a las mismas e intento abrirlas con la herramienta que llevaba. lo intentó como si fuera un cutter, como si fuera un pincho y como si fuera una varita mágica. también lo probó como si fuera la herramienta de una blackberry.. De alguna manera se podría abrir.
después de las cajas se pondrá a mirar el panel. Si no puede abrirlas o solamente hay más de lo anterior. intentará poner en marcha primero tocándolo con los dedos, y luego con la herramienta, el panel. pero las runas que se dirigen por la pared hacia las mesas. la de la puerta exterior no.
A pesar de que tu instinto y tu sentido común te prevenían de ello, la tentación de apretar los botones era cada vez mayor. Sin embargo, consigues centrarte en las cajas y acabar con ese deseo.
La herramienta es algo totalmente distinto a cualquier cosa que hayas visto. A pesar de parecer hecha de un bloque de piedra con un fragmento de acero, no pesa demasiado en tu mano, e intrigantemente emite cierto calor, como si generara algún tipo de energía. Tan solo esperabas que esa energía que parece irradiar en forma de calor no sea algo parecido a radiactividad. El mero hecho de pensar en ello te hace plantearte si ha sido buena idea lanzarte directamente a por ella, aunque todo es tan misterioso aquí que lo único que parece sensato es salir sin tocar nada... Y eso no parece plausible.
Te aproximas a las cajas selladas, y después de considerar varias posibilidades, decides que dedicarte a dar mazazos a los contenedores no es la mejor idea. Tratas de hacer palanca con la herramienta, tras tomarlo como la mejor opción, y haces fuerza desde el extremo del extraño objeto, apoyando una de tus manos en el centro para usar tu peso como fuerza. La tapa de la caja cede y cae al suelo revelando su contenido, pero...
Lo que a continuación ocurre te hace soltar el objeto y dar un salto hacia atrás. Hasta ahora todo parece demasiado irreal, pero esto empieza a superarlo con creces. La runa sobre la que has apretado la mano centellea unos instantes y, bajo tus manos, el calor de la herramienta se acrecenta. No llega a ser dañino, pero es claramente perceptible. Entonces la roca, sólida hasta ahora, se torna elástica y empieza a cambiar de forma como si unas manos invisibles la malearan como si fuera arcilla. El filo de acero desaparece en el interior de la base rocosa mientras el objeto cae al suelo, después de haberlo soltado.
Allí continúa con la sorprendente transformación, alargándose ligeramente y abriéndose por la mitad. Las dos piezas que empieza a formar quedan unidas por un punto que parece servir como bisagra. Entonces, el núcleo de acero vuelve a asomar, convirtiéndose en dos afiladas pinzas. El resultado final es algo parecido a unas tenazas, con el extremo tan afilado que crees que podría cortar madera y metal. La runa que has apretado accidentalmente parpadea un par de veces y se vuelve a apagar.
El contenido de las cajas había pasado hasta ahora a un segundo plano. Sin embargo, puede ser igualmente interesante. El arcón está repleto de lo que parecen fragmentos para construir algo. Pequeños bloques cuadrados, engranajes similares a los de un reloj pero a una escala mucho mayor, láminas de diversos tamaños... Las piezas, del mismo material que la herramienta, parecen latir con cierta energía, como si estuvieran vivas. No se mueven, pero incluso desde la distancia puedes sentir cierta energía, como la que emitía la herramienta. Quizá sea la impresión por el momento actual, pero te parece percibir ligeras variaciones, como si los pequeños fragmentos variaran de una forma casi imperceptible. Sin embargo, están todos fijos, y no parece realmente que cambien de posición o vayan a moverse.
Yo te he descrito ambas cosas seguidas. Dejo a tu criterio describir lo que te llama más la atención y en qué te centras, al igual que tus próximos movimientos.
Puesto que has tirado cordura hace un momento, no te hago tirar ahora, pero la escena desde luego te afecta de alguna manera.
Por cierto, se me olvidó comprobarlo: mejoras en Buscar libros +8, te lo he cambiado en la ficha. Y el maravilloso editor de umbría me ha cambiado todo el formato de la ficha, ahora se ve distinta... Por lo menos sigue ahí.
Jeremy se había quedado estupefacto con la actividad cambiante de la herramienta. Mientras ésta cambiaba, él se había quedado quieto, sentado en el suelo, viendo el espectáculo delante de sus ojos. no sabía que creer, y, por enésima vez, la idea de que todo fuera un sueño le pasó por la cabeza.
Pero en seguida lo descartó. Desde la última vez que había intentado decidir si su experiencia actual era un sueño o no, había llegado a una conclusión preocupante. En el caso de aceptar que fuera un sueño, cosa no demasiado dificil y, seguramente, la opción más cobarde, tenía miedo de no prestar la suficiente antención a su vida. Como en todos los sueños, una manera de despertar era llevar al extremo la situación, y donde estaba, podría significar salir a la calle y enfrentarse a ese ser o seres, aunque su resultado fuera su final. Realmente no podía permitirse el lujo de jugárselo todo a una sola carta, y más, cuando iba de farol.
El mareo volvió a su mente y las gotas de sudor frío a su frente. Todavía estaba sentado en el suelo aunque la herramienta ya hacía un buen rato que había dejado de transformarse. Para intentar despejar esos pensamientos de la cabeza, se obligó a levantarse y a revisar el contenido de las cajas.
Ese materia parecia intrigante, había algo en él que le atraía. Quizá era esa sensación de pulso, de latido, que le mantenia la curiosidad. Finalmente, ya más calmado, recordó la herramienta en el suelo. Antes de tocar cualquier pieza de las cajas decidió volver sobre sus pasos y recoger la herramienta.
quería tranquilizarse, así que, primeramente, se sentó en el suelo, delante de la herramienta y la estudió desde la distancia. ese palo inicial se había transformado en una especie de tenaza al "apretar" una de las runas que contenía su superficie. Estaba claro que era una herramienta para utilizar en esta especie de laboratorio. Además parecia una herramienta multiuso. Este pensamiento le despertó la curiosidad. Acercó la mano, y con cuidado de no apretar ninguna otra runa recogió las tenazas. Probó su funcionalidad, abriéndolas y cerrándolas. Era curioso pensar que tan solo un momento antes esas tenazas eran una especie de punzón.
volvió a dejarlas en el suelo, no quería que alguna transformación más le rebanara la mano, y empezó a rozar la superficie de la herramienta en busca de más transformaciones. quería conocer todas las posibles utilidades de la herramienta. Sentado en el suelo fue investigando los posibles cambios de la misma.
Iba a centrarme también en las piezas de las cajas, pero creo que antes debería saber que pasa con la herramienta, ya que no estoy muy seguro de tocar las piezas con las manos.
Por otro lado, tengo alguna sensasión de hambre, sueño, necesidad de ir al aseo?.
Genial de lo "buscar libros". no me había dado cuenta de lo del editor. es raro.
El objeto, a pesar de poder ser peligroso, atrae tu atención irremediablemente. Tras la transformación te tomas unos instantes para poder abarcar las posibilidades que podría ofrecerte. Tras analizarlo, lo depositas cuidadosamente en el suelo, y aprietas otro de los símbolos que adornan su superficie.
De nuevo, el objeto empieza a moldearse a si mismo, convirtiéndose primero en una masa informe de roca, para luego alargarse ligeramente y dar lugar a algo diferente. En esta ocasión la base es más corta y el acero casi imperceptible, sobresale por la punta de la herramienta, en forma de aguja. Además, el extremo afilado parece latir ligeramente, y emite cierto calor, detectable desde tu ubicación.
Fascinado por la versatilidad del objeto, pruebas runa tras runa. Con el mismo efecto, ese fragmento de roca y acero adquiere las más variopintas formas, desde afiladas armas hasta delicadas herramientas de precisión. Una de las formas mantienen el acero en el interior al rojo vivo, emitiendo un calor abrasador hacia un pequeño agujero en la roca que lo deja a la vista. Podría ser usada como un objeto para defenderte o para manipular cualquier cosa que encuentres. Podrías utilizarla para dar forma a casi cualquier material (el extremo, además de afilado es extremadamente resistente a la rotura), fundirlos e incluso abrasar a alguien. Ante la infinidad de posibilidades te encuentras saturado por la cantidad de salidas posibles, sin saber exactamente qué camino tomar.
Las piezas, por otro lado, parecen poder ser ensambladas de alguna forma. Son como fragmentos de un puzzle enorme. La cantidad y complejidad de fragmentos, por otro lado, te impiden averiguar para qué podrían ser. Sin embargo, algunos siguen un patrón, y piensas que es posible que sirvan para ensamblar cosas más pequeñas con unas pocas piezas.
Es una de las cosas que te hace pensar que estás soñando: el cansancio que tenías ha desaparecido. Sin embargo, cuando dejas de concentrarte en lo que te rodea, eres consciente de que tienes hambre, y cualquier otra sensación, como dolor al golpearte y similares. Es tan solo el sueño lo que parece haberse desvanecido.
Vaaaaaleeeee - dijo Jeremy fascinado. Este objeto entrañaba una cantidad de posibilidades inmensa. Una vez creyó haber visto todas las variantes, volvió ha hacer una nueva vuelta a las runas intentando memorizar como podía las formas más interesantes. La perspectiva de poder usarla como arma le dejaba un poco más tranquilo, aunque en el fondo poco fundamento real existía, pero se sentía más seguro.
Animado por su descubrimiento, su estado anímico mejoró por el momento. Aunque ya no sentía el cansanció de haber estado una noche entera despierto, si que había notado en algún momento las sensaciones del hambre y la sed. aunque por suerte, de momento no eran extremas.
Cogió la herramienta y la mantuvo en la mano, inconcientemente tuvo miedo de ponersela en el bolsillo, por si cambiaba en él y le perforaba la pierna. Con la alegría del nuevo descubrimiento se decidió por las cajas y por los elementos que había dentro esperando poder hacer nuevos e interesantes progresos, dejando un poco de banda, el panel de control que tanto le atraía como lo ponía nervioso.
Esas piezas, parecían bloques, como los juegos de lego o el tente quetanto había jugado de pequeño. Pero en el mismo caso, si un manual de instrucciones y sin saber realmente que hacer lo tenía bastante dificil. aun así se decidió a probar. Primero tocó una de las piezas con la herramienta, que actualmente, la había dejado en una espécie de punzón (el estado en que parecía menos peligrosa) por si acaso. luego, cuidadosamente, las toco con un dedo y luego con la mano. y finalmente fue sacándolas de la caja y poniéndolas en el suelo de forma que pudiera verlas todas y poder determinar mejor si existía algún tipo de patrón. Luego fue probando de ensamblarlas entre ellas. se permitió no reparar en el tiempo que pasaba, total, no creía que tuviera nada mejor que hacer.
Aunque no se daba cuenta, Jeremy cada vez parecía más a gusto en esa sala, quizá fuera por haber dejado atrás la angustía de sentirse amenazado, o por su inata capacidad de buscar y descubrir cosas nuevas. Hasta en algún momento, si alguien lo hubiera visto, hubiera podído pensar que estaba contento y todo de estar en ese mundo.
así pasó un tiempo jeremy, hasta que ya no pudó descubrir nada más sobre la herramienta ni las piezas de las cajas.
Cuanto más investigas, más le pierdes el miedo a este lugar. La herramienta, salvo que es impredecible, no te parece ya peligrosa, sino práctica. Las piezas, que al principio evitabas, te resultan más tentadoras, y tras unos tanteos con la herramienta te decides a coger algunas. Su peso es sorprendentemente reducido, como si más que de mineral fueran de plástico. Sin embargo, parecen tremendamente resistentes.
Al tacto los sientes cálidos, igual que la herramienta, y jurarías que emiten un pequeño latir, como si palpitara vide an su interior. Al dejarlas en el suelo, las piezas parecen sentirse de alguna forma atraídas entre sí, como si no quisieran permanecer separadas. No se mueven de donde las has situado, pero si las acercas parecen emitir algo más de calor. Con cautela, juntas dos de ellas, y al instante, como dos imanes, permanecen en contacto. Sabes que podrías separarlas fácilmente, pero es como si se sintieran más cómodas así.
Sabes que con algunas piezas podrías hacer objetos rudimentarios: una caja, un par de engranajes enlazados entre sí... Sin embargo, sin unas directrices no podrías hacer nada complicado.
Una vez juntas algunas piezas y compruebas que no parecen peligrosas, te decides mirar algunas de las cajas todavía cerradas. Es posible que tengan más piezas, y puesto que pareces tener todo el tiempo del mundo, quizá puedas tratar de crear algún objeto. Después podrías ocuparte de examinar el panel. Sin embargo, algo te saca de este estado de comodidad. Al otro lado de la puerta, el viento se hace más intenso, y notas algunas ráfagas golpear con fuerza. Entonces, escuchas la puerta crujir y abrirse de golpe, con lo que el sonido del vendaval del exterior se vuelve atronador.
Ojo, que la herramienta no es pequeña. Cuando es alargada tiene casi el tamaño de una lanza, y cuando está en una forma redondeada es como un balón de fútbol.
Jeremy estaba emocionado con sus descubrimientos y con las piezas que había encontrado. Parcía hasta animado y por un momento sus preocupaciones habían sido desplazadas de su mente. estaba abriendo una nueva caja cuando un golpe sordo le volvió a la realidad. Algo había golpeado la puerta que daba al exterior y todas las sensaciones y preocupaciones volvieron a su mente como un torrente incontrolable de agua.
Jeremy se quedó paralizado, con los ojos abiertos, a la espera. sin hacer ruido. volvió a oirse otro golpe sordo, quizá más fuerte que el anterior, e instintivamente el chico agarró con más fuerza la herramienta. Parecía que el viento había aumentado su fuerza, se oían rafagas más fuertes de lo que recordaba, y éstas golpeaban la puerta del taller. Se intentó tranquilizar pensando que no sería raro estas rafagas de viento en este mundo, y que si la puerta había aguantado hasta ahora no había motivos para que no lo hiciera en este momento.
Mientras pensaba esto se oyó un crugido y la puerta se abrió de golpe. Jeremy, instintivamente se agazapó detras de las cajas donde éstas pudieran taparle del vendabal y de cualqueir ser externo. recostado contra la pared y tapado por las cajas miró la herramienta y apretó la runa que la volvia en una especie de soldador o algo parecido.
Aguardó, escuchando los ruidos, de momento sin atreverse a asomar la cabeza.
Con la puerta abierta, el viento se adentra salvajemente en la sala. Las cajas se tambalean, y temes que esta fuerza arrolladora destroce todo lo que te rodea. Agazapado detrás de uno de los enombes bloques de roca que sirven de soporte, agudizas el oído para tratar de escuchar más allá del viento.
No sabes cuántas horas has pasado aquí. No sabes qué día es, si este lugar es real o si es todo parte de un sueño que parece no concluir. De lo que sí estás seguro, es de que ahí afuera había algo. Y para tu sorpresa, es mucho más familiar de lo que esperabas.
Mezcladas con el viento llegan hasta ti el sonido de palabras, gritadas lo suficientemente fuerte para abrirse paso entre el huracán. Palabras gritadas por alguien. Gritadas en tu idioma.
Con esto damos por concluido tu primer capítulo.