La prueba final. El verdadero motivo de esta merienda. La forma más absoluta, vibrante y comprometida de ayudar al Sombrerero es hacer un buen plato para la cena de la Reina Roja. Cualquier ingrediente que necesiten no tienen más que desearlo y la Liebre, el Conejo, el Sombrerero o la misma Cosinerra tratarán de abasteceros de él si vosotros no sois capaces de conseguirlos. Lo importante es que hagáis el mejor plato que se os ocurra bien lleno de sensaciones.
Lo mejor de todo es que la Cosinerra ya estaba manos a la obra y se puso a cantarles, como acostumbraba en sus cocinas, para hacer más amena la tarea.
¡Manos a la masa! Que ya está llegando la Reina Roja para probar el menú.
Tenéis hasta el viernes a las 22:00 para hacer la lista de ingredientes y elaborar la receta.
¡Espero que os divirtáis mucho!
Magnífica idea, no tenga duda!
Ironizaba Strafford, ya a solas
Agasajar a esa reina ceñuda
¿No hay confeti y banderolas?
Y aquí estamos, pequeña hada
Resignado, el vapor emanaba
Ideando platos para esa bruta
Que solo decapitando disfruta
Le confio un secreto, señorita
ignoro si nos servirá de mucho,
aquello que hierva en mi tripita
concede lirismo, sin ser ducho
-¡Amiguitos, amiguitos! ¡qué bien verros juntitos!
Una cosita os he de aclarrar: El plato que hagáis, a la Reina Roja ha de matar conmosionar. Por eso os he dejado en la Mesa del Belle la reseta que yo voy a preparrar. No os cortéis en buscar los ingredientes bien contundentes, los más taimados, pestilentes, los más peligrosos... ¡y a ser posible rojos!
Si invito a alguien a mi mesa
no es mi intención dejarla tiesa.
No me planteo invitar a una loca,
si ocurre, no le golpeo la boca.
Toleraría dejarla tonta, confusa,
si a sus caprichos no rehusa.
Pero matar, nunca en la vida,
eso es de una mente podrida.
—¡Hola! ¡Strafford! ¡Cosinerra!—saludó con la manita—. Pues, manos a la obra con este plato que debemos preparar.
El hada observó a los presentes y un tanto pensativa hizo un gesto con su dedo índice al darse golpecitos sobre sus labios.
—Veamos, sé que los estornudos de las hadas con sus pequeños mocos son letales. Podría oler una flor muy muy fea y hacer un estornudo para que podamos añadir en unas galletas con forma de corona para "halagar" a la Reina roja—comentó divertida—. Es más...
Sobrevoló sobre la mesa y apoyó sus codos sobre la misma mientras las manitas sostuvieron su cabeza.
—Harina vencida, estornudo con moco de hada— enumeró—. Verrugas de sapo, esas son feas. ¡Si!
¿Qué dice, mi pequeña hada?
¿Esta cómoda con esa trampa?
Dejar la reina muerta, matada
¿No es lo que haría el hampa?
Strafford parecía horrorizado,
en su interior, frío, casi helado
En tus mocos yace la muerte,
nunca lo imaginaria al verte.
Pensé que eras dulce brisa,
Céfira, de la eterna sonrisa.
Que tus alas cuando batían,
a flores, musgo, fresas, olían
-Mi querrido carita de losa,
he de aclararte una cosa:
A la Reina el Banquete vamos a ofreser
perro es excusa parra poderla vencer.
Viene en son de guerra,
es muy mala y muy perra.
Nosotros sólo nos defendemos,
y todo el derrecho tenemos.
Matarla es algo muy importante,
con que se vaya tendremos bastante.
Con el rabo entre las piernas, mejor
y si se puede gritando de terror!!
—Oh no, no, no, no. ¿Por quién me toma Señor Strafford?—dijo el hada horrorizada—. Yo no soy una mala hadita, ni nada. Sólo digo que mi estornudo puede ser peligroso, por ejemplo una mariposa el otro día sobrevolaba cerca de mi y no sé porqué algo me hizo estornudar y ¡Zas! ¡Lo hice! Entonces la pequeña criatura terminó resfriada, por eso es letal. ¿Se entiende?
Ella no quería que la juzguen, tampoco era una asesina y lo que podía ser peligroso para un hada de los vientos tal vez no lo era para el resto. Por ello lo aclaró con urgencia y le puso un pequeño stop al hombrecillo de la taza, no le había gustado aquella actitud y las palabras de la Cosinerra estaban en lo cierto.
—Hagamos la receta, no juzguemos. ¡Por favor!
Y así es que la pequeña criatura alada no liberó su purpurina, estaba un poquito ofendida y quería hacer la receta para derrotar a la Reina roja.
No se ofendió ni mucho ni poco
Strafford, seguro, no estaba loco.
Pero confiaba mucho en cosinerra
y también en el hada, a su manera.
Quizá escuché mal, mil perdones,
intenciones letales como arpones.
Pero si a la reina queréis asustar,
conmigo siempre podéis contar.
Las hadas eran seres caprichosos
donde veían siete, ahora eran ocho.
Strafford de ésto sabía mucho,
y no porque lo dijera un chucho.
Porque hace mucho, mucho tiempo
Strafford era hada, mas no del viento.
El fuego, la brasa, era su elemento.
Ardía, reía, volaba, sin perder aliento.
Mezcla caolín, alabastro, feldespato
tendrás porcelana en un buen rato.
Calienta mucho, mucho la mezcla
Hasta que ésta bien se endurezca.
Atrapado para siempre en argamasa,
no era algo para tomárselo a guasa.
Pero hacía tanto que ya olvidaba
hasta donde vivió, cómo se llamaba
De Straffordshire tomó su nombre
como hablar y pensar, del hombre.
Solo a veces soñando, aún volaba
y ríos de ardiente lava navegaba.
No sintáis por Strafford pena alguna
vive ahora rodeado de lujos y fortuna
En castillos, mansiones y casonas
rodeado de criadas gráciles y monas.
Pues a la verruga y moco sumemos
algo bien dulce, no la asustemos.
Se me ocurre algo con mucha chispa
¿Has probado, hada, la miel de avispa?
—No hay rencor, solo me ofendí un poquito. ¡Poquito poco!—respondió a la taza mientras hacía morritos—. Algo dulce, hm, hm... Me vale y no la he probado jamás. Igual, así no puede resistirse al sabor y después ¡Pufff! ¡Cae al suelo!
Y tras decir aquello, pensó en que podían dormir a la Reina roja y así llevarla muy lejos de Wonderland. No hace falta asesinarla, pero si alejarla de aquí.
—Necesitamos algo que dé rico olor, prefiero los pétalos de rosa roja. Son sabrosones y le dará el color que le gusta—comentó y cogió un papel con una carbonilla para anotar, el hada sabe escribir o parecido—. Bueno... ¡Anotemos!
Galletas "La corona roja"
Ingredientes:
— Moco de estornudo de Hada, solo lo que salga.
—Verrugas de sapo, solo 2. Es para darle sabor.
—Harina vencida, la que tiene los gusanos. 1 kilo.
—Miel de avispa, le dará dulzor.
—Pétalos de rosa roja, para aroma y color.
Debería recordar
este JPEG postear.
¡Todo el mundo yerra!
Soy, ya ven, una tetera
Espera, Céfira, un momento,
estoy frío pero me caliento.
Cuatro ingredientes ya llevas,
parece que apuntas maneras.
Creo que voy a ponerme serio
(no tanto como un adulterio)
y voy a proponer ingredientes
"Sanos","buenos" y "crujientes"
Sana como baba de caracol
que deja la piel muy suave,
pero si te la bebes es grave,
no lo recomiendo ni a un trol.
Buena, una manzana madura
su pulpa destaca por su dulzura
pero comes suficientes semillas
y...plof! Ahora vas y la endiñas
Crujiente como unas palomitas
No lo niegues ¡están bien ricas!
La Reina es de edad avanzada
no aguantará ya tanta guarrada.
—¡Los apunto! ¡Ya voy!
Y no lo dudó, Céfira comenzó a anotar los detalles que sugirió nuestro amigo la taza y mientras ella apuntó lo escuchado se quedó mirando un tanto sorprendida por las palabras en poesía de aquel compañero.
Galletas "La corona roja"
Ingredientes:
— Moco de estornudo de Hada, solo lo que salga.
—Verrugas de sapo, solo 2. Es para darle sabor.
—Harina vencida, la que tiene los gusanos. 1 kilo.
—Miel de avispa, le dará dulzor.
—Pétalos de rosa roja, para aroma y color.
—Baba de caracol, hay que humedecer los ingredientes.
—Pulpa de manzana, para mayor sabor.
—Palomitas, para que sean crujientes.
—Mantequilla derretida, hay que unir todo.
—Hm, tranquilo. También agregaremos mantequilla, es bien bien deliciosa—dijo con una sonrisa—. Cosinerra. ¿Cómo lo ves?
-¡Me gusta, me gusta! Bueno, gustarr, lo que se dise gustar, no lo sé, habrría que prrobarlo, y ese honor ¡se lo dejo a nuestra Reina Roja! Perro lo veo ¡maravifántico! como dirría mi querrido Sombrerrerro.
Contestaré más tarde, si puedo
Sacar tiempo me cuesta un huevo.
muy buenas damas y caballero,
o mejor dicho porcelanero,
Ya que lo tenéis bien encaminado
me voy a reír de vosotros un rato
pues parece que buscáis pétalos de rosa
después de ver la que ha liado la señorita,
vuestra amiga Camelia, con la margarita
que por poco llueven hasta tortas,
Si queréis un ingrediente similar
se me ocurre que un mechón capilar
de cuando se pone rojiplática la gata Derby
ya veréis que tono de rojo más sexy...
Y dejó junto a la taza un mechón intensamente rojiplático y se fue contento y feliz por haber arreglado el desliz. ¡Oh, no debéis darme las gracias, yo zoy así... altruista!
Con una expresión de horror, negó muchas veces con la cabeza Céfira y se apuró a explicar.
—¡No! Toda flor cumple su ciclo, se deshoja por sí sola con el correr del tiempo y usar los pétalos caídos no sería un problema para nuestra querida amiga Camelia—explicó con cierta preocupación—. Jamás le haría daño a una flor, pero sí que sería bonito usar sus pétalos cuando abandonan su cuerpo y termina su período de florecimiento.
Tras aquella aclaración, tachó en su anotador y agregó una pequeña explicación.
Galletas "La corona roja"
Ingredientes:
— Moco de estornudo de Hada, solo lo que salga.
—Verrugas de sapo, solo 2. Es para darle sabor.
—Harina vencida, la que tiene los gusanos. 1 kilo.
—Miel de avispa, le dará dulzor.
—Pétalos de rosa roja, para aroma y color que estén en el suelo ya secas no en la flor.
—Baba de caracol, hay que humedecer los ingredientes.
—Pulpa de manzana, para mayor sabor.
—Palomitas, para que sean crujientes.
—Mantequilla derretida, hay que unir todo.
Cosinerra estaba encantada con la creatividad que mostraban sus compañeros de Banquete. La Reina Roja no solo iba a ser agasajada, es que de un modo u otro iba a ser directamente sajada, algo que necesitaban de todas todas. Por lo menos su amigo Sombrerero, que estaba muy preocupado por la llegada de sus huestes y con intenciones claramente oscuras.
-¡Bien, bien, vais muy bien! ¡Os está quedando marravilloso, presioso! ¡Peligroso además de gustoso!
Si, mejor los pétalos caídos
Dijo, tras un par de bufidos
No hagamos nada maligno,
ofendemos a 'ese' tan digno.
El hada era bastante tozuda
no renunciaba a ser sesuda,
Una combinación cojonuda:
lista, con carácter y menuda.
Pero el mechón de pelo rojo
no es que sea un despojo
creo que les otorgaría finura
y, ¿quien sabe?, buena textura.
¿Acompañamos las galletas?
No nos tildarán de ascetas.
Un copichuela de aguardiente
para ayudar a hincar el diente.
El Sombrerero apareció y dejó sobre la mesa los pétalos de rosa, bien rojos y jugosos:
Aquí están vuestros pétalos
me los dio la misma Ostara
no me digáis que son malos
que la broma os saldría cara...
y dado esto, sin más dilación
con el pretexto de estar ayudando
os dejo que vayáis terminando
Sin poneros ninguna condición