Todo ocurrió muy rápido. El alboroto que te despertó, se debía a que todos los que habitaban el campamento estaban aterrorizados. La mayoría de los animales estaban terriblemente enfermos o muertos y sin duda alguna habían sido envenenados.
Por otra parte, el viento que viene desde la ciudad, trae los gritos amortiguados por la distancia de una cruenta batalla que sin duda alguna continuaba.
Actúas con rapidez y vas a la tienda del oficial, donde te encuentras con unos guardias preocupados, ya que en el interior, está el joven que te atendió la noche anterior ahorcado. Aunque inicialmente sospechas que Mizhara puede tener algo que ver (dado que era lo que os habían encargado), descubres que ella ha permanecido en la celda, lugar donde la encuentras y tras hablar con ella, llegáis a la conclusión de que alguien más ha debido llegar al campamento con vosotros.
Las cosas empeoran, ya que de las puertas de la ciudad comienzan a salir las tropas defensoras, con sus estandartes hondeando al viento. Una columna de jinetes se encamina hacia el campamento donde os encontráis y te das cuenta de que el plan es evidente: dejar sin escapatoria posible a los supervivientes.
Actúas rápido y buscas las monturas que parezcan estar menos enfermas. Por suerte encuentras tres buenos caballos que parecen estar en forma y tras "convencer" a los soldados que pretendían llevárselos, los tomas para tu huida y la de Mizhara, que te acompaña gracias a sus suplicas y a la cara que ha salido en tu moneda.
En la alforjas de uno de los caballos encuentras una carta del oficial a su esposa en la que le cuenta que fue enviado con una importante misión. De la lectura de la misma sacas en claro, que el oficial tenía la misión de envenenar él mismo a los animales del campamento. Al parecer, este ataque solo tenía un fin: iniciar una guerra santa.
Tras conocer este detalle Mizhara decide regresar a la ciudad (había decidido acompañarte para alejarse del poder de su hermana, la cual por cierto, no os envenenó mortalmente) así que prosigues tu viaje hacia ningún lugar en solitario, guiándote por el destino y la providencia.
Tu camino es largo, cargado con una información que no te servirá de nada, ya que ¿quién te creería? tampoco tienes necesidad de contársela a nadie. Si alguien lo debe saber, sin duda alguna se enterará.
Atraviesas el principado de Lucrecio realizando trabajos como escolta de caravanas o guardaespaldas, siempre siguiendo un camino inconsciente, como conducido por una fuerza mayor hacia un lugar: Americh una ciudad de libre comercio que se encuentra entre tres de las potencias más importantes de Gaia.
¿Por qué el destino te llevaba hasta un lugar así?¿un lugar donde últimamente la situación se había vuelto tensa hasta llegar al borde de la guerra?
Cualquier pequeño detalle podría desatar un conflicto, una guerra como no se había visto desde hace mucho tiempo.
Si...has viajado muy rápido ;) Si quieres añadir algo, comentar algo, alguna petición...este es el momento!
Creo que no tengo nada que añadir ante tan buena salida. Y me gustó el detalle de la moneda, gracias.