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Sala Común de Hufflepuff

 La habitación redonda y acogedora con techo bajo, recuerda a la madriguera de un tejón -Que menos si es vuestra casa.-. La sala común estaba decorada con los colores alegres de las abejas, negro y amarillo al igual que los sillones. Estos resaltan más por el uso de maderas pulidas del color de la miel para las mesas y las puertas redondas que llevan a los dormitorios de los chicos y las chicas, dotados de cómodas camas de dosel cubiertas con edredones de cuadros y calentadores de cobre colgando de las paredes, en las habitaciones también estaban todos los baúles de los alumnos. Los dormitorios, cómo la propia sala común está protegidos de los temporales, eso era lo que más gusta de vuestra casita.

Dormitorios

Un gran suspiro escapo de los labios de Luke, uno de inmenso alivio. Las cerradas, intimas y acogedoras estancias de Hufflepuff encajaban muchísimo mejor en sus gustos. Camino como si saliera de una pesadilla a un cálido sueño, despacio y sin prisa, disfrutando pasear la vista por los recovecos….

Íntimamente, siempre había querido una casa así. Algo firme, familiar, ameno. Algo permanente. Algo que pudiera llamar hogar.

Cuando subió al cuarto de los chicos se sentía mucho mejor. Solo 5 con quienes lidiar, y gruesas cortinas de por medio cuando le hastiaran. Sí, eso era mucho más aceptable, que aquel inmenso espacio del principio.

Se tiro sobre su cama (la primera junto a la puerta, costumbres…), boca abajo… con una gran sonrisa en su rostro. Eso, si era la vida de estudiante que habia imaginado.