Sala Común de Ravenclaw
Dormitorios
¡Orden! Adoro el orden. (Os meto aquí para evitar confusiones por mi parte. A la hora de leeros me es más sencillo) Siento las molestias.
Luego de que fuera tan extraño lo que pasara en el salón principal, la joven sigue a sus hermanos hasta la torre, en donde quedaron sus cosas,la chica dejó a Pericles en el suelo y observó al glorioso salón azul, de su casa, ahora si sentía que estaba en el cielo, es decir, siempre había querido poder entrar a ese salón. Miró a todos lados,buscando a Reed, deseaba abrazarlo... bueno, no, pero si hablarle.
Reed había realizado la cola, y luego el lento ascenso hacia la torre donde estaría su hogar. Había escuchado durante toda su vida la cantidad de generaciones que habían morado en ellas, y se preguntaba si encontraría indicios de que su padre, su abuelo o su tatarabuelo hubieran estado allí.
Aquella era su casa, su herencia, casi de algún modo, y estaba satisfecho de estar allí. Sus cosas imaginaba estarían colocadas en alguno de los dormitorios, pero no le preocupaban en exceso. Quería dar una vuelta por la sala, y tener la oportunidad de sentir lo que esta le podía contar.
No tardo ni medio segundo en darse cuenta que Alma estaba allí, y estaba igual de emocionada que él.
Se pregunto por un momento que habría pasado si alguno de los dos hubiera acabado en otra sala distinta de aquella. Pero desecho ese pensamiento algo triste rápidamente y en tres zancadas se acerco a la chica.
Bueno, parece que al fin estamos en casa.
Las salas supercomunes y los dormitorios estaban bien, pero no tenían este encanto.
Sentencio al tiempo que ponía los brazos en jarras y miraba las telas que colgaban en algunos lugares, y los cuadros formidables que poblaban las paredes.
Reed era un poco más grande que la mayoría de los chicos de edad, y en aquella pose, casi parecía pertenecer a un curso mas, o quizás dos. Pero en sus ojos se podía ver la sorpresa y las maravillas que solo podían ver los jóvenes de primer curso.
Azul , le fascinaba el azul más que otro color, siempre ha sido así, aunque no puede negar la influencia de sus dos hermanos mayores que siempre han llevado con orgullo el color de su casa, además estaba la tía Luna, que no perdía oportunidad de hablar sobre aquella casa. Luna Lovegood era una de las mejores amigas de su madre Molly, fueron compañeras y combatieron juntas en el asalto a la escuela por parte de los mortifagos, era loca, excéntrica y una de las pocas que se dio cuenta de la condición de Alma con apenas mirarla la primera vez en que llego a casa. Alma luego le hablaría, quería enviarle una carta para contarle las maravillas que estaba viendo.
Un aroma conocido la asalto, y ella se giró hacia aquella fuente, sabía que era él incluso antes de que hablara, lo sabía por su aroma, lo sabía por el latido particular de su corazón.
- por fin nos vemos!-exclamo con real y sincera felicidad- encontré mucho caos, no sabía a donde ir y creí que era mejor buscar un rincón, pero acá estoy más contenta, me gusta más...¿qué hacemos? Ejem... Tengo ganas de ir a la lechuceria, aunque no se sí podemos ir... O no se, a donde quieras vamos- le guiñó un ojo, y nuevamente debió reprimir el deseo de abrazarlo , se había sentido muy sola desde que se habían separado en el comedor.
Reed miraba a la joven maravillado, sin duda estaba tan emocionada como él mismo.
Luego echo un vistazo, y vio como los alumnos de los cursos superiores se iban moviendo hacia los dormitorios, y no era de extrañar, porque era tarde.
Las preguntas de Alma le dejaron un poco fuera de juego.
Pues no sé, yo pensaba pasear por aquí un rato, dudo que con la hora que es tengamos la oportunidad de salir a ningún lado.
Sonrió, porque en cierta manera, la lechuceria seria uno de los primeros sitios que tendría que ver, puesto que su lechuza había emprendido el viaje a Hogwarts por separado.
Luego echo otro vistazo y con la sala mas despejada vio que Johan estaba cerca de Alphonse, y aprovecho para moverse dándole un breve toque en el hombro a Alma.
Vamos a hablar con Alphonse.
Echo a correr los escasos metros que les separaban del hermano de ella, y luego se paró a su lado.
Oye Alphonse, crees que Johan y yo podemos dormir en el mismo cuarto. Lo digo porque es de los pocos chicos de mi curso que conozco.
Espero que este contestara, y le guiño un ojo a Johan, esperando que a él también le pareciera una buena idea.
Alphonse estaba con un grupo de amigos, fanfarroneaba con ellos como cualquier adolescente, porque a pesar de aspecto desgarbado y despreocupado, tenía muchos amigos, había heredado el carisma de su padre, con ese talante risueño, pero su buen humor cambió radicalmente cuando se dio cuenta que su hermanita no estaba sola, y peor aún, estaba en compañía de un chico. Los ojos marrones y grandes de Alf se clavaron como dardos sobre el pobre Reed, que en su inocencia no comprendería el porque de esa mirada asesina, pero Alf sabía que se individuo podía llevarse a su hermanita, y él, como el hombre Blanchett que había en la escuela, debía protegerla (lo cierto es que no se atrevía a ser igual de severo con las amistades de Alba, porque aunque no quisiera reconocerlo, te tenía miedo, y no se le podía culpar). Alf contuvo un persistente silencio, sin intentar siquiera disimular si oscultacion de el acompañante de su hermanita, y sólo reaccionó cuando Alma carraspeó.
- ummm- soltó desdeñoso, Reed podría ser lo más agradable del mundo, pero si intentaba tener algo con Alma, y se le presumía así, ya había perdido muchos puntos con él- los de primer año siempre duermen en el mismo cuarto, así que no te preocupes...-levanto una ceja y luego se encontró con la cara de Alma que ya sabía en que estaba, y con gracia levanto su mano y acaricio los cabellos de ella, desordenandolos - que tienes enana?- pregunta con gran descaro.
- así si no se preocupen, podrán quedar juntos- sonó más distendido, Alma podía acusarlo con Alba si se portaba mal con un chico de primero- menos mal que nos trajeron a nuestro salón común, no hubiera tolerado estar con el idiota de Blackwood- metió sus manos en sus bolsillos, John Blackwood, era estudiante de tercer año de la casa de Slyterin y era el enemigo jurado de. Alf, ambos jugaban en el mismo puesto de golpeador en sus respectivos equipos de quidditch y era por todos conocida su enemistad.
- en fin, portense bien ustedes dos , no creo que quieran exasperar a Alba- les sonríe, algo le dice que deberá hacerse la idea de que Alma tendrá amigos, pero eso no deja de preocuparle, no por los novios, sino por la seguridad de su hermanita.
En fin. Que toca hacer ahora, porque parece que no avanzamos.
Improvisamos conversaciones los jugadores o algo??
creo que sí, por eso hice el post anterior.
Reed asiente a las palabras de Alphonse y se da la vuelta sonriendo. Desde luego, era un chico con carácter, no cabida duda.
Luego hizo un gesto para que Johan y Alma se acercaran.
Bueno, es hora de ver que tiene esta sala común que la haga especial. Busquemos cosas interesantes.
Dijo con resolución, pero al momento se dio cuenta de que no tenía ni idea de que buscar.
Bueno, que buscamos.
Comento mientras se rascaba el pelo de la nuca, y miraba a todos lados.
La sala común estaba básicamente llena de gente, y también de mobiliario antiguo. Parecía que sus sillones eran re confortables, y que la decoración era agradable. Pero estaba seguro de que tenía que haber algún misterio allí.
Algo interesante, quizás los nombres de sus padres tallados en la madera debajo de una de las sillas. Cosas así.
Ya, pero esperaba a que Johan dijera algo, o que los directores describieran la sala comun. No se, algo.