Podéis seguir charlando entre vosotros, cuando decidáis que ya no hace falta deciros nada mas, solo decidlo en nota y prosigo ^^-
Posteare luego a la noche, que llevo algunos dias casi sin parar en casa, sorry
-Pues del monte Fuji, en una de las cuevas del pico-le dije. Tampoco tenía que preocuparme mucho por ahora por ocultar que era. Ella sabía que no era humano, así que decir cosas así no la extrañaría mucho-. Allí siempre hace frío. No es que me moleste el frio, me gusta, pero me gusta sentir cosas nuevas. Oh, bueno...-dije al ver que no tenía mucha idea de que era el monte Fuji- vengo de uno de los montes más altos de Japón. Y chan es un honorífico para chicas. Tenemos muchos de esos, depende del grado. La verdad es aburrido usarlos siempre correctamente, así que estoy usando el de mayor confianza. ¿Te molesta?-no sabía si me estaba cogiendo demasiadas confianzas. Igual la había molestado.
-¿Monte Fuji...?- se veía que Belacqua no sabía a qué lugar se refería. Pero la aclaración le sirvió de bastante-Aahhh.. imagino entonces que debes de vivir en las alturas normalmente...-le gustaba la sensación de comprender nuevas cosas.
Ante la anécdota del honorífico, Belacqua pareció volverse tímida- ¿Honorífico conmigo? Suena a mucho... aunque claro, no me molesta en absoluto. Es... es agradable poder hacer amigos- y sonrió abiertamente como hasta ahora no había hecho. Su aspecto pareció volverse tierno aun el aspecto extraño. Se acercó a él flotando en su burbuja con gesto suave y lo miró de cerca-Eres...extraño-aunque fuese irónico que lo dijera ella-Tu cabello... ¿porqué es blanco?- le habría gustado alargar la mano y tocarlo, pues parecía suave a la brisa-Tu eres... ¿tu aspecto siempre es así? Es... es extraño, pero bonito- comentó abiertamente.
-No, mi aspecto no es este. Es el aspecto que el anillo me dio-levanté la mano mano para que viera el anillo-. Es una joya que un hombre antiguo emperador le entregó a un antepasado mio. O eso me contó mi madre. Según ella da el aspecto del humano que mas se adecue a nuestro aspecto normal-di un par de pasos atrás mientras me aseguraba de que no había nadie cerca-. Este es mi verdadero aspecto-Anillo del Emperador Tenji, responde a mi llamada y devuélveme a mi aspecto real.
Noté como poco a poco mis músculos se extendían y se iban reforzando con escamas. Mi boca se alarga poco a poco y sobre mi espalda el pelo crecía un poco. La ropa empezó a cambiar conmigo, juntándose a las escamas. Sobre mi hocico dos pelos largos crecieron. Cuando la transformación hubo sido terminada, dejo a la vista un dragón sin alas del tamaño de un grifo de aspecto alargado que medio-flota en el aire.
-Tengo que decir que este aspecto es mucho mas cómodo, pero no muy disimulado-le dije mientras le lanzaba una sonrisa.
Jefa, no quito las cargas del anillo por que supongo que durante el verano hasta ir a clase lo he recargado.
Belacqua se quedó absolutamente asombrada. Tenía un aspecto realmente imponente.
-En mi vida había visto algo así...-se acercó flotando casi a ras de Akira, sin respetar el espacio vital que ella creía protocolario. Lo vio de cerca, maravillada. Su forma, la fuerza de los músculos, el pelo... volvió a tener ganas de alargar la mano y acariciarlo-Eres majestuoso Akira- le miró a los ojos entusiasmada-Y bastante bello, también- lo decía no como cumplido, si no como su opinión. Sonó cristalina, con su dulce voz aterciopelada.
No pudo si no corresponder la sonrisa. Su nuevo amigo era alguien asombroso.
-Así vives en las montañas, ¿verdad? Es increíble...¡Me gusta mucho tu aspecto!- y lo decía de corazón.
Si en aquel momento hubiera tenido mi aspecto humano de seguro que todo mi cuerpo se hubiera sonrojado de verguenza. Me había dicho que era majestuoso. A mis padres se lo habían dicho pero es que ellos son enorme y extremadamente sabios. Ademas, nadie aparte de mi madre se me había acercado tanto. Hice una pequeña vuelta en el aire para alejarme un poco.
-Bueno, en las montañas donde vivo no se ve mucho, solo nieve. Además, casi no salía de la cueva por que podían vernos. Pero seguro que debajo del mar había muchas cosas interesantes que ver. Ademas, he oido que las sirenas nadáis muy bien. Yo... no se nadar-dije un poco avergonzado. Había vivido en un sitio donde todo el agua estaba congelada, así que nunca había nadado.
La sirena se quedó en su sitio, observándole maravillada. Asintió cuando él le habló.
-No es que se nos de bien nadar...es nuestro modo de movernos. Igual que a ti volar...- se acomodó sobre su cola detro de la burbuja, una larga y escamada cola de pez, fuerte y fibrada, como el resto de su cuerpo-Pero es realmente fantástico. Todo es diferente, a muchos rasgos. Las plantas, las criaturas... nos tenemos que defender también. A veces de otras comunidades de Gente del Agua, a veces del Calamar Gigante que vive en el Lago. Aprendemos a nadar no sólo para implemente movernos, también para poder cazar- explicaba.
Ella aún era joven para participar en las grandes cacerías, pero recientemente se había ganado su derecho al tridente, lo que para ella ya era un gran orgullo.
-¿Vosotros tenéis que cazar también?
-No, a veces mis padres bajaban al poblado de abajo con forma humana a comprar, pero normalmente la gente que subía a pedir ayuda a mis padres nos traían comida como ofrenda. Mis padres son muy famosos en Japón, por eso vine aquí-le explique-. Si hubiera ido a clases en Japón seguro que me habrían reconocido por mi apellido. Y yo no quería eso. Quiero saber como se vive siendo un humano, lejos de la fama de mis padres-me quede callado un rato, y después me giré a mirar a la sirena-. ¿Que me cuentas tu de tu familia? ¿Que hacen tus padres?
Aquello era tan nuevo como el resto, pero no menos llamativo. Los padres, aun ser criaturas mágicas, se mezclaban con los humanos, y además eran venerados por éstos. Era notablemente una situación muy diferente a la suya en general.
La pregunta la descolocó un poco, pues le resultaba algo extraña.
-Mi madre...caza. Es muy buena cazadora. Y también hace turnos como vigía... en nuestra comunidad nos repartimos el trabajo, pero también todo el mundo sabe hacer un poco de todo- se encogió de hombros- Mi padre... Supongo que era un tritón, pero no se nada de él. Imagino que tras mi nacimiento, al ser hembra, él se debió ir- lo comentaba de forman normal, casi anecdótica. No había rastro de tristeza o rencor en su relato, para ellos, no era extraño.
Permaneció en silencio unos segundos y le miró de nuevo, pues se había quedado distraída.
-Entonces, ¿Es un secreto tu verdadera naturaleza? ¿Quieres ser un humano más?- preguntaba algo extrañada pero respetuosa. De todos modos, aún se quedaba algo anonanada por la imponencia de Akira.
-Si, no quiero que se sepa-dije serio-. Me queda toda una vida para ser un dragón, ahora quiero probar a ser un humano. Posiblemente esta sea mi última oportunidad, así que quiero aprovecharlo. Entonces, ¿las sirenas y los tritones viven separados? Pensaba que vivirían juntos.
Bel asintió, entendiendo la postura del dragón.
Ante su pregunta, dudó visiblemente un momento.
-No es que vivan separados... a veces los tritones se van, digamos, simplemente. Pero no me entristezco, tengo a mi madre-sonrió como si fuera algo tan lógico como feliz.
Permaneció un poco en silencio. Jugó con el agua dentro de su burbuja, moviéndola y disfrutando de la sensación del agua sobre su piel. Era relajante sin duda. Tras unos momentos así, volvió a mirar al dragón.
-Akira... ¿Te cuesta mucho convertirte a dragón o volver a un aspecto humano?-preguntaba por curiosidad pura al ente mitológico que ante ella se encontraba.
-Pues la verdad es que con el anillo se me hace fácil. Pero mis padres lo hacen sin el anillo como si nada, pero a mi sin el anillo me cuesta un poco. Oye, ¿y vosotros como pasáis el tiempo bajo el agua? Nosotros jugábamos con la nieve.
-¿Un anillo mágico, eh? Espero tener algo parecido, no me gustaría tener que pasar el resto del curso en una burbuja- comentó divertida con la idea. Al reírse bajo el agua soltó por la boca unas burbujas de aire que se le elevaron hasta la cima de la burbuja de agua y desaparecieron en el aire al salir. Era extraño, burbujas dentro de una burbuja.
-¿Bajo el agua? Cazamos, perseguimos al Calamar Gigante, cuidamos de los Grindylows y jugamos con ellos, exploramos los territorios, cuevas, bosques de algas... siempre hay algo que hacer, y si no, se ayuda en la comunidad con caza, recolección o lo que sea necesario- comentaba contenta del funcionamente de su gente.
Yo ya no se que mas hablar, asi que a menos que belacqua tenga alguna idea por mi puede cerrarse.
De acuerdo, no forzaré ninguna escena.