Partida Rol por web

La iglesia un lugar que os trasmite al extraño.
Para un lugar frio y poco acojedor y no sabeis por que... Entrais por la puerta con cuidado sin dejar de apuntar en todas direcciones y una vez dentro la contemplais pacientemente meditando vuestro proximo movimiento.

El cañón de mi arma asomó por el portón de la catedral, empujándolo lentamente. Cuando la abertura fue mínimamente suficiente para permitirnos el paso, entré despacio, revisando el lugar con la mirada y comprobando que estuviera despejado.

Luego, le hice una seña con la cabeza a Trent para darle a entender que era seguro. Al menos a simple vista...

Avanzé lentamente y cuidadoso de hacer el menor ruido posible, acercándome a mi compañero.

-Veamos si hay algún sobreviviente que nos pueda decir como salir de este puto infierno- susurré junto a él.

Las pisadas de deportivos baratos, de propiedad estatal, de Trent resuenan por toda la iglesia. Los chirridos que causa al pisar las lisas baldosas recuerdan a los chillidos de una rata atrapada.

- Nunca me han gustado las iglesias. Esto está más muerto que de costumbre. Y si por costumbre una iglesia hoy en día está más muerta que los Padres Fundadores -su voz es un suspiro contenido-... Miremos la vicaría, o como demonios se llame donde el cura se masturba normalmente...

Desde la sacristía oye un sonido no muy agradable que se acerca a donde ella está por lo que decide ocultarse en algún lado para ver de que se trata para ver si está mejor escondida o por el contrario es mejor luchar con eso y salir a correr. 

Tiene su arma bien sujeta a la espera.

Yo lo veo. Estaba esperando a porchot. Daba por sentado que ibamos a donde propuso Trent, por si no quedó claro...

Mientras andais por entre los bancos en dirección a la sacristia os dais cuanto de no parece tan habitada como creiais cuando os diriguiais hacia alli.
De pronto ois ruidos provenientes de vuestro destino, la sacristia, un tipo de ruido provocado por alguien que se tropieza cunado intenta corriendo esconderse.
Mientras en el otro extremo de la iglseia veis como vuelve a oirse sonar la campana. Lo cual quiere decir que no solo no estais solos si no que al menos hay dos personas.

El estruendo provocado, aparentemente, por un tropiezo, me sobresaltó, por lo que apunté el arma hacia donde creía haber escuchado el sonido. Caminé lentamente, haciéndole una seña de silencio a Trent. A continuación, la campana sonó, tomándome por sorpresa nuevamente. Era imposible que esos muertos pudieran hacer sonarla, al menos eso creía. Debía de haber alguien más allí.

-¿Crees que esos mutilados podrían hacer soanr la campana? Parecían bastante débiles... e idiotas. Opino que hay alguien pidiendo ayuda. Además, tu oíste ese estruendo en la sacristia. Alguien cree que somos zombies- opiné. Me sorprendí a mí mismo usando la palabra con "z".

Pues para que negarlo. No importa lo que sean, es lo que parecen pensé, recordando varios largometrajes.

Desde tu escondite puede escuchar unos pasos que se acercan a ti.
De pronto vuelves a escuchar la campana y esos pasos se detienen.
No se esucha nada hasta que escuchas una voz ue crees reconocer y luego otra vez el silencio.

Intenta mirar a ver si realmente son personas o simplemente es su subconsciente el que hace que imagine que están hablando, tiene ganas de encontrarse con alguien pero no con esos zombies.

Al hacer esfuerzos por ver de quien se trataba se cae y sale de su escondite un poco torpe aunque no sin reaccionar rápido y apuntar a los presentes.

Trent sujeta la pistola con fuerza al oír los ruidos de traspiés. Y no puede evitar sobresaltarse al oír el tañido inesperado de la campana.

- ¿Que somos qué? No existen los muertos viv... -John parece serenarse, no es momento de discutir ese matiz semántico. No con la muerte acechando a cada esquina, al menos.- Cierto. Dudo que sea uno de los torpes, lentos y estúpidos colgados que infestan este agujero perdido de la mano de Dios -su voz, susurrante al principio, ha cobrado un tono fuerte y confiado, mientras ladea intencionadamente la cabeza hacia la sacristía y arquea repetidamente las cejas hacia Miller- se estén ocultando o atrayéndonos con campanadas... ¡Somos tipos normales! ¡Todo está en orden, no queremos causaros ningún mal, sólo salir pitando de esta ciudad! 

No del todo convencido, retrocede con unos pasos inseguros hacia Miller, ya que se había ido acercando al fondo de la iglesia mientras gritaba. Cuando llega a su lado, se pone a cubierto tras unos banquillos.

- Bueno, al menos, si son unos de esos pirados, aquí les podemos derribar -susurra con un guiño de complicidad-.

Escruté el lugar junto a Trent. Tal vez habíamos hecho demasiado ruido.

-Mira, iré a la sacristía y tocaré la puerta. Seguro nos responderán. Sino... pues tendremos que usar la fuerza- le susurré a mi compañero.

Dicho esto, me levanté escopeta en mano y me dirigí a la sacristía. Dudé unos segundos, pero al final le di dos suaves golpes a la puerta y susurré junto a ella.

-Somos sobrevivientes. Necesitamos ayuda. No venimos a lastimarlos, solo queremos escapar-

Ahora era cuestión de suerte.

De pronto ante vuestras narices aparece una figura femenina que os resulta familiar: SAM!
Parece haberle ido bien ropa nueva para no haber pasado hambre y esta arma.

Se os queda mirando durante un segundo sin bajar el arma.

Aun teniendola delante seguis oyendo ruido en la parte de acceso a las campanas.

Esos tipos no paran de hablar asi que al menos mostruos sin alma no crees que sean aun asi no es el momento de andar confiando en nadie asi que sales de tu escondite apuntandoles con tu arma.

¿Y con quien te encuentras? Con Trent y Miller que parecen haberse separado del grupo aunque por lo que tu sabes Trent la lo hizo en su momento antes de que tu lo hicieras.

Pero aun con ellas delante tuyo sigues oyendo ruido en los accesos a la zona de las campanas.

Sam apareció rápidamente, y al ver su arma casi disparo. Por suerte me contuve, o hubiera quedado una bonita masa de carne contra la parede de la sacristía.

-Tranquila, puedes bajar el arma- le dije en tono conciliador. -¿Quién está en el campanario?- inquirí aflojando el brazo y apuntando el arma hacia el suelo.

Ante la pregunta Sam se queda en silencio parece como si el no saber la respuesta la inquietara enormemente.

Volveis a oir unos pequeños ruidos y luego silencio.Sin saber muy bien sin bajar las armas o no os girais en dirección a la zona de donde vienen los ruidos pero no sabeis si acercaros o no.