Partida Rol por web

Empiezo a tener hambre a la par que una idea entra en mi cabeza... Voy de un lado al otro del bar deambulando mientras debato conmigo mismo en mi interior..

Chicos, creo que deberiamos alimentarnos. Ningun ser humano que yo conozca es capaz de estar dos días sin alimentarse y sinceramente, la expedición ya debería haber vuelto. No quiero ponerme en lo peor, pero la farmacia, por lo que dijo Saúl está cerca de aquí y no tenemos ninguna señal de Serpiente y los demás. Igual deberiamos alimentarnos, por si su misión no ha tenido éxito. Qué opinais?

Tras dirigirme al grupo, busco a Tomas y le tiendo la escopeta

Yo no puedo llevar dos armas, al fin y al cabo no tengo tantas manos. Creo que debería cogerla otro. Alguien más dentro del grupo tiene capacidad para utilizar armas?

- Espera un momento señor Tim -Exclamo al oír a Tim. ¡No está todo perdido, puede que no estén muertos! - Sólo ha pasado una noche desde que se fueron, tal vez... tal vez siguen en la farmacia... o han ido a la armería... Serpiente dijo que si ocurría algo, nos veríamos mañana en el Centro Comercial, ¿no? -Miro a los presentes, buscando un apoyo. No quiero darles por muertos ya... no pueden estarlo. - ¿Y si están vivos, vienen aquí esta noche y se encuentran con que no hay nadie? O... en el caso de que estén... bueno... ¿nos vamos a quedar siempre aquí?

- Esto... yo sé disparar... -Murmuro, levantando el dedo como si estuviese en clase. - Mi papá me enseñó a usar una pistola.

Respondiendo a Tim, le digo:

- Pues claramente, o han muerto o se han largado a otro lugar con lo que hayan encontrado. Lo avisé y nadie me hizo caso... al menos no se llevaron raciones de alimentos. - Digo con la autoridad que la razón de mis anteriores argumentos me otorgan, además de con cierto enojo que el hambre me produce.

Con respecto a la proposición de Tim de comer, con alivio al ver que la gente parece a recuperar algo de sentido común, le respondo:

- Y decididamente sí, creo que deberíamos comer ya todos. En caso de que los que salieron ayer noche vuelvan más tarde, deberían entender nuestra situación y comprender que, al no volver a primera hora de la mañana, era comprensible que creyésemos que no iban a volver.

Al escuchar la inmediata intervención del chico Carlos, me giro a él y con voz calmada y lo más suave que pueda (dentro de lo que la situación me permite) le digo:

- Carlos... ¿verdad? Tu amigo Serpiente probablemente está vivo, pero seguro que no quiere que pases hambre. Es una persona capaz y seguro que ya ha encontrado comida allí a donde haya ido, así que no te preocupes, ¿vale? No podemos esperar más tiempo a que vuelvan para comer, seguro que ellos lo entenderán.

Exacto Carlos, nadie dice que estén muertos, pero por el momento deberíamos alimentarnos. Está bien querer pensar en lo mejor sobre ellos, pero eso no quiere decir que debamos morir nosotros de hambre. Por otro lado, creo que es mejor que el arma lo tenga un hombre adulto

Tras meditar detenidamente si puede confiar en sus compañeros, finalmente decide que si, asi que no ve mejor oportunidad de confiar que contarles lo que hacía en el pasado.

Pues bien, decís que vuestras profesiones no son muy útiles hoy en día...Ya me contareís la mia: Soy profesor...Bueno, era profesor de química en un instituto. Por si os interesa saberlo, la capacidad de manejar armas la adquirí de mi padre. Desde pequeño se empeñó en enseñarme a manejar armas de fuego, ya que él era un apasionado de la caza

- Vale, tenéis razón.

Abro la mochila y saco las cuatro raciones (tres encontradas ahora y una de ayer), dejándolas sobre la barra. Hago recuento de personas: Eduardo, Esteban, Tim, Tomas, John y yo. Seis. Saco también las 4 botellas de alcohol y las dejo junto a la botella que no se ha bebido Tomas. Cinco en total.

- Sigue sin haber comida para todos.

Tenemos que alimentarnos, eso está claro. Propongo que hagamos un sorteo para ver quien toma una ración de comida y quien toma alcohol. Qué os parece muchachos? Eso sí, en mi opinión, el chico tiene que tomar una ración de comida, así que nos repartimos tres raciones y el alcohol para los otros cinco? 

- Como sea, pero comamos ya de una vez. - Digo impacientemente.

Tras unos segundos me retracto de lo dicho, y hago una aclaración:

- Aunque de todas formas, quien vaya a usar armas para proteger al grupo no debería beber alcohol. No quiero que me proteja un borracho con pistola, o ver doble mientras se le intenta golpear a un zombie con el palo, ¿no crees Tomas? - Hago esta última pregunta mirando fijamente a Tomas, al ver que se está pimplando una botella de whisky mientras sujeta el palo que hemos encontrado hoy.

Tomas ya se está tomando una botella de alcohol, así que eso no tiene solución. Si seguimos lo que dice Eduardo, cojo una ración de comida para mi.

Escucháis un atronador estruendo fuera, que parece resonar en todo Umbria City. Se ha producido una fuerte explosión.

Dejo la botella y atiendo a las razones, que me parecen, suficientemente buenas para no beber, por lo que cojo una de las raciones y comienzo a comerlas si nadie tiene oposición.

A media comida, me incorporo rápidamente y empuño la escopeta mirando por la ventana - ¡ME CAGUEN LA PUTA!¿QUE COJONES HA PASADO AHORA? Estad muy atentos ahora, la explosión habrá llamado la atención de los podridos asi que puede ser una buena opción para movernos o muy buena para ellos porque estarán en movimiento, todos juntos y nos podemos ver desbordados

Tras el estruendoso sonido de la explosión, casi que ipso facto, siento como si mis pies y manos se enfriasen en segundos mientras que estas últimas comienzan a sudar de una forma casi exagerada. Me da la sensación de que cientos de agujas se me están clavando en el estómago y los ojos se me ponen realmente abiertos, más todavía cuando veo a Tomas gritar.

- Q... Quieres dejar de gritar, ¿joder? Vas a atraer tú a los jodidos zombies si no bajas la voz. - Digo al ex-cámara con una expresión de acojone.

Me pongo el dedo índice delante de mi boca (como dando a entender "silencio") para acabar moviendo las manos expresando al grupo que se reúnan todos en un círculo, lo más juntos posibles los unos de los otros, y sigo diciendo en voz muy baja para estar atento de cualquier otro sonido:

- Ahora más que nunca tenemos que estar lo más callados posible. Los podridos van a ir a la zona de la explosión, la cual tiene pinta de no haber sido muy lejos de aquí... De forma que van a pasar muchos de ellos por al lado de este bar... no creo que quieran atravesar puertas cerradas y paredes teniendo calles abiertas para llegar al origen de la explosión, pero si escuchan algún ruido fuera de lo común no dudéis en que se olvidarán de la explosión y se centrarán en el nuevo "sonido". Propongo aguantar aquí un día más, si tenemos suerte y los podridos ignoran este bar, deberíamos seguir aquí, si vemos que hay demasiado ajetreo de zombies propongo largarnos mañana al amanecer al primer lugar seguro que encontremos lejos de aquí en dirección opuesta a la explosión, ¿os parece?

U... u... una explosión... enorme... sacude toda la ciudad. Se oye el tintineo de los cristales, el enorme BOOM y hasta creo ver por la ventana como una llamarada. ¡¡QUÉ GUAY!! Junto a Tomas, me asomo a la ventana para poder verlo con mejor perspectiva. 

¡Cómo mola!

Ay... bueno... cierto, no pensaba en los zombis. Me alejo de la ventana, no vaya a ser que alguno me vea. También hay que pensar que igual ha muerto alguien. Oh, dios, espero que no fuese Serpiente quien estuviese en la Armería. Miro a Eduardo, escuchando lo que dice y asiento con la cabeza. Me llevo las manos a la boca.

Reparto de objetos

-Comida x3 +1 del día anterior

-Palo resistente (+1 a las tiradas de combate. Podría romperse).

-Alcohol x2 (Puede usarse como sustituto a la comida, pero el siguiente turno tendrás un -1 a todas tus tiradas. Al menos es mejor que morir).

-Escopeta (+2 a las tiradas de combate. Cada vez que lo uses gastas un cartucho. Tienes que decidir si lo usas o no antes de hacer las tiradas. Puedes atacar a dos enemigos con el mismo cartucho).

Día 2 - Turno de noche

Llega la noche y os encontráis bastante cansados. Si esto fuera un día normal, ahora sería el momento de irse a dormir, algo relajante y tranquilo, pero actualmente, dormirse no es algo demasiado tentador porque nadie sabe lo que puede pasar...

Los zombies merodean cerca de el bar, algunos intentan entrar pero son demasiado pocos, debido a los que se han movido a causa del estruendo, por lo que no lo consiguen.

Esta noche, parece que habéis tenido suerte, una vez mas...

Tras un nuevo rugir de mis tripas, me impaciento y digo lo siguiente en voz baja:

- Bueno, entonces a ver, si Tim ya tiene la pistola y Tomas la escopeta, si no os importa yo me quedo con el palo, ¿os hace? De esta manera el reparto de comida sería así: Una ración para Tim, otra para Tomas, otra para Carlos y la última para mí. ¿Alguna objeción al respecto? A las malas podemos ir rotando cada día las guardias, de manera que no sean siempre los mismos los que protejan y se queden la ración de comida.

Si nadie se queja, cojo el palo y comienzo a comer una ración de comida.

Mientras los demás hablan oigo un ruido extraño en la entrada del bar. Mando callar a los demás con un gesto y me acerco a una de las ventanas, sorprendiéndome de lo que veo.

Coged las armas chicos, unos podridos tratan de entrar. Carlos escóndete donde puedas. Los demás, proteged los accesos.

Sin duda, ahora que esas cosas rondan por el bar, preferiría haber aceptado el palo. No me sentiría más seguro, pero tampoco estaría tan acojonado. Por suerte parece que son pocos, pero... ay mamá, ¿por qué coño quieren entrar? ¡Que se vayan!

- Hmm... vale... -Susurro, cogiendo mi ración de comida de ayer y guardándola en la mochila. Lo demás todo sigue en la barra, todo para ellos. ¡A esconderme!

¿Lavabo o almacén? ¿Debajo de la barra? O el frigorífico desenchufado. Dejad paso al campeón del escondite del Colegio Primario de Umbría City.