Partida Rol por web

-Eh, un momento Eduardo!!. No creo que seas el más adecuado para quedarte con la ración de comida. Ya que eres un gordinflón debes necesitar más que los demás, pero yo propongo que se la quede Tim, ya que es el que se va a quedar aquí cuidando de vosotros, tu tienes reservas de sobra. Le respondo rápidamente y en un tono nada amigable. Este tío consigue ponerme de muy mal humor con que sólo abra la boca.

Ante la situación actual de no saber qué hacer con la comida y la bebida, una idea se me ocurre de repente.

Y si de momento alguien guarda la comida y la bebida y se reparte a quien sea necesario cuando sea necesario? No estaría mal elegir una especie de tesorero de la comida, por así decirlo. Qué os parece?

-Kimball, no veo nada claro eso de que quieras irte tu sólo por la noche a un lugar con poca seguridad... pero el caso es que necesitamos comida y parece la menos mala de las opciones.

-¿Tú que dices Saúl? Si esperamos puede que sea tarde para encontrar algo útil.

- Pffff... vaaale...

Suspiro. Reconozco que me da miedo ir fuera de noche, pero me gusta muchísimo menos la idea de quedarme sin hacer nada y con gente que... bueno, no es que me caigan mal, es que no me caen bien. ¿Por qué tiene que ir el único que me cae bien? ¿Y si no vuelve? Además, salvo por el parche y porque dice que los negros son personas, Serpiente se parece bastante a mi papá.

- Esto... yo puedo guardar las cosas que aún no se haya decidido qué hacer con ellas... si queréis.

Así, al menos haré algo de provecho.

Nunca dejaras de ser un maldito boy scout, Saúl…

- No te pongas melodramático Kimball – empiezo a decir – Pues, que voy a decir Serpiente, que voy con vosotros, necesitáis la voz de la experiencia para llegar vivos a la farmacia y con un poco de suerte igual hasta nos encontramos con el zombie. Cuando quieran, caballeros – termino diciendo para coger el fusil de caza.
 

-Pues está claro, Kimball, no te librarás tan fácilmente de nosotros, saldremos esta noche hacia la farmacia.

Me vuelvo para hablar con Carlos que parece que se ha quedado un poco triste al saber que no nos va a poder acompañar esta vez. Por un lado entiendo que no le apetezca mucho quedarse sólo con un grupo de desconocidos, ¡qué diablos! tampoco a mí me hace mucha gracia que se quede aquí sólo con parte de esta gente. Espero que Tim haga bien su labor de mantenerlos a salvo. Le despeino el pelo cariñosamente mientras le suelto -No te preocupes, volveremos lo antes posible, ni te enterarás de que nos hemos ido y si te portas bien puede que te enseñe a usar un arma y así poder defenderte, si es que no sabes ya...

Ahora toca el turno de hablar con Tim -Espero que seas capaz de apañartelas sólo con este grupo. ¿Tienes algún arma con el que poder defenderte en caso de que lo necesiteis?

Finalmente y con bastante apatía me dirijo a Eduardo -Espero que no hagas ninguna tontería mientras estamos fuera, te estaré vigilando

-Si no hay ningún inconveniente podemos dejar de encargado de cuidar la comida a Carlos, creo que lo hará bien y le mantendremos entretenido - comento con todos.

Me pongo de pie y miro directamente a Plissken desde escasos metros, con el pecho firme y con un tono de voz del que se denota un claro cabreo.

- Tim tiene la pistola y las 2 balas, si no me equivoco, así que ya que aquí no va nada por votación y cada uno se adjudica lo que le viene en gana y tú no eres ninguna clase de líder de este grupo, yo me quedo con la comida, ¿vale? Y si no vale, también, tío del parche; estoy empezando a sentir verdadera curiosidad por tus antecedentes penales, con esos aires de sobrado y matón que me llevas.

Me dirijo al grupo de gente que se queda en el bar, con un tono de voz menos agrio:

- Yo me quedaré la ración de comida, pero eso no quiere decir que la vaya a utilizar de inmediato. Si llegamos a algún tipo de acuerdo mediante el cual sea mejor que se la quede otra persona de los aquí presentes, naturalmente la cederé, pero hasta entonces seré yo quien la tenga, ¿vale?

Tras la experiencia y "deber" de tener que mantener la calma en juicios que he llevado y llevo a mis espaldas, hacía tiempo que nadie me sacaba de mis casillas, pero algunos tipos aquí presentes lo están consiguiendo.

Calma... estamos todos alterados debido a la situación en la que nos encontramos... calma Eduardo...

Asiento con la cabeza y le sonrío a Serpiente.

- ¡Trato hecho!

Al ver que Eduardo se pone echo una fiera con el tema de la comida, me adelanto a él y cojo la segunda ración de comida.

- En ese caso, señor Eduardo, yo la guardaré. Yo ya tengo mi comida y no hay peligro de que me vaya a comer también la otra.

Cojo con firmeza las raciones y, de reojo, miro la puerta de emergencia por la cual salir corriendo en caso de que Eduardo vuelva a ponerse de malas por la comida.

- Si más adelante nadie la necesita con urgencia, se la daré. Lo juro. Pero basta ya de peleas: atraeréis a los monstruos.

Creo que los objetos se han dado a gente sin que nadie ponga mayores pegas. Por otro lado, no se cual es la ventaja de que tengas tu la comida o que la tenga otro, pero de momento hay dos votos a favor, tres si contamos a Carlos también, de que él sea el encargado de custodiar las provisiones, hasta que alguien las necesite, sea comida o alcohol. Eso en mi ciudad natal es una votación, así que te importaria que Carlos guardase la comida? Creo que es una medida justa, pero vamos, es mi opinión.

Me callo durante unos segundos dudando si seguir hablando o no. Finalmente, tras mirar fijamente a Eduardo me decido a hablar 

De todas maneras, se sugirió que yo tuviese la pistola y no te escuche quejarte en ningún momento. Se manejar un arma, pero si esto supone un problema para alguien que sepa manejarla, no tendré problema en cedersela. En cualquier caso, estoy cansado de la situación. Soy el tipo más pacífico de este bar, odio las discusiones, pero tío, deja de dar por saco no? Tienes cuantos? 50 años? Parece que tienes dos. Si aportas una idea y esta no sale adelante, mala suerte, no tiene mayor importancia. Si no estas a gusto dentro del grupo te puedes marchar cuando quieras.

Tras esto, como siempre que tiene lugar una discusión, me marcho a meditar y a relajarme.

Me doy media vuelta y me dirijo a Tim para contestarle.

- Ah, vale, ¿que ahora resulta que os acordáis de lo que es una votación? Y no, no me voy a largar de aquí os guste o no. Y si quiero la comida es porque no quiero que nadie acapare más de un objeto y evitarle la tentación de irse dejándonos a los demás tirados. No acabo de creer que hiciese falta que tuviese que explicar esto. ¿Sois conscientes de la situación en la que nos encontramos? 

Dejo pasar un momento.

- Y sí, no puse ninguna objeción a que tuvieses la pistola con las balas, ¿acaso lo he hecho ahora? Es tu responsabilidad aceptar tener el único arma que nos quedamos en el bar, y si dices que sabes manejarla confío en tu palabra, por eso no puse ninguna objeción. Y repito que lo que no quiero es que nadie acapare demasiados objetos, sea un chiquillo o un anciano o quien sea.

Dejo pasar la última provocación de Tim como si no la hubiese escuchado. Calma Eduardo...

¿Que si nos acordamos de lo que es una votación? Hagamos algo, votemos. Que la gente diga su opinión y haremos lo que la gente diga. Venga compañeros, solo hay dos opciones, qué decís

- Se queda todos los víveres Carlos para custodiarlo

-Se queda un paquete de comida Eduardo y el resto ya se verá que se hace con el.

Solo espero una cosa, por tu parte, colaboración. Que la gente de su opinion y acepta el resultado sea cual sea. 

Me acerco como una exhalación a Eduardo -Tío has tenido suerte de que Carlos esté en medio y haya intervenido. Él se quedará la comida y punto! No me hagas tener que partirte la cara antes de tiempo, no haces más que dar por el saco. No hay comida para todos y vamos a salir a buscarla ahí fuera, maldito cabrón, así que las cosas las vamos a hacer así, te guste o no.

Y por cierto, yo no me he erigido como líder de nadie, estamos decidiéndolo entre todos. Y parece que hace unas horas no tenías ningún problema en que fuésemos nosotros los que arriesgásemos nuestros culos para conseguirte comida y armas para ayudarte. Si vamos a arriesgar nuestros culos por ti, al menos podrías mostrar un poco de consideración hacia los demás.

En tono algo más calmado me dirijo a Tim -Espero que puedas manejar a este idiota, empieza a parecerme un peligro en potencia.

Lanzo una pregunta al aire al resto de compañeros en el bar -¿alguno más de los presentes tiene algún problema con el reparto?

- Carlos parece estar capacitado para cumplir con la misión de cuidar la comida hasta que regresemos. ¿Verdad, muchacho? – pregunto al niño que ya tiene en sus manos la reserva de provisiones.

- Seria prudente que nos calmásemos todos un poco, si estamos así en el primer día, puede que no lleguemos vivos ninguno al octavo. Así que tocar arrimar el hombro y colaborar – digo sentado en una silla si mirar a nadie en concreto.

Acabé de montar el arma mientras discutían, con calma me la colgué de nuevo a la espalda y me coloqué justo delante de Eduardo. En una actitud relajada, pero listo para actuar si llegaba el momento.

Escúchame bien picapleitos de los cojones. Esto no es una competición por ver quien se queda mas cosas para el. Si tienes el síndrome de Diogenes hay bastante mierda en los lavabos, es toda tuya.

Hasta ahora no has hecho mas que dar por el culo con lo de que eras abogado. ¿Sabes de que sirve eso ahora? de nada. No vale una puta mierda. No sabes empuñar un arma, te pesa demasiado el culo y te encanta ser el puto centro de atención.

Conozco a los de tu clase, haréis lo que sea por saliros con la vuestra. Recurriréis a las trampas legales mas marrulleras para poner a la escoria de nuevo en las calles, siempre y cuando paguen lo adecuado. Pues tengo noticias para ti, amigo, ese tiempo pasó. Eres un puto dinosaurio, un recuerdo, un jodido chiste pesado.

Esta noche, Serpiente, al que increpas con supuestos delitos penales va a jugarse su culo para que puedas comer. Saúl, que apenas te conoce va a hacer lo mismo. Y yo desde luego que lo haré.

Pero no te creas que es porque me caigas bien. Lo hago porque es lo que debe hacerse. Voy a intentar sacaros de aquí con vida a todos, aunque me cueste la mía. Y ¿Sabes porque? porque soy un puto madero y eso es lo que hago, es mi jodido propósito en la vida. Así que lo siento si a su señoría le desagradan las decisiones que hay que tomar. Ya tendrás tu momento de gloria dentro de 7 días cuando te larges en el puto convoy militar.

Ahh, y una cosa mas. Si cuando vuelva, le ha sucedido algo al crío, tu y yo vamos a tener una charla. Una charla que consistirá en meterte la escopeta por el culo y aplicarte un supositorio de plomo.

Y ahora deja esa comida en la barra, sientate en la puta silla y cierra la puta boca. Si no tienes nada inteligente que decir, no lo digas, pero deja de dar por el culo de una vez. Joder. 

Empiezo contestando a Serpiente con el mismo tono agresivo con el que él se ha dirigido a mí:

- ¿Te crees que me das miedo, matón de carretera? He tenido que lidiar con gentuza como tú casi cada día y siempre actuáis de la misma manera rastrera, siempre valentonándoos cuando la ventaja está de vuestra parte. Si os da la gana de iros ahora que anochece en vez de iros al amanecer cuando lo propuse, es vuestro problema. ¿Y qué dices que me estás ayudando? ¿En qué mierda me estás ayudando si no me dejas tener una jodida ración de comida de todo lo que hemos encontrado aquí? Si eso crees que es ayudar deberías arrepentirte de haberte pasado la adolescencia fumando canutos en vez de ir a clase, porque tienes un grave problema con el vocabulario, matón barato. Que tú no arriesgas por mí una mierda, que si tanto me repudiáis me dais la pistola con las balas y me largo, que armado yo también me sé buscar la vida, y con tu evidente falta de sentido común seguro que lo hago mejor que tú.

Oigo a Saul antes que a Kimball, pero aprovechando mi estado de enfado sigo respondiendo al policía para dejar la respuesta al anciano para cuando me relaje algo más:

- Ja... ¿Seguro que tú eras policía? A ver si va a ser verdad lo que decía el crío y ese uniforme lo has robado de un policía de verdad. -Suelto un lapo hacia el suelo- Escupo sobre tu supuesta placa de policía, que tú eres un jodido suicida, ¿Y tienes la cara de decirnos que quieres protegernos? ¿A quién mierda se le ocurre salir de noche con eso plagado de podridos? Pero claro, era demasiado fácil si hacíamos caso al sentido común y se iba por la mañana, ¿verdad? Además, ¿te crees que tu oficio ahora nos vale de mucho, matón barato nº 2? Qué vas a hacer, ¿multar a los zombies por ensuciar de mierda la calzada? ¿O llevarlos a la cárcel por intento de asesinato? Menudo payaso; y no me vengas con numeritos de madero sacrificado, que a ti se te ha ido la olla y nos quieres arrastrar a la mierda sacando a gente ahí fuera de noche, y lo peor es que te siguen, será cosa del darwinismo.

Viendo que nadie se pone de mi parte, me doy por vencido y arrojo con desprecio la ración de comida al suelo.

- ¿Queréis la puta ración de comida? Ahí la tenéis, que no se os atragante.

Recojo la ración del suelo y la guardo en la mochila junto a la mía. Miro a Serpiente y al policía, parecen bastante exaltados por culpa de Eduardo. Suspiro.

- Nadie me ha escuchado cuando he dicho que si seguís gritando vendrán los monstruos, ¿verdad?

Parece mentira que sean adultos, en especial Eduardo que va de abogado y no hace más que meterse en rencillas y llamar matones a los demás.

...jo, echo de menos mi play3.

Tras despertarme de una pequeña siesta (me debí quedar dormido mientras reflexionaba), veo que la situación parece que vuelve a la normalidad, así que me acerco a Eduardo para hablar con él

Me alegro de que se haya solucionado el problema, aunque haya tenido que ser por las malas. No me gusta discutir, así que por qué no tratamos de colaborar todos la próxima vez que haya una decisión que tomar? Qué dices, Eduardo, empezamos de nuevo?

Tras esto, le tiendo la mano esperando una respuesta por su parte  

Cuanto hasta 3 antes de contestarle con calma a Eduardo y acto seguido se me escapa una gran carcajada -No sé por quién me has tomado picapleitos, veo que los estereotipos son lo tuyo, debe deberse a tu gran trabajo como abogado defendiendo a la peor calaña posible... bueno, si es que eras abogado antes, porque empiezo a dudarlo...

Para que te quede claro y sin que sirva de precedente, ya que no tengo por qué dar explicaciones a nadie, tienes delante a S.D. Plissken, ex Teniente del ejercito estadounidense en las fuerzas especiales, con dos corazones púrpura a mis espaldas y el soldado más joven en ser condecorado por el Presidente. Así que mide tus palabras antes de llamarme delincuente. Y a partir de ahora llámame Sr. Plissken.

Como podrás comprobar no he recurrido a ninguna de mis armas para amenazarte ni usar mi ventaja contra ti, con los puños me basto y me sobro, así que no me tientes, que ya estás tentando de sobra tu suerte.

En cuanto a que no te ayudo en nada, ya que ni una ración de comida te dejo, ¿de qué vas tío? ¿has visto cuántos somos aquí y cuántas raciones hay? te lo voy a explicar porque puede que no sepas contar. Somos 9 personas y sólo hay 2 raciones de comida, ¿por qué una iba a ser para ti? ¿acaso eres más especial que el resto?

Y olvídate de que te demos un arma, si quieres salir ahí fuera, hazlo con tus cojones que parece que han aparecido de repente. ¿alguna valentonada más o ya te has quedado tranquilito?