Partida Rol por web

Es temprano. Estás en el bosque, lejos del refugio, sola. Te mueves en silencio y rastreas a una presa: un jabalí.

Esta mañana sali temprano, tras comer algo rápidamente. Las presas escaseaban últimamente por la llegada del invierno, y estoy preocupada... Morir de hambre, tras haber sobrevivido a otras situaciones horribles, me parecía una perspectiva dantesca.

Tuve suerte, di pronto con unas huellas que parecían de jabalí de buen tamaño. Como una sombra, me movía buscándolo.

Pacientemente, conseguí acercarme lo suficiente como para apuntarle sin ser detectada. Con extrema precaución cargué mi arco para que no hiciera ningún ruido. Solté y los dedos y mi flecha le atravesó el lomo. 

Me quedé expectante sin mover un músculo, con el corazón galopando y el sudor perlàndome la frente.

El jabalí corre un poco, y lo persigues. Va perdiendo sangre y finalmente cae al suelo, desplomado, con la flecha aún clavada en el lomo. En ese momento unos pájaros abandonan las ramas en las que descansaban y luego el silencio termina por reinar en el lugar. El jabalí aún no ha muerto. Agoniza, respirando con dificultad, con los ojos abiertos, y cubriendo las hojas secas con su sangre.

Lo veo desplomarse, y evitando el contacto visual - no quiero ver su mirada - saco mi machete y le doy un tajo en la garganta. 

Hoy cenamos de lujo.

Lo cojo de un pata trasera y me lo cargo a los hombros como puedo. Saldré pitando de aquí, la sangre podría atraer a invitados indeseables.

El animal entero es demasiado pesado. Puedes cortar y cargar una parte de él.

Cuando intento cargarlo a mis hombros, no puedo apenas levantarlo a la altura de mi cintura. Tengo que llevarme al menos una parte, y rápido. Lo empujó para que descanse sobre su espalda, agarro una de sus pezuñas traseras y con el machete doy un enérgico tajo en la ingle para separar su pierna de la cadera. Al menos quizás podamos cenar el gran muslo fibroso. Apuntando bien y descargando mi fuerza en el tajo, casi se desprende entera .

Me la cargo a los hombros y aunque pesa es mucho más manejable. Recojo mi flecha de su cuerpo muerto, y me dispongo a volver con Sunhee y Gaspar a paso ligero mientras intento no pensar en su mirada.

Intento recordar el lugar para volver luego con Gaspar, él podrá cargar el cuerpo entero mientras yo vigilo.

Cargas con la pierna hasta el refugio, abandonando el resto del cuerpo en el bosque. Sabes que si quieres recuperarlo debes darte prisa. El fuerte olor a sangre atraerá a infectados y a otros animales. Estás algo lejos, pero puedes hacerlo.

Intento darme mucha prisa, pero la maldita pierna pesa muchísimo y está dura, me hace daño en el hombro. Ya que estoy impregnando mi rastro de olor a sangre, decido aminorar el paso para estar más alerta y menos cansada. Si me encontrase con zombis, necesitaré tener reservas para correr o defenderme. 

Tardo bastante, pero consigo llegar al refugio caminando rápido. Al acercarme, grito llamando a Gaspar para que volvamos rápido a por el resto del cuerpo.

¡¡GASPAAARRR!!!

Vienes de la montaña, y cuando estás cerca de la fuente ves el refugio allá abajo. Gaspar sale hacia el garaje, seguido de Sunhee, entran. Cuando estás algo más cerca gritas el nombre del mecánico.