Quint, tras esquivar a su compañero de vuelo, se gira furioso hacia Raptor. Ese hombre, despedazando a inocentes, hablando de la oscuridad, riéndose del sufrimiento ajeno... Es igual que ese asqueroso bastardo. Es hora de que le acompañe al maldito infierno con el que tanto parecen disfrutar.
Quint carga contra el hombre, pero aprovechando la situación lo rodea para no lanzarse por el frente.
Si se le puede dañar con una ballesta, sele puede cortar la cabeza. Que sea todo lo inmortal que quiera después de que le ponga las manos encima...
Recuerdo que veo en la oscuridad a la hora de tener en cuenta los bonos de ceguera dentro de la esfera (por si las moscas).
2 puñaladas a la cabeza.
Quint se levanta del suelo, tras esquivar a Faliar y al brazo derecho de D. Lleno de ira carga sobre la oscuridad aparecida, convencido que tras entrar podrá contemplar claramente a Raptor, y regalarle dos bonitos cuchillazos en la cabeza.
La confianza llena de seguridad a Quint, pero, al entrar en la esfera de oscuridad, todo se trasforma. La carencia de luz es totalmente abrumadora, y no hay manera de distinguir amigos de enemigos. Tras unos instantes, ve una silueta y, confiado, se lanza contra ella. No deja de pensar que es su enemigo hasta que esa silueta lanza un chillido. Una voz femenina penetra en los oídos de Quint, que totalmente confuso pierde el arma, cayendo por el suelo. El sonido de rebotes metálicos no cesa cuando cae a la madera, y empieza a sonar mucho más abajo. Según parece, la daga ha entrado por una de las rendijas con engranajes y mecanismos y ahora está en el piso inferior de la estancia.
Tirada oculta
Tirada: 1d100(+30)
Motivo: 1º Ataque Quint (cabeza)
Resultado: 3(+30)=33
Tirada oculta
Tirada: 1d100(-15)
Motivo: 1º Ataque Quint (cabeza) pifia
Resultado: 99(-15)=84
Tirada oculta
Tirada: 1d100(-30)
Motivo: defensa Xerine
Resultado: 48(-30)=18
y yo te recuerdo que no ves en la oscudiridad sino que "ves en la oscuridad", espero que me hayas entendido y que no es totalmente lo mismo. Ahí, la oscuridad es plena y absoluta, y no es tán facil discernir blancos... una tirada lo suficientemente baja podría hacer que golpearas a otra persona., que en este momento hay 3 en la esfera y una de ellas está demasiado mal.
Una vez dicho esto, tiradas:
a lo que tenemos que añadir una pifia en la primera tirada de ataque -.-U Una pifia de nivel 84, porque era de 3. Has sacado un bonito 99 en el nivel de la pifia.
Vas a realizar un ataque con tu nivel de pifia más tu ataque base a Xerine, que se tendrá que defender con su malus de ceguera. Además pierdes tu arma.
40 PV a Xerine.
Y como todo el mundo detrás de él está a la defensiva, tiro turnos de nuevo.
Tirada: 1d100(+85)
Motivo: Turno Quint
Resultado: 92(+85)=177
Tirada: 1d100(+177)
Motivo: Turno quint abierta
Resultado: 49(+177)=226
Tirada: 1d100(-45)
Motivo: Turno D
Resultado: 14(-45)=-31
Tirada: 1d100(-10)
Motivo: Turno Faliar
Resultado: 76(-10)=66
Tirada: 1d100(+60)
Motivo: Turno Xerine
Resultado: 69(+60)=129
Tirada oculta
Tirada: 1d100(+135)
Motivo: Turno Raptor
Resultado: 53(+135)=188
tuuurnos ^^
Quint > Raptor > Xerine > Faliar > D
Raptor, e incluso Quint, tiene sorpresa sobre D, de hecho, Xerine también.
Oh, perdon, lo siento -.-U
Fallo mío, hay que sumar 30 al turno de D, pues no está usando su bastarda sino una ballesta. Lo siento. De todas manera no cambia nada...
Raptor y Quint tienen sorpresa sobre él, pero Xerine no XD
El agudo grito de Xerine informa a Quint de que ha intentado destripar a la persona equivocada, y para colmo con la confusión ha perdido su daga.
¡Maldita sea! Es oscuridad mágica... ¡No veo nada! Cambio de planes.
Dado que Raptor parece pasárselo bien en las sombras mutilando gente, Quin intenta salir corriendo hacia el círculo mágico y estropear el ritual.
Espero que la chica no haya muerto... ¡Vaya día llevo!
Raptor, sale de la oscuridad andando como si no pasara nada. Su cara, mezcla el entretenimiento con el desprecio por tener que enfrentarse a esas pulgas.
-¿Te crees que has hecho algo? El ritual ya estaba terminado.
Y con estas palabras suelta un puñetazo a Quint. Un puñetazo que le manda, varios metros volando de nuevo. Las garras del ser, se han clavado en su pecho, y muentras vuela, deja un rastro de sangre por donde pasa, rompiendo más, si cabe, la perfección del círculo.
-Ya estoy cansado, esto va a acab...
¡NO!¡NO ES POSIBLE!
En ese momento, La Dama da un vaivén increíble, lanzando a todos al suelo sin remedio. Al suelo, por decir algo, porque todo se mueve demasiado rápido y algunos acabais con vuestros huesos en el techo, otros en la pared más cercana, y otros en la más lejana. Para Faliar y sobre todo para Quint no es algo raro. Sentís como vuestro cuerpo impacta contra todo lo que hay en la habitación. Mientras, Raptor parece ajeno a la gravedad y se lamenta de su suerte en el centro del recientemente mancillado círculo.
A todas luces La Dama se ha estrellado, y no habeis podido salvarla a tiempo. Los golpes empiezan a ser excesivos y, poco a poco vais perdiendo el conocimiento. La visión de la sala, los chillidos de los demás, las maldiciones de Raptor, es lo único que escucháis hasta que vuestros ojos se cierran.
¿Para siempre?
Tirada: 1d100(+180)
Motivo: Ataque Raptor
Resultado: 44(+180)=224
Tirada: 1d100(+90)
Motivo: Defensa Quint
Dificultad: 224+
Resultado: 44(+90)=134 (Fracaso)
Tirada: 1d10(+12)
Motivo: fuerza Raptor
Resultado: 4(+12)=16
Tirada: 1d10(+8)
Motivo: fuerza quint
Resultado: 6(+8)=14
Tirada: 1d100(+54)
Motivo: Crítico
Resultado: 34(+54)=88
Tirada: 1d100(+60)
Motivo: RF quint
Dificultad: 88+
Resultado: 8(+60)=68 (Fracaso)
Ataque... 54 PV Crítico, -20 a toda acción, y te estás desangrando.
MIERDA!!! SE ME OLVIDÓ OCULTAR LA TIRADA!!!! -.-U
Vaya hombre, vuelvo de vacaciones y me encuentro esto xD
Estoy muerto? xD
haz un post interpretativo relatando tus últimos segundos de consciencia, los miedos penas alegrías que pasan por tu mente. Lee primero lo demás, que tu actuación ha sido bastante soberbia XD XD
Muerto?? no lo sé :P
La rabia de Faliar no se consumió cuando el zepelín empezó a dar tumbos.
- Maldito...bastardo...
Haciendo acopio de sus últimas fuerzas y de todo el equilibrio del que pueda echar mano, intenta avanzar hacia Raptor para propinarle un último golpe, pero las sacudidas son demasiado violentas y cae al suelo una y otra vez. Demasiados golpes contra las paredes y el suelo, va perdiendo poco a poco la consciencia. Antes de caer inconsciente, solo siente una tremenda sensación de furia, seguida de frustración por no poder abatir a esa criatura. Al menos parece que no se ha salido con la suya, lo que lo tranquiliza... solo un poco. Cierra los ojos, y lo último que pasa por su mente es una serie de imágenes borrosas de sangre y fuego.
Unos pasos más y ya...
Con un gran esfuerzo, Quint consigue llegar al círculo místico. Parece que iba demasiado rápido y en lugar de detenerse en seco sus botas resvalan y cae de costado en el suelo. Levanta la cabeza y ve a Raptor salir de la oscuridad como un monstruo imparable.
¡¿Cómo me ha visto?! Maldición, tengo que darme prisa...
Quint se incorpora parcialmente, y comienza a dar golpes y puñaladas a los dibujos bajo su cuerpo como si su vida dependiera de ello. Apenas a desfigurado un poco el círculo cuando el brujo aparece ante él.
¡No puede ser tan rápido! Espero que sirva. Dios todopoderoso, se que no suelo hablarte más que para maldecirte y acordarme de tu hijo, pero si estás ahí... ¡Dame un puto segundo más!
Raptor le dice algo, pero el chico está demasiado concentrado en su tarea como para escuchar a un maldito hechicero loco. Instantes después, siente un desgarrador dolor en el pecho, como si un oso le hubiera dado un zarpazo, y vuelve a salir volando.
-¡Uhm....
Ni siquiera tiene tiempo para relajar su cuerpo cunado siente que su puerpo vuelve a golpearse contra la pared, y cae al suelo de bruces. Ignorando en la medida de lo posible el dolor, levanta la cabeza y mira entre sus brazos. Aún conserva la daga de su mano izquierda, pero todas las esperanzas se desvanecen cuando ve el reguero de sangre que marca el recorrido de su vuelo. Parece que la herida es mucho más profunda de lo que en un principio parecía. Y para colmo su visión comienza a ponerse un poco borrosa.
¡Vamos! ¡No puedo dormirme ahora! Tengo que levantarme y acabar con esa cosa, y luego sobrevivir. Da igual cuanta sangre pierda. Si le mato, el médico que dejamos en el pasillo podrá curarme. Y toda esa gente se habrá salvado...
Mientras Quint intenta levantarse ayudándose de la pared, ve como Raptor sigue avanzando hacia él.
-Ven... cabronazo... ¡voy a mandarte a tu estúpido... infierno!... Pero antes... te daré... una buena paliza.
El ente parece decir algo, pero los oídos le pitan a Quint por el impacto contra la pared y no le entiende. De repente la cara del brujo cambia a una expresión de enfado, y una fuerte sacudida manda al inestable Quint de vuelta a las alturas.
¡¿QUÉ!? ¡Esta vez no me ha tocado! ¿Acaso hay otro más?
El fuerte impacto deja sin aire al chico, pero nada más tocar el suelo vuelve a salir diparado. Y así una, y otra, y otra vez. Hasta que finalmente pierde la cuenta.
¡¿Qué está pasando?! Todo da demasiadas vueltas... ¡¿Acaso nos hemos estrellado?! ¡¿Voy a morir así?! ¡¡¡ME NIEGO!!!
Y con sus últimas fuerzas, Quint susurra las palabras de su salmo de meditación, su oración, su guía en la vida. Las palabras que hace nueve años, cuando todo empezó, escuchó recitar a un anciano en sus últimos momentos:
-"La verdadera fuerza no está en lo que unos tienen por derecho y otros no, ni tampoco en lo que se obtiene explotando las posibilidades de la energía vital. La verdadera fuerza es aquella que reduce a todos al mismo nivel: la muerte. Y solo aquel que sea capaz de superar a la muerte y doblegarla a su voluntad, destruyendo los lazos entre el cuerpo mortal y el alma inmortal, alcanzará el auténtico poder: El vacío. La muerte. La nad..."
Sin embargo, su oración no termina. Antes de pronunciar la última palabra, cuando el frío de la oscuridad se está apoderando de su alma, un brusco golpe le hace perder el conocimiento. Otro tipo de oscuridad le consume y le hace precipitarse en una caída sin fín. Una caída a... ¿La muerte?
Tirada: 1d100(+20)
Motivo: Estilo
Resultado: 24(+20)=44
Pero lo más importante: suelto la última estrofa con un huevo de estilo xD
MASTER: bueno... bueno... bueno... vale, con estilo XD
Grito de una forma inhumana mientras mi rostro empieza a cambiar.
La sangre empieza a correr y desesperadamente intento vendarla.
Como, como es posible que esa cosa me haya dañado... debo...debo... debo recuperar mi brazo.
Escucho un golpe, y un grito. Alguien a caído junto a mi, me arrastro y siento tela, mucha tela. Arranco a mordidas un pedazo e intento vendarme el muñón. La conciencia empieza a disiparse y en la oscuridad siento como caemos al vació.
El monstruo chilla y mi brazo rueda hacia mi.
Pare que algunos de ellos lo logros... que ironía...
¿Como jodidos perdí mi brazo?
Oscuridad. De repente, el mundo es una gran esfera negra y vacía, un plano aparte donde la propia existencia de la luz es algo inconcebible. Xerine se gira. No está preparada para combatir contra magos, no sabe nada de eso. Ella es solo una humana. Solo una...
Entonces, llega la cuchillada. Xerine grita, cayendo al suelo, cegada por el dolor. Siente la sangre. Su vestido, su precioso vestido, ha sido cortado, y, debajo de este, su propia piel, tan suave y delicada como frágil y vulnerable. El líquido rojo lo mancha todo, y la asesina comienza a notar como el fluido vital abandona su cuerpo, inclemente e insatisfecho, como si estuviera castigándola por sus actos pasados. No sabe de donde ha venido, ni siquiera sabe quién ha sido, aunque lo intuye, claramente. Ese ser monstruoso, ese artífice de dolor y desesperanza, probablemente esté esperando el momento adecuado para dar el golpe final
¿Es... Es esto el fin? Piensa, confusa. Nunca había tenido miedo a la muerte. Ella era una superviviente, una guerrera de las sombras. Era una ladrona, era una farsante. Era música, y también era cortesana. Había sido muchas cosas. Pero siempre había tenido un disfraz, una máscara que la identificaba por ser como era, por la imagen que ofrecía. Y, en ese momento, mientras esperaba a la muerte, sintió que nada había tenido sentido. Pues, cuando la guadaña de la parca se cierne sobre nuestras cabezas, todos dejamos atrás los vestidos, el maquillaje, y las capas de mentiras y adornos con las que nos recubrimos. Cuando apenas quedan unos segundos para expirar, nos convertimos en nosotros mismos, en lo que somos por naturaleza. Y el miedo llega
Hacía muchos años que no lo sentía, si es que alguna vez lo había hecho, y, por unos instantes, se mostró agradecida. Era algo delicioso, algo casi excitante. Siempre había llevado las riendas, siempre había controlado la situación. Y, de repente, el mundo se había vuelto del revés: La magia campaba a sus anchas por doquier, las personas se convertían en anillos o aparecían de la nada, y el viaje que debería sido una agradable experiencia recreativa se había convertido en la tumba más grande y excéntrica que nunca se le hubiera podido ocurrir. No saber lo que iba a pasar, no saber que ocurría, no saber que había acaecido hacía unos minutos... Lo único que sabía, era que estaba a punto de morir. La adrenalina se disparó, y Xerine sonrió
Y, de repente, un milagro. O una condena, quién podría saberlo. Mientras daba con sus hombros en el techo, la joven se replanteó si ya había muerto. Quizás todo era solo un efecto más, una simple transición que todos debían pasar al morir. Pero seguía sintiendo dolor. Y, allí, esparcidos por el suelo, estaban los demás. No, no podía estar muerta
El mundo se quebró. Astillas volando por los aires, máquinas expulsando vapor. Entre el caos y la destrucción, no pudo distinguir nada. Todo se movía, todo era una vorágine de sinrazón y caos desatado. El hombre que había causado todo se mantenía en medio de la habitación, maldiciendo. Sus compañeros volaban. Y el tiempo se detuvo
Con una sonrisa cariñosa, levitando a un par de metros suya, una figura. Xerine dejó caer una sola lágrima melancólica, mientras los ojos femeninos de aquella aparición se clavaban en los suyos. Y su boca se curvó hacia arriba, sonriendo de forma sincera a esa ilusión, a esa mera quimera forjada por algún recodo de su mente ya olvidado. Sonrió, ya que, a pesar de que nunca la había visto, sabía quién era esa mujer, lo había sabido siempre. Sonrió, quizás por primera vez en su vida
Madre...
Y entonces, el mundo desapareció. Y solo quedó la nada