Partida Rol por web

Quint fue a la casa de Catherine y llamó a la puerta. La única que acudió a abrir fue Nahia pues Catherine y Faliar habían subido a la habitación de esta para "hablar sobre su futuro". Con diligencia, Nahia se dispuso a abrir y vio:

¡¡¡Feliz cumpleaños Nahia!!!En el pueblo me han dicho que era tu cumpleaños, así que te he hecho esta tarta. Pero mejor dejémosla en el suelo.

Y diciendo esto, Quint besó a A Nahia, apasionadamente.

Había abierto y su sorpresa había sido mayúscula al encontrarse allí a su amor platonico. Y se había esforzado en hacerle una tarta. ¿No era perfecto? Sin embargo cuando el momento del beso aconteció , si te fijabas bien podías incluso ver el humo que salia de las orejas de Nahia.

Empezaba ha hacer calor en aquel cuarto. Su reacción lógica hubiese sido apartarse de la sorpresa, pero esa no era una situación muy lógica, así que se dejó llevar por el momento. No sabía muy bien cuales debían ser sus siguientes movimientos, más bien esperaba que él la ayudase un poco. Su cara estaba totalmente encendida, como el resto de su cuerpo, los escalofrios le recorrían de arriba a bajo. Nahia le devolvió el beso al joven rubio, deseando que eso no fuese sólo una broma del destino. Mientras una mano le sujetaba la cara, la otra iba bajando poco a poco palpando cada centrimetro hasta llegar a donde la espalda pierde su nombre. Tendría sólo 15 años, pero su cuerpo ya era casi adulto, quizás le faltase unas tallas más de sujetador en el futuro... 

En ese momento era un marioneta en manos de su titiritero. Podía hacer lo que quisiera con ella. Era completamente suya.

Quint continuó el beso apasionado, tratando de agarrar a Nahia contra su cuerpo. Las manos de la niña levantaban las oscuras pasiones que su cuerpo había olvidado. Poco a poco, se dejó llevar por el momento, dejó que su cuerpo se relajara que sus músculos se dejaran....

No.

Paró de pronto, separándose de Nahia.

-Pequeña, esto es sólo un sueño. Y además, eres demasiado pequeña para este tipo de cosas. Deberías centrarte más en la relación con Cath y Faliar que en mis bellos ojos.

Quint sacudió su pelo, y se quedó mirando a Nahia.

-Pero te esperaré hasta que crezcas...

Y, dándose la vuelta, desapareció por la puerta.