Partida Rol por web

Los ojos de Xerine y Aaron se cruzaron durante unos segundos. Entonces la música apartó la mirada

Entonces luchas por una causa perdida

Se levantó

No importa que estés dispuesto a dejarlo todo por una ilusión que nunca fue real, ni que desees compartir mi vida. Porque no puedo dejarte entrar en ella

Dando la conversación por finalizada, comenzó a andar sin rumbo alguno, solo por alejarse de Aaron. Debía cortar por lo sano... Sería lo mejor para los dos

Las pisadas de Xerine alejándose cada vez eran más inaudibles. Aaron entrecerró los ojos. Todavía no se había dado por vencido. Debajo de aquella hostilidad se encontraba la verdadera Xerine y de una manera u otra tendría que salir a la luz. Ella misma había cambiado en ese viaje aunque se empeñara en negarlo, lo sabía y aun así seguía con su función. ¿Por qué?

-Porque no puedes-Gritó para que ella le escuchase-Eso es lo que has dicho. Porque no puedes, no porque no quieres.

Se acercó un poco más hacia ella y mientras andaba siguió hablando.

-¿Por qué no pruebas a dejar a un lado ese comportamiento tan frío tuyo y escuchas un poco al corazón? ¿Por qué no pruebas, por una vez, a hacer lo que quieres en vez de lo que tienes que hacer?

Llegó hasta ella y la miró con seriedad.

-Con tanta planificación es imposible que seas feliz. A veces las cosas que no están previstas son las que mejor sientan.

Le tendió una mano de un modo muy simbólico.

-¿Por qué no pruebas a vivir…conmigo?

Xerine hizo caso omiso de la mano, pero sí se giró para volver a encararse hacia Aaron

¿Vivir contigo? ¿Y luego qué, eh? La música y el brujo. Dos muertos de hambre

Se cruzó de brazos, más seria y tajante que antes

Escuchar al corazón. Eso es lo que siempre dicen los ignorantes. Pero si hubieras pensado con la cabeza, no habrías invocado a esos cuervos, y ahora Dieter y Liana seguirían vivos

Se giró, dándole la espalda

Si hubiera escuchado a mi corazón ahora estaríais todos muertos, y yo sería otra discípula de Galael. Recuérdalo cuando vuelvas a pensar en vivir conmigo

Sin más palabras, se alejó

Aaron retrocedió un paso horrorizado.

-¿Que?-Dijo con un hilo de voz-Explícate.

No podía ser, Liana no. Quint había mencionado dos muertes pero no había imaginado que la segunda pudiera ser la mujer de la máscara. Se le estaba yendo de las manos, todo, y esa sensación de sentirse sucio por dentro no se le iba, todo lo contrario, crecía a cada segundo, y la única persona a la que podía agarrarse se estaba alejando de su lado y no sabía como hacerle ver su punto de vista.

Lentamente, se fue agachando hasta quedar sentado en el frío y húmedo suelo. Enterró la cara entre las manos y lloró. No esperaba que nadie viniera a buscarle. No esperaba consuelo o perdón. Sólo quería desahogarse, de una manera u otra.

No hay nada que explicar Dijo Xerine, mientras se alejaba Fue una cadena de sucesos. Una cadena que nunca habría existido si hubieras pensado un poco antes de actuar

La discusión con Aaron la había despejado un poco. Aunque seguía estando horrorizada al pensar que Seline podía leerla la mente con tanta facilidad, también era lo suficientemente razonable como para darse cuenta de que si la señora de las pesadillas hubiera tenido intención de causarle algún mal a esas alturas ya lo habría hecho. Aunque no le gustaba nada tener que volver a acercarse a ella, tampoco podía irse sin avisar a los demás

No tardó en llegar a la puerta de la catedral. Abrió y miró al interior

Catherine se quedó con la boca abierta tras la revelación de Faliar. Él, el padre de Nahia. Su corazón latía a mil por hora. Precisamente ese día Nahia perdía una madre, y ganaba un padre. E incluso, si lo que su corazón sentía era verdad, Nahia ganaría también una madre, en su mejor amiga.

-Yo, esto... es genial. Sinceramente, no recordaba a tu padre, es más, me cuesta mucho acceder a ese tipo de recuerdos. No había reparado en eso hasta ahora...

Faliar estaba tan feliz, que no era capaz de pensar en nada más ¡Una hija! Y además una tan dulce y encantadora como Nahia. Si él podía haber criado a una niña así, ya no tenía dudas: había esperanzas para él. La había abandonado durante diez años, cierto, pero ahora había regresado, y podía volver a recuperar el tiempo perdido. Sin duda alguna, quien le hubiese borrado la memoria, lo hizo por su bien. ¿De que otro modo podría haber regresado a la isla?

Y es que ya no tenía ninguna duda de que su pérdida de memoria no fue accidental; ¿como si no iba esa piedra a almacenar sus recuerdos?. Alguien decidió darle otra oportunidad; una oportunidad de redimirse. Tenía que aprovecharla al máximo. Iba pensando en todo eso, cuando Catherine habló

- Quien sabe... Quizás ese aura opresiva que había en la isla os hizo ir olvidando poco a poco... Eso explicaría por que nadie me reconoció al llegar al pueblo

Y entonces se dio cuenta también de que estaba Catherine. ¿Que papel pasaría a desempeñar ella en su vida? La atracción entre ambos era evidente, pero... ¿estaría ella dispuesta a desempeñar el papel de madrastra de su mejor amiga? Ciertamente era muy extraño... 

-Bueno me alegro de que haya desaparecido y que ahora nos hayamos encontrado.

Dijo mientras miraba a Faliar con su sonrisa infantil en la cara. 

-Bueno y ahora... ¿que hacemos? ¿Vamos a fuera a ver que es de Xerine y Aaron? Seguro que les sorprenderá la noticia. Jajaja

Seline se adelantó.

No será necesario ir fuera, de hecho, allí está Xerine.

Señaló a la puerta, por donde la música empezaba a entrar.

Faliar le devolvió la sonrisa a Nahia, y luego miró a Seline

- Bueno... a menos que Quint tenga algo más que decir... creo que eso es todo. Deberíamos marcharnos; no se vosotros pero yo necesito ropa nueva. Seline, muchas gracias por tu ayuda

Estaba sinceramente agradecido a aquella mujer. Tal vez si hubiese tenido la piedra desde el principio hubiese sabido la verdad de todos modos, pero ella le había ayudado a atar cabos. 

Aaron se acurrucó en el suelo en postura fetal y comenzó a sollozar. Las lágrimas perlaban su cara, hinchada y enrojecida. La tierra le cubría por completo, fría y pegajosa. Incluso el cielo parecía reírse de él. Todas aquellas desgracias no querían darle ni una mísera tregua y el ya no podía más. Cuando pensaba que todo había acabado, que por fin podrían salir de aquella isla y olvidar los horrores que habían ocurrido dentro de ella, el fantasma de la muerte volvía a acecharle, amenazando con no dejarle ni un segundo a solas.

Todavía podía oír de una manera vaga y superficial los pasos de Xerine alejándose. Cerró los ojos y se encogió un poco más sobre sí mismo.

Tiritando, se abrazó y miró al suelo sin dejar de llorar. Eran dos las personas que habían muerto por su imprudencia. No quería ni saber como había pasado, pero así era.

Xerine tenía razón. Era un irresponsable y si hubiera pensado un poco más en las consecuencias de sus actos Dieter y Liana seguirían vivos y el no sentiría esa presión insoportable en el pecho. Durante un momento estuvo tentado de ir a ver a Seline. Ella aliviaría sus penas, era como una luz en una noche oscura, pero rápidamente descartó esos pensamientos. Sería como hacer trampa, como librarse injustamente de un dolor que se había ganado a pulso.

¿Y que tocaba ahora? ¿Qué tenía que hacer?

Aaron se encogió un poco más sobre si mismo mientras le castañeaban los dientes.

Voy a coger frío…

Terminó el ovillo agarrándose los pies, recordando el calor de la iglesia y lo poco que le apetecía acercarse a él.

…no me importa…

Durante un minuto se permitió imaginarse a Xerine llegando hasta él, abrazándole y reconfortándole con su calor. ¿Por qué se empeñaba en echarle de su lado? ¿Por qué había tenido que recurrir a una tortura como aquella para alejarle de ella?

Suspiró y aplastó un puñado de tierra con el puño. Estaba cansado, muy cansado. Necesitaba tiempo para asimilar y para volver a quererse. Aaron necesitaba pensar, y al mismo tiempo era lo peor que podía hacer. Con la indiferencia como única compañera cerró los ojos y se quedó allí, tumbado en el suelo, sin esperar nada o a nadie en especial.

Xerine miró al resto durante unos segundos, en silencio. Sus ojos se detuvieron un breve instante más en Seline, pero rápidamente se desviaron. En su rostro estaba dibujada de nuevo aquella máscara, cómo si todo lo vivido se hubiera borrado de un plumazo. La música volvía a ser una extraña

Aaron está en el bosque. No es difícil encontrarle, hasta un mono podría seguir el rastro

Hizo una pausa, y comenzó a andar hacia la habitación de la derecha, dónde había dejado sus pertenencias

Alguien debería ir con él, está llorando

Al mirar los ojos de aquella mujer su mente se agitó de nuevo, aunque no llegó a enfurecerse

Escúchame, criatura: No sé qué sabes de mi padre, ni quiero saberlo. Si no puedes evitar meterte dentro de mi cabeza, al menos no me lo recuerdes

No la odiaba, ni tampoco estaba furiosa. No, Xerine sólo deseaba que Seline desapareciera de sus vidas. Deseaba que todo volviera a ser como antes. Deseaba salir de esa isla

Cuánto antes mejor

Quint permaneció con la boca abierta sin decir nada. ¿Qué iba a decir ante lo que se había revelado ante él? Faliar, en algún momento de su pasado conocido como Fredo, había conseguido escapar de la isla para volver diez años más tarde. Y Nahia, la niña que se había unido a ellos por completa casualidad resultaba ser la hija que abandonó al dejar el pueblo. ¿Cómo podía ser eso posible?

¿Casualidad? ¿La misma casualidad que nos llevó a todos nosotros hasta la Dama y nos arrastró hasta Corvinus? Me da que esta tal casualidad riene muy mal gusto para la bromas...

-Yo... Me alegro por vosotros. -Dijo al fín cuando logró salir de su ensimismamiento.- Sí, será mejor que volvamos al pueblo. Me vendría bien dormir en una cama esta noche, y hay que contarle a los aldeanos que el marqués y Émil se han ido para siempre. Aunque será mejor obviar algunos detalles, como lo de la verdadera naturaleza de Galael. Con decir que era un brujo será suficiente, no es necesario alarmarles contándoles que hay criaturas mucho más poderosas que los humanos ocultas caminando con nosotros en este mundo. Su pesadilla ya ha acabado.

-Ir avanzando si queréis. Os alcanzaré en un momento. Quiero hablar un poco con Seline antes de que se vaya.

Seline miró a Quint, sin decir absolutamente nada.