-No hay porqué darlas. Yo no he hecho nada, todo ha salido de vuestro interior. Y de la misma manera encontraréis vuestra meta. No puedo deciros qué podéis hacer, porque sinceramente no lo sé. Ví vuestro potencial, y os ayudé a despertarlo, pero vosotras tendréis que amaestrarlo y dominarlo. ¿No os parecía extraño ser las únicas personas en Corvinus que no sucumbieron al mal humor general? Era esa energía durmiente.
Hizo una pausa.
Partid cuanto antes por favor. Hemos ganado tiempo con este acto, los sentimientos positivos ralentizan la perdición de esta isla al debilitar a Cavalcanti, pero no demasiado.
Seline sonaba realmente madura, sus palabras eran como las de una madre. Esa niña era realmente inquietante, pero no se veía maldad en ella.
- Bien, vámonos. Tenemos que planificar como vamos a asaltar al Marqués. Gracias por tu ayuda, Seline
Faliar se despide con otra exagerada reverencia