Partida Rol por web

Avanzamos por el pequeño trecho entre el puerto y el barco. En esto admiro el navío. Se le ve robusto, aunque también algo viejo. Pero está cuidado con mimo, y los he visto peores en anteriores ocasiones. Las velas recogidas se agitan con la suave brisa de la costa mientras subo la pasarela. Avanzamos hasta el camarote del capitán, donde mi antiguo compañero me hace detenerme. Llama a la puerta con fuerza, y de dentro sale una voz:
- Adelante.- Tras estas palabras, nos adentramos en la habitación para ver al capitán.

Al otro lado un tipo extraño, no era el tipo de capitán que esperabas para ese navío.

- ¿Y ahora que? - mirando a tu compañero y luego a ti, esperando una explicación.

Con sumo cuidado examino la "inofensiva" cajita , y la abro con la cara de apertura en dirección opuesta a mi persona para por un lateral examinar su contenido.

La excitación me consume, ¿quien me habrá dejado un regalito? ¿Qué será? y lo mas importante ¿porque me lo han dejado a mí? Pienso mientras ejecuto todo el ceremonial de apertura.

En el interior encuentras una especie de aparato de medición (parecido a una brujula, pero sin serlo), que no habias visto previamente y que no tienes idea de como debe funcionar o para que puede servir.

Vaya el cachibache de alguno de mis profesores universitarios que se morían por la ciencia y la tecnología, seguro que sirve para medir el canto de los gilgueros o alguna otra patochada.

O Theuss, bendice la santa tierra de Castilla e infunde un poco de seso en sus ilustrados.

Me visto y sin ceremonia ninguno meto la cajita en un bolsillo interior de mi lujoso jubón de noble, termino mi desayuno y salgo de la habitación con destino ala corte para hacer las gestiones para concesión de una audiencia al nuevo señor de la finca "La Esperanza" ahora en manos del maldito invasor Montaignese.

El capitán no es el personaje que esperaba ver. Sin embargo, me dirijo él antes de que mi compañero pueda hablar. La iniciativa es importante cuando se trata en el mar, y no quiero parecer un grumetillo inútil.
- Buenos días, señor. Mi nombre es Jack, y quiero formar parte de su tripulación. Si necesita algún hombre más en su tripulación, yo valgo por tres de los que pueda encontrar bebiendo en las tabernas del lugar. He crecido en alta mar, y creo que ese es mi sitio. ¿Me aceptará como marinero?

Sales de camino a la corte, montas tu caballo y paseas por las calles de San Cristobal hasta llegar al edificio donde el buen Rey Sandoval decidiria si recibirte o no. Los primeros que encuentras en tu camino son los dos guardias que cierran el paso a la finca.

- ¿Cuantos años habeis pasado en la mar? - ese hombre seguia con la costumbre de muchos piratas, de pensar que si el mar fuera humano, seria una mujer sin duda. Caprichosa e impredecible, pero de la que no puedes evitar enamorarte.

Buenos días señores señores guardias, soy Don Jose Antonio Sandoval y Torres hijo menor de Don Jose Sandoval que fue embajador de Castilla en Vodacce y Mointagne y ahora señor de la finca la "Esperanza" podría hacerme la merced de anunciarme al Chambelan de la corte y decidle si me puede atender unos minutos de su preciado tiempo.

Espero a caballo a que salga el oficial de la guardia de la puerta o a que me dejen pasar.

Se miran por un momento y luego abren las puertas.

- A la entrada le rebirá el encargado de esos asuntos, hable con el... - parece que se desentienden

Esperan a que pases para cerrar de nuevo.

Entro y bajo del caballo a la espera de algún paje o funcionario, se digne a atenderme.

Un hombre gordo y bajo se te acerca, vestido con ropajes ricos

- ¿Audiencia con el rey? ¿o con el conde quizá? - te pregunta de manera directa

Noble señor, como manda la costumbre vengo a presentarme ante su majestad como nuevo señor de mis tierras:

Me llamo José Antonio Sandoval y Torres son pariente muy lejano de su majestad hijo menor de Don Jose Sandoval que fue embajador de Castilla en Vodacce y Mointagne y ahora señor de la finca la "Esperanza", señor por desgracia de una tierra ocupada y cuyos derechos recibo tras la muerte de mis padre y de mi hermano mayor.

Unicamente me presento para cumplir con la costumbre pues se que su majestad tendrá muchísimo que atender y que apenas soy nadie para robarle si quiera un minuto de su precioso tiempo y menos aun al señor conde, pero si cualquiera de los dos se digna a recibirme, cumpliremos con la tradición y la etiqueta de la forma más rápidamente y respetuosa posible, me pondré a la disposición de ambos y así habré cumplido con mi obligación y mantenido el buen nombre de mi familia.

Así mismo os doy las gracias por por vuestra atención quedo a vuestro servicio y la espera de las nuevas que me podáis comunicar no queriendo robarle a vuestra persona más tiempo que que seguro un alto funcionario como usted andará corto.

Le hago una reverencia y espero su respuesta.

Te mira de arriba a abajo por un momento, como decidiendose.

el 5 de dificultada ha salio por si solo?¿?¿

- Bastará con que el conde le reciba y se lo haga saber al buen Rey Sandoval... - parece que no habias tenido mucha suerte, aunque al menos no te habian echado a patadas.

- Mis vivencias me han llevado siete años en la mar, señor, o quizás mas. Fui encontrado medio ahogado por un barco y cuidado por sus tripulantes. Ahí es donde aprendí el oficio, hasta hace unos cuatro meses. Decidí tomar un nuevo rumbo en mi vida, y probé suerte en tierra. Lamentablemente, no me ha ido muy bien, ya que el trabajo escasea y yo solo soy conocedor de las tareas de la mar.- Miro al capitán en busca de analizar su reacción. Mis esperanzas se alojan en su decisión, y desestimo la idea de volver a tierra.

- Tendras tu oportunidad... UNA oportunidad... asi que no la desaproveches...

Miró a tu compañero

- Enseñale el barco - le ordenó

Luego esperó a que os retirarais

Gracias muy amable por su parte.