Partida Rol por web

Esta escena NO es parte de la partida, pero podeis ir desenpolvando aquí el caracter de vuestros personajes mientras se crean las fichas.

Cinco soldados pulcramente ataviados entran a la taberna irrumpiendo de malas maneras, clavan un cartel junto a la puerta atravesandolo con un puñal y se van sin decir nada más.

Para aquellos que se acerquen y sepan leer...

El cartel:

Cachis...odio perder....

Es que estoy poco inspirado, que llevo una semana con la familia y estoy sicologicamente roto, snif, snif...

Que pena...yo creía que comenzaríamos ya...

A ver.... yo me animo, pero tampoco tengo clara la consigna. ¿Sería algo así?

Nacido en el seno de una familia acomodada, Tomás y su hermano Alonso accedieron a una educación severa desde muy pequeños. En su niñez habían quedado evidenciadas las opuestas tendencias de ambos, es decir, Alonso era fuerte y atlético y disfrutaba de los rudos juegos y las riñas mientras que Tomás prefería los íntimos ambientes de su alcoba y de la biblioteca. Sus padres, lejos de tener preferencias por uno u otro, vieron esta condición como ventajosa para los planes familiares. De este modo, destinaron a Alonso a la práctica militar y a Tomás al estudio eclesiástico. Siendo ambos sorprendentemente inteligentes, no tardaron en demostrar su valía (y utilidad) y comenzaron a gozar de ciertos privilegios en lo que se refiere al acceso a la información. Alonso rápidamente escaló posiciones en la milicia local y no demoró en captar la atención de la familia real, lo que devino en oportunidades y entrenamientos excelentes y había logrado el cargo de general apenas hubo alcanzado la adultez.

Por su parte, Tomás fue captado por un tío que ostentaba un alto rango en la iglesia vaticana y lo ordenó y acogió en su cofradía. A partir de ese momento el contacto entre los hermanos mermó al punto de escribirse una vez cada tres o cuatro meses, denotando la falta de elementos en común acerca de los que conversar.

Tomás comenzó sus labores activas en la iglesia a finales de su adolescencia y un poco más tarde emprendió un viaje para conocer y distribuir la palabra de los profetas. Fue grande el golpe que recibió al darse cuenta que no todos compartían su siempre creciente fe y fue en ese instante en el que comprendió que su labor era propagar la palabra combatiendo la ignorancia que impartían los enemigos de la iglesia. Una sensación amarga como la hiel le recorría la sangre cada vez que comprendía un poco más de la política extranjera, detestaba furiosamente a aquellos que ponían sus metas y anhelos personales por delante del deber espiritual. Comenzó a conocer a sus opositores y a sus grupos, que abiertamente o en secreto, conspiraban contra la verdadera palabra. No tardó mucho en comprender que la única forma de redención que tenían aquellos impíos era ver desbaratados sus planes antes de que tuviesen forma y arrepentirse de sus acciones. De este modo, utilizando sus propios recursos, emprendió un viaje alrededor del mundo para combatir al Adversario.

El tiempo transcurrió y las acciones de Tomás fueron cobrando notoriedad, al punto que llegaron a oídos de la Inquisición, quien le ofreció un lugar entre sus filas. Un ya adulto Tomás evaluó la propuesta y concluyó que sus objetivos eran similares en demasía, por lo que aceptó la invitación de muy buen grado. Fue en esta etapa de su vida en la que aprendió las técnicas de intimidación e interrogación que cerraron el círculo de su capacitación. A partir de ese momento su devoción pareció crecer exponencialmente y se dedicó como ninguno de sus pares a su misión. El esmero y el éxito de sus empresas le valieron para que su nombre se esparza entre la gente, al punto que un miedo mezclado con respeto se hacía carne entre sus interlocutores allí donde fuera. La Inquisición lo condecoró y Tomás seguía sintiendo que su vida sólo tenía sentido si era dedicada a la Fe Vaticana. Con el correr de los años su tarea siguió incesantemente, lo que le valió un ascenso entre los suyos. Hoy día, a su elevada edad, sigue prestando sus servicios con la misma devoción de sus días mozos.

"buenas...!" dice Saulo, entrando tranquilo y feliz como casi siempre... se sienta en unas de las mesas de la pared, cerca  de entre la puerta y la barra, a mirar el alrededor... El ambiente le parece bastante tranquilo, lo cual lo hace estar algo relajado, luego de dias de andar rondando....

La llegada de esos monigotes de buena vida que dejaron el cartel, por idas y vuelvas de la vida, ya a saber que si estos ponen carteles en lugares de malamuerte como estos, es para dar algun dineral....

 No sabe leer del todo, pero puede hacerlo sin muchos esfuerzo, asique se camina por el bar, viendo si hay algun trago o botella de lo que quisiera poder toma o comer.

"bien bien, veamos... que quieren estos?" comenta Saulo, mientras intenta leer o ver almenos algo que tenga que ver con algo de dinero, recompensas, etc... 

 Él sabe algunas piruetas y cosas varias que aprendio con sus familiares ambulantes, aunque mas le agradaria hacer algo por alguien o poder mejorar sus habilidades de pelea, quizas para ayudar a alguien que le conceda algo para sentirse mas provechoso.... Sea cual sea el asunto, debera saber mas sobre lo informado aca y saber si alguien mas se suma...

  Luego de pasar por sus pensamientos e interes por alguna aventura pronta que tendra, se relaja otra vez en algun banco o silla de algunos de los mesones que encutnra a su paso... Se fija por muchos lados si puede encontrar algo que alguien se le cayo, sobras de alguna bolsita de moneas o algo escondido por algum lao... Sin mas ni menos, Saulo decide esperar a que alguien le diga algo, preguntas por bebidas y comidas, por si hay viajeros o personas que esten en algo donde pueda sumarse...

"hace mucho tiempo que no tengo una aventura, ando algo estancado y necesito moverme un poco...." es lo que piensa y asi no mas, espera su momento... Rascandose la barbilla y la nuca, estirandose y haciendo sus extremidades... algun bostezo poco disimulado....

Natasha ve cómo unos soldados clavan algo una hoja a una pared, mientras ella está sentada en una mesa de una esquina, sola, bebiendo sidra.

- Habrá que ir a ver. - piensa; pero se queda sentada viendo las reacciones de la gente, al fin y al cabo, tampoco es como si necesitara levantarse para leer lo escrito, pues por suerte, lo colgaron de cara a donde ella estaba sentada.
Mientras está mirando alrededor suyo, escucha a un joven que podría considerarse del montón - aunque casi siempre las apariencias engañan - entrar a la taberna, saludar a todos y sentarse en una mesa tras mirar la hoja como si no la entendiera, o no del todo, después se sienta en una mesa con cara de ¿sueño? ¿O simplemente pasotismo? No tiene tiempo de averiguarlo pues pronto la sacan de sus pensamientos, un hombre sentado en la barra contesta a la pregunta del camarero que no ha escuchado, pero supone que simplemente se interesaría por la hoja:
- Son soldados, o buscan algo o a alguien, ¿en realidad importa? Mientras no sea a nosotros...

Natasha, levantando su suave voz, con un tono divertido contesta:
- Si. Importa. La información es poder, ¿acaso no lo has escuchado nunca? Además, por lo que busquen algo darán, ¿verdad?

Ahora si, ahora es cuando realmente Natasha se interesa por la hoja, se fija y sin más comentarios (de momento) hace un gesto al camarero para que la sirva una de lo mismo.

Cita:

Luca, es que soy un salido vive la vida, y el tema del vídeo del "Burlador de Castilla" me pareció a wuebo ya que mi personaje es un poco como el, sin llegar a esos extremos xDDD

Y el Viggo mola, aunque tienes razón en lo de los 19 abriles...digamos que estamos en la edad media, que se vive menos tiempo y esa mañana no me dio tiempo a pasar por la peluquería.

Por cierto que me alegro de que te rieses con la historia xD.

Por la puerta de la tarberna un hombre con andares llamativos. Tiene un muy buen porte y va vestido con ropajes nobles, pero con tantos colores, cintas y adornos que toda la posada gira la cabeza y posa sus ojos en el.

Satisfecho de haber conseguido la atención de la sala, su boca arquea media sonrisa y se presenta a todos:

Buenos días a todos, Caballeros y Damiselas, se presenta humildemente ante ustedes Remy DelAubergne, hijo de Jean Louis Barón de Laubergne y Enriquette de Clichy, cortesano de la corte "du Roi Soleil".

Se queda plantado en mitad de la sala esperando las reacciones de pleteisía y/o admiración. Cuando la atención de la sala se disipa de él, se dirige un grupo de hombres que comentan interesados un cartel de la pared.

"uy, que tenemos aqui... dos personas interesantes!" sale desde los pensamientos haciendola forma oral....

 Saulo, decide prestar atencion, a la bella dama de toques exoticos y al colorido señor con aires de nobleza. Por eso decide acercarsele un poco a este ultimo, que apesar de parecer algo cogotudo parece ser bastante gentil asique...

Sin querer ser descarado pero si sacandose las dudas se dirige un poco a él:

  - "disculpe sr Remy DeAlbergue(no se acuerda bien su apellido y saca la conclusion q le parece), quisiera saber si ud sabe sobre este anuncio y que si alguien de nosotros puede participar..."

 Al mismo tiempo, intenta darle la mano, porque sabe que eso esta bien, ya sea por simple cortesia como por buena voluntad, poniendo quizas alguna corta sonrisa de plenitud y picardia... Kizas, mirando un poco de reojo en gusto a la damicella exotica presente...