Los instantes de alivio eran grandes, y la sensación de haberse librado de una buena le recorría el cuerpo. Pero la gigantesca explosión por un momento le hacía recordar lo que había dejado atrás.
DIOSSS .... Mi camión, joder seguro que los del seguro no quieren hacerse cargo.
Tras un segundo de silencio por la perdida de el objeto más preciado en su vida, pone dirección hacia donde indicaba la voz del helicóptero para ponerse a salvo.
Vayamos cuanto antes con la guardia Nacional, seguro que ellos tendrán ya controlada la situación.
- ¡La puta! ¿Qué ha sido eso?
Bubba apenas podía salir de su asombro. Lo que estaba viviendo era real, muy real. Todo ocurría rápidamente y era incapaz de asimilar.
Entiendo que me he metido en el coche, aunque no se menciona nada de mí, o al menos no lo he leído.
Una hora despues, quizás la hora más larga de vuestras vidas, podeis ver, al final de camino una serie de luces. Algunas parpadean, otras alzan el vuelo, muchas están fijas, y por último, algunas parecen llevar algún tipo de patrón. Sin duda alguien está muy interesado en saber qué o quien se aproxima, y eso, en cierto modo os reconforta. Empezáis a tener una sensación que hace mucho no teníais, sensación de tranquilidad. LLegais a ver a lo lejos, mientras os acercáis, varios coches, enormes, con ruedas diganas de un tanke. Armados hasta los dientes con decenas de ametralladoras de gran calibre e incluso un par de cañores. De una de las pasadas de las luces que siguen sus patrones, podeis disinguir, sin lugar a dudas, el emblema de la guardia nacional.
Varias pilas de cadaveres están ardiendo en zonas, alrededor del campamento, que os hacen pensar están estratégicamente colocadas para otrorgar algo más de visión a la zona. Al llegar, los guardias os apuntan con sus armas, exigiendoos que os idenifiqueis, qye bajéis lentamente del coche.
Si tenéis alguien herido hacedlo ahora. Si leváis armas, dejadlas en el suelo. Y si alguien está infectado, ya sabéis que pasarña, asi que no podrá entrar en la base.
Samuel sale lentamente del coche con las manos levantadas. Una vez fuera abre la chaqueta para mostrar el revolver que lleva y lentamente usa dos dedos para cogerlo por la culata y dejarlo caer al suelo. Sabe lo quisquillosos que pueden ser los militares ante los movimientos bruscos. Seguido se queda inmóvil con las manos levantadas junto al coche.
El helicoptero indicaba que esta era zona segura. Nos gustaría entrar antes de que lleguen mas de esas cosas..
Hugh también se baja lentamente del vehículo mostrando claramente que no lleva nada en las manos ni en el cuerpo.
Chichos estamos limpios como el agua clara, ni mordiscos ni enfermedades. No os preocupéis, es un placer para nosotros llegar a una zona tan bien guardada.
Esperando ver como se claman las cosas entre los soldados al ver que no representan ningún peligro, el camionero continua hablando.
Como dice mi compañero, nos hemos limitado a seguir las indicaciones de los helicópteros y sólo deseamos encontrar refugio ante esta infección de seres repugnantes de los que hemos escapado por un pelo.
En cuanto bajais del coche, los soldados os rodean e inspeccionan rápidamente. Al ver que no estáis heridos os llevan dentro de las zonas cercadas. Lo primero que encontrís es gente, muchisma gente que ha llegado aquí antes que vosotros. No sabéis a ciencia cierta si se han topado con algún infectado o no, pero aquí por lo que parece se puede estar seguro. Os llevan a unas instalaciónes médicas en una enorme tienda de campaña. Allí, tras una revisión rápida os ponen a cada uno una pulserita azul, distintivo de que no estáis infectados. Al ser liberados de los médicos sois dirigidos a otra tienda, mayor todavía, en la que la gente hace un poco de todo para pasar el tiempo hasta ser evacuados. Algunos duermen, otros hablan y otros juegan a las cartas. Muchos intentan en vano conseguir información de los militares, que se limitan a ignorar la mayoría de las preguntas. Poco despues véis algunas caras conocidas.
Pasad a la escena, El refugio militar.