Recopilación de información biográfica del Recluta Rennard.
Rennard era un buen cazador, criado por su padre y enseñado desde pequeño por el clan "pico de águila", un clan nómada que dependía de la caza y la recolección
Ya desde pequeño mostró interés por la caza, escuchaba atentamente las historias de su abuelo, quien le enseño la difícil virtud de la paciencia, mientras que su padre le enseñó a seguir rastros e identificar olores.
La naturaleza le enseñó el instinto asesino que la humanidad lleva dentro, un instinto que lo moldeó para ser uno de los mejores de su clan o eso creía hasta que llegó el cazador supremo, un cazador mítico que provenía de más allá de las estrellas, enfundado en una piel de hierro que ningún arma de cazador podía hendir, más alto que el hombre más corpulento y cuya voz parecía no tener miedo, sino infundirlo.
Su abuelo decía que en su juventud había aparecido tal cazador, montado a lomos de un rugiente dragón, pero sus historias habían caído en el olvido hasta que volvió, para llevarse los mejores cazadores, para que uno de ellos perpetuara su leyenda.
Rennard lo encontró o, como tiempo más tarde supo, el cazador lo encontró a él. Se disponía a volver al campamento, después de un día de caza, cuando observó que las aves salían volando espantadas. Una gran presa debe haberlos espantado, eso supondrá si lo cazo un buen festín - pensó Rennard, que presto avanzó procurando no hacer ni un solo ruido.
Poco a poco empezó a distinguir un paso firme, seco, extraño, pero muy leve, fuera lo que fuera, Rennard se quedo quieto, inmóvil y esperó, fuera lo que fuera su presa, pareció percatarse también de su presencia y empezó la espera, una espera que su abuelo le había enseñado, inculcado a base de golpes si la lección no era aprendida.
La quietud lo rodeaba, incluso los ruidos propios del bosque se silenciaron con el pasar de los latidos del corazón, uno a uno, solo el palpitar de este en su sien le traía ruido alguno, Rennard sabía que su presa estaba allí, y esta parecía haber notado de su presencia, pero el viento estaba a su favor y traía con este un olor extraño, ajeno, las sombras del día se desplazaron, confirmando una vez más el transcurrir del tiempo, la noche caía y los músculos quietos desde hacía mucho rato empezaban a doler, jamás había pasado tanto tiempo esperando una presa, y tampoco sabía de ningún animal salvaje que actuara igual ni los felinos depredadores conseguían estar media mañana.
Poco a poco, quizás temiendo delatar su posición apoyó su lanza con sumo cuidado, y sacó su cuchillo, iba a necesitarlo, pues suponía que la presa podía ser a su vez un depredador.
La noche cayó y ambos contendientes parecían no moverse, lo malo es que en la oscuridad, el bosque se llenaba de un silencio, a veces mortal, pocos cazadores abandonaban la seguridad del campamento, pues habitaban criaturas nocturnas capaces de ver en la oscuridad y no pocas eran hostiles a los hombres. La peor de todas era el Acechante Nocturno, un felino de grandes proporciones más oscuro que la noche, y tan silencioso que podías tenerlo al lado y no percatarte de su presencia hasta que ataca, de los pocos cazadores que salían de noche, ninguno salía solo, y los que lo hacían jamás volvía a saberse de ellos.
Contaba su abuelo que pocos se habían cazado, y que siempre habían pagado un alto precio en vidas, los cazadores que tenían en su haber tales presas a menudo habían muerto de las terribles heridas y los supervivientes eran venerados y el Cazador los acogía.
La noche transcurría o eso le parecía, cuando un súbito nuevo olor le llegó a Rennad, no pudo evitar estremecerse, ese olor apagado era el de un Acechante Nocturno y estaba muy, pero que muy cerca. A su vez, pareció que su presa también se percataba que no estaban ellos dos solos.
El acechante atacó, no hubo más aviso que un grito producido por él mismo, un grito que congeló las venas de Rennard. Al grito una figura colosal, más alta que cualquier hombre de la tribu apareció a solo seis pasos de Rennard y se movió con rapidez, allí donde había estado escondida apareció o más bien oscureció el lugar el Acechante.
Rennard lanzó su lanza hacia la criatura, no sabía por qué, solo tuvo la necesidad urgente de hacer huir al Acechante, o herirlo, luego ya vería que ocurriría con el gigante, la lanza aunque se clavó en la bestia no pareció producir ninguna herida, es más, pareció enfurecerla aún más, como si se creyera que dominaba el bosque, ciertamente era una presencia amedrentadora, pero Rennard parecía …sereno, la bestia observó a ambos, decidiendo a cual atacar, cosa que aprovecharon para separarse y empezar a rodear a la criatura o eso creía Rennard, la criatura se movió como una exhalación hacia el gigante, pero este se limitó a apartarla, como un hombre aparta una rama del camino, la criatura sacudió la cabeza y ese momento fue todo lo que necesito Rennard para caer sobre ella y empezar a hundir su cuchillo tosco pero afilado una y otra vez, agarró a la criatura y se abrazó a ella, la criatura se revolvió herida pero todavía peligrosa y empezó a arañar el cuerpo de Rennard, la poca distancia que mantenía con este hizo que no pudiera usar mucha fuerza en cada zarpazo, y evitó la segura muerte de Rennard, este luchando por su vida maldijo al gigante una y otra vez por no ayudarlo, y no cejó en su empeño de hundir su cuchillo hasta que la oscuridad se cernió sobre él.
Al abrir los ojos se notaba cansado, su cuerpo parecía querer estallar en dolor y olvido a partes iguales, poco a poco fue notando que su vista empezaba a aclararse cuando olio primero y vio después que estaba en un campamento, una pequeña fogata iluminaba a un gigante con rostro humano que lo observaba.
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- ¡Creía que no te despertarías!- exclamó el gigante con un extraño acento.
Rennard intentó balbucear algo, pero seguía demasiado cansado.
- Tranquilo, estas en shock, la adrenalina ha dejado de fluir por tu cuerpo y eso hace que estés más cansado.
Rennard lo miró extrañado y logro articular:
- No… no entiendo lo que dices, … simplemente se me ha … pasado el calor del.. combate.
El gigante lo miró con una sonrisa mientras sacudía la cabeza.
Poco a poco, empezó a notar que su cuerpo empezaba a responder, lo poco que pudo hacer fue recostarse un poco, y fue atisbando lo que le rodeaba, estaba claro que era el bosque, pero no era donde había combatido a la bestia, esto hizo que bruscamente girara la cabeza buscándola, lo cual le propició una serie de pequeños latigazos de dolor por todo el cuerpo y una maldición salió de su boca.
El gigante empezó a reír mientras decía: Calma, no te preocupes, no está lejos, pero no podrá hacerte más daño. Por cierto, ¿cómo te llamas?
- Rennard, contestó.
El gigante puso cara de gran duda ¿Cuánto tiempo más ibas a esperar allí agazapado? preguntó.
- No lo sé, contestó Rennard. – Jamás había estado tanto tiempo acechando a una presa.
Tras decir esto Rennard se imaginó lo que hubiera podido pasar si llegaba a atacar al gigante, este se movía muy rápido y ahora que lo veía bien, llevaba como una especie de protección muy gruesa y se sobrecogió.
El gigante pareció contento tanto con las respuestas como por la reacción y cogió las armas de Rennard con curiosidad.
- ¿Esta cacería era tu rito de iniciación? dijo el extraño rompiendo el silencio al cabo de unos minutos.
Rennard se incorporó, sentándose y sacudió la cabeza negativamente.
- ¿Así entonces era solo una caza? volvió a preguntar y Rennard afirmó con la cabeza que parecía ser la única parte de su cuerpo totalmente indolora.
Haciendo acopio de fuerzas preguntó: ¿Sois también un cazador?¿A qué clan perteneceis?
- Soy algo parecido a un cazador, solo que cazo en nombre del Emperador. No pertenezco a ningún Clan ahora, soy un marine espacial, pero mi nombre es Vilker.
- ¿Emperador? Creía que podías ser el cazador supremo, - dijo cabizbajo Rennard.
- ¿Y para que querías que fuera el cazador supremo? –preguntó Vilker.
- Para poder demostrar que soy un buen cazador e irme con él a cazar. Las leyendas dicen que solo los mejores son seleccionados para la Gran Caza y sus nombres recordados, para ello se suelen hacer partidas de caza cuando el Cazador Supremo llega para cazar al Acechante Nocturno, que es esa bestia que te atacó… ¿La mataste tú? explicó Rennard.
- En realidad la mataste tú, - replicó Vilker.
Rennard levanto la cabeza como una vara con una sonrisa y una preocupación en su rostro, se incorporó con rapidez y volvió a maldecir su estupidez.
- ¿Dónde está?¿Ha pasado mucho tiempo? – preguntó.
El gigante señaló hacia un lado y Rennard cogió su cuchillo de caza que el marine Vilkur o como se llamara y partió en esa dirección, no anduvo mucho unos pocos pasos y allí estaba, aún caliente, se preparó, dio gracias al Espíritu del Cazador y abrió una pequeña incisión en el pecho de la criatura, puso su mano dentro y rebusco hasta encontrar el corazón, lo extrajo y lo deposito en el suelo en un agujero y lo enterró diciendo:
Que el espíritu de la presa me de fuerza, yo soy el cazador y ha muerto bajo mi mano, descanse este poderoso animal, sabiendo que uno mejor que él proseguirá su caza.
El gigante observó la ceremonia con una especie de casco bajo el brazo, y dijo:
- Este servirá, nos lo llevamos.
Rennard absorto en la ceremonia apenas pudo recoger un diente del felino antes de que un ensordecedor ruido se acercara…
Editado OK.
Info: Hermano Vilker.
Originario del planeta feral Valista III, el Hermano Vilker es Sargento de la IIa Escuadra de Asalto de la 5ta Compañía.
Siguiendo una tradición de ya nueve generaciones, Vilker volvió a su planeta natal para reclutar al décimo guerrero de Actaria, así como lo reclutó a él su antecesor, y su antecesor antes de él. Así Rennard se convirtió en el 10 recluta originario de su planeta.
El Neófito Rennard
WS |
BS | S | T | Ag | Int | Per | WP | Fel |
38 | 32 | 43 | 41 | 34 | 38 | 30 | 28 | 28 |
+8 | +8 | +3 | +3 | +3 | +3 | +2 | ||
Mov: 3/6/9/18 | Heridas: 11 | Crítico: 0 |
Complexión: 2,35m y 145Kg
Rasgos: Estomago de Acero, Primitivo, Rito de Adultez, Conocimiento de la espesura
Resistencia: Falta oxígeno, Difícil de Matar, Tamaño +1, Fuerza antinatural, Resistencia antinatural, Autosangrado +1, Sueño ligero.
Competencia Armas CaC (Primitivas), Armas Básicas (Primitivas), Pistolas (Bolter).
Habilidades: Awareness +10, Hablar Idioma (Gótico Vulgar), Conocimiento Común (Imperio), Navegación (Terreno), Carouse.
Armas escogidas para el Rito de Iniciación: Hacha a dos manos, cuchillo.
Tarot: 90 efecto +3 Int
Evento de entrenamiento: +2 WP, Objeto adquirido.
PX: -100 WS +5
-100 T +5
-100 Competencia pistolas (bolter)
-100 Awareness +10
Ocupas el lugar de Arnulf frente a Aectus, quien repite su rutina. Da vuelta el Mundo Partido.
- En tu futuro hay muerte, muerte a tu alrededor. Aprende de ella, conviértela en tu experiencia, hazla tu aliada, pues solo así sobrevivirás para gloria del Emperador. *
Notas de juego
* Aprendes de la muerte de los demás. Suma +3 a Int.