-Hey, no seamos tan duros. Recuerden que apenas ayer tuvimos que cargarlo inconsciente y sangrante. Mi nombre es Micah, nacido en el vacío pero habitante de este planeta desde hace casi ocho años.-
Ya con el cuerpo respondiendo con normalidad, tras la 'ceremonia' efectuada con el sargento Iah y unos cuantos Hermanos más hace escasos momentos, me quedo por las cercanías de Rennard e Hideus meditando sobre varios asuntos, entre ellos el que, en relativamente poco tiempo, seremos un gigantes entre los hombres, alguien tan difícil de tratar en batalla como el Sargento nos ha mostrado.
Aún así, oigo lo que hablan entre ellos los demás novicios y el superviviente de la explosión del cañón de plasma. En un momento dado, a lo dicho por los demás, agrego
Tienes toda la razón, Hideus. Con toda seguridad, la pérdida del resto de sus camaradas habrá sido un golpe severo y sus heridas tampoco habrán sido leves... sin embargo, como futuros Astartes, debemos mirar adelante y limpiarlo todo sus Su designio, en compañía del resto de tus Hermanos.
Hago una pausa y añado
Por cierto, y a riesgo de parecer despistado, soy Graven, hijo de Gram.
*Nota al director: cuando se escribo en mayúscula en wh 40k, me refiero al Emperador ^^
Después de una conversación agradable entre los compañeros y el recluta nuevo asignado, que parecía una buena adquisición para la escuadra de Iah, se fueron a descansar porque el día siguiente seria igual o mas duro que el anterior, pero yo no podía dormir, me quede pensando en las palabras que había dicho al recluta Razor.
Cita:
Las había dicho tal cual lo había escuchado hace ya tiempo.
Ahora con una sonrisa en la boca, recordaba como empezó todo, como siempre los días que tenia tiempo libre me gustaba ir solo a meditar, y como prefiero los lugares cerrados, entraba en los sitios permitidos para los que aun no eramos miembros de pleno derecho del Capitulo. Uno de esos sitios era la Capilla, solía entrar y ver a gente rezando sola o en grupo, a los capellanes del capitulo haciendo oficios e impartiendo clases a alumnos y un montón de cosas.
Ese día me puse mas cerca de un grupo y hice mis rezos y plegarias del día, cuando me iba a ir escuche esas palabras que había repetido tantas veces en mi mente de boca del Capellán Melchior.
Esas palabras se me grabaron como fuego en mi mente, y desde entonces las repito cada vez que tocaba un arma. Yo prestaba atención desde el sitio donde estaba, pero al capellán mi mirada y atención no le paso desapercibida así que le dijo.
-Recluta, venga aquí, y escuche las enseñanzas del supremo.
Me levante y me coloque en el hueco que me dejaron, y seguí escuchando lo que el Hermano Melchior contaba a todos los presentes. Me impacto tanto que lo que hacia una vez por semana al principio, se convirtió en una vez todos los días, se convirtió en una obligación, ya no podía no asistir a su clases de conocimiento,( me abría los ojos cada vez que nos reuníamos), daba conocimientos sobre cosas que desconocía y poco a poco me fui introduciendo en su circulo, un buen día Melchior me dijo.
Cuando llegue el momento, quizás te de la oportunidad de ser uno de nosotros.
Estaría muy honrado de serlo
No lo dudo, pero todavía tienes que aprender muchas cosas antes de ese momento.
Eso le reconforto y le ayudo a esforzarse aun mas, en mi mente se había despertado una inquietud y solo esperaba el momento del día en que me reuniría con Melchior y los otros alumnos.
Ahora me tenia que esforzar para ser digno del Emperador y ser admitido en el cuerpo de Capellanes, esa era mi ilusión y por el Emperador que lo conseguiría para llevar su palabra y su luz al resto de mundos del universo.
Era ya tarde y tenia que dormir así que deseche las visiones que se agolpaban en mi mente y dándome media vuelta me puse a dormir.
Zartian sale de su ensimismamiento mental al oir las voces que a él se dirigen, y medio sorprendido por el recibimiento (apenas se había dado cuenta de la presencia de sus compañeros) sonríe, aun con las marcas de las quemaduras aún presentes en su cara:
- Soy Zartian, del sistema Valkian, junto al Ojo del Terror. Orgulloso ex-miembro de la Guardia Imperial y ahora siervo del Emperador. Mis compañeros me llamaban Razor, y así podéis llamarme si gustáis.
Tras la explosión del cañón de plasma vuelvo a ver el mundo con otros ojos, más fieles y temerosos, pero también más convencidos. ¡El Emperador protege!
Añado esto aquí pues no pude presentarme :( ^^