- ¿Te ha gustado la fiesta? - Te preguntó Eragon mientras saliáis de la cena en la casa de Nasuada.
Tu padre y la mujer con la túnica negra, se quedaron en la casa, ya que iban a dormir allí al parecer. A tu padre le han dado una habitación en la primera planta, justo a un lado de la de Torik.
- Me he enterado por Saphira de tu misión, y que ha sido todo un éxito. Me ha dicho también que te habían herido pero que ahora, parece que estás bien. Me alegro mucho... - Dijo titubeando. - No podría vivir sabiendo que ya no podría verte nunca más. -
A varios metros de allí, puedes escuchar un par de rugidos y después, ruidos de peleas.
Eragon se giró hacia ese lado y sonrió.
- Ya están peleando otra vez. -
Un poco extraña, pero si ha sido divertida. Le cojo la mano y se la aprieto.
- No, supongo que son los dos leones que estaban en la fiesta... Mog y Mug creo que se llaman. - Dijo Eragon mientras escuchó tus palabras.
Cuando habías terminado, te miró a los ojos y te sonrió.
- ¿No la has reconocido? Pensaba que después de que ella te dijera algo, te darías cuenta de quién era. No sabes lo que me ha costado sacarla de dónde estaba, y convencerla, otro poco. Pero al final, el amor hacía una hija es mucho más fuerte que cualquier Encantamiento, y gracias a eso, no está más bajo la influencia de Galbatorix. -
Eragon te cogió por los hombros, todo lo pequeñita que eras y te dio un suave beso en los labios.
- He ido a buscar a tu madre, sólo por tí, amor mío. -
Le abrazo y le beso apasionadamente.
- Vale, a descansar. Estaría bien que nos acostemos temprano, ya que mañana empieza lo complicado. - Dijo Eragon mirándote a los ojos con el rostro serio.
Sin embargo, después su rostro se fue tornando más amable y hasta una sonrisa de felicidad apareció en su rostro.
- Ahora que estamos cerca del final... ¿has decidido que hacer con tu vida una vez que todo esté terminado? -
El chico inclinó un poco la cabeza, como pensativo, esperando con ansias tu respuesta.
Le tomo las manos mirandole a los ojos sin perder la sonrisa...
Eragon se sonrrojó.
Esperaba que le dijeras algo así, pero no estaba preparado para que se lo dijeras ahora.
Su rostro cambió de su palidez normal a un rojo intenso, sin embargo, aún con esa vergüenza que sentía, sonrió.
- La verdad es un alivio que me digas eso. Llevo pensando en decirte algo parecido hace días, y me has quitado un peso de encima. - Te respondió. - Voy a hacer todo lo posible para pasar el resto de mi vida contigo y hacerte completamente feliz. -
Después se puso serio de repente.
- Pero sabes que aún estando fuera y lejos de todo, tenemos una responsabilidad de por vida para con toda la Creación, ¿no? -
Sonrio y le aprieto mas la mano.
- Pues ya no tienes que esperar más. - Dijo el rubio mientras te sonreía. - Además, bueno... mientras tu estabas de misión y yo aquí esperándote... bueno... he hablado con tu padre y... bueno... le he pedido tu mano y ha dicho que sí. -
En ese momento, Eragon te cogió de la mano, pero en su rostro los colores pasaban como si fuera un arcoiris de color.
Rosa, morado, naranja, todos aparecieron en la cara del chico, que ahora mismo, estaba muerto de vergüenza.
Además de nervioso, claro, por que no sabía si era lo que esperabas que hiciera o si simplemente, no querrías casarte con él tan pronto.
¿que hiciste que? le pregunto asombrada mirandole a los ojos y me rio.
Mientras tu dragón se parte la caja, Eragon intenta tranquilizarse sin conseguirlo.
Lo notabas contento, claro, por que le habías dicho que si y no te ha molestado que hable con tus padres primero, sin embargo, los colores aún seguían en su rostro.
Tu dragón hablo en ese momento: ¿Estás contenta? ¿Era eso lo que querías no?
Saphira también se acercó, volando razante hacia donde estabáis y saludandoos con sus alas.
Fue en ese momento, cuando Eragon logró decir algo.
- Entonces, cuando todo esto termine, celebraremos una boda. - Dijo contento. - ¿Has pensado ya en tus damas de honor? -
Asiento a Skie, es una parte de mi que estaba nerviosa y que ahora peleara para poder conseguir que todo salga bien y que podamos casarnos, que haya un buen mundo para poder ser feliz.
- Pensaba en que ellos sean los padrinos, pero no sé como le caerá a Torik y a tu padre que dos dragones... bueno... Saphira puede ser tu madrina y tu dragón mi padrino. Además, podemos poner a mas gente allí. Es nuestra boda, podemos hacer lo que queramos. - Dijo Eragon con una sonrisa.
Después, te cogió de la mano y la besó.
- Pero tenemos que prepararnos para mañana, y recuerda, mañana estaré a tu lado. -
Me gusta la idea, no se por que se preocuparia mi padre, no diria nada y no haria nada. Simplemente es lo que hemos elegido y al hacerlo...niego mientras suspiro y aprieto su mano.
Eragon e Illyanna comienzan a caminar hacia la casa del primero con tranquilidad.
Al llegar a ella, el muchacho le abre la puerta para que entre primero su futura esposa, después, entra él y cierra la puerta detrás.
La noche está más tranquila que de costumbre.
Ya no se escuchan ruidos y todo parece estar en calma.
¿La calma que precede a la tempestad?
Mañana todas las dudas estarán resueltas...
Cambio de escena en breve.
^^