Partida Rol por web

Entraste y fuisteis a por algo de comida. Como era tarde no habia mucho donde elegir. Call trajo dos ensaladas con filete de proteinas.

Bueno. Que aproveche. comento mientras empezaba a comer. ¿ Y bueno que es lo que te a traido aqui? Pero la verdad. Nadie viene al culo del mundo para comprobar unas comunicaciones. sonrio. vamos que no me quejo la verdad. Que nos vienes muy bien.

El comedor común de la colonia está bastante lleno a estas horas. Lo cierto es que las luces tenues le dan un ambiente en cierto modo acogedor, a pesar de su apariencia un tanto modular y prefabricada. Call y yo nos dirigimos al mostrador y pedimos nuestros menús, dentro de lo poco que hay disponible. Una buena ensalada y algo de carne bastará.

—¿La verdad? —pregunto, pensativo, una vez que Call y yo nos hemos sentado y ella me pregunta por mis motivos para estar aquí—. Soy un espía. —La respuesta llega de golpe, respaldada por una expresión facial realmente seria. Hay un silencio de varios segundos. Después, empiezo a reír—. Me río, sí, pero hasta cierto punto, esa es la verdad. Tal vez creas que soy un ingenuo por contarte esto, pero… —Vuelvo a adoptar un rostro serio, y sigo hablando—. No me preguntes por qué, pero confío en ti. Pareces una persona preocupada por que las cosas se hagan bien. Y… —empiezo a susurrar—… aquí hay algunas cosas que desde el principio no se han hecho bien. A pesar de mis conocimientos de tipo más técnico, soy ingeniero de terraformación. Y nunca me pareció prudente que Acheron fuese colonizado con tan pocos estudios y análisis de por medio. Simplemente, había mil cosas que podían salir mal. Pero nadie me escuchó… Entonces fue cuando averigüé que aquí, en Hadley’s Hope… han desaparecido personas.

Bebo un trago de agua mineral de mi vaso, intentando pensar en cómo continuar hablando. La verdad es que no tengo ni idea de cómo reaccionará Call, pero yo tengo la conciencia muy tranquila, así que, sencillamente, seré sincero.

—Weyland-Yutani cree que solo estoy haciendo esto para joderles, porque soy de Capitol. —Le doy un par de golpecitos con el dedo al logotipo azul y turquesa sobre fondo blanco del pecho de mi cazadora—. De hecho, se supone que algún día la heredaré… Pero no es cierto. No es por eso. A mí lo único que me interesa es que los colonos de Hadley’s Hope estéis a salvo. Lo demás me importa un rábano. Por eso, no tengo nada que esconder, y no me importa contártelo. Pero tampoco voy por ahí diciéndoselo a todo el mundo, más que nada para que no cunda el pánico. —En esto, no puedo evitar echar una mirada sobre mi hombro, no sea que alguien me esté escuchando—. Solo quiero saber qué está pasando aquí, por qué han desaparecido colonos… y por qué la Compañía lo oculta. Mira, para que veas que voy con buena intención: en vez de denunciar públicamente a Weyland-Yutani, les dije que me dejasen venir a echar un vistazo a los protocolos de seguridad y asegurarme de que todo está bien. ¿Ves? Weyland-Yutani sabe que estoy aquí, y por qué estoy aquí. Si quisieran, podrían pegarme un tiro en este rincón olvidado del universo, y nadie sabría nada.

Me quedo mirando fijamente a Annalee Call a los ojos, con una media sonrisa dibujada en los labios.

—No irás a pegarme un tiro, ¿no, Call?

Te miro con cara de no entender cuando la dijiste que eras un espía.

¿ya claro? No parecia muy convencida.​ Bueno aquí hay mineral y por lo tanto hay dinero y si hay dinero esta la Weyland detrás o la Wk.

Dio un sorbo de agua.

¿Que han desaparecido personas? 

​¿Así que eres de Capitol? Antaño tuve acciones de ella. Pero cuando empezaron a bajar las vendi. Ahora están estables.

Cuando dijiste lo del Tiro rio.

Jajajajaja. Aqui no que hay mucha gente. Pero si quieres puedes venir a mi casa y ...te lo pego allí. dijo esto con una sonrrisilla.

Enarco una ceja, momentáneamente sorprendido por la respuesta de Annalee, aunque mi sonrisa no se desvanece. Mis ojos se estrechan ligeramente, y me muerdo casi imperceptiblemente el labio inferior antes de responder, en voz baja:

—Vaya, qué directa eres. No te cortas un pelo, ¿eh? —asevero, aunque por el tono de mi voz, la sorpresa ha sido agradable. Rio suavemente—. Annalee… ¿Te importa que te llame Annalee? Yo prefiero que me llamen por mi nombre de pila, Faisal. Hace que todo sea más natural, menos… frío. La gente se trata con mucha frialdad en estos tiempos, creo. No te mentiré, estoy sorprendido. No esperaba esa respuesta por tu parte, y a decir verdad, me siento halagado. No creía ser tu tipo. Eres una chica muy bonita, Annalee. En serio. —Entorno los ojos en una sonrisa tierna, que transmite sinceridad, mientras acerco mi mano a la suya y rozo uno de sus dedos con el mío—. Solo dime una cosa… ¿No te preocupa lo que puedan pensar los de la Compañía? Me sabría muy mal que tuvieses algún problema, de verdad. Quiero que estés bien.

Mientras hablo, me fijo en los hermosos ojos de cierva de la mujer que tengo delante, y en su piel blanca como la nieve. No puedo evitar preguntarme qué le habrá atraído de mí.

Se movió el pelo con una sonrisa.

Por eso lo llevo corto. Te escucho seria y cuando acabaste de hablar empezó a reír.Llevo dos años destinada a esta roca. ¿Sabes cuanto hace que no echo un polvo? Año y medio. Eso médicamente tendría que estar prohibido. Empece a salir con un tío de la colonia la cosa no funciono y decidí no salir con nadie mas de aquí por que luego todos son problemas. Somos 157 personas. Nos conocemos todos. 

​Tu eres de fuera y estarás de paso. Por eso si follamos follamos y nadie espera nada mas. Pero vamos que si no quieres pues nada.

Y siguió comiendo como si te acabara de contar la cosa mas normal del mundo.

​Y la compañía aqui es el Supervisor y a el mientras arregle las cosas le importa poco a quien me folle.

Y de repente, cae sobre mí un jarro de agua fría. Algo en las últimas palabras de Annalee me hacen fruncir ligeramente el entrecejo, y aunque trato de mantener el aplomo, mi sonrisa flaquea de un modo casi imperceptible.

—Claro… —respondo sonriendo de nuevo, aunque aparto momentáneamente la mirada de manera inconsciente, y mi voz refleja un atisbo de desconcierto. La verdad es que no sé muy bien cómo sentirme. Al cabo de unos segundos, la tenue sonrisa se ha desvanecido de mi cara—. Bueno, al menos eres franca, y te lo agradezco. Por eso, yo también lo seré: no me ha gustado lo que acabas de decir. Entiendo y respeto cómo te sientes, y más si llevas tanto tiempo sin estar con nadie. Dios, supongo que yo me volvería loco… —Me paso una mano por el dorso del cuello sin poder evitarlo. Mierda, ya lo estoy volviendo a hacer: estoy haciendo que mi incomodidad resulte evidente—. Pero, no sé. Supongo que tus palabras acaban de hacerme sentir como si solo me vieras como un cacharro que te puede rascar donde tú no llegas. O algo así. —Me encojo de hombros, y me quedo unos segundos mirando a Annalee a los ojos, serio, incluso con un indicio de tristeza en la mirada. Finalmente, suspiro—. Gracias por el ofrecimiento, Annalee. Lo digo de veras. Ya te he dicho que creo que eres muy guapa, y simpática… pero no creo ser lo que buscas.

Intento sonreír, pero supongo que fracaso miserablemente. Estoy enfadado conmigo mismo porque acabo de echar por tierra la posibilidad de estar con una mujer muy atractiva. Pero también estoy enfadado con ella, sin saber muy bien por qué. Siento que no ha sido muy considerada conmigo como persona, y que de algún modo, me ha objetificado completamente. No es que yo no sea capaz de tener sexo sin complicaciones, pero ha sido la frialdad y la indiferencia de sus palabras lo que me ha impactado, como si estuviera hablándole a una cosa. Por otro lado, desconozco la naturaleza de las relaciones que haya podido tener con otros hombres; tal vez eso le haya hecho escudarse tras una máscara de despreocupación y completo desapego. Quizá sea eso lo que me hace pronunciar mis siguientes palabras:

—Pero si te apetece salir a cenar… —Miro de reojo los espartanos platos que estamos consumiendo, y le guiño un ojo, volviendo a sonreír—. O ir al cine…

Su cara fue cambiado con cada palabra que ibas diciendo. A una cada vez mas enfadada.

O a tomar por culo. Dijo cuando empezaste con lo del cine y demás. Hasta es punto a pesar de que se la notaba molesta se habia logrado contener. Pero cuando dijiste lo del cine estallo. Aparto la bandeja de mala gana y salio del comedor.

Me quedo completamente confundido ante la inesperada reacción de Annalee. Solo intentaba hacerle entender respetuosamente que sus palabras me han disgustado un poco, y por más que examino mis palabras una y otra vez, no logro entender en qué la he ofendido. No obstante, entiendo que quizá haya podido malinterpretarme. No estoy con ánimos de intentar explicarme, así que simplemente dejo que se marche. Creo que será lo mejor. De todos modos, mañana tendré que volver a verla cuando vayamos a ver qué es esa transmisión misteriosa…

Después de que pase un tiempo prudencial, me levanto de la mesa y me dispongo a salir hacia mi residencia, sintiendo una sensación de profundo abatimiento y mal humor.