Del cielo plomizo caen gotas de lluvia cuando salgo al exterior. Recorro corriendo la distancia que me separa del bar de la colonia, que más bien parece un bloque gris y de lo más funcional, sin ningún tipo de gracia arquitectónica. La puerta se abre, y me sumerjo en la penumbra del interior. Las tenues luces del bar iluminan nubes de partículas de polvo que flotan lentamente en el aire, mientras yo miro a mi alrededor. A estas horas no son muchos los colonos que se encuentran aquí, ingiriendo bebidas antes de trabajar. La verdad es que en los bares siempre me he sentido un poco como un pez fuera del agua. Me acerco a la barra y pregunto al camarero qué tienen para beber, mientras observo fugazmente a las personas que me rodean, tratando de capturar fragmentos de conversaciones. ¿Quién podría saber algo?
Bueno, ¿quién hay por aquí? :P Como no sé qué jugadores andan por aquí, dejo mi mensaje solo para mí. Dire, ponlo tú para quien esté.
Master edit: Estas tu solo. Por que Banks puso que entra pero esta en la enfermería haciendo un reconocimiento medico. y no puede estar en dos sitio a la vez.
Era el momento de relajarse un poco tras las revisiones que debió someterse para garantizar una condición física óptima y así poder cumplir bien sus funciones correspondientes. Terry iba vestido con sus ropas militares, pantalones camuflados, camiseta sin manga de color negro haciendo notar los tatuajes de sus brazos que lo vínculan a los Marines. Sin olvidar su crucifijo de oro, su cable a tierra cuando pasa por situaciones de angustia y ayuda a reafirmar más su Fe, sin significar que el este adorando a falsos ídoloso como ha dictado su religión. Va entrando al bar de golpe con su expresión de chico rudo y aspecto imponente, sin evitar tararear una de esas canciones de gospell mientras se encamina en dirección a la barra para pedir una cerveza. El Señor lo entenderá...necesitamos un poco de ese trago para refrescar el espíritu. Y eso solo uno Padre, solo uno Piensa de buena gana mientras va tomando asiento a la espera de ser atendido y abrirse a un mundo de posibilidades.
te lo pongo en privado hasta que acabes en la enfermería.
Tras pedir mi bebida en la barra, echo un vistazo a mi alrededor. La verdad es que en estos momentos el bar no está muy animado, y casi todas las personas que hay son bebedores solitarios, que no hablan los unos con los otros ni parecen tener muchas ganas de entablar una conversación a primera hora, justo antes de ponerse a trabajar. La única excepción a esto parece ser una mesa que hay en un rincón, a la que están sentadas varias personas, que hablan y socializan con buen ánimo. Reconozco a uno de ellos, el jefe de ingeniería. Los demás deben de ser su grupo de trabajo. Algo más esperanzado, cojo mi vaso y me dirijo hacia la mesa, con la mejor de mis sonrisas.
—Buenos días. ¿Puedo unirme a vosotros? —pregunto. No parecen tener ningún inconveniente, así que tomo asiento—. Soy Faisal Haddad, el nuevo ingeniero de terraformación, recién llegado desde la Tierra. Mucho gusto.
La conversación ligera transcurre con normalidad. Estoy un rato hablando con los muchachos, al tiempo que escucho y trato de grabar en mi mente cualquier dato que pueda resultarme de interés. La charla se mantiene en un tono distendido y casual, y ese es precisamente el tono que empleo cuando pregunto, como si tal cosa:
—Por cierto, ¿sabéis si alguien se ha marchado recientemente de Hadley’s Hope? Antes de venir, leí un informe preliminar que decía que en la colonia tenía ciento cincuenta y ocho habitantes. En cambio, el supervisor Al Simpsons acaba de decirme que hay ciento cincuenta y siete. —Frunzo los labios y agrando los ojos, en una expresión de inocente desconocimiento—. ¿Sabéis algo de eso?
Bebo un trago de mi bebida, tratando de aparentar solo un moderado interés en la respuesta que me puedan dar.
—También está el tema de las interferencias. ¿Vosotros también estáis teniendo problemas con la recepción de transmisiones? Luego voy a echar un vistazo en comunicaciones, a ver si veo algo.
Ya me dirás si necesito hacer alguna tirada o algo.
El Jefe de Ingenieria te asintió para que te sentaras.
Claro desde luego. Dijo mientras te pasaban una silla. Todos se miraron cuando dijiste que si alguien se había ido. Kingston dio un trago a su bebida y nego con la cabeza. No . Habra sido un error informático. Siempre a habido ciento cincuenta y siete colonos.
En lo referente a las interferencias. Si llevamos un tiempo con ellas. Este mundo es bastante complicado para el mantenimiento de cualquier aparato. Los vehículos se estropean deprisa. La verdad si no fuera por el mineral que sacamos no tendría mucho sentido una colonia aquí.
Parecia que estaba frustrado de trabajar aquí.
Enarco una ceja al oír la respuesta del jefe Kingston. Ciertamente, no esperaba escuchar que el motivo de que las cifras no cuadren haya sido un error informático. Por otro lado, el hombre parece muy convencido del número de colonos de Hadley’s Hope. Si no fuera porque sé la verdad y que realmente ha desaparecido al menos un colono, casi me lo creería. No obstante, decido no indagar más al respecto. Un interés excesivo por mi parte podría despertar sospechas, y más si Kingston está «en el ajo». Así, llevo la conversación por derroteros más convencionales:
—¿Ah, sí? ¿Lo dice por el clima? ¿Sufren muchas averías? Entonces, ¿el tiempo puede ser mucho peor de lo que ya es? —Mis ojos se agrandan, con sorpresa—. Vaya. Parece la proverbial zanja que se cava, solo para que vuelvan a rellenarla y haya que cavarla otra vez. Sin embargo… —Hago una pausa, mirando mi vaso. ¿Eso que veo es suciedad? —. Simpsons acaba de decirme que el fallo de los sistemas de comunicaciones se debe a que estamos recibiendo muchas transmisiones. Podrían ser importantes. Creo que sería mejor no perdérnoslas, por si acaso. —Me encojo de hombros—. En fin. De todos modos voy a ir a ver si veo algo raro por allí. Muchas gracias por su amabilidad, me ha encantado hablar con ustedes. —Me levanto de la mesa, y doy el último trago a mi turbio vaso—. Nos vemos.
Me dirijo hacia la salida del bar, sin saber nada nuevo… a excepción de una cosa: o bien los colonos realmente creen que aquí solo trabajaban ciento cincuenta y siete personas, o bien hay algunos a quienes se les ha dado indicaciones de que afirmen tal cosa. En ese caso tendré que ser todo lo discreto que pueda. No me conviene llamar innecesariamente la atención.
Entro junto al blanquito que es negro honorario.